jueves, 24 de octubre de 2013

Los petromortadelos

Dentro de la increíble creatividad del genial y nunca bien ponderado Francisco Ibánez -sobran explicaciones- se incluyó idear a finales de los setenta, en plena segunda crisis del petróleo y con la inflacción anual en España en torno al 25%, los petromortadelos.

Era un billete ficticio que venía avalado por la autoridad del Bank of Bruguera, no tenían curso oficial y venían adornados, según su diferente valía, con Mortadelo ataviado con diferentes perfiles asociados culturamente a lo islámico. Ya a principios de esa década había habido una primera emisión de billetes de Mortadelo, esta vez avalados por la figura del Financial Vazquez Bank Ltd., en honor del igualmente genial creador de tebeos, y famoso pegasablazos.

Lo que era un mero divertimento se ha visto, de nuevo, superado por la realidad de un país empeñado en caricaturizarse a sí mismo y no aprender de sus errores.

En 2009 Nueva Rumasa, el holding  (Rumasa y holding es como pertinaz y sequía) del empresario chipionero-jerezano Ruiz-Mateos, lanzó una emisión de bonos para intentar salvar su conglomerado de empresas, con marcas tan importantes como el licor Garvey (vete a un bar a pedir uno, a ver qué cara ponen), Clesa, y Cilicios con puas ya ensangrentadas.

Ruiz-Mateos, que encarna la España eterna como pocos más, metió insertos publicitarios durante días y días en todas las grandes cabeceras informativas del país, cuñas radiofónicas -y no sólo en Radio Libertad, la de la abeja- y en las televisiones. ¡Acude a la venta de bonos de Rumasa!, adornados con fotos aéreas de sus importantes factorías, llenas de afanosidad y productividad.

La CNMV, esa institución que a lo largo de la historia de este país se ha mostrado como francamente independiente (ahí está el caso Gescartera, o la actual mujer oronda de Lugo, militante racial del PP) emitió una advertencia señalando los riesgos de adquirir ese producto financiero, básicamente que no se podían vender en mercados secundarios y que tenía una convertibilidad muy difícil. Lo que viene siendo un bono, vamos.

Nueva Rumasa quebró, se leyeron unas cartas muy divertidas del patriarca del clan a Emilio Botín, la familia anda en disputas profundas y una panda de incautos -entre los que había una congregación de monjas- depositaron su dinero a cambio de un papelito en el que ponía "Pagaré de Nueva Rumasa", emitido sobre la base de importantes barricas de Jerez envejecido, aún por embotellar y con el mismo valor que los sellos de Afimsa, otra empresa y otro caso que hablan mucho de este país.

Bien, pues a pesar de esa lección de economía básica -no pongas tus ahorros en algo que no puedas ver, o controlar, o conocer- nos topamos ahora con que Zinkia, la productora del personaje infantil Pocoyó, se marca una emisión de bonos donde aseguran ¡un 11% de rentalibidad!, que es 1000% más del precio actual del dinero. Tal cual y sin ningún rubor.

Por supuesto, la CNMV de la gruesa Elvira Rodríguez se ha guardado las espaldas y obliga a poner -como en el caso de Nueva Rumasa- una nota de advertencia sobre las características del producto, pero no parece que se evite la publicidad -de la que se nutren bastantes medios, incluso el poderosísimo AdSense de Google- de lo que es a todas luces un método digno del mismísimo Vázquez.

Es curiosa la historia de Zinkia: el personaje de Pocoyó tuvo su auge en los estertores de los 15 años de despilfarro, y fue vendido como una gesta nacional a la altura de Hernán Cortés o el 12-1 a Malta. Un personaje de animación español conquista el mundo,  y cosas por el estilo. No hace mucho, el tonto de bote de Carles Francino entrevistaba al máximo responsable de la empresa, y lo dejaba untado de baba por ser "de la nobleza española y trabajar". O emprender, que es como se pelotea ahora.

Pocoyo tiene la cabeza como una burbuja, y de eso se trata la historia de la empresa. Salieron a Bolsa en 2009 y en tres meses la acción se había revalorizado un 26%, todo un brote verde -o azul-. Incapaces de hacer un nuevo personaje, de explotar la mercadería del único que tienen, la empresa fue para abajo, porque el mundo de la animación infantil es voraz, y más cuando Pocoyo carece de todo, hasta de guión.

Hundidos en Bolsa, con serios problemas de liquidez, se apuntan a la emisión de bonos. La página web es para guardarla, con Pato estrechando la mano a Pocoyo mientras sostiene un maletín negro. Porque hace falta ser patán para poder comprar algo como los bonos Zinkia, los del noble español "emprendedor". Por favor, pierdan unos cuantos minutos de su vida leyendo este texto de los vendebonos, donde parece que la marca Pocoyo es como Coca-Cola, Canon o Siemens.

Yo lo tengo muy claro: voy a acudir a la próxima emisión de petromortadelos. Si en los ochenta se sorteaban tres apartamentos en Torremolinos, a lo mejor ahora me dan una promoción entera del Sareb (conocido como Banco Malo, cuando es enjuague con dinero público de las aberraciones inmobiliaras de promotores privados) o, quien sabe, la colección completa de Pocoyó en DVD. Quizás en Blue-Ray.

11 comentarios:

eduquin dijo...

Zinkia perdió hace algunos años (creo que en 2007) su ventaja competitiva, es decir, a David Cantolla, el verdadero creador de Pocoyó. Ahora está en manos del cantamañanas de Castillejo, que va diciendo por ahí que desciende del Cid, con eso creo que está todo dicho.
Sobre quien puede comprar este timo de la estampita, oficializado, pues entra en los comentarios de la entrada del blog que has enlazado y verás que seguro que habrá unos cuantos. Dentro de poco los veremos en la tele manifestándose para que les devuelvan sus ahorros.

Anónimo dijo...

Yo no conocía de nada al tipo este pero me acuerdo que salió en Salvados en no sé qué programa de la evasión de impuestos, cuando salió todo este de las SICAVS, Suiza, los primeros coletazos de Bárcenas, etc.

Recuerdo que dijo sin rubor alguno que era normal que las grandes fortunas quisieran tener su dinero fuera de España con la de impuestos que se pagan. Lo justifica diciendo que esas fortunas daban trabajo y que si el dinero se iba se perdería trabajo. Tan ancho.

Saludos, Germán.

PD No me ha salido un extenso comanterio en el anterior post. Habrá sido por escribir dos seguidos, menuda putada después de tanta parrafada. Ahí se queda...

Anónimo dijo...

Para Zinkia tendría más sentido una ronda de "crowdfunding" que una emisión de bonos.

Me temo que la compañía es un "One hit wonder" y de ahí no pasa. Así que tenga sentido la opinión del "noble" empresario mostrada en el comentario anterior; esto es, poco a poco ir destinando las ganancias de cada año a cuentas en Suiza.

Y es que en este tipo de negocios ni siquiera invertir los beneficios garantiza nada. Esto dura lo que dura y hacer cotizar una empresa con estas bases me parece querer timar al personal. Ni que se creyeran Apple capaz de sacar un nuevo producto (o animación) exitosa cada par de años o la Pixar.

Por cierto, se rumorea que Prisa viene de financiarse a no menos de un 17%, según estimaciones. Se puede hacer una apuesta para ver cuando entran en concurso. O mejor aún, quien cae primero, EL País o EL Mundo (O P.J.).




fjgandara dijo...

Yo tenía entendido que no lo habían perdido, más bien lo echaron de malas maneras y terminó como el rosario de la aurora.

En fin, después de los sellos, el brandy y los dibujos animados, creo qeu voy a invertir en casinos.

Sergio dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Eduquín: ah, entonces a lo mejor fue de los que vendió la espada de El Cid a la Junta de Castilla y León. Un zorro de los negocios.

"Victimas de Pocoyó", como pancarta, me parece subyugadora.

Germán: lo siento muchísimo, no lo he visto y se como jode eso.

Anónimo: bueno, Prisa se redimensionará, acabará con engendros como Prisa Revistas y lo que sea, pero El País y la SER valen más de lo que pueda financiar ese 87% que resta. Son activos inmateriales, porque no es lo mismo una empresa periodistica de prestigio que una productora de dibujos animados.

Anónimo dijo...

Buenas:
Creo que la gente ya sabe que no hay duros a peseta . Afinsa, las preferentes, Madoff (este me mola más, a las grandes fortunas), . Si caen en otra, no hay discupa.
Más rentabilidad más riesgo, dejad que se financien y hagán su apuesta.

Anónimo dijo...

Ojete con las monjas. La religión empresaria.

PiBón Jovi

Anónimo dijo...

"pierdan unos cuantos minutos de su vida leyendo este texto de los vendebonos"... joder, aún mejor que el texto son los comentarios, que unanimidad!!! ni en la redacción de La Razón!!!

Urko dijo...

(a Anónimo de las 14:23 del 24 de Octubre)

Me ha llamado la atención lo que dices sobre los comentarios y me he tomado la licencia de enviar un comentario yo también, diciendo exactamente lo mismo que has puesto tú. Tengo curiosidad por saber si lo publicarán o cuánto tiempo durará publicado.

Sergio dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Anónimo: si el precio oficial del dinero está al 1%, y te ofrecen un producto de inversión al 11% bueno...venga, a que mola pensar en una pancarta con un "Afectados de Pocoyó"?

Jovi: está reciente la noticia de ese convento asaltado, y donde los cacos se llevaron millón y pico de euros. Cuando no pagas impuestos y haces dulces -a veces con cuadrillas de 50 personas amasando y haciendo huesos de santo- es muy fácil hacer fortunas.

Anónimo: procuro que mis recomendaciones nunca sean en balde. Me alegro que te haya gustado.

Urko dijo...

Dos días tardaron en eliminar mi mensaje. Lo quitaron ayer. Pensaba que aún duraría menos, pero debe ser que ni ellos mismos entran a menudo en su página... es raro porque según dice el propio texto, pocoyó es más buscado en google que Barack Obama.