martes, 26 de noviembre de 2019

Pagar más por imbéciles

Un yo tenía de manual
En un país acostumbrado a vivir los éxitos individuales como colectivos es normal que el reparto anual de las Estrellas Michelín -una marca de neumáticos tiene el galardón más prestigioso de la gastronomía, y una tienda de muebles vende albóndigas-  se viva como un acontecimiento, contándose las estrellas del mismo modo que se cuentan las banderas azules, el número de transplantes y los puntos de los españoles en la jornada de la NBA. Como si jugasen juntos, o algo así. Soy español, ¿a qué quieres que te gane?

Hace pocos días se repartieron las estrellas Michelín del año, con el resultado de que un restaurante cántabro pasó de tener dos a tres, entrando así en el Valhalla gastronómico y del postureo. El propietario, entrevistado poco después del reconocimiento y envuelto en la retahíla de palabras hueras de su profesión ("queremos que el cliente perciba los aromas y el saber hacer de la elaboración de un buen pan. Nuestros platos siempre recuerdan a algo. Un jugo que se toma de un trago recuerda al cocido") no escabullía una pregunta malintencionada del periodista:

Hay cocineros que cuando reciben una estrella Michelin, automáticamente suben los precios de los menús. ¿Se lo ha planteado ya?

No nos hemos planteado esa posibilidad. Solo subiremos el precio si obedece a algún cambio y está justificado. Ahora, con la nueva estrella, reforzaremos el equipo, porque tendremos más reservas y tendremos que gestionarlo de otra manera. Si se sube no es por la oportunidad sino porque se aumente la experiencia
Bueno, pues 48 horas después de decir esto, resulta que el navarro cantabronizado Jesús Sánchez ha subido el precio de sus menús degustación un 20%.  Será que ya ha "aumentado la experiencia" en ese breve periodo de tiempo. O que ha "reforzado el equipo". O que simplemente vende humo, y sabe perfectamente que en el ámbito en el que se mueve puede subir perfectamente un 20% su producto, porque los clientes pagarán encantados esa experiencia única de comer algo distinguido y diferente a lo que puedan comer los demás.

La recordada campaña de Arola con Lidl
Algo debe saber de vender humo y otras tonterías. No en vano tiene la concesión del restaurante del Centro Botín, el horrible contenedor artístico plantado en Santander de nula programación y visitas a la altura -calcularon medio millón al año, llegan doscientas mil contando perros, gatos y jubilados-, pero cuya cafetería-restaurante está llena por eso del quedar bien de la sociedad local, y por las vistas que ofrece.

Es perfectamente compatible tener un restaurante de menús a 89, 120 y 157 euros (perdón, ahora a 109, 137 y 167 euros tras ser debidamente actualizados acorde a las estrellas Michelín) con tener otro de menús de día a 13 euros, porque así la gente no se va a dar cuenta de la auténtica cortina de humo que esta absurda burbuja del gusto y la distinción a través de la comida, especiamente representada por el vino y toda la tontería que le rodea.

Sin embargo, la gente puede ir a El Cenador de Aunós -una casona cántabra con entrada de carruajes, seguro que hay alguna familia por ahí diciendo yo (la) tenía...-  perfectamente consciente de lo que va a pagar y recibir, y en eso también consiste el libre mercado. Yo ya paso de calificar al que quiera ir a dilapidar su dinero a un sitio que sube los precios un 20% de la noche a la mañana sin cambiar en NADA la carta, simplemente inflado por una estrella. Si alguien quiere ser estafado conscientemente, que así sea. Es el país de Afinsa y de las mayorías absolutas del PP. No deja de ser consecuente.

País Vasco, ven y cuéntalo. Si puedes.
El problema viene en el otro caso que aparece en este post, en absoluto alejado de este. Ni siquiera geográficamente. Como saben, en el tema de la burbuja culinaria los vascos son unos maestros: en calidad, y en timos. La gente ya se ha olvidado de que en 2006 un estudio del Gobierno vasco descubrió (¡ja!) que uno de cada cinco txakolís vendidos de poteo no era más que vino blanco a granel servido muy frío y con una gota de gas carbónico.

No era tan difícil de saber viendo la ridícula extensión de la Denominación de Origen protegida de ese vino -incluso en estándares de tamaño geográfico vasco-, que desde entonces ha sido convenientemente ampliada, y así seguirá siendo hasta que vaya desde Hondarribia hasta Mutriku. Por lo menos. Del timo de que el 20% del txakolí servido en bares sea -perdón: fuese- vil garrafón y nadie se de cuenta no se ha vuelto a saber nada, será que ya no hace falta hacer estudios oficiales sobre el fenómeno.

Sí que se ha sabido, pero no precisamente por un estudio oficial, la otra pata de la mesa que cojea de todo este asunto, y que explica muy bien los fenómenos descritos. Hace poco más de un mes tuvo cierta repercusión nacional un artículo publicado por el donostiarra Diario Vasco en el que una pareja de oriundos y una de foráneos salía de bares, y a unos les cobraban el precio de amigo-local, y a otros el impuesto revolucionario de la maravillosa experiencia de comer pintxos -raciones de pobres- en San Sebastián, en ese marco incomparable.

Merece la pena leer el reportaje. Porque es muy sencillo, y porque incide directamente en algo bien sabido por todos, y aceptado con ese silencio tan típico de la zona. Seguro que a la redactora le habrán llovido amenazas de esas tan locales como las babarrunas y el olentzero, y por parte de los dueños -o los más aún peligrosos parroquianos- de los locales señalados con nombre, dirección y ticket, algo realmente inusual en el cerrado y sobaquero ambiente vasco, subsección hostelería.

Todo expuesto con precios, un clásico donostiarra
"Hace cuatro años que el volumen de turistas empezó a dispararse en la capital guipuzcoana y a su vez empezaron a asomar rumores de que algunos establecimientos hosteleros aplicaban tarifas diferentes a los clientes extranjeros y a los locales". Bueno, a fe de ser ciertos los rumores -y las certezas- existen desde hace lustros, otra cosa es que la increíble lluvia de turistas que ha caído por la Cornisa Cantábrica -y que llega hasta Asturias, impulsada por la culminación de la autopista- lo hayan hecho más evidente.

"En más de una ocasión habían sido testigos de cierta discriminación en el precio si el que pedía la ronda era extranjero en lugar de autóctono". El artículo está escrito asín-asín, como con miedo ("la suma de esos pocos céntimos 'extra' puede llegar a suponer una cuantía importante", cuando realmente se está hablando de varios euros de diferencia, incluso en consumiciones mínimas), aunque las conclusiones son claras: en cinco de los siete establecimientos analizados, la pareja foránea pagaba más por consumir exactamente lo mismo que la pareja autóctona.

Los bares y los precios con impuesto revolucionario se explican concienzudamente, como ya indicado, pero el testimonio más demoledor no se identifica, porque ahí son todos primos y se conocen: simplemente dicen de él que lleva diez años trabajando en la hostelería, y que hay "cuatro formas de cobro en función de si eres local, local premium, extranjero o extranjero con pinta de tener dinero", además de utilizar con tino del que carece la redactora la palabra más adecuada: "timo".

No conviene abundar mucho más en el asunto. Al revés de la casa de comidas con tres estrellas Michelín -donde la gente acude conscientemente a pagar un sobreprecio-, aquí es directamente estafada. Las autoridades no harán nada, ni siquiera investigar los arqueos de caja en esos establecimientos no muy diferentes de la cueva de Ali-Babá y los 40 apellidos vascos. La diferencia es que en este caso nadie quiere ser estafado, aunque algo de culpa tendrán al visitar el norte español, ahí donde no existe el ticket, donde se cobra un precio más bajo al local, y donde todo son excelencias culinarias para productos que muchas veces provienen directamente de la lata. Después vendrán los lloros: porque hay un hilo conductor entre las estrellas Michelín y pagar 50 céntimos más por un zurito de hobbit, y es la gallina de los huevos de oro a punto de reventar.
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Como era esperable en el famoso caso del narcosubmarino incautado en Galicia, el destino final era Asturias. Bastante lógico teniendo en cuenta que hay noticias recientes como esta, y más antiguas como esta otra. Auténtica #MafiAsturias, donde hasta los jubilados hacen de mulas naúticas para el narcotráfico.
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Buen repaso, sucinto y escéptico, al mito de Covadonga.
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Más o menos el resumen de por qué el libro electrónico ha resultado un fracaso.
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Extraordinaria galería de los disturbios okupas en eldistrito berlinés de Friedrichshain el 14 de noviembre de 1990, un año después de la caída del Muro.
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Extremadura es muy bonita, y los extremeños más aún.
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¡Valencia! ¡Valencia! ¡Valencia y sus infraestructuras! ¡Los del déficit de financiación!
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Solo el 5% de los trabajadores retrasa su edad de jubilación más allá de la edad del retiro. Esto es: rechaza a mejorar su pensión en cuantías del 2% o el 4%, porque lo que quiere la inmensa mayoría de la gente (el 95%, nada menos) es jubilarse. El artículo está lleno de otros datos muy interesantes.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Títulos universitarios que reflejan un país

Muy grande Chiquito de la Calzada y el auténtico título
La corrupción del Partido Podrido no tiene fin, por muchas llamadas a la regeneración y el cambio que la propaganda de El Sistema se empeñe en realizar. Hoy ha dimitido el Diputado y Presidente del PP de León Jose Miguel González por un asunto que recuerda muchísimo a lo protagonizado por Cristina Cifuentes hace menos de un año.

La chabacana madrileña cursó y obtuvo de manera fraudulenta un Máster de mierda por una universidad pública de mierda, y todo por la vanidad, por el ser algo. ¿Qué sentido tenía que una persona que ya había sido Delegada del Gobierno en Madrid curse un Máster de Gestión Pública? Simplemente el figurar, el que parezca que es algo más que una aparatchinik puesta ahí por la Mafia que integra su partido, especialmente mafioso en su rama madrileña.

La titulitis española, el país de las "dobles titulaciones" (Derecho y ADE, muy popular en los patios de vecinas) y el Máster en Columbia, Princeton o Purdue, como el líder del partido Pablo Casado, que se sacó el 70% de la licenciatura en dos años, cuando ya se sabía que era un joven con posibles en la estructura mafiosa. No bastaba con eso: también tenían que figurar posgrados en universidades de esas que aparecen en las sudaderas de Bershka, que en el fondo eran simples seminarios impartidos en Madrid por lo peor del profesorado de esas instituciones.

En esta nueva historia de corrupción del Partido Podrido se recuperan estos elementos, y entronca con la propia historia del PP leonés, donde militaba y ejercía de dictadora la muy recordada Isabel Carrasco, "El Bicho" según pintadas anónimas aparecidas en el mismo sitio de su ejecución al día siguiente, y que desde este blog rechazamos vivamente.

Tras el trágico deceso de esta política de raza (leonesa), viene a cuento recuperar que su sucesor duró apenas unos meses en el cargo, porque le estalló en la cara el caso de corrupción del Noroeste conocido como Operación Púnica. Básicamente, y porque la zona carece de las millonadas típicas de otras regiones, era una red clientelar de corrupción a base de concesiones y contrataciones de cuantía que puede parece ridícula en el país de los 800 millones en putas, droga y prejubilados, pero que refleja perfectamente la extensión y la naturalización de la corrupción más elemental.

Yo no les culpo si no se acuerdan de Marcos Rodríguez Barazón, el corrupto que acaba de ser reelegido con mayoría absoluta en su pueblo leonés de miseria, esta vez enrolado como "independiente", pero les ruego que tengan en cuenta que durante sus escasos meses al frente del PP leonés solo tuvo una obsesión: defender el legado de Isabel Carrasco -por ejemplo, a cambio de 5500 euros de dinero público por dar una conferencia en su honor-  e impulsar una macroestación de esquí en la Cordillera Cantábrica.

El díficil sistema universitario español apoya a Lagarder
En Asturias está Fuentes de Invierno, y en León San Isidro, dos estaciones de esquí de tamaño ridículo a nivel europeo, y separadas por apenas dos kilómetros. Dos kilómetros, y dos regiones diferentes, que en España significa dos modelos de gestión diferentes, y todo lo que se pueden imaginar, pero que en el caso del irredento noroeste no ahoga la aspiración casi vital de hacer algo mejor, más efectivo y, especialmente, más grande. Ande o no ande.

Esto último es especialmente importante en este caso. Son estaciones de esquí a cota 1500, y muchas veces no tienen nieve, o dura poco. La gente de pasta (¡es esquí!) se pira a los Alpes, o Sierra Nevada o Baqueira. A la Cordillera Cantábrica solo van los funcionarios -en el Noroeste son los ricos-, algún gallego de la misma extracción -es lo más cercano que tiene-, y un puñado de flipados buscando la rotura de ligamento.  Su techo de usuarios es muy bajo, y su futuro en el contexto de calentamiento global muy incierto.

¡Pero que no cunda el pánico! Si se puede hormigar la montaña, se hará. Si es necesario poner una línea de 3 megavatios -verídico- para instalar un nuevo remonte que no lleve a nadie ni en invierno ni en verano, se hará, porque las macroestaciones de esquí "contribuyen a asentar la población rural y dar alternativas a la gente de montaña", o como quiera redactar la propaganda esta parte del briefing que presenta a los medios (y que estos se tragan de manera desinteresada) en esta ocasión.  Y en todas las demás.

El hijo secreto de Martín Villa y Triana, la loca de Astorga
Por eso el corrupto Rodríguez Barazón dedicó sus escasos meses en el poder a esa fijación: impulsar una macroestación asturleonesa, y lo hacía con un interés claro, como era su lucro personal y el de su partido, por medio de un empresario afín. Caído en desgracia este otro títere del Partido Podrido, ¿saben que es lo más gracioso? Que la muñeca diábolica candidata del PP en Asturias en las últimas elecciones regionales ha retomado el proyecto, conociendo perfectamente lo que gusta el grandonismo por ahí y conociendo perfectamente que a la gente le dura la memoria tres o cuatro años.

Es por eso, por la amnesia incapacitante de gran parte del electorado, que el PP leonés encontró una nueva figura de referencia en Jose Miguel González. Joven para los estándares de la zona -treinta y pocos años- y poseedor de una cara de racialidad intensa leonesa -se ven rasgos de Martín Villa y Triana la asesina-, cumplia todos los requisitos exigidos para el puesto: tonto hasta el punto de ser incapaz de sacarse una carrera que ha logrado dominar hasta Susana Díaz, y completamente desconocido para el gran público leonés, que ahí como en otras partes de España vota al PP sí o sí, incluso si pone de candidato a una fregona o un animal de tiro.

Pero tonto de remate, oigan. La exclusiva corresponde a Leonoticias.com, un medio hiperlocal integrado en Vocento, que ya con el trágico exitus de Isabel Carrasco se apuntó buenos tantos. No es tan dificil cuando el panorama mediático local refleja perfectamente los alineamientos políticos, con medios hipercorruptos como el Diario de León, según el cual la paupérrima provincia en medio de la nada está a punto de convertirse en una Baviera norteña, a golpe de ferias de cabras, Palacios de Congresos de Domique Perrault -esto merecería otra entrada, la verdad- e inversiones del Estado en plantas de pellets. Y mejor no hablamos de otros medios que se distribuyen conjuntamente con El Mundo o el ABC, porque las cabeceras madre ya hablan perfectamente de ellos.

No falsiques títulos, cómpralos
Una exclusiva consistente en que Jose Miguel González, flamante neodiputado en la Cortes de Madrid, habría falseado su currículum atribuyéndose una licenciatura en Derecho -cursada a pachas entre la desasosegante Universidad de León y la Complutense- que no era tal. Al principio lo intentó negar, e incluso desde Génova le animaron a querellarse contra el medio. Hizo lo peor: presentó un título falso, algo fácil de comprobar, y ha acabado cayendo por completo.

Parece increíble sino fuese porque les he ido poniendo en antecedentes. Solo desde la estupidez suprema y el recurso a la amnesia del electorado se puede volver a intentar lo de colar un título falso. ¿No se ha aprendido nada de Cristina Cifuentes y su vídeo enseñando su expediente falso? Hoy en día ya no cuela eso; hay gente dispuesta a sacrificar su tiempo por hacer todas las comprobaciones necesarias. Gente que no es necesariamente periodista, ni juez, ni académico,  como pasa en Alemania.

Quizás colase en el reducido e irresperable ambiente leonés -¡a ver quien se mete con el presidente del PP local! ¡La Carrasco los dejó a todos bien amaestrados!-, pero hace falta ser muy cateto, estúpido y limitado para pensar que en cuanto se colgase su currículum del portal de transparencia de las Cortes Españolas el asunto iba a durar mucho. Y en verdad Jose Miguel González debe ser de todo eso en abundancia, puesto que incluso presentó un título falso, de esos que se encargan por milanuncios, y cuya finalidad me es ignota, salvo para poner en el salón de la casa de los padres, esos que han pagado carreras universitarias a hijos que han perdido los mejores años de su vida en drogas, videojuegos, series y putas, y que a la hora de volver al nucleo familiar tras sus cinco años de colegio mayor en una capital tienen que llevar un justificante.

El ridículo es monumental. El partido regenerado, el de todo eso es del pasado y yo no estaba cuando ocurrió incurre, apenas unos meses después de Cifuentes y Casado con sus títulos trucho, en los mismos errores. El PP leonés de la corrupción negra -a Triana le habían prometido un puesto de trabajo vitalicio si decía sí, bwana a la Carrasco, pero todos han pasado de puntillas sobre el asunto, porque es el procedimiento habitual- tiene tal cantera de talentos que no han podido encontrar a nadie mejor que uno que se inventa un título, pero que cumplía los requisitos de Teodoro el Murciano, presidente del Partido Podrido a nivel nacional: joven, sin pasado, obediente. Excepto en el primer asunto, y por simple escasez, no tendrán problemas en encontrar un sustituto, que está vez ya vendrá dotado de serie con unos buenos títulos conseguidos con su esfuerzo. Más o menos como el líder del partido, al que nadie interroga ni interpela sobre su gran mentira curricular.

Porque este país es así, y sus dirigentes (¡un saludo a Rocío Monasterio!) reflejan a la población. A la que les vota.
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Lo que venimos comentando sobre la capacitación y profesionalidad de los Polícias españoles.
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Un Policía nacional fuera de servicio, triplicando la tasa de alcohol en sangre, atropella y mata a una persona. Era sábado noche. La velocidad del vehículo no se conoce, pero se intuye. 
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Balance triunfalista en este completo reportaje sobre las "casas a 60.000 euros", la iniciativa de casas baratas de promoción pública que se hizo en Extremadura, la región de la Ministra Trujillo. 



viernes, 22 de noviembre de 2019

Madrid en un dédalo de calles


Por dentro lujo de valenciano, por fuera cochambre
Madrid era una fiesta. Nunca hay que olvidar el marco en el que se movió la ciudad en los años en que coincidió la mayoría del PP en Congreso con la mayoría (absoluta) en el Ayuntamiento, y la espléndida prolongación que tuvieron esos años en el primer zapaterismo, hasta el estallido en plena cara de la crisis.

Crisis que fue un parón abrupto de los Quince Años de Despilfarro y despipote inmobiliario. Algunos de los grandes nombres de la época han acabado en la cárcel (el más significado Rodrigo Rato, el siguiente va a ser el gallego de Chantada conocido como Francisco González) y ahora se van conociendo algunos nombres de pececillos que se movían en esos lodazales por la misma época.

Es el caso de Rocío Monasterio, la única mujer visible de Vox, y que está ahí por los mismos méritos por lo que estuvo Ana Botella o por los que está Irene Montero: por ser la mujer de un macho alpha del partido político. Como llevan contando desde hace semanas El País y eldiario.es, la asturcubana se dedicaba en esos años a reformar y vender locales como vivienda, sin contar con los permisos necesarios.

No contaba ni con la licencia para convertir suelos y locales de uso industrial o comercial en residenciales, ni contaba tampoco con el título de arquitecta para hacer esas reformas. Madrid era una fiesta, y el silencio del corruptísimo COAM (el Colegio de Arquitectos de Madrid) al respecto indica bien a la claras que Monasterio no estaba sola en las prácticas ilegales.

No, pero seguro que sus rivales y compañeros generacionales no contaban con el apoyo de alguien como Iván Espinosa de los Monteros, hijo de dinastia de diplomáticos y educado como tal, por eso luce este inglés y francés, aunque sea para decir sandeces dignas del anterior régimen, bajo el que prosperó su apellido.

No quiso seguir los pasos familiares, y se metió a promotor inmobiliario. En esos años de dinero fácil y burbuja precisamente inmobiliaria, aunque lo era de todo ("en diez años estaremos por delante de Francia y Reino Unido", bramaban) surgió este combo ganador: Promotor inmobiliario + arquitecta trucho + burbuja + Madrid finisecular = pelotazo

Es digno de una novela picaresca imaginarse -y no hay que forzar mucho la imaginación- a Espinosa de los Monteros pateándose Madrid junto a la del título que no capacita para ejercer en busca de locales donde dar pelotazos, aunque lo más seguro es que recurriesen a sus contactos familiares y a lo mismo que El Diablo Cojuelo para hacer negocio.

Hasta el momento, los ocho casos de promociones inmobiliarias fraudulentas se habían dado en su zona natural de acción: el Barrio de Salamanca, el Viso -su propia residencia, edificando bajo rasante como si Madrid fuese Arizona, seguramente inspirada por la casa-estudio de Fernando Higueras-, un poco de la Guindalera chic que linda con Ventas, y una promoción en el Tetuán más cutre, pero donde con solo cruzar dos calles ya se podía estar con los de su especie.

Por eso sorprende vivamente lo desvelado hoy por El País, donde su redactor estrella Iñigo Domínguez sigue personalmente el caso, y el es el mismo que se rie de otras partes de España todos los sábados desde A vivir que son dos días de la SER, siendo como es un vasco que estuvo diez años en Roma y no aprendió nada más que chismorreos de Italia.

La última irregularidad conocida de Monasterio se situa en la calle Rodas, que por aquella época era una calle fea, estrecha y en gran parte horrible de la zona de El Rastro justo antes de que se convierta en Lavapiés. Para los no familiarizados con Madrid, es una calle con una empinada cuesta desde la calle principal del famoso mercado dominical, y que desemboca en Embajadores, una de esas calles que en El Palé -y el juego viene muy a cuento con el post- eran de las más baratas.

En 2005, cuando perpetran su estafa, y es la palabra adecuada cuando venden una propiedad como vivienda sin serlo, la calle distaba mucho de ser lo que es ahora. Estaba igualmente deshabitada -no hay comercios ni actividad alguna, como gran parte de la zona de El Rastro entre semana- y Lavapiés distaba mucho de ser el barrio cool-trendy-gauche divine que es ahora.

¿A quien podían vender un bajo reconvertido en vivienda? Pues a un actorucho-presentador venido desde Valencia, donde esas prácticas de esto te lo recalifico yo, que tengo contactos en el Ayuntamiento le resultarían íntimamente familiares.  Ahora, casi quince años después de la estafa, ha decidido denunciar a la timadora asturcubana.

De los anteriores capítulos del serial sabemos que otros ya han intentado la vía judicial, dado que además muchas obras estaban mal realizadas y tenían fitraciones y otras menudencias de arquitecta de interiores brillante, "una de las mejores alumnas que he tenido", según la peor profesora de proyectos de la ETSAM. Todos los que han intentado la vía judicial han perdido, porque el matrimonio Espinosa de los Monteros-Monasterio se había guardado muy bien las espaldas, no dejando más huella que la verbal en esos inmuebles vendidos como vivienda.

Esquina de Rodas con Embajadores, never forget
Como habrá más capítulos de este vodevil que deja bien a las claras la clase de gente que está en el partido de ultraderecha Vox, habrá que quedarse en lo maravilloso de imaginarse al matrimonio trepilla tomando medidas y visitando la obra justo al lado del local histórico de La Eskalera Karakola -bocacalle de Rodas con Embajadores-, antes de que lo derribasen por ruinoso.

La Eskalera Karakola fue y es la primera casa okupa completamente feminista, un ambiente que seguramente revolvería las tripas a Monasterio, otra radical de lo suyo. Es todavía más gracioso, al menos para mí, porque también estaba a 50 metros la sede de La Dinamo, la asociación cultural y revista homónima para èlits donde estaban todos los intelectuales vinculados a Podemos, desde Rendules hasta Isidro Enfermo Mental, pasando por el impresentable soriano Victor Lenore.

Y qué decir del locutorio Nuevo Siglo, en la cercanísima calle Tribulete -a 100 metros en línea recta-, donde un año antes se habían vendido las tarjetas SIM de prepago con las que se activaron las mochilas-bomba del 11-M. Seguro que en algún momento de visita al tajo, o cuando localizaron el local, el matrimonio ultraderechista tuvo un pensamiento al respecto. O no, porque ya se sabe que fue todo obra de la masonería y los servicios secretos marroquís aliados con los franceses: los enemigos históricos de España.Y la ETA.

Es todo -salvando las diferencias medibles en años-luz- como esos relatos de la Viena de entresiglos o el Berlín de entreguerras, donde en un recodo de calles te podías encontrar a Freud con Adolf Loos mientras Hitler acababa una acuarela paisajista, al mismo tiempo que desde un balcón se oía la última composición dodecafónica de Alban Berg (en el primer caso), o estar en un café con Joseph Roth y George Grosz al mismo tiempo que Van der Rohe acababa su monumento funerario a Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, con un zeppelin sobrevolando la ciudad (en el segundo caso). 

Bueno, entiéndanme: esto es Madrid. Cutrerío, gallinejas, entresijos, timadores,  franquistas, arribistas y  pelotazos con una plusvalía del 1000%. Un pueblo. El rompeolas de España. Su espejo cóncavo y convexo.
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El Mundo, condenado por inventarse una entrevista. El redactor mentiroso -aunque habría que matizar esto en el periódico de la conspiranoia del 11-M- va a seguir en su puesto de trabajo, como también lo hizo Pedro Simón. Total, la sentencia deja bien claro qué tipo de trabajo hace. Es una ideología. Y una secta.
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El "milagro económico murciano" esconde un gran fraude en la recaudación de IVA de las empresas, o al menos eso se deduce de estos datos
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Mientras tanto, en El País mantienen este interesante debate que no es tal: es simple simulacro de debate y de expertos. Solo hace falta ver sus cargos. O la pregunta capciosa.
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Extraordinario reportaje sobre lo que ellos denominan "corrupción rural", que es la explicación de por qué gran parte de España es miserable, corrupta y jamás va a cambiar. Noten cómo evitan poner demasiado lo de Partido Popular, no vaya a ser que sus lectores se enojen.
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Medallion, el fondo de inversión más rentable de la Historia.
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Catastrofismo, alarmismo y gran dosis de magufería ("Todos niños españoles orinan plástico") susceptible de ser delito en un tío que, oh casulidad, es un chientificho que publica un libro. 

lunes, 11 de noviembre de 2019

Vox ha venido para quedarse

Cuanto más verde, más Vox
De momento no está nada mal el resultado de las segundas elecciones generales de 2019, a la espera de lo que vendrá: el partido burbuja ha quedado descabezado y ha pasado a ser irrelevante para cualquier tipo de pacto. Tan pronto como subió -aupado por el Ibex-35- ha sido descalabrado, conservando únicamente un notable poder regional, más por su política de pactos para asentar a los de siempre que por haber sido renovación de nada.

Termina así, en gran medida, el trampantojo de Ciudadanos, un partido que decía que venía a romper el bipartidismo y que únicamente se dedicó a consolidarlo allí donde estuviese, porque su auténtica misión fue siempre la de contrarrestar el voto protesta que podría caer en Podemos. Neutralizado el breve auge de los neocomunistas que aspiraban a conquistar los cielos y acabaron conquistando el casoplón en la sierra, su función de muñidores del sistema ha concluido.

Se van así al garete los culpables del cordón sanitario al PSOE porque sí, decidido de manera pintoresca antes de las elecciones del 28-A. Ellos pretendían vender que Vox era un socio más fiable y acabaron devorados por la hydra del franquismo sociológico, mucho más real que la de ese supuesto liberalismo español. Con estos sí que no hay duda de que jamás pactarán con el PSOE, y ahora tienen una relevancia que Ciudadanos despreció al no querer entrar en el Gobierno de la nación.

Por la aritmética política y por el sistema parlamentario, el PSOE solo podría sacar adelante el acuerdo de investidura con la abstencion del PP y con alguno de los partidos de taifas que están proliferando por doquier en esta agonía del Régimen del 78. Podria también, como especulan los de la izquierda posibilista, con los comunistas de Podemos, pero esos quieren tener vicepresidentes y ministros con 37 diputados, y jamás facilitarán un gobierno socialista a cambio de nada.

Por eso mismo es más fácil que el PP se haga a un lado en la investidura -al igual que hizo el PSOE en 2015 con Rajoy- que haya un Gobierno del PSOE con el resto de fuerzas del arco parlamentario, para encima tener que aguantar los reproches de que pacta con Bildu, el PNV, Puigdemont y eso que los de siempre han conceptualizado como la antiEspaña, y que es la España realmente existente, cada vez más.

Es la situación ideal para el siguiente escalón de Vox: si el PP cede y permite la investidura del PSOE, el partido neofranquista se podrá presentar como la única oposición al Gobierno, al fin y al cabo y a es la tercera fuerza por número de parlamentarios; si el PSOE logra formar Gobierno con el apoyo de la antiEspaña, todavía más, porque gran parte de su discurso se centra en la denuncia del Estado de las Autonomías, que ha permitido que haya en el Parlamento cosas como lo de Teruel Existe. O el payaso de Cantabria.

Como se expuso por aquí cuando entraron por primera vez en un parlamento -hace menos de un año, y parece que haya pasado un siglo- gran parte del éxito de Vox viene de que ha puesto de nuevo en el centro del debate político los temas por los que la política es política: inmigración, fronteras, o identidad, temas que habían sido excluídos conscientemente por todos los demás partidos para que todo siguiese siendo un comedero de perros llamado bipartidismo con muñidores como Podemos o Ciudadanos.

Parecía que era mucho mejor hablar de si la Seguridad Social tenía que cubrir la atención bucodental (¡vamos a hacer a papa-Estado responsable de una cosa que es de higiene personal e intrasferible!), de los derechos de los travestis -minoría dentro de una minoría- o de los repartidores de Glovo, llevados a la campaña electoral por el dueño de Villa Tinaja, con toda la desfachatez de la que es capaz. Y es mucha.

En ese sentido, la irrupción de Vox es muy positiva, como en su momento lo fue la de Podemos. Sin embargo, el sistema del Régimen del 78 hace aguas por todos lados, y es muy significativo que mientras ningún partido puede ya alcanzar mayorías para gobernar, cada vez hay más partidos minoritarios-regionalistas representados, que es el reverso de la misma moneda.

Han sido las elecciones en las que Bildu va a sacar por primera vez grupo parlamentario propio -a expensas de que les apliquen la doctrina Amaiur-, en las que los partidos independentistas catalanes van a sacar más diputados en el Parlamento de Madrid, y con la presencia de partidos como Más País, BNG, esos de Teruel Existe y demás pintorequismos de este gran país, convertido ya en un reino de taifas.

Ojo con el caso de los turolenses, que en breve será imitado por sorianos, zamoranos y demás. Refleja muy a las claras de que no existe un proyecto común de nación (algo que ve cualquiera con los presos políticos y exiliados que ha provocado que la parte más rica de España quisiese votar sobre su futuro) y que lo ideado en 1978 se está agotando a marchas forzadas.

Vox triunfa entre los españoles perdedores
Ese es el contexto que explica el auge de Vox, a través de unos bastiones muy fuertes que se ven en los mapas adjuntos. A partir de su núcleo irradiador de policías y militares transtornados ha conseguido expandirse y, al margen de ganar en Murcia, ha sido la segunda fuerza más votada en Andalucía, la región más poblada de España.

Es especialmente significativo lo sucedido en Madrid. Vox ha ganado con un 30% de los votos en un municipio como Valdemoro, que en diez años ha pasado de ser el bastión del PP en el deprimente sur de la región (aupado por Francisco Granados, oriundo) a serlo de Ciudadanos y ahora de Vox. Un gilipollas como Kiko Lllaneras diría que es "el Ohio de la derecha", pero es siempre la misma mierda: wannabes que pretenden ser algo que no son.

Ahí es donde ha arrasado Vox: en el corredor del Henares, un lugar de distopía ballardiana y chándal los domingos, y especialmente en el tercer cinturón de Madrid, esos municipios a más de 40 km. de la Puerta del Sol donde viven derrotados por la vida y que ven cómo diariamente los inmigrantes les superan en todo. Algunos indocumentados los llaman clase obrera, y no son nada de eso: son carne de un partido fascista que no se va a ir de ahí ni con salfumán, y que ya ha superado todas las barreras de contención, básicamente porque nunca las ha habido.

El cóctel perfecto de España ra-ra-ra, el de "primero, los españoles" (escupido por Abascal en pleno debate electoral sin que nadie le replicase) y, ya si alguien ha estudiado por ahí, lo de la denuncia del "multilateralismo" y volver a los acuerdos "bilaterales entre naciones", por no hablar de la herencia "grecoromana", camino de ser lo mismo que fue lo de los celtíberos para el franquismo 1.0. Uno de Pinto o de Maqueda (Toledo) diciendo eso.

Vox, a diferencia de Ciudadanos y Podemos, ha venido para quedarse. Tiene un campo fértil y una ocasión propicia para crecer por encima de la barrera del 20% que supone el techo electoral de los neofascistas en Italia, Grecia o Alemania. Tiene el potencial de ser como el lepenismo, esto es: la única alternativa al bipartidismo.
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(íntimamente relacionado) "Vox triunfa en los diez pueblos más pobres de España, situados en Andalucía"
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En El Ferrol, uno más de los espantosos inframundos que hay en Galicia, unos vecinos piden quitar árboles de las calles porque "oscurecen y golpean las ventanas".
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¡Nadie podía saberlo en un microestado!
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¿Cúal es la finalidad de este artículo sobre Ferlosio de Félix de Azua? Simple y llanamente -baste mirar las fotos, o las continuas imprecaciones en el texto- decir que las recientemente completadas obras completas del escritor no son tales, que hay muchos inéditos. Otra cosa es que esos inéditos valgan algo, como la inmensa producción de los drogadictos y locos, pero eso no se dice.

Esta es la razón, y no otra, por la que Ferlosio quiso que la entrevista que propicia el artículo no saliese a la luz en 1997, cuando se realizó.  En cuanto a si los manuscritos tienen valor, pues el típico caso de un cadáver fresco y el de unos herederos que quieren hacer caja, como siempre en estos caso.
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Qué pena que un buen artículo -más por el tema que por la elaboración- se vea malogrado por esas referencias tan extemporáneas.
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Un policía vota cuando quiere, no cuando se constituya la mesa y se abra el colegio electoral.
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Estudio chorra donde los haya. Después resultará que está bien, pero esa tesis central de que las zonas verdes gentrifican....en fin, en ciudades como Madrid llenaron de parques zonas del sur durante los ochenta y los noventa, y siguieron siendo iguales: pobres y descuidadas. Y así en otros muchos sitios.