lunes, 25 de mayo de 2009

Otra vez con la bomba de Corea del Norte

La falta de la más mínima cultura militar hace que el ciudadano medio trague cualquier tipo de mentira sobre armamento o geoestrategia. Es tremendo como una y otra vez medios supuestamente serios cuelan las mismas mentiras y las mismas amenazas fantasmagóricas, sin que nadie abra la boca y diga que todo es un teatro y una mascarada.

Por no irse muy lejos, baste recordar la intervención de Colin Powell en el Consejo de Segurida de la ONU, cuando la preparación diplomática del ataque a Irak en 2003. El inteligente militar sacó un bote minúsculo de cristal y dijo que con eso Irak podría hacer un montón de cosas. Por supuesto, no dijo que en cualquier tipo de arma lo importante es el vector de lanzamiento. Les pongo un ejemplo: si yo tengo una bomba-H y no tengo con que lanzarla, me explota en el mismo lugar. Irak no tenía ningún vector de lanzamiento (llegaron a sacar avionetas de cartón diciendo que con eso podrían lanzar un ataque en 10 minutos) y, como supimos después aunque Hans Blix ya lo decía desde hace tiempo, tampoco tenía ninguna arma química o biológica. Y de tenerla, no cabe en ese bote mostrado en aquella vergüenza que fue vender la agresión a Irak.

Colin Powell sabía de lo que hablaba. Después todos han dicho que la inteligencia militar les dio pruebas falsas, pero no es excusa suficiente en alguien que ha ostentado las cuatro estrellas y sabe de lo que habla, por mucho que fuese más político que militar. Sin embargo, Powell sabía a quien iban dirigidas sus palabras: a una inmensa mayoría de la humanidad que, cuando les dicen las palabras "misil" o "bomba" se imagina un pepino como los de las películas, capaz de llegar a cualquier parte, destruir cualquier cosa y, especialmente, muy fácil de conseguir, como si se comprase en un zoco. Y esa inmensa mayoría de la humanidad incluye puestos de muy alta responsabilidad.

Les cuento todo esto por lo que está pasando con Corea del Norte. El régimen estalinista vive de la ayuda internacional (sí señores, es así: igual que Cuba pero sin turismo) y claro, con la crisis económica esa ayuda se ha reducido. ¿Cúal es la manera de volver a reclamar atención y pactar sotto voce más arroz y frijoles para sacar de la hambruna a sus 25 millones de habitantes? La amenaza con armas fantasmagóricas de las que Occidente sabe perfectamente que no son ningún riesgo (salvo para los propios norcoreanos) y, sin embargo, sigue el juego el juego a la dictadura asiática.

Ya fue así en 2005-2006. La dictadura personalista de Kim Jong-Il anunció que tenía la bomba nuclear, que es como si yo digo que he estado en la Luna. Después, para demostrar que era verdad algo que a todas luces no es cierto, hizo estallar una gran carga de explosivos, de tal manera que se registrase el temblor sísmico. Y todos le dieron la razón: "tienen la bomba nuclear". Bueno, pues es men-ti-ra. Y Occidente lo sabe perfectamente, como también lo saben los rusos y los chinos, países con los que hace frontera. Cuando hay una explosión nuclear no basta con el temblor sísmico, que puede ser logrado con una gran carga de explosivos. Los nazis lo hicieron en 1945 en Pomerania, para intentar asustar a los soviéticos. La única manera de verificar la reacción nuclear es que se liberan a la atmósfera unos isótopos muy específicos, una especie de ADN nuclear. Bien, pues ya han pasado tres años y pico de la supuesta prueba nuclear norcoreana y todavía se siguen buscando esos isótopos.

La ocasión fue aprovechada por los norcoreanos para negociar unas ayudas muy ventajosas que han permitido languidecer a ese régimen oprobioso otros años más, pero se han cortado a raíz de la crisis económica. Como las economías de planificación centralizada son así, se avecina un invierno de hambruna, una circunstancia familiar para los sufridos coreanos al norte del paralelo 38, por lo que la casta dirigente vuelve a repetir la operación: ayer otra "bomba nuclear" y tres misiles tierra-aire. Los misiles tierra-aire no son misiles como los de las películas, esos que destruyen ciudades y bla-bla-bla, son misiles de tecnología soviética de los 60, muy gordos (para que se vean bien en las paradas militares y porque toda la tecnología soviética gastaba mucho combustible) y que si se lanzan sin un objetivo aéreo no pasan de fuegos artificiales, con colas de humo muy vistosas.

Bueno, pues hoy ya tienen los titulares muy gordos en todos los periódicos y telediarios. Una vez más, el analfabetismo militar hace estragos. Para más escarnio, hoy han vuelto a lanzar dos misiles, terribles, con un alcance de ¡130 kms.!, por lo que probablemente son una evolución de los Frog (código OTAN) soviéticos, unos misiles tácticos que sí, en puridad son balísticos, pero una vez más no son como los que aparecen en las películas ni los que nos venden los medios de comunicación. Hay que decirlo francamente: los misiles que tiene Corea del Norte, como los que tiene Irán, son una birria, como no se puede esperar menos de unos régimenes (el persa un poco menos) que viven en la edad de piedra tecnológica, la que han querido sus dirigentes para sus esclavos. Resumen: ni tienen la bomba ni tienen el vector de lanzamiento.

La historia de los misiles balísticos empieza en la Alemania nazi y de la mano de un absoluto genio del siglo XX y de la historia de la Humanidad como fue Wernher von Braun, que dio un salto de décadas en una tecnología de la que se intuían sus posibilidades y se habían hecho pruebas, pero que llevó a un estadio que aún hoy no pega nada con el nivel tecnológico de la II Guerra Mundial, igual que el Proyecto Manhattan y la bomba nuclear. Así fue que nada más concluida la guerra se lo llevaron con todos los honores a EE.UU y fue el artífice del proyecto Saturno, que llevó el hombre a la Luna. Los soviéticos se tuvieron que contentar con recoger lo que no se había volado en Peemünde, donde se fabricaban las V-2, y a partir de ahi y con sus espías en EE.UU desarrollar su propia tecnología de misiles balísticos.

El famoso Scud no deja de ser una V-2 estilizada y de muy poca precisión. Los misiles que tienen Irán y Corea del Norte son Scud modificados para ponerles más carga de combustible y, a veces, más carga útil militar, pero eso es lo más difícil. Ojo, estamos hablando de una tecnología de ¡1944!. Es absolutamente mentira que Irán o Corea del Norte tengan misiles que, con grandes esfuerzos, puedan ir más lejos de 1.500 kms. Sin embargo, nos venden la doble mentira de que cuentan con esos vectores de lanzamiento y, más mentira aún, que cuentan con algo más que explosivos para rellenar las cabezas. Entonces la pregunta es ¿por qué lo hacen?

Simplemente porque todo esto es un teatrillo para justificar altos presupuestos militares en una era en la que EE.UU no afronta ningún desafío estratégico, para justificar la presencia militar en Japón y Corea del Norte (sobran las razones, pero parece que siempre hay que buscar más, como en la agresión a Irak) y porque es muy rediticio vender el miedo a unos países que, en el caso de Corea del Norte, se han quedado en la Edad de Piedra tecnológica.
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¡Que aberraciones produce la política de la subvención! ¡Lo que importa es que sea nuestro! ¡Abajo cualquier otro criterio! ¡Viva la locura!