sábado, 18 de enero de 2020

Pin neandertal

La ultraderecha sigue marcando el debate político de este país, a veces con temas de gran calado, y otra con auténticas estupideces alzadas a primer plano porque sencillamente...¿no hay otros temas más relevantes? ¿O es todo una estrategia consensuada para que ellos parezcan cavernarios y los otros seres de luz? ¿De qué va todo esto?

La última polémica es el veto paternal que la caverna quiere implantar en Murcia, una región enriquecida súbitamente, pero poblada en su gran mayoría por gañañes: de ahí han salido Zaplana y Trillo, padres de una escuela de entender la vida pública de gran calado. No es casual que Vox haya ganado por escaños en las últimas generales, y que inmediatamente después la ejecutiva regional haya dimitido porque "no dábamos abasto" (había mucho trabajo).

Digo veto paternal para no caer en operación de mercadotecnia política por la que la ultraderecha pretende pasar por un servicio de telefonía lo que es un veto, un veto ideológico a la programación escolar. Básicamente consiste en que los padres, si alguna actividad o contenido curricular les parece que no es de recibo (guiño, guiño a la vergüenza de la concertada), pueden vetar esa actividad para su prole.

La ultraderecha ha acotado el debate en torno a las charlas de sexualidad que, al parecer, reciben adolescentes en colegios, y donde les enseñan, en edad crítica, que la naturaleza no es binaria, y que en vez de distribuirnos cual campana de Gauss entre hombres y mujeres heterosexuales, hay un porcentaje muy significativo -pero que siempre será minoría- de personas que no se etiquetan en ese binarismo.

Ha sido un tema recurrente del pensamiento ultra en los últimos lustros. Conociendo la caverna de donde salen -algunos incluso de colegios que segregan por género- es normal que crean que lo que recibe su prole es propaganda para que, con complejas técnicas de hipnotismo, su Marcos o su Inés acaben adorando falos y vulvas, respectivamente. Como si fuese así de fácil.

Y esto por no entrar cuando sale el tema de las minorías de la minorías (creo que se corresponden con el resto de siglas de LGTB), que es entonces cuando cortocircuitan por completo. En vez de enfocar el tema por la vía de que tanto a la izquierda como a la derecha les iría mucho mejor ocupándose de las mayorías y sus problemas -una vez que esas minorías de las minorías ya tienen un grado de tutela efectiva de sus derechos reales muy amplio- se ceban en lo más grotesco del asunto.

Si tienen el estómago de echar un vistazo por encima de alguna cuenta de Twitter del facherío repugnante verán que están llenas de vídeos de locas que dan cursos de sexualidad, no necesariamente en colegios, pero para ellos es lo de menos. Lo importante es que se vea a un travelo hablando con fichas escolares, o una lesbiana de cúbito supino explicando donde están las diferentes partes que la talladora de la Venus de Willendorf intentó ubicar.

Será que es mucho mejor que un torero vaya a dar clases a colegios -visualicen por un momento cómo se viste un torero, y si difiere mucho de una drag-queen- o que la Policía vaya a centros escolares, cuando no van científicos ni panaderos. Y las horas perdidas de trabajo efectivo en la calle les computan como horas laborales efectuadas: en propaganda de lo buenos que son.

Ese debería ser el debate, en cuantas horas efectivas de enseñanza realmente útil reciben los escolares, una vez descontadas presentaciones chorras y vídeos que ponen en clase para ahorrarse la lección. Como eso afecta a una gran masa de votantes que son los profesores -750.000, hay que cagarse para creerlo- y sí que sería una revolución en el sistema, mejor levantar la polémica sobre un tema que es...una estupidez.

El veto parental no puede existir, y el Gobierno hace bien poniéndose firme en el asunto. Es ilegal, y es un retroceso propio de una edad en que desde el bando ultra se les llena la boca con lo de "libertad para elegir" (el médico, el banco, ahora dicen que también la compañía de tren), cuando hay cosas que son comunes para todos, y es el Estado central el que lo fija, no una autonomía surgida con el  régimen del 78, otra autonomía artificial.

A la polémica no le ha venido nada bien que la bocazas y gagá Celaá haya dicho que los hijos no pertenecen a los padres, en otra frase desafortunada de esta millonaria vasca. Lo explicaban mucho mejor los que sí que hicieron el gran esfuerzo para la educación en España con el babyboom y la generación que vino con el desarrollismo y el piso en propiedad -o pagadero en cómodas letras- y que se puso a procrear nada más llegar a las ciudades.

Colegios colapsados, clases en barracones, autobuses escolares para llevar a alumnos a distritos más alejados y donde había plazas libres. De esa época quedan los razonamientos de esos padres que agradecian la escolaridad pública, universal y gratuita que hacía a todos los que pasaban por el sistema porque, y esta es el núcleo del asunto, no querían que fuesen como ellos.

No querían que fuesen pobres e ignorantes, y si el hijo/a les salia estudioso por el camino, mucho mejor. Ahora hemos vuelto cuarenta años atrás, donde los padres quieren que sus hijos sean como ellos, y que en esta polémica artificialmente inducida por la ultraderecha significa que quieren que sean ignorantes (solo hay papá y mamá, chicho y chica) y  brutos -lo que no te gusta lo puedes vetar-, perpetuando así la herencia generacional de incultura y entrecejo poblado que siempre tendrá Murcia, por muy ricos que ahora sean.

Como el clima político está atrincherado entre los de la libertad y el resto, es fácil intuir que Madrid -la región de la arrogancia, si no tenemos algo lo compramos- se sumará a esto del veto parental, y solo por menoscabar al Gobierno, cuando el auténtico tema no son las chorraditas de una clase de una hora sobre sexualidad u otros contenidos que los ultras puedan considerar polémicos, sino sobre las horas efectivas de educación que reciben los escolares. Como es un tema mucho más serio, jamás tendrá relevancia alguna, mucho mejor la mongolada azuzada por la ultraderecha para reafirmar la autoridad del "cabeza de familia", por usar su terminología.
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Qué vergüenza ha dado desde el inicio el caso de este italiano. Por lo menos la noticia de su última fechoría indica que ha sido despedido de todos los sitios: porque lo que hace no es física, es política. Acabará de Ministro de Educación de Salvini.
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Valdecaballeros, el Lemóniz extremeño, revertirá a la Comunidad Autónoma: los planes que tienen para la instalación te sorprenderán por su imaginación y vanguardismo
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Oposiciones que no se cubren, precisamente las que requieren mayor capacitación. ¿Casualidad? No, es el modelo de país.
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Oviedo eterna e invicta. El Oviedín de siempre. 
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Pongan a una enferma mental a hacer la reseña de un disco en la era del #MeToo y saldrá esto. Será que no se ha dado cuenta del nombre del grupo. Por cierto, es un dis-ca-zo.
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Está muy bien y documentado todo el artículo, pero yo lo enmarcaría más bien en el contexto de unos tipos de interés tan bajos, y tan mal rendimiento de las inversiones, que muchos grandes capitales están inviertiendo en productos que antes despreciaban simplemente para especular con ellos.
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¡Otro caso parecido al de Enric Marco! ¡Todavía más morboso!
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"Su música me daba igual. Su estilismo... Sí. Yo quería ser como David Bowie". Por lo descrito, como el Bowie del Low. Por las fotos, no lo consiguió.
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Breaking news sobre la generación mejor formada de la Historia: hasta para volver les tienen que ayudar. Se relata el caso de una secretaria a la que han pagado 1600 euros por "el billete, la mudanza de algunos muebles, y el viaje de su perra".

lunes, 13 de enero de 2020

Triste Gobierno de coalición


Estos serían los Ministros si Podemos se hubiese abstenido en 2016
Con una investidura lograda con el último aliento de un neodiputado de Teruel Existe (atención al efecto contagio en los muchos terueles de España, ya presagiado aquí) el PSOE vuelve al poder tras ganar unas elecciones.

Es el momento y el lugar para recordar a todos esos de la Hizquierda Berdadera que allá por 2014 apostaban por la pasokización del partido troncal de la vida política española, que ha pasado una crisis tremenda por el auge de Podemos y el golpe de estado interno llevado a cabo por la secta socialista andaluza.

Por entonces, nadie daba un duro porque en el año 2020 pudiese volver al Gobierno, pero así es el Régimen del 78: ha gobernado en bastante más de la mitad de los años de vigencia de la actual Constitución, y es un partido que ahora afronta gobernar en coalición con lo que ha quedado del Partido Comunista tras la deriva de la Historia y de su propia historia.

De cómo se lleven entre ellos y lo que puedan hacer efectivo en estos cuatro años dependerá en gran medida el futuro de eso que llaman "izquierda" en este país, donde una gran parte de su electorado natural está desmovilizado porque simplemente no ven nunca nada nuevo ni significativo, mientras sus contrincantes políticos están plenamente movilizados y con unos planes muy concretos y sabidos. Quien quiera saber más sobre este panorama que mire la Comunidad de Madrid y su Ayuntamiento.

El nuevo Ejecutivo tampoco invita al entusiasmo. Por una parte se ha prescindido de cosas groseras como Màxim Huerta, pero por otra se ha optado por una serie de personajes grises y no menos grotescos para compensar la juventud y empuje -sí, empuje- de los ministros que han caído para Podemos. El mismo empuje que se quiso dar anunciando el pacto para un Gobierno de coalición a las 24 horas del fin del recuento electoral, intentando emular el efecto portugués, ahí donde es obligatorio constituir Gobierno inmediatamente después de las elecciones.

Este lento recocido, que se lleva fraguando desde la anterior cita electoral de abril, hará que todos los nombrados en estos días lleguen al poder con el currículum libre de mácula, pero tampoco se puede descartar del todo títulos falsos, casas no declaradas -o declaradas a través de una empresa- y demás trapisondas que nos recuerdan constantamente que España es un gran país para algunos, especialmente para los que les va bien en la vida a base de hacer trampas.

22 Ministerios (y 27 secretarías de Estado, los cinco Ministerios neonatos son a partir de escisiones de estas últimas, que solo tienen una más) para un hiperejecutivo donde muchos de sus miembros apenas se van a conocer. 22 personas, como una clase escolar de primaria. Pon orden ahí, cuando una y otra facción va a querer destacar sobre la otra. Cuando algunos de los Ministros son narcisos de sí mismos, empezando por el Presidente, que no por casualidad ha montado un Gobierno donde nadie de su partido le pueda hacer sombra ni aspirar a delfín, en la más pura tradición de este Régimen.

Carmen Calvo: Ministra de la Presidencia y Memoria Democrática, en un claro indicio de que el nuevo Gobierno va a impulsar este tipo de Memoria contra la que se ha arrogado la derecha en exclusividad, y que va a usar constantemente ("han pactado con terroristas"). Inútil -Catedrática de Derecho Constitucional por la Universidad de Córdoba- y de dicción atribulada, es un fiel reflejo de lo que es el país y su meritocracia.

Dignidad, decían. Qué sinvergüenzas entonces y ahora
Pablo Iglesias: Derechos sociales y Agenda 2030, que son cargos crematísticos y que no aportan nada. Lo primero, porque depende de todos los otros ministerios; lo segundo, porque es un invento de ese organismo caduco que es la ONU para que alguien los tenga en cuenta, y que únicamente están adoptando los países débiles y guays. Dice haber leído a Gramsci, veremos cómo lo aplica. Lo más divertido va a ser su proceso de burocratización, ya iniciado aceptando la actual Constitución: esa que venían a cambiar, y ahora gestionan la "Agenda 2030".

Nadia Calviño: como buena gallega no ha hecho nada. Una calamidad de persona y de Ministra, incapaz de reducir el déficit fiscal español y de cumplir con los objetivos de la Comisión Europea. Incapaz de tomar una sola medida innovadora. Una gallega ejerciente, por tanto. Ahora añade a su cargo lo de "Transformación Digital", qué cosa más patética.

Teresa Ribera: una de las favorecidas por Pedro Sánchez. Una integrista ecologista radical y abyecta, que debería estar en la cárcel por haber firmado de su puño y letra la declaración de impacto ambiental de la plataforma Castor: le pareció que era una gran idea enterrar el Co2 y hacer rico a Florentino Pérez, porque su ideología enferma cree en el milagrerismo. Ese milagrerismo combinado con catastrofismo. Ahora incorpora a sus atribuciones el "Reto Demográfico": un chiste macabro encargar algo así a alguien neomalthusiana.

Mª Jesús Montero: combinará Hacienda con portavoz del Gobierno, donde sustituye a la inútil y mendaz Celaa, la del chalet de dos millones de euros en Euskadi. Arrogante y lenguaraz, exporta el modelo andaluz al conjunto de España: tiene ante sí el reto de lograr sacar adelante los primeros presupuestos propios desde 2017. Seguro que lo logra a cambio de más déficit, la única fórmula que conoce.

González Laya: para AA.EE una técnica de comercio, conocida en el ambiente como una hincha españolista -un saludo a las embajadas catalanas- algo que ya ha refrendado en público al jurar su cargo con un Spain is back! (¿de dónde?) Ese tipo de gente que si el PP o Cs les hubiesen ofrecido un cargo lo hubiesen cogido. Sustituye a Borrell y, salvo por las chifladuras de gagá del catalán, lo va a hacer mucho peor. Carece de cualquier finezza y tacto, pero ¡qué más da!

Juan Carlos Campo: el diputado juez, igual que hay diputados militares (¡un saludo a Zaida Cantera, si es que todavía estás viva!) y demás cosas de una democracia perfectamente asimilable a las de su entorno. Pues no: elegir para Justicia a un soldado -¿Qué lleva a un juez a hacerse diputado? ¿El compromiso por su país?- indica claramente lo que les va a pasar a los presos políticos y exiliados que tiene España. Disfruten lo votado.

Más España como solución. Más España, Más País
Margarita Robles: otra que es jueza. En su año y medio al frente de Defensa no ha hecho nada, incluyendo chapuzas horrorosas como el contrato a dedo -hay que favorecer a las empresas españolas, siempre- para el nuevo vehículo blindado de transporte de tropas. Mientras tanto, la corrupción y la inmoralidad han seguido campando a sus anchas entre la tropa y sus mandos.

Grande-Marlaska: apenas sabe hablar, y muchas veces se le ha visto superado. Por todo. Otro juez -y ya van tres- en el Gobierno. De la Ley a la Ley, dejaron escrito los franquistas que impusieron este Régimen, y parece ser que ahora toman cuerpo presente. Cumple varias cuotas en este Gobierno, la menos evidente la de ser el más tonto del mismo.

Ábalos: Ministro de Transportes, Movilidad Urbana y Agenda Urbana, cuando antes era de Fomento. Todo propaganda, claro. En un país donde el transporte de viajeros por carretera no está liberalizado van a liberalizar antes el tren, que usa una infraestructura mucho menos flexible que una carretera. Esto es socialismo. Y así, todo.  Esta legislatura llega el AVE a Asturias, Murcia y Galicia con este tripón al frente. Qué miedo.

Celaá: es increíble que siga en el cargo. Tras su globo-sonda contra la educación concertada, no hará nada, porque el PSOE dice muchas cosas cuando está en la oposición -o en la interinidad de estos dos últimos años-, y nada cuando está en el poder. Si el informe PISA ha salido hecho unos zorros es "por un problema informático", y santas pascuas. Aquí hemos venido a hacer negocio, como hizo en Euskadi.

Yolanda Díaz: una Podemita para sustituir a la Valerio, junto a Carcedo la única sustituida por Sánchez, y eso que nos vendieron una historia de superación personal sobre su pobreza infantil y su cáncer. Pues nada, ahora una gallega para tratar la derogación de la reforma laboral de 2012 -no hará nada, su origen le condiciona- y subir el Salario Mínimo -no hará nada, por los mismos motivos-.

Escrivá: presidía la AIRef (la "i" es de "independiente"), un organismo para el control del gasto público, pero no ha tenido problemas en quitarse esa molesta "i" y pasar a un gobierno con comunistas, y en una neocartera de Seguridad Social, "Inclusión" y Migraciones, creada con lo que no querían que acabase en Podemos del antiguo Ministerio de Trabajo. Dice que hay que reformar la quebrada Seguridad Social: no hará una mierda, salvo quitar prestaciones a los que se vayan a jubilar dentro de 30 años, porque todavía no votan pensando en eso.

Reyes Maroto: ¡qué bonito! En un país cuyo sector industrial residual bascula en gran medida en torno a la automoción continua una Ministra que se tendrá que coordinarar con otros cuantos Ministerios (Movilidad, Agenda 2030, Transición Ecológica) para que este poderoso lobby mantenga sus privilegios. Es perfecta para el cargo.

Darias: una canaria para Política Territorial. Una canaria para la reforma de la financiación autonómica, para los vuelos subvencionados a las islas -ese sí que es voto cautivo y no el del PER-, para la reforma del Estatut catalán -el otro, el votado en 2006 no existe ni para el Constitucional ni para nadie- y para los funcionarios. No hay más que decir.

Ajá. Uhm. Claro que sí.
Rodríguez: el PSOE pone el frente de Cultura y Deportes -uno de los Ministerios más visibles- a un hombre gris del PSM, para así promocionarlo y poder presentarlo de a alcaldía de Madrid en 2023, como intentaron con Lissavetzky y también con Pepu Tristón.  Saldrá mal, claro. Produce arcadas, sin paliativos.

Illa: un filósofo al frente de Sanidad. Como lo están leyendo. Su gran reto es incluir el dentista en la Sanidad pública, quizás como medida presocrática o hegeliana: en vez de hacerte cargo de tu propia salud dental, el Estado también acudirá en tu auxilio aunque seas un puto vago que no sabes ni cepillarte los dientes. Si esto no es lo que es gobernar en el siglo XXI, no se lo que lo es.

Garzón: Consumo. Es muy divertido que el primer Ministro del PCE desde la Guerra Civil vaya a tener como responsabilidad ministerial lo que es el epítome del capitalismo, el consumo. Risas aseguradas con este tonto útil -la hydra comunista se ha tenido que reinventar tras las eclosión de Podemos y su juventud- cuyo inutilidad se va a plasmar rápidamente en sus competencias sobre el juego, donde CIRSA y otras multinacionales untan a poderosos agentes sociales.

Montero: Ministra de Igualdad porque es la concubina de Pablo Iglesias. Ministra de Igualdad porque es la concubina de Pablo Iglesias. Ministra de Igualdad porque es la madre de los hijos de Pablo Iglesias. Ministra de Igualdad porque es la segunda de Podemos, el partido de Pablo Iglesias. Si algunos decíamos lo mismo de Ana Botella como alcaldesa de Madrid, no vamos a dejar de decirlo en este caso. No hará una mierda, pero mucho gritito y pancarta. Por este orden.

Duque: ¿saben ustedes que una de las primeras cosas que hizo como Ministro este incapaz fue pegarse un viaje a la Antártida? Sí, pero de trabajo, a bordo del Hespérides. Dice mucho de alguien que venden como científico y es un astronauta. Afronta la vida como un eterno viaje, y está en un Ministerio ideal.

Castells: Ministro de Universidades, desgajado de Ciencia. Es tan mayor (77 años) que no hará nada, un puesto creado de la nada y para nada para que una de las pocas instituciones que perviven desde la Edad Media continue como hasta ahora. Por su perfil profesional y veteranía dará las mejores declaraciones del Gabinete, en plan me la suda todo.

Lo ideal sería concluir con un disfruten lo votado. No va a haber tiempo de disfrutar nada, por la propia naturaleza sombría de todos los elencados, y porque la oposición no va a dejar ni un mínimo espacio para la tregua. Aquí, en los estertores de un régimen que todavía no sabe lo que va a venir, solo se trata de resistir el mal menor, el de un Gobierno construido con apoyos contranatura -Esquerra absteniéndose en la investidura con presos políticos en las cárceles-  para impedir unas terceras elecciones  que diesen el triunfo a la derecha y la ultraderecha, capaz incluso de presentar a un elenco aún más inútil que estos encabezados por Sánchez. Y eso es lo único positivo que puedo decir de este Gobierno gris y triste.
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Uno de cada cuatro alumnos matriculados en la Universidad de Extremadura no lee libros.
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Aquí lo dicen claramente: desde los años 70 "el aumento de la población y la mejora de las condiciones de vida" han puesto al equilibrio ecológico contra las cuerdas. No es cambio climático, es que nuestra especie es depredadora y no tiene ningún depredador.
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Polvorones para vegetarianos. Al margen de la gracia, un reportaje muy interesante, y no especialmente abundante en la prensa española.
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Interesante artículo sobre el cementerio que ideó Oteiza para San Sebastián.
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Espectacular pinchazo de la burbuja inmobiliaria de Londres . Es de principios de 2017, y el catastrofismo apuntado no ha sido para tanto: téngalo en cuenta ante la próxima salida de la UE del gigante (burbujil) londinense.
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El medio de ultraderecha El Confidencial, escrito por y para subnormales influencers, deleita y agrada hasta la carcajada con frases antológicas como esta: [El plan para invadir Portugal] "contaría con 250.000 efectivos por tierra (más que la población de todo Móstoles)".

Móstoles como unidad de medida. Incluyendo hipervínculo para ver las noticias relacionadas con el poblachón madrileño.