sábado, 10 de diciembre de 2016

Boicot a los débiles, sumisos con el fútbol

Folcklore asturiano
Esta es una historia asquerosa que está a punto de estallar, cuando se tenía que haber pinchado hace ya mucho tiempo, tanto como el que el existe. Ahora está el fútbol de por medio y las cosas van a empeorar muchísimo a nivel mediático, de imagen y de exponer la realidad de una izquierda trasnochada y caduca en sus preceptos y en sus intimidaciones.

Si entrasemos en la mente enferma que está detrás de todo, seguro que aparecerían referencias al Nuevo Testamento, que son deicidas, la Revolución de octubre y que grande yes, Pachín, pero no hace falta ir tan lejos, al contrario. Es una historia que pasa en España, pasa en fechas recientes, y avergüenza a cualquiera que no sea un fanático.

En febrero de 2009 la cantante israelí Noa estaba de gira por España cuando se topó con un boicot instigado desde la ultraizquierda y "grupos propalestinos". El boicot podría haber sido no ir a sus conciertos, pero como son activistas no se podían conformar con eso, no: en San Sebastián, cuatro energúmenos se subieron al escenario a los pocos segundos de empezar la actuación, y desplegaron una pancarta donde se podía leer "Israel, no gracias", aunque en los anteriores conciertos en Sevilla y Barcelona no pasó nada.

¿Por qué el boicot? Por ser israelí. Tan simple como eso. Por ser embajadora cultural. Por pronunciarse en contra de Hamas, claro, algo gravísimo al parecer. Porque la ultraizquierda en España siempre está buscando enemigos, reales o imaginados, y es mucho más fácil atacar a una artista de gira que ir con una flotilla -un crucero- a las costas de Israel, con las consecuencias previstas.

En Gijón, Asturias, la cosa fue mucho peor que en San Sebastián. Los organizadores del boicot convocaron una concentración a las puertas del teatro municipal donde iba a actuar Noa. ¿Quien organizaba? El conocido como Comité de Solidaridad con la Causa Árabe y la Plataforma Asturiana con Palestina, al parecer no satisfechas con traer a saharauis a la metrópoli cuarenta años después de romper vínculos, y muy ofendidas con estas palabras irreprochables de Noa:

"Esa bestia llamada Hamas que los ha aterrorizado y asesinado, que ha convertido a Gaza en un basural lleno de pobreza, enfermedad y miseria. Sólo puedo desearles que Israel haga el trabajo que todos necesitamos que haga (...) Hamas no llama a la liberación de Palestina, sino a la destrucción de Israel, es decir, de mí, de mis hijos y de mi familia".

Se juntaron unas cien personas con pancartas como "Sionismo, bestia exterminadora", una décima parte de las que hubo dentro del Teatro Municipal, ajenas al llamamiento al boicot. Una décima parte.  Siempre son menos, pero como se hacen notar, como recurren a la intimidación y el hostigamiento, pues siempre parecen más. También los medios ayudan a su difusión.

Fue un incidente vergonzoso, que tuvo réplica aún peor en 2014. En el mismo escenario que Noa actuaba esta vez el grupo israelí Sheketak, culpable exactamente de lo mismo: de ser israelí. Basta con eso para esa gentuza. Esta vez no se conformaron con cantar consignas y exhibir pancartas repugnantes a las puertas, sino que quisieron acceder al recinto, para hacer el boicot efectivo. 

La Policía tuvo que cargar -Europa occidental, en el año 2014-, dejando un reguero de golpes y alguna cabeza ensangrentada, entre ellas la de un conocido sindicalista -¡Asturias! ¡En Sicilia se llaman de otra manera!-, siempre tan preocupados por lo que pasa fuera y no por lo que pasa dentro. Según los convocantes, "esta es la segunda vez que el Ayuntamiento colabora con Israel, la primera fue en el Festival de Cine. No estamos en contra de los cantantes sino lo que ellos representan, que es el estado de Israel" ¿Queda claro? 

Esta vez fueron más que en 2009. Según los del boicot, eran 500, cifra difícilmente creíble, pero según las crónicas consiguieron su objetivo: dentro no había casi público para ver la actuación de Sheketak, que seguramente se llevaron una inmejorable imagen de la ciudad de Gijón. Desde luego, muy ajustada a la realidad. 

Después hubo un juicio por el intento de asalto al teatro, un juicio en el que la Fiscal fue hostigada e intimidada incluso en su ámbito privado (¡Asturias! ¡En Calabria los llaman de otra manera!), con toda la parafernalia que la ultraizquierda suele adornar sus excesos, en este caso calificando a los agresores de "los nueve del Jovellanos" -por el nombre del Teatro-, en la más pura tradición sindicalista-victimista, cuando en esa región detentan todo el poder y jamás son víctimas. Por supuesto, salieron absueltos. 

Pero no es el tema, no. Como a esta gentuza no se la pueda parar en su superioridad moral (recuerden: el boicot no era contra los artistas, sino por "representar al Estado de Israel", como si fuesen con uniforme y banderas) y tampoco parece que se le puede parar con la justicia, han seguido adelante, para bochorno de la gente normal, la que ellos no representan. 

El 13 de enero de este año el Pleno del Ayuntamiento de Gijón, ciudad de casi 300.000 habitantes, aprobó una moción con los votos a favor del PSOE, Podemos e Izquierda Unida, donde se declara el boicot contra el"Apartheid y la ocupación israelí", además de reconocer "el Estado de Palestina" y de declarar el concejo de Gijón como "Espacio Libre de Apartheid Israelí", destacando la adopción de "medidas legales oportunas para no realizar actividades comerciales con empresas cómplices de violaciones del Derecho Internacional". En el primer Pleno del año. Pueden leer completa la podedumbre aquí. Produce escalofríos. Produce aún más escalofrío cómo trató el periódico local el asunto, y no se pueden perder el enlace.

Por esas fechas el Ayuntamiento de Langreo, otra ciudad de la zona, también hacía lo propio, algo que la Justicia ya ha conculcado. En Gijón la Justicia dice que no puede hacer nada, porque (mucha atención) "el acuerdo del Pleno carece de efectos jurídicos frente a los administrados, ya que no estamos ante un acto administrativo en sentido técnico y estricto como declaración de voluntad o resolución que produzca efectos jurídicos en la esfera o ámbito jurídico de los administrados"

O sea, que la Justicia no es la misma en una ciudad que en otra, y eso que la sentencia conculcadora es el Tribunal Superior de Justicia. O que al juez al que le ha caido el caso le hace tilín la moción, donde sí que hay efectos jurídicos, dado el acuerdo del Pleno gijonés se remitió a las empresas municipales, entre ellas la que organiza los festejos y eventos, por lo que ya no irán más Noas ni Sheketaks, ni ningún otro representante del "Apartheid israelí", usando su lenguaje enfermo. 

A punto de acabar el año, sigue vigente el execrable acuerdo plenario -el único en España que sigue así, porque los otros similares aprobados han sido tumbados por los jueces en Cataluña, Andalucía y Madrid-, y con un añadido que le va a dar una relevancia mediática realmente dañina para la ciudad. Por alguna razón que no creo que esté dentro de la esfera de la casualidad, la Federación Española de Fútbol que preside desde hace décadas Angel María Villar ha decretado que el partido España-Israel de balompié que clasifica para el Mundial de Rusia 2018 se dispute en Gijón. Un partido oficial. El próximo 24 de marzo.

Ya saben la caja de resonancia que es el fútbol. En Israel, por razones históricas que no hace falta comentar aquí, están muy informados de lo que pasa en Gijón, porque siempre tienen que estar alerta. Es su sino histórico. La persona que les informa ya ha dejado caer que les molesta lo de tener que ir a jugar a una ciudad que les discrimina -sí, así es el término- y deja caer veladamente la posibilidad de ir a mayores. 

"No nos queda claro por qué entre todos los lugares de España se ha tenido que elegir a esta ciudad" A mí tampoco, pero estoy seguro que no es casualidad. De aquí no va a salir nada bueno, como nada bueno se lleva viviendo desde 2009, y esta vez con cariz de escándalo internacional con caja de resonancia muy mediática incluída ("es ya un tema de debate en los periódicos de Israel"), no precisamente lo mejor para una ciudad que intenta vivir del turismo, además de las subvenciones.

"Hay no sé cuantos estados musulmanes en el mundo y ninguno cumple estándares de derechos humanos. Y el único al que señalan es la única democracia de Oriente Medio. Es una declaración antisemita. Esto se tenía que romper por alguna parte y ha salido en el fútbol", dice Ángel Mas, presidente de ACOM, la asociación que lleva la batalla por el sentido común en este caso.  Ya, pero es que vosotros sois culpalbles. Deicidas. O lo que toque achacar a cada generación. 

¿Y qué dice la izquierda caduca y trasnochada -perdón por la redundancia- que padece Gijón y, por extensión, Asturias? Están "resignados". No por el indecente boicot, sino  porque "la decisión viene de arriba y no podemos hacer nada". Sí, de la todopoderosa Federación de Fútbol. Es más fácil hacer el boicot a Noa y un grupo de folk que a miles y miles de potenciales votantes yendo con sus camisetas de tribu a un estadio. Porque no tienen lo que hay que tener, nunca lo han tenido. Por eso está su ciudad y su región como está. En el fondo, a lo mejor lo del partido de fútbol está bien por poner negro sobre blanco en las incongruencias sangrantes de la izquierda, pero el desastre va a ser tremendo. Al tiempo.
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"Para nosotros Fidel Castro no ha muerto, es un gallego más" Muy freudiano, sí. Esto, en cambio, es más de realismo doloroso gallego.
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Una pequeña ventana a lo que fue la espléndida época de entreguerras para el neonato estado checoslovaco.
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Fin al seguro médico privado, pero pagado con dinero público, de la Asociación de la Prensa Madrileña. Era el gran reclamo para que se afiliasen jóvenes lisensiados: conozco un caso de una que se hizo una colonoscopia con 25 años simplemente porque era gratis y le apetecía.
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Mina de hierro en Australia, o una colonia china. 
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Sucinto y muy comprensivo artículo sobre la subida de precio en España desde la llegada del PP al poder.
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Se ha hablado poco de esta idea de C´s, que solo serviría para apartar de la educación pública a profesores con sentido crítico. Porque esa es su finalidad. 

lunes, 5 de diciembre de 2016

"El periodismo tiene que emocionar"

Coach Fernando Drake
Como previsto, el caso Pedro Simón -y tiene que ser así, no caso Nadia- ha seguido el derrotero esperado hace solo unos días, cuando se publicó la anterior entrada. Al padre que usaba a su hija como los productores usaban a Joselito o Marisol le ha salido, a la manera de Gowex o Pescanova, un pasado bastante oscuro, y lo que queda por salir.

De momento, además de admitir que jamás ha estado en Houston o en Afganistán, se conoce que estuvo en el talego por robar a su empresa al menos 20 millones de pesetas, bastante más que el frío equivalente a 120.000 euros que puedan leer por ahí, porque fue hace 20 años, e ingresó en el maco en el año 2001, tras ser condenado a cuatro años de trullo.

La "importante multinacional" en la que trabajaba, siempre según la versión de Pedro Simón, no era más que una embotelladora y distribuidora de bebidas, en donde ejercía de responsable para la isla de Menorca. El problema de esas islas es que lo tienen que importar todo, y ahí debió ver un filón el conocido como Fernando Blanco Botana, aunque guste de llamarse Fernando Drake, incluso en el artículo firmado por su amigo el periodista.

Su esquema era muy sencillo, según la sentencia que lo condenaba: "fue suministrando productos de la empresa a espaldas y sin conocimiento de ésta, quedándose para sí lo que cobraba”. El cliente recibía el producto, y la empresa suministradora no recibía nada, porque lo apuntaba todo a pérdida o impagos. En un sitio tan pequeño como Menorca, y durante tres años: ahora se entiende porque prefería ser llamado Fernando "Drake", en vez de sus apellidos gallegoides.

Leyendo la sentencia, se saca que nació en 1964 y empezó a trabajar en esa empresa cuando ya tenía 30 años: queda para los periodistas esclarecer todo ese periodo inicial de su vida, donde seguro que también salen bastantes pufos y estafas. De lo que no queda ninguna duda es que es un profesional de la mala mentira, porque en la sentencia, a pesar de pedir la absolución en su defensa, admite que creo una cartera de clientes ficticios, pero que lo hizo porque vio que faltaban existencias en el almacén y "tenía miedo de que lo despidiesen". Como el actual miedo a que "me quitasen mi hija", o modo de sustento.

Sin embargo, el protagonista no este buscavidas, padre a los 40 años, sino Pedro Simón. Porque es el caso Pedro Simón. El periodista de El Mundo es el que ha sido el gran bregador de la historia e, involuntariamente, el que ha puesto en manos de la Fiscalía a su amigo, porque así se trataban entre los dos. Como ya había indicado, durmió en la casa de la familia que mercadeaba con su hija (no olvidemos el rol de la madre, que dice no haber notado nada raro, porque debe ser que es ciega), algo muy de praxis de Gay Talese o Norman Mailer, o sencillamente de Pedro Simón.

En La Sexta, esa cadena televisiva que no ha cambiado nada desde que escribí esto hace muchos años (apenas el bozal entre Roures y Planeta), entrevistaron a Pedro Simón durante los éxitosos días posteriores a su artículo-fantasía en estos términos, que se pueden leer en la cartela superior: DIO A CONOCER LA LUCHA DE LOS PADRES DE NADIA. Por eso es el caso Pedro Simón. Que nadie le quite su protagonismo, porque él mismo no lo hizo cuando podía, aunque no se descarta que lo haga en el futuro, cuando salga de la madriguera donde está refugiado.

Con Ana Rosa Quintana, madre a los 51 años
Merece la pena transcribir lo que dice el periodista Simón, no vaya a ver que el vídeo se pierda, igual que se puede ver que La Sexta ya ha retirado un vídeo de su web ("El vídeo ha sido despublicado", curioso verbo), para que quede constancia de la catadura del personaje incluso cuando ya no se puedan ver sus mohínes, sus ojos entreabiertos, su parsimonia cuando bromean sobre si "es el novio de Nadia".

"Fernando es una persona muy especial. Cuando yo le conocí era una persona que te transmitía una fuerza sobrehumana, ¿no? Hay que tener en cuenta que cuando Nadia nace pesaba 700 gramos. Ellos tardan en tener un diagnóstico, hasta que no tiene año y medio no se lo dan...a partir de entonces empieza una apasionada historia de amor, de amor loco, loco y hermoso, en la que todo consiste en tratar de salvar a la hija. Eso supone que venden todo. Venden el piso de Valladolid, el piso de Mallorca, el piso de Madrid, el Porsche amarillo del que siempre habla Fernando, venden todos los objetos de la casa, incluída la cama, y van durmiendo en el suelo de casa".

"Todo para recaudar fondos, para intentar investigar algo que no tiene cura, pero Fernando no se resigna y sigue buscando. Yo tengo hijos pequeños y no se si hubiese tenido la capacidad de lucha que tienen Fernando y Marga. Ellos ante un "no" pues...un "no" porque usted lo dice [ojito a la consideración de la profesión médica de este impresentable], yo voy a comprar tiempo. Es lo que ellos han hecho. De algún modo cada operación era como si hablasemos de las máquinas recreativas, ellos ganaban varios bonus de vida, pues hasta cuatro o cinco años de vida cada operación de Nadia".

"Entonces Nadia tenía un problema ahora un problema crucial, y era ahora [el periodista Simón se golpea las palmas, como apremiando] porque se operaba o entraba de forma irreversible en una decadencia que le llevaría a la muerte en un año o por ahí. Entonces lo que van a intentar con esta operación es comprar otros cuatro años de vida [está permanentemente sobreimpresionado el número de la cuenta corriente, como en la teletienda] porque Fernando y Marga lo que quieren es tiempo"

Es curioso, pero pedían dinero. Con Pedro Simón de gancho. Y la hija, claro, pero con Pedro Simón de gancho, entregado de manera lasciva a la causa. Si ven el vídeo, podrán ver a la presentadora Mamen Mendizabal -que antes presentaba noticieros poniendo caretos cuando algo no le gustaba- en arrumacos y escenas dignas del sátrapa de Corea del Norte con sus súbditos, al menos cuando hay una cámara grabando. Auténtica telebasura con baby explotation, sin que la Fiscalía actuase de oficio.

En las islas se sabe todo
Después Hilario Pino, superviviente de un cáncer en el que supongo que no le ofrecieron Bio-Bac porque la Fiscalía actuó a tiempo, le pregunta a nuestro protagonista algo clave "Pedro, contar esta historia, contar todas las interioridades, me imagino que es algo más que periodismo" La cursiva es mía, por supuesto. El haberse quedado en la casa de la familia Blanco es de Pedro Simón. Prestarse a esta baby-explotation, un mojón más en su carrera de rebuscar en los mismos sitios que los carroñeros, también, así como la respuesta:

"Sí, además hay un riesgo porque Fernando es un caos, tiene la cabeza en otras cosas, pero si que creo que el periodismo tiene que informar, tiene que entretener y sí que creo que tiene que emocionar y si que creo que sirve de algún modo para tratar de cambiar algunas cosas. No vamos a cambiar el mundo, pero si transformamos una pequeña realidad...preguntales a Fernando y a Marga para ellos que es el mundo [una cuenta corriente bien nutrida] Yo no tengo nada que ver en esto, evidentemente [La Fiscalía lo debería investigar de oficio] pero es la gente que ha leído la historia...que siempre hablamos de lo malo [especialmente los carroñeros como tú], pero hay gente cojonuda...y da gustazo ser de España"

Olé. El espectáculo de telebasura, 25 años de la polémica con ¿Quien sabe donde?, Confesiones y Código Uno  se cierra con el estafador condenado por robar en su propia empresa llorando, un clásico del género y de la actuación. Un clásico de Pedro Simón, que aquí condensa su deontología profesional en un vídeo inenarrable. "Todo el mundo se cree periodista, hay que volver a la esencia" A los lloros, a la explotación de niños, a inventarse historias. A eso.

El periodismo no tiene que "emocionar", simplemente informar, igual que las sentencias judiciales no tienen que ser "ejemplificantes", sino justas. Es increíble que haya que recordar esto a alguien que va por ahí -ver el último link- pontificando pomposamente sobre una profesión que deshonra continuamente, y donde tendría muy difícil ganarse el sustento de ahora en adelante de no ser porque es una Mafia interna.

A este respecto es muy significativo lo que cuenta Salvador Sostres, que no necesita presentación en su condición de polemólogo y agente de la provocación, de lo que vive. Por eso medró y prosperó en El Mundo, la misma cabecera que la de Simón, la misma de siempre, hasta que lo echaron porque un nuevo director quería hacer un gesto de cara a la galería, el único que hizo en el año en el que duró en el cargo.

Sostres se metió en un lío por bocazas -y las tiene mucho peores, pero ya les digo que le pagan por eso- y ahora nos cuenta que Pedro Simón hizo una recogida de firmas por la redacción para que lo echaran del periódico, es más: para que "no pudiera volver a trabajar jamás “ni en El Mundo ni en cualquier otro medio de Unidad Editorial”". Todo un héroe, Pedro Simón, muy bien retratado en su catadura moral.

Sin embargo, lo que cuenta del pequeño artículo de Sostres es que deja caer que  habría que "investigar todas las historias que nos ha contado este chico, para comprobar qué más hay de falso en ellas" (iniciativa a la que me sumo, y para la que pido la colaboración del que pueda), y si lo dice es porque algo sabe o se huele y, especialmente, esto:

"Por cínico que sea tu portentoso negocio lastimero con que exprimes el dolor ajeno buscando sólo tu lucimiento, yo nunca abuso del débil, comprendo la imperfección y mi mejor don es perdonar". Como son de la famiglia periodística, le perdona, a pesar de la canallada que instigó contra él. Pedro Simón tenía razón: el periodismo realmente tiene que "emocionar",  de la misma forma que emociana El Padrino o Uno de los nuestros. De los suyos, como siempre. 
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Completo resumen de las intervenciones televisivas del timador condenado Fernando Blanco y su negocio.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Nadia conoce a nadie

Jayson Blair es un periodista del New York Times que ha pasado a la historia porque se inventaba la noticias. No era el primero, ni fue el último, pero su caso es significativo porque la dirección del periódico más famoso del mundo lo había promocionado por ser negro, en un intento de querer quitarse la imagen de periódico de blancos para blancos. No se sabe si en su vano intento de curarse en imagen también se incluía saltarse los controles internos sobre la credibilidad de noticias, que en el caso del afroamericano Blair contempló viajes inventados, crónicas copiadas de agencias, y confesiones que nunca ocurrieron.

El Mundo es un periódico en las antípodas del New York Times. La mentira es su leiv motiv desde su fundación, muchas veces planificada en forma de campañas que duran meses, con titulares imposibles de comprender si el día anterior no has leído el serial en el que están ocupados. Es un periódico que fomenta, ampara y respalda la mentira, como en el reciente caso de la información falsa sobre Trías, el por entonces alcalde Barcelona, y que era un cortapega de un informe policial de esos sin autorización judicial, lo que en la SER llegaron a llamar "policía política", hasta darse cuenta que ellos también se nutren de la misma fuente, con Ana Terradillos de altavoz.

Es imposible que un periódico así tenga ningún tipo de control interno, y menos con un periodista estrella como Pedro Simón, especializado en pobreza y en miserias del ser humano, y armado con un estilo entre amarillo y vómito, con toda una amplia gama de colores intermedios entre esas dos tonalidades. Adelante con lo que tengas, Pedro, al fin y al cabo galardonado con el Ortega y Gasset -el premio Lenin del periodismo español, y con la misma credibilidad- y por otros galardones de la APM, siempre atenta al talento de sus afiliados, más imaginado que real.

Con periodicidad intensa, el periodista Simón publica en El Mundo y en organizaciones filiales sus artículos, y el domingo pasado no fue una excepción, anunciado con estos términos dignos de ¡Pronto! o El Caso:

El artículo contiene una menor perfectamente identificable -el pixelado de caras se deja para los hijos de celebrities- incluso con su domicilio y nombre, y que es usada sin ningún tapujo para obtener dinero. Como la causa es de la consideradas nobles -si un rumano usa a su hija enferma para mendigar en el Metro, le secuestran a la hija y lo meten en la cárcel- y como el escriba era Pedro Simón, a nadie le extrañó, al contrario.

El peligro de las redes sociales para los inventores de historias
El artículo recibió apoyos explícitos de ese tipo de periodistas que viven de lo mismo, incluso del realizador de vídeo Jordi Evolé o de la viperina Ana Pastor. Todos con la niña afectada por un síndrome genético, y demostrando no tener ni idea de conceptos básicos de la medicina o el sentido común, y mucho menos del periodismo, un oficio en el que son grotescos personajes, más preocupados de construir su imagen-marca personal -y a fe que lo han logrado- que de honrar la profesión siquiera haciendo bien el trabajo para el que no están capacitados.

Resulta que una lectura ni siquiera atenta de la pieza del periodista Simón ya daba para sospechar. Padre con supuesto cáncer de páncreas desde hace tres años -un cáncer de páncreas no te da ese plazo-, una niña con una enfermedad con solo 36 casos documentados en el mundo, "se llevó a la niña a Afganistán en mitad de la guerra -bajo las bombas y las balas- para convencer al especialista que le faltaba" (con un vuelo chárter, me imagino), uno operación que pone "el cerebro a cero" -debe ser familiar entre el gremio periodista- y más detalles realmente repulsivos, porque buscan conmover con los mismos ejemplos que encontrariais en un panfleto de una secta.

A los pocos días un medio sin relevancia (Hipertextual, y también el risible Malaprensa) indicó que la historia de Pedro Simón, porque es la historia de Pedro Simón y no de la menor afectada, tenía grandes lagunas.  La respuesta del periodista estrella, a punto de ser estrellado, fue tan repugnante que merece destacarse con la debida atención, empezando por el título, un Olor a cadáver premonitorio:


En un país en el que todo el mundo es seleccionador nacional de fútbol, analista político, profesor de autoescuela, pedagogo, enólogo y hasta juez de la Audiencia Nacional; que el periodismo sea una de las profesiones diarias de 46 millones de españoles que trabajan en otra cosa es lo normal. Nadie se atreve a decirle al cirujano cómo seccionar un órgano; todo el mundo se atreve a decirle al periodista por dónde titular.
El quehacer del viejo oficio, las cuatro o cinco normas eternas de la profesión, los códigos sagrados del tinglado; todo, digo, está siendo pasado por la parrilla del revisionismo tuitero. Como si fuera una venganza ancestral y ya hubiese llegado la hora de ponernos en nuestro sitio. Que debe de ser la calle.
Ninguna profesión se ha devaluado tanto en la última década como la periodística.
Habla de "códigos sagrados" de la profesión, cuando vive desde hace años de explotar la miseria. De niños incluso, al margen de este caso concreto. Pero el problema, como para tantos de sus compañeros, es el "revisionismo tuitero", esto es: que le contradigan. Que le digan que su periódico y él mismo son una vergüenza. Que es un gran artífice de la devaluación de la profesión que señala. Será que no es un "código sagrado" comprobar las tonterías que puede llegar a decir un padre enajenado, pero no tanto como para seguir sableando pasta aprovechando la lastimosa condición de su hija. Código sagrado, el que me sale del nabo. Como siempre en El Mundo.

Esa fue la respuesta que dio, a mitad de semana, Pedro Simón. Sin embargo, hace un par de días El País se sumó al "revisionismo tuitero". No es ninguna tontería, porque los culpables de este historia ya habían desdeñado con esa respuesta la información de Hipertextual y Malaprensa, que para eso son minoritarios. Que un periódico como El País se sume a una ofensiva contra El Mundo es lo que ha revitalizado el caso, que ahora ya estaría olvidado porque precisamente hoy Simón publica un artículo sobre un adicto al crack. Mierda sobre mierda para tapar mierda, la estrategia de siempre de su medio.

Ha sido algo inesperado, porque en un espíritu gremial mal entendido, los ataques entre ambas cabeceras son escasos, algo que jamás he entendido dado que El Mundo desprestigia a todo el gremio.  Ellos sabrán, y a la vista están los resultados para todos. El movimiento ha descolocado a muchos, incluyendo a ese madrileñita odioso llamado Iñako Díaz-Guerra, un balón de fútbol dotado de brazos y piernas a modo de cuerpo, y que opera en las redes sociales como albacea de Pedro Simón, refractario al mundo contemporáneo:

O sea, lo mezquino no es la mentira sobre la mentira de su protegido Pedro Simón, si no que haya "fuego amigo" entre compañeros, intentando desviar el tema a que ya había otros medios -a los que ni siquiera habían citado- que lo habían sacado antes. Este infraser cuenta con un consultorio sentimental en el suplemento de fin de semana de El Mundo, una revista de humor con algo parecido a reportajes. 

No, no: lo mezquino es alguien como Pedro Simón, que iba dando lecciones por ahí de periodistas falsos y falsarios (merece la pena detenerse a leer esto de hace solo un par de meses) todavía salga hoy con excusas de "todo el mundo se equivoca" o "no soy el único que me invento noticias" y reciba el respaldo de los mismos que dieron eco a su reportaje de fantasía, de baby explotation, entre ellos la misma Ana Pastor que pedía en 2013 nada menos que el Pulitzer para el fontanero de la miseria.
En otro país Pedro Simón estaría despedido, y todos sus trabajos anteriores auditados para comprobar las fuentes, declaraciones y hechos. Como se  hizo Jayson Blair. Pero esto es España, el mismo país donde se padece desde 1990 la mierda de periódico que es El Mundo, controlado por un grupo italiano que no publica nada ni remotamente parecido en su país, pero que en España ha encontrado un filón. Ruinoso como negocio, pero el segundo diario generalista más leído.

Tanto, tanto, que con ese reportaje de fantasía y cuevas en Afganistán el padre de la niña enferma ha captado 159.000 euros, y que ahora dice que devolverá "al que lo pida". El que no, pues lo tendrá bien merecido por panoli. Como el Colegio de Periodistas no va a expulsar a Pedro Simón, al menos que la Fiscalía de Menores se haga cargo de la niña, usada como reclamo por su padre para obtener dinero que no se va a emplear en ninguna terapia mágica, porque su enfermedad es irreversible. Al respecto, es indicativo que ya en 2012 el periodista Simón sirviese de manager informativo para los intereses de esta familia, indicando cuenta corriente y todo.

Por cierto, noten como en la información original el nombre real del padre-empresario no aparece, sino un peliculero "Fernando Drake Blanco". Será que tenía que mantener oculto su auténtico nombre por algún motivo. Por ejemplo, Hacienda. En los próximos días seguirán nuevas evoluciones del caso -las mismas que hubo con Gowex y Pescanova, por ejemplo-, pero lo que no cambiará nunca es El Mundo ni la escoria que perpetra en ese periódico: del primer al último redactor, presente y pasado.
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Un francotirador se cargó en Libia a tres cabecillas del Estado Islámico en solo diez días. No sirvió de nada.
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Bonita prueba de que es más útil saber usar bien el avión que coger el tren.
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Fantástico articulo sobre la contaminación por lindano (una de las sustancias más cancerígenas que existen) en Sabiñañigo.
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Así se protege Chicago, la genuina ciudad de los rascacielos, del boom de rascacielos que hay a nivel mundial. 
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Libros que no son libros, o artefactos que imitan libros.
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Uno de los símbolos de Oviedo, del que hicieron santo y seña durante la hégira del pimplado Gabino de Lorenzo, a la chatarra.
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Las nuevas ciudades para acoger el último gran éxodo de la Humanidad: el del campo a la ciudad.
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Interesantísimo artículo sobre "el primer cargo político del país obligado a dejar su puesto por un caso de corrupción", en 1986. Dice mucho de la evolución del país y de la ciudad donde se produjo, especialmente si tenemos en cuenta lo que le pasó al que delató el caso.