miércoles, 28 de octubre de 2009

Periodismo de cámara al hombro

Hola amigos, hoy vamos a hablar de un tema muy menor, pero que muy menor: el programa Comando Actualidad, la copia barata y cutre que RTVE (pagada por todos) ha hecho de Callejeros. Este era un programa que, cámara en ristre, empezó retratando realidades sociales que raramente tenían espacio en la televisión a especializarse en sacar cosas cada vez más raras.

A esto, en estos tiempos enfermos que nos han tocado vivir, se llama periodismo de investigación. ¿Investigación de qué narices? Muchas veces el reportero cutre y analfabeto (fíjense que tipo de preguntas hacen: ¿y usted come aquí? es una de las preferidas) únicamente va a la barriada de turno, o a la inmobiliaria de turno y se deja llevar con lo que va apareciendo. Si está grabando y pasa uno con el yate u otro con la furgoneta de reparto, ahí que se cambia y va a por otro objetivo, al rico olor de lo soez, lo cutre o lo espectacular.

Por supuesto, olvídense de que estos reporteros investiguen sobre el dinero negro, la corrupción política, la compra de títulos universitarios (incluyendo doctorados) en universidades privadas, clínicas de aborto ilegales, la vida de los exreclusos y su difícil inclusión en la sociedad, gente con baja laboral que practica deporte, la cadena de frío en la distribución alimentaria o donde se recicla el dinero del tráfico de drogas en el Estrecho, por poner sólo algunos temas que se me ocurren y sobre los que no se investiga.

El modelo creado por Callejeros y repetido por RTVE (Cuatro es una cadena privada y puede hacer lo que le de la gana, el Ente lo pagamos entre todos) está muy definido y es inútil repetirlo, porque ya lo conocen. De hecho, incubo la teoría de que este programa está ideado para fomentar el odio social en estos tiempos de crisis: una de sus especialidades es sacar las excentricidades de ricos, para que desde el sillón de su casa el adocenado exclame "¡Pero que hijoputa!", porque ya saben que en este país cualquiera que sea rico es directamente culpable.

Es bastante útil en estos tiempos de negra crisis económica que nos ha tocado vivir: poniendo que algunos no lo pasan mal, se consigue desviar la atención de que realmente gran parte de la crisis vendrá por tener que pagar el paro (improductivo por definición, y más en este modelo), no precisamente a ricos. Por seguir con este hilo, fíjense en como los medios desgranan las ganancias de la banca (sería mucho mejor que tuviesen pérdidas) y grandes empresas, con ese tufillo de antiguo adoctrinado en el marxismo, eso de que el gran capital es culpable y que sus beneficios nos pertenecen, o hay que repartirlos. Mejor aún: colectivizarlos.

La última entrega de la bazofia de programa que es Comando Actualidad ya se quitó directamente la careta y su tema fue Usted, ¿qué cobra?. Es una de las preguntas estrella de este reporterismo. También refleja mucho la mentalidad de pobretones y muertos de hambre de quien lo realiza. La pregunta es en sí misma ofensiva: no sólo porque está mal escrita (¿no será mejor preguntar "cúanto"? Si preguntas ¿qué cobra? la respuesta será "mi salario"), sino porque este es un país donde gran parte de la gente prefiere no decir por ahí lo que cobra.

Claro, eso indigna mucho a los reporteros. Centrémonos en el rude boy de la imagen, a tamaño real de los centímetros cúbicos de su cerebro. Extremadamente ofensivo -no pregunta, inquiere-, pagado de sí mismo y despectivo con todos los entrevistados, a los que llega a vacilar, este auténtico subproducto de la televisión ejerce de cabecilla (ejem) del programa y de los reporteros. En el programa enlazado arriba, el lema era "seis de cada diez españoles cobra en torno a 1000 euros". Probablemente el mismo pertenezca a ese 60%, pero nadie ha tenido el arrojo de preguntárselo: como para hacerlo, con esa cara y esas patillas de ir repartiendo hostias a quien no conteste lo que el quiere.

En torno al minuto 10 le agarra un billete de 50 a un pobre infeliz (la gente se cuadra cuando ve una cámara) y pregunta si se ven mucho por ahí: debe pensar que la gente va al cajero y saca el dinero en billetes de 20, uno por vez. En el minuto 14 se acomoda de tal manera que los entrevistados le puedan oler el aliento y, cuando le cuentan que están el paro y recibiendo la ayuda social, no se le ocurre preguntar qué narices están haciendo en una terraza, al rico solecito del otoño malagueño: hoy no tocaba. Cuando entrevista a yonkis si que suele preguntar por qué se gastan el dinero en mandanga.

Más adelante se va a Belvis de Monroy, Navalmoral de la Mata y Almaraz, tres bellas localidades de la siempre bella provincia de Cáceres. Para la ocasión se cambia su polo Lacoste por una chaquetilla de Ralph Laurent: cada uno viste como quiere, pero este payo agitanado ha llegado a preguntar a la gente por su vestimenta. Eso sólo lo hace una persona que cree que viste bien, y a la vista está que este pobre hombre tiene un concepto muy distorsionado de la realidad. Evidentemente, acaba preguntando a la gente que trabaja en la nuclear que hay por la zona. En el minuto 55 se queda contrariado (reconoce la moto: le pega) porque el entrevistado le lleva la contraria: si vives en un pueblo, en casa de tus padres, te puedes permitir todos los lujos, pero es algo que casa mal con su taimado reportaje.

El interés del reportaje era mostrar que el 60% de los españoles es mileurista: este lamentable programa concluye que es igual de mileurista uno que cobra esa cantidad raspada que un profesor que cobra 1.600. ¡Que digo concluye! Ya parte con esa idea preconcebida, y si se topa con ejemplos que llevan la contraria, sigue adelante. Total, es tan fácil de hacer como coger un coche, pasar las dietas y ponerse a grabar lo que van contando. Y mientras tanto, el sufrido contribuyente de este mierda de televisión pública a pagarle el corte de patillas a este intransigente con cámara (en otro reportaje 27´30": "Ya vas desprendiendo olorcillo. Se impregna ¿eh?". Parece que hable de el mismo). ¡Menudo país!.