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jueves, 6 de octubre de 2011

1953 again

Un día cualquiera en Rota
Era el año 1953 y España era un paria internacional, repudiado en la ONU, aislado en sí mismo, con una economía de subsistencia y con las cartillas de racionamiento muy frescas, casi lo único en el país. Ese año llegó el primo americano y la dictadura franquista encontró su lugar en el mundo, alargó su vida unos lustros e incluso llegó a prever su perpetuación a la muerte del dictador, todo gracias al abrigo de la protección americana.

Los EE.UU firmaron el acuerdo militar con España (magníficamente descrito por Ángel Viñas) por unas razones muy pragmáticas, que poco tenían que ver con el anticomunismo del régimen: estaba bien que fuese tan patente, pero tampoco era condición inexcusable. Aquí lo que contaba era la geografía pura y dura, como tantas veces en la historia militar, una que mueve el mundo en mayor medida que (por ejemplo) la lucha del proletariado o el precio del pan por sí solo.

Al final la rancia propaganda nacionalista española -bastante anterior a la del franquismo- tenía razón en una cosa: España tenía y tiene una posición privilegiada en el mundo, al menos mientras el eje de la tierra gire en torno a los EE.UU de América. Penúltimo país de Europa en la vía hacia el Nuevo Continente, gozne del Estrecho de Gibraltar, puente con África, retaguarda de Europa si la línea del frente estaba en Alemania.

Esos fueron los factores que llevaron a los yankis a instalar su fuerte contigente militar en España en 1953, con el beneplácito de un Franco que, cuando era guionista de cine (Raza, si no la han visto no pierdan la ocasión) no dudó en atacar a su amigo que, con el tiempo, se convertiría en el fiel apoyo del régimen. Alas aéreas en Zaragoza y Torrejón, facilidades en Morón, estación de seguimiento de submarinos en La Costa de la Muerte,  pero especialmente la gran base naval de Rota.

Ya tiene narices que Rota -un auténtico Guantánamo, o un Gibraltar-bis- lleve allí camino de los setenta años y jamás haya sido presentado como esos dos ejemplos que, azarosamente, tienen que venir a la mente de cualquiera. Por mucho que se presente como "base conjunta", la realidad es que EE.UU tiene un pedazo de su soberanía -con lo que eso conlleva- en suelo español. Y no es precisamente su Embajada.

Se trata de una base clave en el esquema global de la única superpotencia militar del mundo, donde hace y deshace a su antojo. En los últimos años ha ampliado el dique exterior, han renovado el "contrato" por otra centuria o milenio y, noticia de hoy mismo, han decidido que Rota sea una parte fundamental de su escudo antimisiles. España de acuerdo, aunque ponga el país como objetivo militar número uno en caso de que ese sistema antimisiles se llegue a usar en algún momento.

La noticia ha sido presentada propagandísticamente como una oportunidad de empleo, cuando es una noticia de ámbito militar -y no menor- y no laboral. Signo de los tiempos: Franco presentó el acuerdo de 1953 como un espaldarazo a su política de anticomunismo visceral, Zapatero como una pequeña alegría en um mar de parados. A la cita no ha faltado ni el fogoso secretario general de la OTAN ni el secretario de EE.UU para Defensa, todo ello en Bruselas: el canto de cisne internacional de Zapatero.

Wikileaks, esa referencia ineludible para todos estos asuntos, ya nos dijo que Zapatero había ofrecido a EE.UU la posibilidad de ampliar y mejorar sus instalaciones militares en España, todo con tal de ganarse el cariño perdido en Washington al no levantarse ante la bandera en el 12 de octubre de 2003 y, especialmente, por cumplir su promesa electoral con la retirada de tropas de Irak en 2004.

Aquel entonces la excusa oficial fue el peligrosísimo terrorismo del norte de África, ahora son los fantasmagóricos misiles de "Irán y Corea del Norte". Evidentemente, estos dos Estados no tienen ni tendrán jamás la capacidad militar para ni siquiera desarrollar un misil capaz de cruzar continentes, que es para lo que está diseñado el escudo antimisiles.

El escudo antimisiles, desde el inicio de su concepción en plena administración Bush II -con la violación del tratado ABM- está diseñado para intentar conjurar la amenaza de los misiles intercontinentales rusos, como si la Guerra Fría siguiese su curso. En términos militares de estrategia balística es así: el desmoronamiento del Imperio Soviético arrojó una situación inédita en la historia, la de un archienemigo derrotado hasta la implosión interna, pero que sin embargo conservó íntegramente todo su arsenal estratégico.

Sin meterse mucho en el tema, basta indicar que cuando un misil está en el aire es muy difícil de interceptar, por lo que la mayor parte de las medidas contra este tipo de arma son básicamente de detección y después rezar. Un único dato: en la Guerra de Irak de 1991 los publicitados Patriot (misil interceptor antimisil) sólo lograron un ridículo porcentaje de éxito del 50% ante los Scud irakis lanzados contra Israel, y eso que era un misil con tecnología de los años 50.

A falta de las medidas interceptoras adecuadas (¿misil estrotesférico lanzado desde caza al máximo de altura? ¿nueva Guerra de las Galaxias?: no parece que los S-3 a desplegar en Polonia tengan mejor efectividad), EE. UU está tejiendo una malla global de detección contra los antiguos misiles soviéticos, basada fundamentalmente en el AEGIS.

Este es un equipo de combate que permite seguir cientos de objetivos al mismo tiempo a la unidad de combate naval que la tenga instalada, y en eso se basa el contingente americano anunciado ayer en Bruselas. Rota pasará a ser la base permanente de cuatro destructores de la clase Arleigh Burke, que operarán por el el Atlántico Norte y la costa africana hasta el Golfo de Guinea. La base de Rota no es para el Mediterráneo, para eso ya tienen las bases de Italia.

Estos radares móviles se ubicarán en España por la posición geoestratégica de nuestro país, pero al mismo tiempo lo convertirán en un objetivo claro si algún día la finalidad por la que están ideados y desplegados se materializa más allá de los juegos de guerra. Con la excepción de las Azores -donde, por su aislamiento, nunca podrá haber un grupo de combate efectivo, aunque están llenas de radares fijos-, la base de Rota es la última de EE.UU antes de su territorio soberano, y ahora un objetivo estratégico neto.

Basta ver la reacción de Rusia (que nunca ha dejado de ser una autocracía, y donde Putin va camino de quedarse tres décadas en el poder) para entender las implaciones de este asunto, que van más allá de los 1.100 puestos de trabajo que nos ha vendido el Gobierno. En secreto, de sorpresa, acaban de volver a meter a España en el juego de la Gran Guerra. Y, como en 1953, tenemos que ir dando las gracias por convertirnos en objetivo estratégico.
***
Como en tantas otras ocasiones, aunque no tan gráficas como en esta, el texto acompaña a la brutal fotografía.  Abandono y despropósito. Seguro que en su momento se pidió -con fondos públicos, claro- como una instalación vital y de uso asegurado.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Crisis de Gobierno para afrontar el final de legislatura

Tras sacar adelante los Presupuestos - el momento más relevante de los años políticos en los que no hay elecciones- y firmar un acuerdo de legislatura con el PNV y Coalición Canaria, el Presidente del Gobierno ha anunciado su reforma gubernamental. Un gobierno para un año y medio, que es lo que queda para las próximas elecciones en la primavera de 2012.

Atrás quedó la geometría variable (un término sacado de la aeronáutica militar y utilizado para las alas móviles de los F-111 y, con posterioridad, el F-14 y el B-1), según la cual el Gobierno surgido de las elecciones del 2008 no firmaría un pacto de legislatura con ninguna formación, sino que se iría amoldando según fuese la iniciativa a sacar adelante.

La idea, una idiotez que hizo llevarse las manos a la cabeza a Javier Pérez Royo y al que esto escribe, surgió de una aritmética mezquina: como se quedaron a menos escaños de la mayoría absoluta que en 2004, no creyeron en la necesidad de dar una imagen de fortaleza que supone un pacto con otros grupos, y el PSOE ha afrontado la crisis económica en solitario. Ahora, los que han pactado con ellos son unos traidores a los ojos del Partido Aspirante, que ya ha roto su coalición de Gobierno con C.C en Canarias -las elecciones las ganó López Aguilar para el PSOE-,  y que dice que a ver qué pasa con el Gobierno Patxi López en el País Vasco, sostenido por los votos del PP del lacayo Basagoiti. No llegarán muy lejos, porque una cosa es poner en inestabilidad el Gobierno de Canarias y otra el del País Vasco.

La crisis de Gobierno afecta a seis carteras que cambian de manos, y dos que desaparecen: Vivienda e Igualdad, muy reclamadas desde la oposición. Sus competencias se repartirán entre Fomento y Sanidad, respectivamente. Entre las seis que cambian están dos que habían estado ocupadas por el mismo Ministro desde 2004:  la de Exteriores de Moratinos, la de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de Espinosa, y Maria Teresa Fernández de la Vega, que había pasado por varios Ministerios pero con la misma continuidad en el poder. Los únicos que agotarán las dos legislaturas son el Presidente del Gobierno y Elena Salgado, pásmense. Parecía que Zapatero iba a repetir el acierto de González de haber dejado a Narcís Serra durante el tiempo necesario -hasta que se democratizó el Ejército- al frente de un Ministerio que, como Defensa, es algo más que un Ministerio, pero ha zanjado la impecable trayectoria de Moratinos, el primer diplomático de carrera que ocupaba el cargo desde Carlos Westendorp en 1995. Después vinieron los inenarrables empresarios turísticos mallorquines, el de Fertiberia y el lacayismo con Gibraltar -quieren creer que en las recientes memorias de Blair el británico no cita ni una vez el Peñón, y eso que nos intentaron vender que lo iban a recuperar-, la hermana de Loyola y Manolo el del Bombo (¡pum!, ¡pum!, ¡pum!), porque así fue la política exterior de España durante los ocho años del PP.

Ahora ZP coloca al frente de Exteriores a su amiga Trinidad Jiménez, supuesta experta internacional que ya fue durante un breve tiempo Secretaria de Estado para Iberoamérica. Derrotada en las primarias de Madrid sin dejar la cartera de Sanidad, cambia un Ministerio por otro, igual que parecía que iba a cambiar un Ministerio para ser oposición en la Comunidad de Madrid durante cuatro años. Su cartera pasa a manos de Leire Pajín, arrinconada como portavoz del PSOE, y agraciada con un año y medio de Ministerio romo y con la mayor parte de las competencias transferidas a las CC.AA. La portavocía del PSOE pasa al válido y moderado Marcelino Iglesias, que ha hecho una gran labor con el PSOE en Aragón,  en lo que parece una medida para alejar a Pajín de la política de primer orden y dejarla en lo que le gusta: las políticas de igualdad desministerializadas. Una medida muy necesaria, por otra parte.

Dentro de estas carteras otorgadas a mujeres dentro de la apreciable política de paridad en las listas practicada por Zapatero -y que ha obligado al resto de partidos a seguir las mismas directrices- otra agraciada por los servicios prestados dentro y fuera del partido es nada menos que Rosa Aguilar. Poca gente me produce tanta repugnancia que la política cordobesa, una anguitista de toda la vida -con lo que eso tiene de sectario, dogmático y fanatismo-, que hace dos años y medio dejó su partido único -el Comunista- para aceptar una consejería en la Junta de Andalucía. Eso sí, como independiente.

La capacidad de corrupción que tiene el comunismo no hace falta ir a buscarla a Corea del Norte -una dictadura hereditaria vertical- o Cuba -una dictadura hereditaria horizontal-, sino en la afanosa búsqueda de perpetuarse en el poder que vemos en los políticos locales que practican esa religión del siglo XX. Cuando ven que su barco va a naufragar, a veces incluso cuando intuyen que la periódica purga se va a cobrar sus cabezas, emigran a otro caladero: como Diego López Garrido, Cristina Almeida y el personaje que nos ocupa, nueva Ministra de Medio Ambiente, que vuelve a tener cartera independiente después de la depuración de Narbona ordenada por las grandes constructoras. Me pregunto si ZP habrá reparado en que su paridad  está convirtiendo a determinados Ministerios en femeninos (la primera Ministra del ramo fue Isabel Tocino), pero no creo que le importe: lo importante es sacar la estadística de la paridad.

Corbacho, del que ya se había anunciado que iría en las listas del PSC en las elecciones de noviembre a la Generalitat -fue durante muchos años alcalde de Hospitalet, el segundo municipio más populoso de Cataluña-, vuelve a la política local en la que siempre demostró ser un buen gestor, al contrario que en la cartera de trabajo ocupada en los últimos dos años. A pesar de que una locutora de rancia derecha se dedicaba desde su posición de interina a preguntarle todos los días ¿Que ha hecho usted hoy para solucionar el problema del paro, Sr. Corbacho?, en una idea copiada de la política americana -y cuando lo trajo al programa no atinó a encajarle una pregunta con fundamento-, este ex-Ministro de Trabajo le ha tocado lidiar con las peculiaridades del mercado laboral español.

Sí, ese que cuando la economía va bien crea más empleo que ningún otro socio europeo, y que cuando va mal destruye en la misma proporción. Eso no lo va a cambiar él ni el que le sustituya, el problema del paro está radicado en España por la cultura de la subvención y el derecho a la paga "porque ya he cotizado los añitos para que me den dos de paro". Estamos hablando de un país que en la mejor coyuntura económica de su historia mantenía una masa constante de dos millones de parados -mientras importaba mano de obra extranjera a expuertas, porque mi hijo licenciado no se va a poner a servir copas- y ahora tiene cuatro, lo que puede ser visto como el doble, o como dos millones añadidos a los dos millones estructurales.

A Corbacho lo sustituye Valeriano Gómez, que ya fue Secretario General de Empleo en la época de Jesús Caldera, cuando Solbes y el salmantino se dejaron llevar por la ola de bonanza inmobiliaria sin intentar poner amortiguadores para su previsible caída. Ahora se encontrará un panorama totalmente diferente, pero hay que reconocer que ha tenido los arrestos de asumir una cartera muy difícil en una situación extremadamente preocupante: mejor no les cuento el volumen de millones que se traga cada mes el pago del paro, y lo poco viable que resulta a medio plazo. Como viene de la UGT, al menos hablará en los mismos términos que Méndez y Toxo (¿los han visto desde la ridiculez de huelga general?). Han puesto a uno de los suyos al frente de trabajo, una reivindicación histórica de los sindicatos cuando la izquierda está en el poder. A ver que sale de esto: atentos a los planes de empleo para ocupar a parados en desbrozar jardines.

A De la Vega, de la que en los últimos tiempos se habían filtrado graves desavenencias y autoritarismos desde su posición de Vicepresidenta Primera y Ministra de Presidencia, le sustituye en este ultimo Ministerio Ramón Jauregui, un socialista moderado en la tradición de Besteiro y Manuel Marín, que había sido desterrado al Parlamento Europeo. Es, de largo, el mejor nombramiento de esta macrocrisis de Gobierno. No parece haber nadie más indicado que este vasco para lidiar con el caudal de noticias negativas y la preparación de las generales de 2012.

Y el peor nombramiento, también de largo, es el de Rubalcaba como Vicepresidente Primero. El sagaz cántabro había iniciado una política obsesiva de imagen para presentarse como una alternativa válida (lo último ha sido una reunión con toreros), consistente en aparecer todos los días en las noticias, bien sea por el tráfico, por un nuevo chaleco, por la ETA, por el maltrato...Así aparecía en las encuestas como el mejor valorado. Recuerden que las encuestas era también lo que estaba detrás de lo de Tomás y Trini, y lo que más preocupa al consejero aúlico de Zapatero, ese Miguel Barroso que viene del mundo de la comunicación.

Rubalcaba ahora tendrá incluso más poder. Qué miedo.

martes, 5 de octubre de 2010

Felicidades Tomás

Por segunda vez la militancia del PSOE, cuando se le da la opción de escoger, ha optado por el candidato no oficialista. Al igual que pasó en 1998 a nivel estatal, cuando Josep Borrell ganó a Joaquín Almunia en las primarias para elegir un candidato a las generales del 2000, el militante de base -y bastante dirigente- ha optado por la opción que salía con desventaja. En el proceso sale reforzado el partido y una pequeña porción de democracia, esa que hace que algún día se pueda soñar con algo que, si no llega a listas abiertas, por lo menos menos rígidas que las actuales.

Hace 12 años el PSOE todavía estaba groggie por la pérdida de 14 años de poder ininterrumpidos, que hubiesen podido ser 15 si no fuese por el boicot de CiU a los presupuestos de 1996, que forzó el adelanto de unas elecciones que se tenían que haber celebrado en 1997. Ese año sisado al electorado de 1993, y regalado a la derecha de una manera lastimosa, se perdió completamente: Felipe González siguió como líder de la oposición en una labor en la que ya no cabía, y acabó dimitiendo.

El Congreso del PSOE eligió a Almunia, veterano del primer Gobierno González en 1982 con la cartera de trabajo, vasco de familia judia, inteligente a un nivel poco visto en la política nacional -ahí está su posterior carrera internacional, donde ahora mismo es Comisario Europeo de Economía, que es algo más que una Comisaría cualquiera- pero con el hálito del continuismo. He olvidado de donde vino la idea de las primarias, pero el caso es que siendo Secretario General de PSOE y apoyado por toda la nomenklatura de la época perdió.

Las bases votaron por Borrell, que tuvo que dimitir al año por un escándalo de corrupción de dos colaboradores estrechos cuando tenía la cartera de Hacienda y al final el candidato acabó siendo Almunia, que obtuvo los peores resultados del PSOE desde las elecciones de 1979 y, en aquella repugnante alianza con la Izquierda Unida demediada del estalinista Francisco Frutos, el mejor resultado de la derecha: una mayoría absoluta que será difícil que pueda volver a repetir en una generación. O dos. O las que sean hasta que se olviden los excesos en los que se incurrió cuando se da todo el poder a determinada gente.

Donde si disfrutan de mayoría absoluta, y no tiene visos de cambiar, es en la Comunidad de Madrid. No tenía porque ser así: en 2003 no lograron la mayoría necesaria (un eufemismo para evitar el término absoluto, que tan malos recuerdos trae) y hubo que recurrir al transfuguismo de Tamayo y Sáez para que se proclamase presidenta Esperanza Aguirre, que después repitió las elecciones para arrasar, al igual que en 2007.

Al margen de los méritos de Esperanza Aguirre, que los tiene y no en escasa cuantía, y un electorado fiel y que la venera como una santa laica, gran parte de su rodillo electoral se debe al tristísimo espectáculo que, elección tras elección ofrece el PSOE madrileño. En 1999 presentaron como candidatos a Fernando Morán para la alcaldía y a Cristina Almeida a la Comunidad, el primero un cadáver político y virtualmente físico, y la segunda la típica pizpireta del Partido Comunista que, oliendo que por ahí no iban a crecer los laureles, se pira al PSOE, como López Garrido o Rosa Aguilar. En 2003 fue el turno de Simancas para la C.M, con el resultado conculcado por una sucia maniobra Made in Calabria, y de Trinidad Jiménez para la alcaldía, donde se enfrentaba a su primo Gallardón.

Perdió, claro. De esa campaña sólo se recuerda su chupa de cuero, su poco pulido acento andaluz -no como ahora-, que es digno de todo respeto pero casa mal con la realidad sociológica madrileña, y que la botarate sólo estuvo una temporadita en la oposición, porque en cuanto el PSOE ganó las generales de 2004 y se hubo asentado en el ejercido del poder, fue llamada a rebato por su gurú Zapatero, que la colocó en la Secretaría de Estado para Iberoamérica -su formación es en Relaciones Internacionales, aunque no se le conoce fluidez con los idiomas- donde dejó una frase para la historia: "la prioridad de España es América". 30 años para entrar en lo que entonces se llamaba el Mercado Común y viene esta a decir que lo que importa está al otro lado del Atlántico. En fin.

Quédense con el síntoma: a cada cita electoral, un candidato nuevo. En 2007 repitió Simancas para la Comunidad, y Zapatero designó a dedo para la Alcaldía a su consejero y amiguete Miguel Sebastián, sin ninguna experiencia en estas lides. Ambos empeoraron los resultados de 2003. En todo este periplo el PSOE en Madrid ha ido sin rumbo, dándose cabezazos y sin contar para nada. Para las elecciones de 2011 de nuevo el dedazo de Zapatero dispuso: al melifluo y prácticamente siciliano Lissavetzky para la Alcaldía, a pesar de que en los últimos seis años ha sido presidente del Consejo Superior de Deportes. ¿Su mérito? Que aparece mucho en la tele asociado al éxito, y eso para Miguel Barroso, el Rasputín de la Moncloa que toma las decisiones de este tipo, es más que suficiente.

¿Y para la Comunidad? Pues Zapatero pensó en su amiga Trini, la de la chupa de cuero. La que mostró su compromiso con los madrileños durando un año en la oposición para después pirarse a dar viajecitos a América, estár en la cumbre del por qué no te callas y sonreir mucho. Como es fotogénica y mujer, se podrá enfrentar a Esperanza Aguirre, pensó Barroso o cualquier otro idiota de los que aconsejan al Secretario General del Partido. ¿Qué pasaba entonces con el que había sido el líder del PSOE madrileño en la ingrata tarea de oposición al poder omnívodo de Esperanza Aguirre?

Tomás Goméz ganó las elecciones de su pueblo con el mayor refrendo entre los municipios de más de 50.000 habitantes en España. Nada menos que el 70% de Parla, una ciudad-dormitorio en la periferia sur de Madrid, votó por este político nacido en Holanda en 1968 -como tantos otros hijos de la emigración económica española, esa que no sale en Españoles por el Mundo- y que había convertido su desapacible pueblo en una pequeña ciudad con servicios entre pintorescos o sencillamente inimaginables no mucho tiempo ha: un tranvía de dudosa utilidad, pero que refuerza la autoestima; una playa de agua salada, para los que no se pueden ir de vacaciones al mar; y algo que desconocemos, pero que hizo que le votase el 70% del electorado. Un respeto, pues.

Como en el depauperado PSM no había nada -tras la dimisión de Simancas se nombró una Comisión Gestora con Cristina Narbona al frente- fue el propio Zapatero el que pidió a Tomás Gómez que se hiciese cargo del partido a nivel regional. Al principio no quería y acabó cediendo, para que, tres años después, venga el mismo que le rogó que ocupase el puesto, a dárselo a dedo a la boca llena de dientes de Trinidad Jiménez. Se rebeló.

Fue este verano y fue un teatrillo bien montado. Sirvió para llenar los anoréxicos periódicos y titulares de agosto, y así presentar al gran público a Tomás Gómez, bastante desconocido hasta entonces. Zapatero llamó hasta en dos ocasiones al parleño para convencerle de que renunciase a su pulso para optar a la presidencia de la C.M ante la candidata oficialista, y en las dos ocasiones mandó a tomar churros al de León. Pues habrá primarias, decretó. Pues muy bien, y ese es un gesto que le honra.

Al principio se mostró abiertamente a favor de Trinidad, pero después le dijeron que cabía la remota posibilidad de que perdiese y entonces se asociase la figura de la derrota a la del Presidente que la había apoyado. Intentó ser equidistinte, pero sus dos perrillos que intentan puentearle para optar a la Presidencia por si acaso pasa algo le hicieron la pelota de la mejor manera que se puede hacer la pelota a un líder mesiánico ("veo a Trini como candidata", "veo la salida de la crisis", "veo una España con pleno empleo"): acosando y zancadilleando a Tomás Gómez.

Estos dos siniestros personajes son José Blanco y Rubalcaba. El primero no ha dejado de ejercer como secretario de organización del partido (a Leire la tienen apartada, cada vez que salía era una sangría de votos: la tienen para leer comunicados al pie de la letra y que no se salga del guión, que sube el pan), que es el puesto que le mola, y más ahora que ya no tiene os cartos para gastar en maquetas de Ibertrén, algo tan freudiano como que su padre era empleado raso de Renfe en la Galicia muy, muy, muy rural, la del interior de Lugo. Imaginénse el panorama: ¿dónde va ese Tomás Gómez desafiando al Amado Líder? ¡Traidor! Con Rubalcaba lo mismo, amenazando veladamente al joven madrileño.

Peor aún ha sido la actitud de algunos medios, especialmente la Cadena SER. Este órgano de propaganda e intoxicación ya dio buenas muestras de su calaña cuando en la campaña de 2007 se cebó con el candidato Sebastián por sacar una foto de Monserrat Corulla en pleno debate electoral con Gallardón. Esta Montserrat está ahora mismo siendo juzgada por la Operación Malaya, pero por la época previa a las elecciones intimaba con Faraón Gallardón para recalificar un jugosísimo solar en pleno centro en un hotel de cinco estrellas. ¿Se creen que la SER investigó algo de eso? Qué va, se dedico a insultar a Sebastíán por "ensuciar la campaña" (¿?) y cosas que harían entumecer a un lector de La Razón.

Estamos hablando de la misma Cadena SER que se enorgullece de ser un medio de investigación, ataque y denuncia, que paradójicamente (o no tanto) jamás ha dicho nada de a qué se dedican actualmente Tamayo y Saez, si viven en un chalet o conducen un deportivo. Creo que sería francamente interesante para su audiencia, pero no lo hacen. Les gusta hablar de espías en la Comunidad de Madrid, cosas de Sanidad, lo mala-malísima que es Esperanza Aguirre, pero no de lo otro.

Con Tomás Gómez han hecho lo mismo. Se han dedicado a minusvalorarle y reírse, y al mismo tiempo entrevistar a SuperTrini que, por si no lo sabían, es supersimpática e ideal. Pues toma, ¡zas! en toda la cara: Tomás Gómez ha ganado las primarias del PSOE madrileño contra todos los medios y todo el aparato, y será el candidato a la presidencia de la Comunidad. Indudablemente no podrá ganar a Esperanza Aguirre, pero seguro que hará un papel muy digno y el elector que vote al PSOE no se sentirá estafado, porque será un tipo de aquí, que ha luchado por Madrid en estos años de hégira de derecha castellana rancia y bituminosa, y por una cosa muy esquiva en política: se lo ha ganado en las urnas. Muy pocos pueden decir eso.

miércoles, 15 de abril de 2009

Axco de la Sexta

Algún día habrá quien escriba más y mejor esta historia, un agujero informativo que ni siquiera su más enconado rival ha creído oportuno esclarecer, limitándose a los pellizcos de monja sin mayor intención. Sin embargo, la pregunta sigue ahí: ¿Cómo es posible que exista La Sexta? ¿Cómo es posible que el Gobierno legisle una y otra vez a favor de un canal privado?

La Sexta es una televisión generalista que obtuvo una licencia de explotación en pleno proceso de tránsito hacia el TDT. Con un marcado sesgo ideológico, del que hacen gala, su programación consiste en: 1) deporte 2) guapas mujeres presentando programas 3) Humor entendido de una manera muy extraña, como insultar todos los días a los católicos. Por las mismas razones se criticaba a Telecinco en sus primeros años, y todavía no se ha quitado el San Benito de las mamachicho, una de las cuales llegó muy lejos y se casó con El Bigotes, un Mister Fixit de bajo vuelo y peor gusto. Es más: en La Sexta van de adoctrinadores y nos dicen lo que es malo -El Intermedio es un programa prescriptivo-, llegando incluso a criticar el mundo del cotilleo con un programa que no deja de ser de cotilleo (y robo de material de cualquier parte) como es Se lo que hicisteis. De sus informativos mejor no hablar: con el terremoto de L´Aquila estaban más preocupados de hablar de Berlusconi que de otra cosa; si habla Aznar, primera noticia del día, diga lo que diga; y la habitual retahíla de ecologismo pijo, solidaridad bienpensante y los peores tópicos de la progresía, que se empeñan en recorrer día sí y día también.

El primer éxito de la cadena fue el Mundial 2006, utilizado de banderín de enganche para que la gente adaptase su antena. Sólo se pudo ver en grandes ciudades. Después intentaron repetir la estrategia con otros deportes, pero el gran boom de ese estilo se lo llevó Cuatro con la Eurocopa. La realidad es que La Sexta es vista por apenas un 7% de la audiencia, y eso en sus mejores días. Habrá tiempo de volver a ese porcentaje, de momento quedémonos con otro porcentaje, el de sus accionistas: 51% de GAMP (de donde el 69% es de un híbrido entre la productora de Milikito y Mediapro, otro 10% de BBK, un 8% de la productora de el bufón de Reus -de ahí que cuele cualquier mierda de programa de sus delfines- y el 12% de la productora de Arguiñano, que tiene a su hermana haciendo postres en la cadena, porque esa basura de programa no la cuela en otro sitio), 40% del emporio mexicano Televisa y 9% de Gala, una empresa de capital riesgo. Vamos, que es la cadena de Mediapro, y así se refieren los demás medios a ella.

Mediapro es una empresa audivisual catalana encabezada por Jaume Roures, un iluminado que dice que "hago dinero para servir a mis ideas", al más puro estilo troskista. La comparación no es casual ni denigratoria: Roures militó en la IV internacional y otros corpúsculos marxistas y dice que "mis ideas no han cambiado". En fin, léanlo ustedes mismos. Otro que no se ha enterado de lo que pasó en 1989. Se suelta la melena cuando habla ante Liberatiòn, un sueño cumplido. Este personaje puso de consejero delegado en La Sexta a Jose Miguel Contreras, amigo íntimo de Miguel Barroso, el amigo de Zapatero que dio la licencia a la televisión del tiki-taka y Aznar a La Haya. Lo cuenta muy bien El País, movido por sus propios intereses de empresa, pero demostrando la mentira que era eso del grupo Prisa con sede en Ferraz: La Sexta - y su versión en papel de nombre Público, del que sólo se salvan sus humoristas gráficos: los otros humoristas se llaman periodistas o columnistas- si que es una auténtica emisora gubernamental y partidista, unida por el amiguismo y el oportunismo. Un axco y una vergüenza.

No contento con eso, con crear un canal adulador y entregado a todas las causas del Gobierno, y como la audiencia es terca y se resiste a ver este canal, Zapatero y sus pésimos asesores -ya ven hasta que punto este leonés es influenciable- han tenido que seguir empujando a la auténtica y verdadera cadena amiga. Primero, con el siseo de los derechos de fútbol a su legítimo propietario; después con nuevas leyes ad-hoc: hace unos meses la que permite fusionarse a canales de televisión -se habla de sodomía entre La Sexta y Antena 3, la televisión renqueante por excelencia-, de momento poco utilizada pero que ahí está, con las puertas abiertas a los pretendientes, y lo de ayer.

Ayer Zapatero anunció a su grupo parlamentario, el mayoritario en la cámara, que habrá una "drástica reducción" de la publicidad en TVE, ese modelo híbrido de televisión estatal que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos (y 6.600 millones de deuda, este año otras decenas de millones más, incumpliendo el plan de saneamiento) y que sin embargo tiene tanta publicidad como los hombres-cartel de "compro oro". Ahora lo va a hacer, en su quinto año de gobierno. Lo que sin duda es una buena noticia -habrá que ver si queda dinero para pagar a las estrellas de Mira quien baila, ¡qué pena!, o las horribles corbatas de Sergio Sauca- se ve empañada por su auténtica finalidad zapateril, el hombre prototipo del pensamiento débil.

Anunciado en una reunión entre amigos, no es descartable que la nueva pirueta política se le ocurriese en la tarde del domingo, padeciendo la furia propagandística que despliega TVE con el Mundial de Motos, con tropecientos enviados especiales al aguacero de Qatar y toda una retahíla de medios vergonzantes para todo contribuyente. Está demostrado que ZP ve la tele con sus hijas preadolescentes, las mismas con las que confesó ver la final de la Davis, y que le animan en algunos de sus proyectos políticos. Es fácil respirar el ambiente dominical en la Moncloa. O quizás se le ocurrió en un partidillo de baloncesto con sus amigos de La Sexta, preocupados por la reducción de su escasa porción de tarta publicitaria por la crisis. Escojan la opción que quieran: la de baby-explotation o la de realpolitik.

Cada vez hay más cadenas y cada vez más Internet se lleva más porción del gasto en publicidad, que sin embargo se ha reducido muchísimo: están los de siempre para comer de la tarta publicitaria, pero el diámetro de la misma se ha reducido. Imaginénse la situación en La Sexta: obligada a pagar onerosos créditos por la adquisición de carísimos derechos de emisión deportivos -hasta el punto de que tiene que emitir cinco partidos simultáneos de fútbol, y ofrecerlo como "una oportunidad"- y que no despega en audiencia, con unos anunciantes cochambrosos en prime-time (el otro día vi un licor de bellotas, y les juro que no es broma) y un futuro inviable. Un 7% de audiencia, ojo, y cayendo. Así las cosas, una nueva operación de apoyo político camuflada de saneamiento de la vergüenza que es RTVE y sus funcionarios de la información. A pesar de lo evidente, nadie fuera de El Ente (¡qué gran nombre, ni un enemigo lo habría puesto mejor!) ha criticado la medida, porque todos aspiran a comer la parte de la tarta que se queda libre.

La operación pinta bien: por lo menos esta vez el tránsito en la oposición no discurrirá sin un canal propio de televisión, y TVE caerá en audiencia -como todas las públicas- cuando no pueda seguir el ritmo de gasto al que obliga un star-system y una televisión de espectáculo a gogó, o sea que no habrá problemas si Urdaci vuelve a ocupar su plaza de funcionario. Sin embargo, ZP y sus asesores se olvidan que las empresas pueden cambiar su accionariado, y con el la línea ideológica. Es más: muchas veces cambian de línea ideológica por imperativos de mercado. Ya es bastante escamante la alianza contra natura entre La Sexta y Marca -con la misión de menoscabar a los medios de Prisa- como para recibir con los brazos abiertos una fusión entre Antena 3 y la Sexta. Pero bueno, si tal cosa hubiese de acontecer -Mediapro se haría con una radio, Onda Cero- siempre se puede hacer una ley contraria, o algo así. Así pasa en todos los regímenes donde se controla la información y los emitentes. Espero que hayan visto la jugada tan bien como yo: en HD Full Vision, por lo menos.

miércoles, 8 de abril de 2009

Crisis de Gobierno (extrema decepción)

Algunas cuestiones. La crisis de gobierno es un proceso normal en que la palabra "crisis" significa cambio. Y el cambio suele ser bueno en política. Afortunadamente, queda lejos esa práctica del aznarato de no dejar que ningún ministro dimitiese, para poder lucir lo de "la legislatura más estable", lástima que Manuel Pimentel burlase a última hora aquella plusmarca imbécil, la misma que dejo a un vegetal como Abel Matutes al frente de exteriores a pesar de su mermada salud. Y todo por completar una legislatura entera sin ningún cambio.

Dicho esto, es significativo que el presidente del Gobierno, que tiene la facultad de cambiar su equipo sin consultar con nadie, lo cambie en un tercio (cinco ministros ahora, más Bermejo pimpampum hace un mes) apenas un año después de presentarlo. Y con esas filtraciones a los medios tan comunes en toda su acción de Gobierno. Un año parece poca cosa, aunque todos los ministros ya viniesen de la anterior legislatura, casi todos enganchados a mitad de la misma. Con la perspectiva del tiempo, parece que la auténtica crisis fue la que llevó a Bernat Soria o Cesar Antonio Molina a ocupar una cartera ministerial. Seguro que es así. Por último, el presidente del Gobierno se arroga para sí mismo todas las competencias en Deportes. Es lamentable que una persona con tantas ocupaciones y tantas tareas pendientes tenga que dedicar parte -no cuantificable, pero significativa- de su agenda a cuestiones como estas. Y que haga queriendo. Y en estos momentos. Pasemos a los cambios.

Ministerio de Economía y Vicepresidencia Segunda: Pedro Solbes, uno de los mejores políticos de la historia de este país, deja sus responsabilidades políticas. Con él se van 15 años consecutivos de gestión económica, porque Rodrigo Rato era su discípulo y siempre se han guardado profundo respeto, además de aplicar las mismas políticas, las mismas que han permitido crecer a este país a una media del 3% durante un periodo tan prolongado, el mejor de la Historia y difícilmente igualable. Lo estaba deseando, maniatado por las políticas populistas emprendidas a la loca carrera y con un desánimo creciente, no precisamente una buena imagen al frente de un ministerio vital. En todo caso, su gestión refulge. Su puesto lo ocupará la Ministra talibán Elena Salgado. Al frente de Sanidad y Consumo intentó prohibir el consumo de Whooper XXL, en esos tics tan propios de un ex-fumadora y de cualquier converso, por no hablar de la Ley del Vino. Fue lamentable su candidatura fallida a la presidencia de la OMS. Más tarde pasó a AA.PP, donde ha impulsado el Plan E (conocido como Plan Zapatero para los Ayuntamientos) medida populista y de ridícula efectividad, pero por el premio otorgado, muy del gusto del jefe. Dios nos pille confesados de lo que pueda hacer esta fervorosa creyente al frente de Economía.

Vicepresidente Tercero (Cooperación territorial): Había que hacer algo para quitar a Chaves al frente de la Junta. Jamás ha incubado un delfín, y recientemente no descartaba volver a presentarse a las elecciones de 2012. Increíble, pero cierto. Zapatero lo ha llamado y vuelve a Madrid, porque ya fue Ministro de Trabajo en el Gobierno de 1986, años duros y de huelga general. Es curioso el cargo otorgado al Presidente del PSOE: el mismo que ha incluído en el Estatuto Andaluz la propiedad del Guadalquivir al frente de Cooperación Territorial. Nadie duda de las capacidades negociadoras de Chaves -su último éxito al frente de la Junta Andaluza ha sido comprometer el pago de los 1200 millones de euros de la deuda histórica, una vergüenza que cuesta mucho explicar a los extranjeros- y de que quizás sirva para vigorizar el voto andaluz (en fin...), pero la pregunta es ¿una nueva vicepresidencia? ¿Ahora?

Ministerio de Educación:Ángel Gabilondo, hermano del conocido periodista de las homilías nocturnas y que ya es rector de la UAM y presidente de la CRUE (¿renunciará a algún cargo? ¿lo hará?) se hace con el Ministerio en pleno Bolonia y recupera las competencias de universidades, que apenas han durado diez meses en manos del Ministerio de Ciencia e Innovación. Es una absoluta vergüenza la política errática en este sentido, y al bueno de Gabilondo le va a tocar desfacer todo el entuerto montado por Zapatero cuando creyó que de la Universidad iba a salir I+D+i como el que planta boniatos. Como ha sido un buen gestor al frente de los otros dos organismos referidos, tiene mi plena confianza, aunque también tanto trabajo que lo más normal será fracasar. Por su parte, la Ministra cesante Mercedes Cabrera volverá a su Cátedra tras bregarse en política con escasos resultados: fue la número dos por Madrid en las elecciones de 2004, y después pasó al Ministerio. El trabajo sucio ya lo había hecho María Jesús San Segundo, y ella se ha dedicado a sonreir, dar el último saludo a su pariente Calvo-Sotelo y confirmar que un académico rara vez sirve para la política. Llamarla ministra gris sería piropearla.

Ministerio de Cultura: César Antonio Molina, pésimo poeta gallego y aún peor escritor de viajes por Italia publicados en Babelia, accedió al Ministerio por la plataforma del Cervantes. Su primera misión fue cesar a la desequilibrada de Rosa Regás al frente de la BNE, y fue prácticamente su único éxito: lo tenía fácil y lo hizo de la peor manera posible, con gritos y cabreos telúricos propios de su condición galaica. Ahora andaba enzarzado en una campaña de promoción de su persona, por medio de una revista carísima que publicaba convocatorias caducadas y demás fruslerías. Además, tenía una agria polémica con Exteriores por el monopolio de la promoción de la lengua y cultura española fuera de nuestras fronteras. Le ha costado la cabeza. Eso, y sus formas. Un Ministro pésimo, pero pésimo de verdad. Le sustituye la presidenta de la Academia de Cine Ángeles González-Sinde. Dios mío, una directora de cine al frente de Cultura: como si no tuviesemos bastante con financiar con nuestros impuestos cien películas de calidad ínfima al año (pero españolas). Ahora serán doscientas. A veces dan ganas no de levantarse y volver a las pesadillas habituales: la realidad siempre supera a la ficción. Incluso la cinematográfica.

Ministerio de Sanidad (y Políticas Sociales): La Trini ya tiene Ministerio. Se enfrentó a su pariente Gallardón en las municipales de Madrid 2003, y estuvo ejerciendo la oposición con mucha sonrisa y poca chica hasta que ZP la metió a Secretaria de Estado para Iberoamérica, porque nos dicen que es especialista en relaciones internacionales: allí estaba, con cara compungida en la famosa cumbre del "¿por qué no te callas?". Ahora galardona a su amiga con un Ministerio con competencias ampliadas a una parte muy sensible a los años que nos quedan de propaganda estatal y del "no vamos a dejar a nadie atrás". Políticas Sociales. Vamos, que la vamos a ver hasta en la sopa. A ella y su sonrisa, su mayor capital político, porque oirla hablar y plantearse dónde vamos con esta tropa es lo mismo. Ya la veo inaugurando, con coros y danzas ad hoc, cualquier plan o edificio de propaganda y nula utilidad. En cuanto a Bernat Soria, el ministro saliente, que se vaya con buen viento: dogmático y prácticamente iletrado, mintió en su currículum y después lo intentó negar; se embarcó en la tontería de la vacuna del cáncer cervical sabiendo que era un sacacuartos de gran coste (400 millones) no justificado por su eficacia; y no ha hecho nada, claro.

Ministerio de Fomento: La traca final. Zapatero cede a las presiones y las encuestas y cesa a Magdalena Álvarez, cuyos cinco años de gestión al frente del Ministerio han sido e-jem-pla-res. Esto causará no poco escepticismo a los lectores, y me gustaría explicarlo más en detalle: baste con decir que cuando accedió al Ministerio se encontró con que el presupuesto estaba comprometio hasta más allá de la mitad de la legislatura, con AVE inaugurado (Madrid-BCN) que no funcionaba, con una terminal con un arquitecto local endosado al legítimo arquitecto, y demás chapucerías que dejó la gestión personalista y caudillista de Álvarez-Cascos, perteneciente a esa raza de asturianos encantados de conocerse. Y tengo muchísimos más argumentos. Por lo que a mí respecta, se va una Ministra ejemplar y con un balance espectacular, in-ta-cha-ble.

Aquí llega el apagón, la extrema decepción. Aunque ya circulaba en los mentideros, se ha confirmado. Jose Blanco, Ministro. Y de Fomento. La aspiración máxima del gallego que después se candidará a la Xunta: hacer llegar el AVE -como si eso fuese a solucionar los problemas endémicos de Galicia, empezando por la pobreza miserable de amplias zonas rurales- a su patria. Imaginénse la de fotos que se hará este siniestro personaje de la política española con los trenes-bala y los viaductos. Y todos las obras que quiere emprender este Gobierno, empeñado en ver en el New Deal de hace setenta años la solución para el siglo XXI. Lo vamos a ver más que ahora, cuando se dedicaba a azuzar a las masas con su verbo insultante y su absoluto desprecio a la inteligencia del elector, especialmente si no es de su partido. Lamentable. no tengo palabras.

Zapatero pone a un soldado al frente de un Ministerio que va a tener todavía más protagonismo. Un hombre fiel hasta el lametón, servil y extremadamente limitado, un hombre que no va a saber decir no -porque es un caladero de votos- a locuras ya emprendidas como Punta Llagosteira, el irracional puerto exterior de La Coruña, o fantasías como el AVE del Cantábrico, una estupidez que no tiene cabida. Y todo porque su objetivo es convertirse en caudillo de Galicia. ¡Qué mejor que el Ministerio de Fomento! ¡Si La Voz, como cariñosamente se llama a la hoja parroquial de los gallegos, parece el periódico de Fomento, siempre pidiendo subvecioes y axudas, y siguiendo al milímetro cualquier obra o avance!. Zapatero ha metido al PSOE (Chaves y Blanco, los máximos responsables, ahora se queda Pajín al frente operativo, otra radical) en el Gobierno, y encima ha metido a sus amigos. Quizás sea porque no hay nada mejor ahí fuera. Eso si es que es terrible, que quizás sea verdad.

lunes, 30 de marzo de 2009

Un queso manchego con agujeros

Lo ideal sería comenzar esta entrada recordando las frases de ese gran tahur -pesimamente asesorado- que es Zapatero, el de "tenemos el sistema financiero más sólido del mundo". Pero bueno, como la frase es autoexplicativa del personaje -¿conoce los demás? ¿sí?- vayamos a la noticia del domingo: Caja de Castilla-La Mancha (CCM) ha sido intervenida por el Banco de España ante el pésimo estado de todos sus balances, empezando por el del sentido común.

En los últimos días el Gobierno había intentado salvarla con una fusión con la andaluza Unicaja, pero el viernes esta entidad no quiso saber nada del asunto, y prefirió exponerse a las represalias políticas que asumir el pasivo desconocido -ahora se empezará a saber- de CCM. Imagínense como debieron ver la situación. La noticia de la mala salud de la caja más jóven -1992, fusión de las cajas locales manchegas menos la de Guadalajara- ya circulaba desde hace tiempo, y en la última semana el PP la sacó varias veces en el Parlamento: nada de preguntas formales, eso son rémoras del siglo XIX, sino con insidias y dentro de una batería de ataques que van desde Kosovo hasta el aborto, pasando rumores de dimisión. Lo que sea, prietas las filas.

Las primeras reacciones explicativas de los medios están en la línea de "la crisis internacional": no se las crean. En CCM no hay ni el más mínimo pelagatos que sepa quienes son Lehman Brothers, un swap default o la convertibilidad de bonos. La crisis de CCM es una crisis genuina española, y la crisis española es inmobiliaria. El ladrillo. Aquí la cosa está clara: Castilla-La Mancha, comunidad de una belleza increíble e inmensa para su escasa población -hay más hijos de manchegos en Madrid que en toda la Comunidad Autónoma- había apostado en los últimos años por una locura cementificadora auspiciada en su cercanía a la capital de España.

Se ideó -sin plasmarlo en ningún documento, porque eso de la planificación urbanística en grandes áreas no es de esta tierra- un llamado "tercer cinturón" metropolitano de Madrid, más allá de los límites de la región. No es casual que la famosa ciudad de El Pocero -Seseña- esté en Toledo, pero bien pegadita al límite provincial con Madrid, o que la famosa parada del AVE en Yebes -vendida como si fuese Guadalara, de la que dista 8 kms.-, donde se iba a edificar una barriada faraónica -dense una vuelta por Google Maps y después me cuentan- se situase en ese espantoso páramo, perdido de la mano de Dios, porque los terrenos pertenecían al ajuar familiar del esposo de Esperanza Aguirre, noble de rancia alcurnia, tierras baldías y escaso cash, como la mayoría de los de su estirpe.

Y bueno, esos son los ejemplos más notorios, pero dense una vuelta virtual -la tecnología lo permite- por Illescas, Numancia de la Sagra y tantos otros poblachones toledanos y pasa lo mismo: construir y construir, muchas veces sin una demanda real. Cuando los orondos y rellenos suplementos inmobiliarios de los periódicos (¡ay!) la mayor parte de la abundante publicidad era para promocionar fantasmagóricas promociones en pueblos citados en El Quijote bajo el gancho de "a 50 minutos de Móstoles". Y pisando bien el acelerador. Todo eso que se ha construido y se ha vendido -pero no habitado ni pagado- se acabará convirtiendo en nuestras banllieus: ghettos aislados, sin ningún tipo de servicios o comunicaciones pero con la sacrosanta propiedad barata -de saldo-, caldo de cultivo para el asentamiento del colectivo de trabajadores que más está notando la crisis y el paro. Y mira, por fin se cumplirá el sueño zapateriano de parecernos a Francia. En lo peor.

Otro hecho paradójico de estos años en Castilla-La Mancha ha sido la fantochada del aeropuerto. A pesar de que las zonas con densidad demográfica están relativamente cerca de los aeropuertos de Madrid y Valencia, hubo un golpe en la mesa de la clase política para dotarse de un aeropuerto, una infraestructura de altísimo coste y dudosa rentabilidad. También muy propagadística, por eso el esfuerzo de la clase política manchega, la de los 20 años de Bono y el cabeza de lista del PP cambiando cada cuatro años. En España la magnífica gestión central de AENA -hasta que el Gobierno de turno decida trocearla y dar competencias a las comunidades, creo que ya lo han hecho en Cataluña- compensa los aeropuertos deficitarios -la inmensa mayoría- con los rentables, conocidos por todos. Es un sistema público. Un monopolio estatal, pero de los necesarios.

En Castilla-La Mancha decidieron hacer el primer aeropuerto privado de España. Tardó mucho, pero ahí estaba su potencial para los inversores. Para el resto de la gente, de natural más escéptica, ese potencial nunca se vió. Ciudad Real. Lo colocaron al ladito del AVE, para después suplicar la parada correspondiente. No se cedió a esta reivindicación. Lo intentaron llamar "Madrid Sur" -y tan sur- pero tampoco coló. Después Don Quijote, y quijotesca fue la idea, por eso se llama así. Mientras tanto, se anunciaban esperpénticos planes de casinos, de inversores millonarios y todo para sacar adelante la idea de Sancho Panza. El aeropuerto despegó hace unos meses, saltándose el área de protección de aves, todo en aras del progreso. Opera Air Nostrum con sus aviones de hélices -todo un homenaje a los molinos de la Mancha- y Air Berlin, para llevarte a Mallorca, donde tiene su hub: vamos, que mejor vas a Madrid. ¿Cúanto apuestan a que esta ruinosa inversión acabará siendo asumida por el Estado?.

Al margen de si CCM está en estas operaciones o no, lo que me interesa es plasmar los 15 años de crecimiento económico en España, que en Castilla-La Mancha se han plasmado de esta manera: quiebra la caja. Y mejor no les hablo de la implantación que tenía Afinsa en el territorio. Pero bueno, pasemos a la traca final. Hace unos días salió esta noticia: "Castilla-La Mancha, primera autonomía en rondar la deflacción". Si, un -0´1% de precios en 2008. La explicación del Ministerio de Economía es increíble: el precio del petróleo. Vale, pero el petróleo en la comunidad es el mismo que en el resto de España, ya no están las arenas bituminosas de Puertollano para dar alegrías locales. Ah no, la explicación es esta: "es la comunidad en la que se destina más parte del presupuesto familiar a carburantes y combustibles (128 euros por persona, frente a los 38 de media nacional), lo que los expertos del INE relacionan con un mayor gasto en calefacción".

¡¡¡¡¡¡OHHHHHH!!!!! ¡Qué grandes cifras! ¡Unas decenas de euros! ¿Y no será que la deflacción es por culpa del peso del ladrillo en la región? ¿No? ¿Cuanto vale una de esas casuchas que se construyeron en el "tercer cinturón"? ¿200.000 euros por cuatro ladrillos? ¿ese producto no ha sufrido deflacción? ¿no costará ahora 120.000, y eso si encuentra comprador? ¿Es comparable a llenar un depósito menos de gasolina, a ahorrarse 50 euros en la factura de calefacción? ¡Qué verguenza de explicación cuando está bien claro la auténtica causa! Y lo peor de todo es que la explicación viene de los que manejan las estadísticas oficiales. Ya ni eso nos queda. Como en los regímenes comunistas, con las cifras de producción falseadas.

Castilla-La Mancha y su caja oficial y pública se embarcaron en un proceso contranatura de edificar y de vender su mayor patrimonio, en lo que realmente es abundante además de en buenas gentes: su territorio. Todo el mundo en chalet, todo el mundo cerca de Madrid, aunque cerca sea un concepto elástico e implique 100 kms. Ahora, de todo eso queda la hipoteca -por cierto: no se extinguen si desaparece la entidad que las concedió, la anarquía os vende mundos que no existen-, inmensos desatinos urbanísticos que no se van a arreglar en generaciones y un excelente caldo de cultivo para la marginalización y el pauperismo. Mientras el Emmenthal y el Gouda me dan confianza, y así también los sistemas bancarios suizo y holandés respectivamente, un queso manchego con agujeros produce desconfianza. Aquí falta algo.

Y mañana, atentos a las imágenes de la gente haciendo cola ante las oficinas de CCM. Darán la vuelta al mundo, para descrédito de "el mejor sistema bancario", el mismo donde existen esas entidades paternalistas y alcanforadas que son las Cajas de Ahorro.

viernes, 26 de septiembre de 2008

En España no hay hipotecas basura

A veces me pregunto quien asesorará tan mal a Zapatero. Ayer dejó una frase-boomerang en su visita a Nueva York: "España tiene el sistema financiero más sólido del mundo". Para decir una cosa como esta hay que:

1) Tener muy poco sentido del vértigo, más cuando gobiernas un país que mendiga fondos de cohesión.

2) Conocer el resto de sistemas con los que te comparas -nada menos que todos los otros existentes-, cosa bastante improbable

3) Ser un ilusionista

Como tantas otras frases que ha dejado Zapatero en sus años de gobierno se basa en una creencia infinita en el bien humano. Como las que dijo sobre ETA o que dentro de un año estaríamos mejor en ese asunto, 24 horas antes del mayor atentado por destrozo material de la banda terrorista en décadas de actividad. Y contra la mayor obra civil jamás emprendida. Un símbolo del Estado, que se decía antes. Se tuvo que tragar aquellas palabras y se tendrá que tragar estas.

Poco a poco se está produciendo un goteo de noticias nada halagüeñas. Las periferias de las grandes ciudades se han poblado de oficinas bancarias de entidades de ahorro de lugares exóticos, que a saber de dónde sacaban sus clientes. Como estos no existían y tenían que tirar p´lante con el balance de la oficina, algunos jefes se dedicaron a conceder créditos a gente que jamás tendrá en propiedad más que su dentadura, y hasta que les dure. Este es el caso de CajaGranada.

Por supuesto, nadie llama a esto hipotecas basura. Lás prácticas de esta caja no son ajenas al sector en su conjunto, pero ningún medio hablará de esto. Tanto Santander como BBVA y el resto de la familia son de los mayores inversores en publicidad en España, además de su poderosa y muy ramificada obra social. ¡Ay del que escriba algo sobre esas solitarias y abandonadas oficinas en esos barrios de escuadra y cartabón, con un cliente al día!. Pero no por evitar una realidad haces que desaparezca.

Si dar una hipoteca a 30 años a un mileurista no es basura financiera, que expliquen en que consiste ese fenómeno. Ya tienen el decálogo preparado: "es que esto no es como en EE.UU, aquí se pedía aval". Claro, la casa de los padres, igualmente sobrevalorada. "Aquí los bancos tienen que tener respaldados los depósitos hasta 20.000". Claro, claro. "Ya mejorará la situación", qué duda cabe: tanto como para que un pobre diablo que haya pedido la "hipoteca tipo" de 150.000 euros a 30 años haga cuentas y se de cuenta de que acabará pagando por su nicho de ladrillo visto ¡el doble de lo inicial!, merced a los tipos de interés al 5´3%.

Con la inflacción al 5% y estos indicadores, ahora mismo hay gente pagando pisos en el extrarradio que probablemente ya no valen lo que cuestan. Nunca lo valieron -carecen de dotaciones, comunicaciones, red social, transportes-, aunque lo costasen. Ahí están las hipotecas basura. Y no van a desaparecer en uno o dos años. A lo mejor en 30, si alguien llega hasta el final. Mientras tanto, el presidente agitando la sopa boba y sacando pecho, como cuando decía lo de que hemos superado a Italia en renta per cápita, olvidando que es más por demérito de nuestros vecinos que por logros propios.

La consigna es clara: en España no hay hipotecas basura. Ni siquiera las de BBK, que ofrecía soluciones a ¡50 años! por el ¡100% del capital!. Que no, que eso no es una hipoteca basura. Me gustaría saber si el Banco de España tiene algún indicador de toda la gente que se acogió a esas fórmulas-trampa de no pagar el principal hasta el tercer año. Y otras invenciones del mismo estilo. Más que nada para saber cúando empezará a verse claramente la magnitud del enfangamiento de por vida en el que se ha metido toda una generación de españoles, nacidos aquí o no.

De momento impera el silencio.

lunes, 10 de marzo de 2008

Victoria personal de Zapatero

El que esperase algún titular tipo "España es de izquierdas" o algo con el PSOE se equivoca. La victoria neta de ayer es mérito de Jose Luis Rodríguez Zapatero. El candidato ha sufrido en sus carnes las acusaciones, nada partidistas sino personalistas, de "traicionar a las víctimas" o "mentir siempre", por no hablar del "no tiene ni idea de economía". Resulta curioso que le hayan votado sólo 40.000 personas más que en 2004 y que haya podido traducir este pequeño avance en cinco representantes más. Resulta curioso y les explico el porqué.

Conviene volver a 2004. El PP pasa de la mayoría absoluta a la oposición absoluta, sin solución de continuidad. Ni siquiera una mísera legislatura en minoría, no: a la leonera. Como no lo esperaban, se han dedicado cuatro años a zarandear el Estado y sus instituciones más básicas (Polícia que pone cadáveres congelados en escenas del crimen, Constitucional bloqueado, jaleando a Madrid es su obstrucción de las leyes del Estado, desde la del tabaco hasta la de dependencia), porque el poder les pertenecía, a pesar de lo que habían dicho las urnas. Pues bien, cuatro años después las urnas han ratificado lo de 2004, y con los mismos protagonistas. En teoría obtrusa del PP, habrá que asumir que una mayoría de españoles prefieren un presidente mentiroso, amigo de terroristas y que se come niños crudos a un "pobre señor de provincias, que solo quiere lo mejor para España". España se equivoca, pues.

El PP gana 400.000 votos respecto a 2004, y ya Rajoy podrá decir con fundamento lo de "represento a 10 millones de españoles" (sobre un total de 45 millones, un 23%). Cinco diputados más, esperando los votos en el extranjero que pueden dar alguno más. Avanza, y lo hace bastante, teniendo en cuenta las circunstancias de su política, el fracaso de Pizarro y el descalabro en Cataluña y, sobre todo, en el País Vasco, circunstancias muy notables a las que retornaré a lo largo de la semana. Pero pierde, por mucho avance que logre, porque su enmienda política era a la totalidad de la legislatura 2004-2008, y sólo le valía ganar. Ni lo ha logrado por méritos propios (el PP ganó en 1996 con 156 diputados, tres más que los obtenidos ayer), ni ha menoscabo un ápice de la autoridad ciudadana que investió a Zapatero, que se queda a seis diputados, fácilmente recolectables, para aprobar leyes y presupuestos, la única acción gubernamental para la que necesita mayoría absoluta.

El PSOE gobernará en solitario. Ustedes, lectores inteligentes, descarten las hipótesis lúbricas que ayer barajaba la derecha ultra que hay en este país. No necesita el apoyo de CiU, que si bien se ha mantenido en Cataluña, ha asistido a una victoria a-rro-lla-do-ra del PSC, algo que pinta muy mal para sus aspiraciones hegemónicas en la comunidad autónoma. Los presupuestos se sacarán adelante igual que hizo Felipe con Pujol entre 1993 y 1996, sin mayores problemas hasta que el dirigente catalán bloqueó los de 1996. Y descarten otra hipótesis lúbrica, de auténtico analfabeto electoral, según la cual el PSOE ha crecido (ya les digo y recalco que sólo ha crecido 40.000 votos) a costa de "la izquierda radical y separatista". Quien ha crecido así es el PP, porque obtiene dos escaños que no tenía en Cataluña expensa de ERC, que no ha sabido mantener su electorado antisistema, perroflauta y costra, por lo que sus escaños han sido pasto de otras formaciones. Se confunde voto con representación. Lo hacen adrede, me temo. No hagan ustedes igual.

Ha ganado Zapatero. En la campaña se pedía el voto a Zapatero, y no al PSOE. Y ha ganado al PP, no a Mariano Rajoy. Sí, en la campaña pedían también el voto para el gallego de barba blanca, pero el elector sabe perfectamente que no votaba a Rajoy, votaba al partido donde brillaban Acebes (ayer sin corbata en el balcón, como si estuviese de despedida de soltero), Zaplana y la larga sombra de Aznar, además de la futura Kristallnacht encabezada por Aguirre y, se dice, se dice, Camps. Zapatero podrá gustar más o menos (40.000 votantes más, insisto, ya ven lo que gusta), pero ya ha confirmado que seguirán como vicepresidentes De la Vega y Solbes, garantía de buen gobierno y solvencia. Queda mucho por analizar, pero de aquí al 2012 España seguirá teniendo una dirección sólida y segura. La que han elegido los ciudadanos, soberanos todopoderosos que nunca, nunca se equivocan.
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En los próximos días habrá análisis más particulares de los resultados

martes, 4 de marzo de 2008

"En sus tierras y sus gentes"

Bueno, ya saben como va esto. Que para algo hace una semana despertamos de 15 años de letargo en cuanto a debates televisivos. Unos dicen que ha ganado uno, otros dicen que ha ganado el otro, pero las encuestas -y el sentido común- vuelven a decir que ha ganado Zapatero. Hoy la gente repetirá las consignas precocinadas que ya tenían preparadas los preceptores de opinión incluso antes de que se celebrase el debate, por eso lo mejor, en estos casos y en cualquiera, es verlo por uno mismo y que los demás no opinen por tí. Y si no, leer la transcripción íntegra.

Olga Viza estuvo mucho mejor que su predecesor. Habló menos, y se agradece. También estuvieron mucho mejor, a nivel formal, los dos contrincantes. Ya no había miradas perdidas al reloj, hubo más menudeo y toma y daca, pero se volvió a incidir en muchos temas. Quien más volvió a los mismos temas fue Rajoy; no había apenas empezado el bloque económico y ya volvió a hablar de "huevos, leche y pan", como un líder sudaméricano. Para zanjar de una vez este tema, por si no quedo clara la influencia del precio del petróleo en todo nuestro sistema productivo (por no decir civilización), habrá que recordarle a Rajoy una palabra de moda en los noventa: convergencia. España converge con las economías más fuertes de Europa, y es normal que los precios aumenten. La convergencia también es eso. Aquí lo que se pretende es tener la renta per cápita de Francia y los precios de alimentos de Portugal, y eso no es posible salvo en la petromonarquías.

Yo creo que Rajoy, o el que le escribe los discursos desde Sudamérica, no sabe muy bien lo que hay en el país. ¿Cómo se puede decir "hay una mayoría de españoles que no lo están pasando bien"? Con mucha cara dura. Y dice "mayoría". Zapatero estuvo keynesiano: ante la ralentazación de la economía, inversión pública (adelanto del Plan de infraestructuras) para vigorizar la actividad; y muchas más propuestas. Después se enzarzaron en lo del Financial Times, con Rajoy evitando pronunciarse sobre la meada fuera de tiesto de Elorriaga y replicando con una columna particular de un periodista. Como si no supiese que la opinión de un diario la fija su editorial, que las opiniones son como los culos (todo el mundo tiene uno) y que, a los españoles formados, lo que diga el FT nos la suda, lo que importa es lo que ha dicho su asesor de campaña al FT, que es muy distinto. El populismo y la tergiversación habitual de Rajoy, en una vertiente sumamente viscosa.

ZP supo esquivarlo bastante bien, salvo en la inmigración, donde ambos se movieron en parámetros de "preocupación". El leonés estuvo muy bien, arrancando la complicidad de Rajoy, cuando cito su aficción al ciclismo y la regularización con ruedas de bicicletas: primero le arrancas una sonrisa, después un bastonazo difícil de evitar. Muy americano. Muy bueno. En política exterior y de seguridad se habló un poco más de lo que pasa al otro lado de los Pirineos, el Guadiana y el estrecho de Gibraltar, y eso es una gran noticia para todos los ciudadanos, pero el tema fue el terrorismo, para variar. Rajoy empezó a enloquecer cuando afirmó que ZP había apoyado la guerra de Irak, porque el tema del 11-M -como es normal- le saca de su libre albedrío y vuelve al argumentario-recetario clásico del PP de entonces. Repitió "mintió" y "engaño" siete veces seguida -compruébenlo en el enlace de arriba-, como cuando se decía "caca, pedo, culo, pis". Y claro, tanto ambiente caldeado, que Rajoy utilizó su arma de destrucción masiva: "No creía yo que usted fuera a utilizar a los muertos y a presumir de cuánta gente había muerto en una legislatura o en otra", que se enmarca en la misma familia mental que el famoso "usted ha traicionado a los muertos". Muy triste, pero es así. Rajoy se desmelenó, descalificando completamente al rival ("Porque usted miente siempre, usted no dice la verdad nunca, ése es el problema"). Y vino la pausa, afortunadamente.

En política territorial el de Pontevedra se enrocó en la multa por no rotular en castellano, en vano. Es aquí donde el PP chirría más, y donde, como no cambie su postura, le será muy difícil volver a ganar unas elecciones. Si el PP, que cuenta con 5 escaños por Cataluña, aspiraba a recuperar los inalcanzables 11 de 2000, veremos en que se queda al final: desautorizando lo acordado por el Parlamento catalán, hablando del Carmel (obras de la Generalitat, no del Estado) e insultando a los votantes de ERC, a los que animalizó de la manera más absurda ("se han subido al monte"), el panorama pinta sombrío. Como no podía ser de otra manera. En Retos del futuro hablaron de educación y vivienda. El PP ganó en 2000 diciendo "tenemos la mejor generación de la historia de España", y ocho años después, cuando nadie ha cumplido su escolarización, la número tres por Madrid habla de "niños andaluces analfabetos". Rajoy lo mismo. ZP le contestó muy bien: "hemos partido de un retraso histórico", puesto que la mayor variable para el nivel de estudios alcanzados es el nivel educativo de los padres. Y ya saben cuanta gente iba a la universidad o siquiera el bachillerato en tiempos no muy lejanos. En infraestructuras Rajoy llamó a León "el pueblo de Zapatero" (y el se define como "un hombre de provincias", pero cuando quiere hablar de algo que no es su admirado Madrid se refiere a ello como "pueblo") y este le supo arrancar ese fantasma blanco que recorre la campaña del PP: que harán el trasvase, pero no preciso si del Ebro o de otra cosa. Supongo que trasvase de votos, porque la sangría que van a tener será de órdago.

En la conclusión ZP no estuvo tan brillante como la otra vez, repitiendo machaconamente "porque..." y su habitual discurso. Pero claro, si lo comparamos con Rajoy estuvo brillantísimo. Sinceramente, creo que este hombre está muy mal asesorado. Volvió con la niña (en la foto, ya mareada), terminando con un "esa niña" de canción de Jose Luis Perales; habló de Marx sin citarlo ("La economía es capital. La economía lo es todo", cuando yo pensaba que era un partido de ideas, de proyectos, y parece un partido comunista con planes quinquenales); fue quijotesco ("Lucharé contra los precios") y un detalle que ustedes, inteligentes lectores, no tienen que pasar por alto. Me extiendo un poco más en ello:

"Se necesita que todos los españoles estén unidos en sus tierras y en sus gentes. El estado de las autonomías es lo que yo defiendo, pero que funcione y bien, que sirva para favorecer al conjunto". Tras descalificar a ZP diciendo que no tiene "una idea de España", Rajoy recurre a una fórmula del siglo XIX para calificar nuestra diversidad y nuestro ordenamiento territorial: "tierras y gentes". Parecido al "coros y danzas" con el que se cerraba el NODO, y a veces también se abría. El PP nunca ha creído en el modelo autonómico (lo dice, pero después se corrige con un "pero que funcione y bien"). Resulta muy triste que el principal país de la oposición, y la única alternativa viable al actual Gobierno, tenga que referirse al conjunto de los ciudadanos como "tierras y gentes", como si esto fuese una finca. Con la Transición española se solucionaron dos de los tres grandes problemas políticos que arrastraba España en los dos últimos siglos: el modelo Monarquía o República y el llamado problema militar. No es poca cosa, y repasen sus conocimientos de Historia de España para ver todo lo andado. Quedó pendiente el problema de la articulación del Estado, al que se dió una solución imaginativa, innovadora y, a tenor de lo experimentado en estos 30 años, muy provechosa. Como decía Ortega, es un problema "que no se puede solucionar, y con el que hay que convivir de la mejor manera posible". La derecha que padecemos en este país nunca lo ha comprendido. Piensa que España es Madrid, cuya playa se llama Valencia, el norte "lo verde", Castilla el padre y el sur es analfabeto. "Tierras y gentes". Qué pobreza intelectual, que paso atrás, que desatino.

miércoles, 27 de febrero de 2008

De resaca

Ya en directo dos horas antes del debate, la verborrea de parado de Campo Vidal y los debates posteriores que se alargaron hasta las 02:00 tienen un efecto directo: resaca. Ayer el país se levantó abotargado y repitiendo consignas escuchadas en sus medios de referencia. Significativo era como hasta personas inteligentes y formadas repetían una mentira difundida por el PP y sus medios orbitantes. Les explico:

Ante el hecho incotrovertible de que todos los medios, incluso los más ultras, daban por vencedor a ZP, los aparatos de propaganda se aprestaron a decir que claro, los votantes de otras formaciones, siempre antiPP -¡cómo les gusta eso y que mal analizado estaba el pacto de Tinell!-, daban como vencedor a Zapatero porque lo prefieren a Rajoy. Es el pensamiento viscoso y sectario de esta derecha: o estas con nosotros, o estas con el otro. Insisto: es viscoso y sectario, y muy ejemplificativo de su visión del mundo. Cielo Infierno. Bien Mal. Arriba Abajo. Izquierda Derecha. Gobierno Oposición (la nuestra, los demás no cuentan). Afortunadamente, la vida no es así. Entre la opción "ZP" o "Rajoy" y la pregunta "¿Quien ha ganado?" siempre cabe el NS/NC o el ninguno de los dos. Pero no, esas cabezas pensantes (Cabanillas, Elorriaga) estaban prestos y raudos para decir que la gente de ERC, PNV, IU, el Partido Humanista y la Agrupación de Amas de Casa de Yecla habían dicho "ZP". Qué triste, qué patético y qué real. O estás con nosotros o estas con "ellos", los otros. Nunca lo han entendido y nunca lo entenderán. Pensamiento binario, lo llaman.

Les pongo un ejemplo. La encuesta de Telemadrid. Dio vencedor a Zapatero por un punto de diferencia. La encuesta solo se realizó en la Comunidad de Madrid. No hay votantes de ERC, PNV o CiU, o no son significativos. Sólo de IU, pero ya sería casualidad que en una Comunidad Autónoma donde el PP saca porcentajes de voto altísimos llamasen a gente de IU de manera aleatoria, y que todos dijesen "ZP" en vez de "ninguno de los dos". Pero bueno, ya les digo, ayer se escuchó mucho por ahí. Era como el antídoto ante el crudo trago de aceite de ricino: mucho gritar, mucho decir que "España está a la cola de Europa", mucho decir "agredir", pero la gente es bastante madura. Y cuando digo gente quiero decir el pueblo, que es soberano y ha acordado ceder parte de su soberanía a los políticos.

Hoy, con todos mucho más sosegados, la impresión generalizada es que ZP ganó el debate. Lo que queda del debate, se podría decir. El poso. La imagen persistente en la retina. La de un presidente candidato que jugó al papel de víctima y el de un contricante zafio y paleto, que se sentía muy cómodo en el traje de Punisher y creyó que había ganado porque la espantosa ceremonia de triunfo que le ofrecieron en Génova, 13 estaba prevista de antemano. Como algunos titulares de periódicos. El ABC, convertido en La Razón 2.0 (el hijo se come al padre, el mito de Saturno revisitado) hubiese titulado que Rajoy ganó a Zapatero aunque no se hubiese presentado al debate. "Brillante movimiento táctico de Rajoy ante la falta de parcialidad del moderador", o algo parecido. Les voy a poner un ejemplo.

La Razón es un periódico de bajísima calidad. No es su orientación ideológica, muy respetable y que es normal que encuentre un cauce, es por su falta de nivel redaccional, sus fotos deformantes, sus columnas de opinión como obituarios. Ayer ponía un titular que debería espantar a propios y extraños. "Rajoy ganó en terrorismo". Tal cual. Como si fuese un partido de fútbol. ¿Cómo puede ganar alguien en terrorismo? ¿De qué manera, con qué argumentos? Esa es la auténtica realidad de la derecha cavernícola que padecemos en España. Antes les salvaba que no era racista, un detalle muy importante. Tras esta campaña ya no. No cabe ninguna esperanza de que España pueda acometer un programa liberal. En terrorismo no gana nadie, nunca. Perdemos todos. "Rajoy ganó en terrorismo", ahí queda eso.

A su recibimiento triunfal en Génova, 13, Rajoy tenía al lado a Espe, que no se despegaba de él. Daría un potosí imaginario por poder saber que era lo que le decía. Lo estaba viviendo, como reproduciendo escenas del debate. "Jo Mariano, que bien estuviste ahí". ¿Fue con lo de "usted ha agredido a las víctimas"? ¿Se pude "ganar en terrorismo"? ¿O quizás fue con las dos referencias a la Comunidad de Madrid? Rajoy dijo que la CAM da 700 millones al año para dependencia, y que la Ley de Dependencia ha dado 200 en 2007 para todo España. Una vez más, la derecha montaraz y silvestre, porque no son liberales ni de centro, se aprovecha del analfabetismo español en temas económicos o de la AGE. Las transferencias de Sanidad están transferidas, la ayuda del Gobierno es complementaria. Pero claro, ahí quedó el dato, torticero y sesgado.

Ayer Rajoy se entrevistó con Gloria Lomana, una periodista de la que estoy convencido que tiene algún problema grave de aprendizaje. Se mostró dispuesto al acuerdo, de centro, dialogante y abierto. Estaba de resaca. El doble rostro (mucho rostro, mucho, y no solo por doble) de Rajoy. Un día con el palo dando, el otro como el abuelito de la niña que nace como "heraldo". Y es porque, no me cansaré de repetirlo, Rajoy se presenta a dos elecciones: las de su partido, vendido al ala más ultra (y en el debate las ganó) y las legislativas de todos los españoles. Esas están más difíciles, porque la gente se da cuenta del doble juego. Por su parte, ZP fue a La Sexta, en una entrevista sin chicha ni limoná donde volvió a estar muy tranquilo. La imagen que ha quedado en la retina de la mayoría de los ciudadanos.

Cuando uno despertaba a la madurez, se imagina a los autodenominados liberales viviendo en un piso-despacho en La Castellana, rodeados de libros, recibiendo visitas de amigos extranjeros y hablando con ellos en varias lenguas sobre los problemas del país, de la excesiva presencia de la Conferencia Episcopal hasta la creación de un sistema de universidades públicas de élite. Pues no. Los autodenominados liberales en España viven en un chalet donde no se rodean con nadie, el jardín se lo cuida un emigrante sin formación, entre los libros está la Biblia y varias enciclopedias con letras doradas con "Historia de los 3.000 años de España, de Sagunto a Perejil". Aznar dijo que era amigo de Blair porque este vino en 1997 a veranear en Doñaña: ¿cómo puedes ser amigo de alguien si no hablais una misma lengua? Es un síntoma: saben lo que hay que tener para que te llamen "liberal": un think tank (FAES), presumir de amigos y relaciones ("yo con Sarkozy, usted con Castro y Chavez") y mucho liberalizar la economía, pero a la hora de la verdad es derecha castellana pura y dura. Paleta, montaraz y mentirosa. Rentista y poco emprendedora. Primero me saco la oposición, después me meto a la política. "Yo soy de centro, oiga".

martes, 26 de febrero de 2008

Atacó y perdió

La foto es del inicio del debate. Los candidatos se dan la mano, ante la atenta mirada de un moderador al que se le notó mucho que no trabajaba: parecía que se quería vender en una larguísima introducción. Fue un espejismo. El debate, como se anunció ayer aquí, fue tenso, bronco y sacó las miserias de un país al que el bipartidismo ha dado mayor estabilidad, pero no mayor representitividad.

Sumados los votos de PP y PSOE dan 19´3 millones de ciudadanos, lo que no es ni la mitad de los 45 millones de habitantes que tiene España. Es algo que jamás deberían olvidar los dos grandes partidos mayoritarios, ni tampoco los periodistas que hoy empiezan sus crónicas hablando de la división muy próxima al de las dos Españas, tan caro a los guerracivilistas. Hay una gran masa de ciudadanos que nos espantamos ante el espectáculo ofrecido ayer, que solo abunda en el descrédito de la política. No hubo estrechamiento de manos al acabar el debate. Al menos los ciudadanos normales nos fuimos a lavar las manos al acabar.

Y quizás convenga empezar por el final. Todas, absolutamente todas las encuestas (hasta las de Telemadrid y la COPE) dan como vencedor a Zapatero. Venció el talante de un presidente que jamás entró al trapo de la demagogia barata, de pueblerino de Pontevedra, de un candidato de paja que tenía dar alimento al sector ultra de su electorado, porque Rajoy tiene que ganar las elecciones con los ciudadanos y las elecciones dentro de su partido. El recibimiento que le esperaba en Génova, para dar la imagen de líder victorioso, casi parecía un desagravio. Allí estaban todos, incluyendo a un Acebes al que tienen oculto y en segundo plano durante la campaña electoral, porque cada aparición pública del abulense son votos que gana el PSOE. Y lo mismo con Zaplana, otro que está tras el telón. A ellos, y a lo que representan, se dirigió el discurso de Rajoy.

Empezó muy duro, sin concesiones. Marcó el tempo del debate, y ZP no pudo o no quiso escapar. Catastrofismo. "A la cola de Europa" y "ningún gobierno ha sembrado en democracia tanta tensión y cizaña". El candidato del PSOE se intentó ceñir al guión de presentar sus muchos y abundantes logros, que Rajoy menudeaba diciendo una frase que le entronca con el populismo sudaméricano de más alta raigambre: "ni me hable de cifras macroeconómicas mi me dé datos que nadie entiende. Aquí pregúntele a los españoles por los precios, pregúntele a los españoles que están perdiendo en este momento su puesto de trabajo, y pregunte a la gente que va a pedir un crédito y no lo recibe". Es normal. También habló de "huevos, pollo y leche", pero nunca de que el petróleo, la base de nuestra civilización, está a precios históricamente altos. Y el enésimo ataque al sistema crediticio español, que se base sobre todo en la confianza. Zapatero tampoco supo decir a Rajoy una frase-eslogan para callar la sarta de mentiras con datos absolutos y no en porcentaje, que es como hay que medirlos.

La derecha que encarna Rajoy siempre se ha aprovechado del analfabetismo funcional de la gente en materia económica. Ayer fue un buen ejemplo. La izquierda ha roto esta legislatura el bulo montado por el PP en los años 90 de que eran malos gestores económicos. Y aún así vuelven con ese toro. Qué triste todo, y qué triste escuchar que la gente repite esas chabacanerías.

El siguiente bloque fue la política social. Rajoy se fue de cabeza al discurso de la inmigración. No para integrarlos, no; no para que vivan una vida digna, no; para decir que colapsaban los servicios públicos. Más populismo. Más basura. Fue un momento para esconderse debajo del sofá. Era lepenismo puro y duro, un simple análisis lexicométrico lo corroboraría. Rajoy se inquietó porque ZP no le entraba al toro, y empezó a hablar del agujero en la Seguridad Social de 1996 (como Pizarro), de lo bien que está la Comunidad de Madrid (como Pizarro: la derecha siempre ha pensado que España es Madrid) y calló con la regularización por bono-buses ("¿que es eso?" preguntó porque nunca ha visto uno, de tan de Pontevedra que es). Pasaron al tercer bloque, Política exterior y de seguridad. Meramente nominativo, porque aquí Rajoy sacó el tema en el que se encuentra más cómodo: el terrorismo. Los argumentos ya los conocen. Sólo al final hablaron de política exterior, con el del PP proclamando "soy gallego" para ganar el voto argentino, que le han soplado que en las elecciones italianas los emigrantes fueron decisivos. Que patético.

El política institucional, cuarto bloque, salió todo lo de los estatutos, y quedó bien claro que la derecha española jamás ha asumido el modelo autonómico consagrado en la Constitución de 1978: que las CC.AA, con sus estatutos de autonomía, son también Estado. Es imposible que lo entiendan jamás, es un 404 error operativo, ¡pero que bien viene para el argumento de se rompe España! ¡Si hasta citó cuatro veces a Juanjo y su consulta del próximo 25 de octubre! Como en el anterior bloque no hablaron de Kosovo, pues así nos fue. O nos irá. Vayamos al final, propuestas de futuro. Rajoy no dijo ni una. Su alegato final, con raigambre de Kennedy ("Quiero que esta noche se vayan a dormir con la tranquilidad") se centró en una imaginaria niña. Fue de una zafiedad propia de todo el debate: los sentimientos sobre la razón. "El plan está preparado y las herramientas a punto", "quiero que sea un heraldo de la libertad" y "quiero que sienta un hondo orgullo por ser española".

Zapatero estuvo, permitánme decirlo, brillantísimo en su conclusión. Fue lo mejor del debate. Al estilo discursivo de Adolfo Suárez, reconoció errrores (¡Rajoy ni uno!) y dejó una frase, de las mejores escuchadas en 30 años de vida política en libertad "No puedo prometer que todas las personas tengan éxito en su vida, pero sí me comprometo a trabajar para que todos tengan las mismas oportunidades. Y para que quienes no lo alcancen tengan siempre el amparo de nuestro país". Es el programa socialdemócrata condensado. Es el programa de una legislatura en la que se han hecho tantísimas cosas por colectivos de toda índole, mal que le pese a la oposición, que apenas se ha referido a ellos. ¿Apenas? Ni se ha referido a ellos. Como tampoco lo ha hecho a la Ley de Seguridad Vial, por ponerles un simple ejemplo de que desde el poder político, cuando hay iniciativa y ambición, se pueden lograr muchísimas cosas sin dejar a nadie atrás.
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El hombre que perdió las elecciones de su país en 1990, tras desplegar unas dosis de populismo que le alejaban de su aura de intelectual, por no hablar de su aura de humanidad, vira hacia nuevas posiciones. O quizás no tanto: se va con los intelectuales que gritan, vociferan e increpan desde las columnas de El País, desde los tumultos en el Ayuntamiento de Hernani en 2003 o los que van con Susana Griso a un programa de las mañana de Antena 3, tu televisión amiga. ¿Esperpento? Se queda corto, habría que acotar un nuevo término.
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ZP fue el botarate que ganó el desafío planteado por el bufón de La Sexta.

lunes, 25 de febrero de 2008

¿Quien lo hará?

Hoy se disputa el esperado debate electoral entre los dos únicos candidatos con posibilidad de convertirse en presidente del Gobierno. Han pasado 15 años desde la última ocasión que el pueblo, soberano que consiente en que dos ciudadanos con sus mismos atributos y poderes le represente, tuvo la ocasión de poder ver un cara a cara. Las razones ya han sido explicadas: el PP consideró que perdió las elecciones de 1993 por el segundo debate, donde -esta vez sí- hubo una auténtica apisonadora socialista. Y no querían volver a pasar por la experiencia.

Las cosas han cambiado. Yo, a nivel personal, tengo miedo con el debate de hoy. No porque esté a favor o en contra de uno u otro, en absoluto, sino porque el candidato de la oposición, el que se quiere hacer con el poder, acude a la cita con todas las encuestas en contra. Y tratará de ganar en un día lo que ha ido perdiendo en cuatro años de legislatura en la oposición tirados a la basura, porque no hay que olvidar que tres de esos años han sido cebados con el monotema del 11-M, de tan triste recuerdo para cualquiera que sepa leer y escribir. Rajoy irá al ataque, para recuperar el ánimo de un partido que vió como el jueves su fichaje estrella caía estrellado, apisonado, ante unos de esos raros casos de españoles (Moneo, Indurain, Manuel Marín, por citar tres ámbitos diversos) que, teniendo todo para presumir, optan por la modestia, la calma y el buen hacer.

No es el caso de Rajoy, claro. En los ocho años del aznarato, el pontevedrés estuvo en cuatro ministerios diferentes una media de 1´5 años, con una gestión que se podría calificar de muy gallega: ni para arriba ni para abajo, como estaban. Educación, Interior y dedazo de Aznar tras su "brillante gestión de la crisis del Prestige". Después ha sido un espantajo, como corresponde a un político al que le entregan una mayoría absoluta y pasa a la oposición. Quizás no sea responsable directo de los motivos, pero desde luego no los ha atajado, al contrario: los ha alentado, dado cancha y para la historia quedará su alusión, el mismo día de la sentencia del 11-M, sobre los "autores intelectuales", una figura jurídica inexistente salvo en la gente que se ha educado con libros de doctrina política donde las conspiraciones judeo-masónicas (o la versión de izquierdas: el club Bildeberg) ocupaban un lugar prefente en la historia de la humanidad, al lado de la Revolución Francesa o la II Guerra Mundial.

¿Por qué Rajoy no puede abandonar su pasado? Porque no sabe a quien contentar. Es el problema de concentrar en una sola sigla política todo un espectro idelógico que, en todos nuestros países del entorno, se encuentra disgregado, como es de natural lógica. Y encima va a tener que ir al ataque. A mí, como ciudadano de a pie, me preocupa el descrédito a la política que hoy se barrunta. La ponzoña que va a salir a la luz. Porque Rajoy no lucha por conquistar nuevo electorado, sino por asentar el suyo. Y les tendrá que dar carnaza. Saldrán a la palestra Josu Ternera, el 11-M y los Gal, si me apuran, porque lo de la crisis económica (¡al 3´8%!) pasó a mejor vida hasta dos días antes de las elecciones, cuando salgan los datos de paro.

Ayer uno de esos payasos que trabajan en la Sexta (El follonero, les juro que era la primera vez que lo veía) arrancó de ZP y Rajoy el compromiso de que daría su voto al primero que dijese el nombre de Javier Bardem durante el debate. El gallego dijo que sería él quien ganase ese voto ridículo, de auténtico bufón (¿por qué la Sexta fomenta tanto la antipolítica?), dado que abre el debate. ¿Será el quien lo haga? ¿O será Zapatero, siempre atento a las minorías, incluídas las de Payasos sin Fronteras? Quizás no sea esa la pregunta. Quizás la pregunta sea quien de estos dos botarates saca partidísticamente el tema del terrorismo. Que no está descontando que sea Rajoy, ojo.
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Este hombre está tan mal asesorado que es capaz de tener abierta esta página y no indignarse, siquiera por mínima decencia.