sábado, 10 de diciembre de 2016

Boicot a los débiles, sumisos con el fútbol

Folcklore asturiano
Esta es una historia asquerosa que está a punto de estallar, cuando se tenía que haber pinchado hace ya mucho tiempo, tanto como el que el existe. Ahora está el fútbol de por medio y las cosas van a empeorar muchísimo a nivel mediático, de imagen y de exponer la realidad de una izquierda trasnochada y caduca en sus preceptos y en sus intimidaciones.

Si entrasemos en la mente enferma que está detrás de todo, seguro que aparecerían referencias al Nuevo Testamento, que son deicidas, la Revolución de octubre y que grande yes, Pachín, pero no hace falta ir tan lejos, al contrario. Es una historia que pasa en España, pasa en fechas recientes, y avergüenza a cualquiera que no sea un fanático.

En febrero de 2009 la cantante israelí Noa estaba de gira por España cuando se topó con un boicot instigado desde la ultraizquierda y "grupos propalestinos". El boicot podría haber sido no ir a sus conciertos, pero como son activistas no se podían conformar con eso, no: en San Sebastián, cuatro energúmenos se subieron al escenario a los pocos segundos de empezar la actuación, y desplegaron una pancarta donde se podía leer "Israel, no gracias", aunque en los anteriores conciertos en Sevilla y Barcelona no pasó nada.

¿Por qué el boicot? Por ser israelí. Tan simple como eso. Por ser embajadora cultural. Por pronunciarse en contra de Hamas, claro, algo gravísimo al parecer. Porque la ultraizquierda en España siempre está buscando enemigos, reales o imaginados, y es mucho más fácil atacar a una artista de gira que ir con una flotilla -un crucero- a las costas de Israel, con las consecuencias previstas.

En Gijón, Asturias, la cosa fue mucho peor que en San Sebastián. Los organizadores del boicot convocaron una concentración a las puertas del teatro municipal donde iba a actuar Noa. ¿Quien organizaba? El conocido como Comité de Solidaridad con la Causa Árabe y la Plataforma Asturiana con Palestina, al parecer no satisfechas con traer a saharauis a la metrópoli cuarenta años después de romper vínculos, y muy ofendidas con estas palabras irreprochables de Noa:

"Esa bestia llamada Hamas que los ha aterrorizado y asesinado, que ha convertido a Gaza en un basural lleno de pobreza, enfermedad y miseria. Sólo puedo desearles que Israel haga el trabajo que todos necesitamos que haga (...) Hamas no llama a la liberación de Palestina, sino a la destrucción de Israel, es decir, de mí, de mis hijos y de mi familia".

Se juntaron unas cien personas con pancartas como "Sionismo, bestia exterminadora", una décima parte de las que hubo dentro del Teatro Municipal, ajenas al llamamiento al boicot. Una décima parte.  Siempre son menos, pero como se hacen notar, como recurren a la intimidación y el hostigamiento, pues siempre parecen más. También los medios ayudan a su difusión.

Fue un incidente vergonzoso, que tuvo réplica aún peor en 2014. En el mismo escenario que Noa actuaba esta vez el grupo israelí Sheketak, culpable exactamente de lo mismo: de ser israelí. Basta con eso para esa gentuza. Esta vez no se conformaron con cantar consignas y exhibir pancartas repugnantes a las puertas, sino que quisieron acceder al recinto, para hacer el boicot efectivo. 

La Policía tuvo que cargar -Europa occidental, en el año 2014-, dejando un reguero de golpes y alguna cabeza ensangrentada, entre ellas la de un conocido sindicalista -¡Asturias! ¡En Sicilia se llaman de otra manera!-, siempre tan preocupados por lo que pasa fuera y no por lo que pasa dentro. Según los convocantes, "esta es la segunda vez que el Ayuntamiento colabora con Israel, la primera fue en el Festival de Cine. No estamos en contra de los cantantes sino lo que ellos representan, que es el estado de Israel" ¿Queda claro? 

Esta vez fueron más que en 2009. Según los del boicot, eran 500, cifra difícilmente creíble, pero según las crónicas consiguieron su objetivo: dentro no había casi público para ver la actuación de Sheketak, que seguramente se llevaron una inmejorable imagen de la ciudad de Gijón. Desde luego, muy ajustada a la realidad. 

Después hubo un juicio por el intento de asalto al teatro, un juicio en el que la Fiscal fue hostigada e intimidada incluso en su ámbito privado (¡Asturias! ¡En Calabria los llaman de otra manera!), con toda la parafernalia que la ultraizquierda suele adornar sus excesos, en este caso calificando a los agresores de "los nueve del Jovellanos" -por el nombre del Teatro-, en la más pura tradición sindicalista-victimista, cuando en esa región detentan todo el poder y jamás son víctimas. Por supuesto, salieron absueltos. 

Pero no es el tema, no. Como a esta gentuza no se la pueda parar en su superioridad moral (recuerden: el boicot no era contra los artistas, sino por "representar al Estado de Israel", como si fuesen con uniforme y banderas) y tampoco parece que se le puede parar con la justicia, han seguido adelante, para bochorno de la gente normal, la que ellos no representan. 

El 13 de enero de este año el Pleno del Ayuntamiento de Gijón, ciudad de casi 300.000 habitantes, aprobó una moción con los votos a favor del PSOE, Podemos e Izquierda Unida, donde se declara el boicot contra el"Apartheid y la ocupación israelí", además de reconocer "el Estado de Palestina" y de declarar el concejo de Gijón como "Espacio Libre de Apartheid Israelí", destacando la adopción de "medidas legales oportunas para no realizar actividades comerciales con empresas cómplices de violaciones del Derecho Internacional". En el primer Pleno del año. Pueden leer completa la podedumbre aquí. Produce escalofríos. Produce aún más escalofrío cómo trató el periódico local el asunto, y no se pueden perder el enlace.

Por esas fechas el Ayuntamiento de Langreo, otra ciudad de la zona, también hacía lo propio, algo que la Justicia ya ha conculcado. En Gijón la Justicia dice que no puede hacer nada, porque (mucha atención) "el acuerdo del Pleno carece de efectos jurídicos frente a los administrados, ya que no estamos ante un acto administrativo en sentido técnico y estricto como declaración de voluntad o resolución que produzca efectos jurídicos en la esfera o ámbito jurídico de los administrados"

O sea, que la Justicia no es la misma en una ciudad que en otra, y eso que la sentencia conculcadora es el Tribunal Superior de Justicia. O que al juez al que le ha caido el caso le hace tilín la moción, donde sí que hay efectos jurídicos, dado el acuerdo del Pleno gijonés se remitió a las empresas municipales, entre ellas la que organiza los festejos y eventos, por lo que ya no irán más Noas ni Sheketaks, ni ningún otro representante del "Apartheid israelí", usando su lenguaje enfermo. 

A punto de acabar el año, sigue vigente el execrable acuerdo plenario -el único en España que sigue así, porque los otros similares aprobados han sido tumbados por los jueces en Cataluña, Andalucía y Madrid-, y con un añadido que le va a dar una relevancia mediática realmente dañina para la ciudad. Por alguna razón que no creo que esté dentro de la esfera de la casualidad, la Federación Española de Fútbol que preside desde hace décadas Angel María Villar ha decretado que el partido España-Israel de balompié que clasifica para el Mundial de Rusia 2018 se dispute en Gijón. Un partido oficial. El próximo 24 de marzo.

Ya saben la caja de resonancia que es el fútbol. En Israel, por razones históricas que no hace falta comentar aquí, están muy informados de lo que pasa en Gijón, porque siempre tienen que estar alerta. Es su sino histórico. La persona que les informa ya ha dejado caer que les molesta lo de tener que ir a jugar a una ciudad que les discrimina -sí, así es el término- y deja caer veladamente la posibilidad de ir a mayores. 

"No nos queda claro por qué entre todos los lugares de España se ha tenido que elegir a esta ciudad" A mí tampoco, pero estoy seguro que no es casualidad. De aquí no va a salir nada bueno, como nada bueno se lleva viviendo desde 2009, y esta vez con cariz de escándalo internacional con caja de resonancia muy mediática incluída ("es ya un tema de debate en los periódicos de Israel"), no precisamente lo mejor para una ciudad que intenta vivir del turismo, además de las subvenciones.

"Hay no sé cuantos estados musulmanes en el mundo y ninguno cumple estándares de derechos humanos. Y el único al que señalan es la única democracia de Oriente Medio. Es una declaración antisemita. Esto se tenía que romper por alguna parte y ha salido en el fútbol", dice Ángel Mas, presidente de ACOM, la asociación que lleva la batalla por el sentido común en este caso.  Ya, pero es que vosotros sois culpalbles. Deicidas. O lo que toque achacar a cada generación. 

¿Y qué dice la izquierda caduca y trasnochada -perdón por la redundancia- que padece Gijón y, por extensión, Asturias? Están "resignados". No por el indecente boicot, sino  porque "la decisión viene de arriba y no podemos hacer nada". Sí, de la todopoderosa Federación de Fútbol. Es más fácil hacer el boicot a Noa y un grupo de folk que a miles y miles de potenciales votantes yendo con sus camisetas de tribu a un estadio. Porque no tienen lo que hay que tener, nunca lo han tenido. Por eso está su ciudad y su región como está. En el fondo, a lo mejor lo del partido de fútbol está bien por poner negro sobre blanco en las incongruencias sangrantes de la izquierda, pero el desastre va a ser tremendo. Al tiempo.
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"Para nosotros Fidel Castro no ha muerto, es un gallego más" Muy freudiano, sí. Esto, en cambio, es más de realismo doloroso gallego.
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Una pequeña ventana a lo que fue la espléndida época de entreguerras para el neonato estado checoslovaco.
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Fin al seguro médico privado, pero pagado con dinero público, de la Asociación de la Prensa Madrileña. Era el gran reclamo para que se afiliasen jóvenes lisensiados: conozco un caso de una que se hizo una colonoscopia con 25 años simplemente porque era gratis y le apetecía.
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Mina de hierro en Australia, o una colonia china. 
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Sucinto y muy comprensivo artículo sobre la subida de precio en España desde la llegada del PP al poder.
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Se ha hablado poco de esta idea de C´s, que solo serviría para apartar de la educación pública a profesores con sentido crítico. Porque esa es su finalidad. 

lunes, 5 de diciembre de 2016

"El periodismo tiene que emocionar"

Coach Fernando Drake
Como previsto, el caso Pedro Simón -y tiene que ser así, no caso Nadia- ha seguido el derrotero esperado hace solo unos días, cuando se publicó la anterior entrada. Al padre que usaba a su hija como los productores usaban a Joselito o Marisol le ha salido, a la manera de Gowex o Pescanova, un pasado bastante oscuro, y lo que queda por salir.

De momento, además de admitir que jamás ha estado en Houston o en Afganistán, se conoce que estuvo en el talego por robar a su empresa al menos 20 millones de pesetas, bastante más que el frío equivalente a 120.000 euros que puedan leer por ahí, porque fue hace 20 años, e ingresó en el maco en el año 2001, tras ser condenado a cuatro años de trullo.

La "importante multinacional" en la que trabajaba, siempre según la versión de Pedro Simón, no era más que una embotelladora y distribuidora de bebidas, en donde ejercía de responsable para la isla de Menorca. El problema de esas islas es que lo tienen que importar todo, y ahí debió ver un filón el conocido como Fernando Blanco Botana, aunque guste de llamarse Fernando Drake, incluso en el artículo firmado por su amigo el periodista.

Su esquema era muy sencillo, según la sentencia que lo condenaba: "fue suministrando productos de la empresa a espaldas y sin conocimiento de ésta, quedándose para sí lo que cobraba”. El cliente recibía el producto, y la empresa suministradora no recibía nada, porque lo apuntaba todo a pérdida o impagos. En un sitio tan pequeño como Menorca, y durante tres años: ahora se entiende porque prefería ser llamado Fernando "Drake", en vez de sus apellidos gallegoides.

Leyendo la sentencia, se saca que nació en 1964 y empezó a trabajar en esa empresa cuando ya tenía 30 años: queda para los periodistas esclarecer todo ese periodo inicial de su vida, donde seguro que también salen bastantes pufos y estafas. De lo que no queda ninguna duda es que es un profesional de la mala mentira, porque en la sentencia, a pesar de pedir la absolución en su defensa, admite que creo una cartera de clientes ficticios, pero que lo hizo porque vio que faltaban existencias en el almacén y "tenía miedo de que lo despidiesen". Como el actual miedo a que "me quitasen mi hija", o modo de sustento.

Sin embargo, el protagonista no este buscavidas, padre a los 40 años, sino Pedro Simón. Porque es el caso Pedro Simón. El periodista de El Mundo es el que ha sido el gran bregador de la historia e, involuntariamente, el que ha puesto en manos de la Fiscalía a su amigo, porque así se trataban entre los dos. Como ya había indicado, durmió en la casa de la familia que mercadeaba con su hija (no olvidemos el rol de la madre, que dice no haber notado nada raro, porque debe ser que es ciega), algo muy de praxis de Gay Talese o Norman Mailer, o sencillamente de Pedro Simón.

En La Sexta, esa cadena televisiva que no ha cambiado nada desde que escribí esto hace muchos años (apenas el bozal entre Roures y Planeta), entrevistaron a Pedro Simón durante los éxitosos días posteriores a su artículo-fantasía en estos términos, que se pueden leer en la cartela superior: DIO A CONOCER LA LUCHA DE LOS PADRES DE NADIA. Por eso es el caso Pedro Simón. Que nadie le quite su protagonismo, porque él mismo no lo hizo cuando podía, aunque no se descarta que lo haga en el futuro, cuando salga de la madriguera donde está refugiado.

Con Ana Rosa Quintana, madre a los 51 años
Merece la pena transcribir lo que dice el periodista Simón, no vaya a ver que el vídeo se pierda, igual que se puede ver que La Sexta ya ha retirado un vídeo de su web ("El vídeo ha sido despublicado", curioso verbo), para que quede constancia de la catadura del personaje incluso cuando ya no se puedan ver sus mohínes, sus ojos entreabiertos, su parsimonia cuando bromean sobre si "es el novio de Nadia".

"Fernando es una persona muy especial. Cuando yo le conocí era una persona que te transmitía una fuerza sobrehumana, ¿no? Hay que tener en cuenta que cuando Nadia nace pesaba 700 gramos. Ellos tardan en tener un diagnóstico, hasta que no tiene año y medio no se lo dan...a partir de entonces empieza una apasionada historia de amor, de amor loco, loco y hermoso, en la que todo consiste en tratar de salvar a la hija. Eso supone que venden todo. Venden el piso de Valladolid, el piso de Mallorca, el piso de Madrid, el Porsche amarillo del que siempre habla Fernando, venden todos los objetos de la casa, incluída la cama, y van durmiendo en el suelo de casa".

"Todo para recaudar fondos, para intentar investigar algo que no tiene cura, pero Fernando no se resigna y sigue buscando. Yo tengo hijos pequeños y no se si hubiese tenido la capacidad de lucha que tienen Fernando y Marga. Ellos ante un "no" pues...un "no" porque usted lo dice [ojito a la consideración de la profesión médica de este impresentable], yo voy a comprar tiempo. Es lo que ellos han hecho. De algún modo cada operación era como si hablasemos de las máquinas recreativas, ellos ganaban varios bonus de vida, pues hasta cuatro o cinco años de vida cada operación de Nadia".

"Entonces Nadia tenía un problema ahora un problema crucial, y era ahora [el periodista Simón se golpea las palmas, como apremiando] porque se operaba o entraba de forma irreversible en una decadencia que le llevaría a la muerte en un año o por ahí. Entonces lo que van a intentar con esta operación es comprar otros cuatro años de vida [está permanentemente sobreimpresionado el número de la cuenta corriente, como en la teletienda] porque Fernando y Marga lo que quieren es tiempo"

Es curioso, pero pedían dinero. Con Pedro Simón de gancho. Y la hija, claro, pero con Pedro Simón de gancho, entregado de manera lasciva a la causa. Si ven el vídeo, podrán ver a la presentadora Mamen Mendizabal -que antes presentaba noticieros poniendo caretos cuando algo no le gustaba- en arrumacos y escenas dignas del sátrapa de Corea del Norte con sus súbditos, al menos cuando hay una cámara grabando. Auténtica telebasura con baby explotation, sin que la Fiscalía actuase de oficio.

En las islas se sabe todo
Después Hilario Pino, superviviente de un cáncer en el que supongo que no le ofrecieron Bio-Bac porque la Fiscalía actuó a tiempo, le pregunta a nuestro protagonista algo clave "Pedro, contar esta historia, contar todas las interioridades, me imagino que es algo más que periodismo" La cursiva es mía, por supuesto. El haberse quedado en la casa de la familia Blanco es de Pedro Simón. Prestarse a esta baby-explotation, un mojón más en su carrera de rebuscar en los mismos sitios que los carroñeros, también, así como la respuesta:

"Sí, además hay un riesgo porque Fernando es un caos, tiene la cabeza en otras cosas, pero si que creo que el periodismo tiene que informar, tiene que entretener y sí que creo que tiene que emocionar y si que creo que sirve de algún modo para tratar de cambiar algunas cosas. No vamos a cambiar el mundo, pero si transformamos una pequeña realidad...preguntales a Fernando y a Marga para ellos que es el mundo [una cuenta corriente bien nutrida] Yo no tengo nada que ver en esto, evidentemente [La Fiscalía lo debería investigar de oficio] pero es la gente que ha leído la historia...que siempre hablamos de lo malo [especialmente los carroñeros como tú], pero hay gente cojonuda...y da gustazo ser de España"

Olé. El espectáculo de telebasura, 25 años de la polémica con ¿Quien sabe donde?, Confesiones y Código Uno  se cierra con el estafador condenado por robar en su propia empresa llorando, un clásico del género y de la actuación. Un clásico de Pedro Simón, que aquí condensa su deontología profesional en un vídeo inenarrable. "Todo el mundo se cree periodista, hay que volver a la esencia" A los lloros, a la explotación de niños, a inventarse historias. A eso.

El periodismo no tiene que "emocionar", simplemente informar, igual que las sentencias judiciales no tienen que ser "ejemplificantes", sino justas. Es increíble que haya que recordar esto a alguien que va por ahí -ver el último link- pontificando pomposamente sobre una profesión que deshonra continuamente, y donde tendría muy difícil ganarse el sustento de ahora en adelante de no ser porque es una Mafia interna.

A este respecto es muy significativo lo que cuenta Salvador Sostres, que no necesita presentación en su condición de polemólogo y agente de la provocación, de lo que vive. Por eso medró y prosperó en El Mundo, la misma cabecera que la de Simón, la misma de siempre, hasta que lo echaron porque un nuevo director quería hacer un gesto de cara a la galería, el único que hizo en el año en el que duró en el cargo.

Sostres se metió en un lío por bocazas -y las tiene mucho peores, pero ya les digo que le pagan por eso- y ahora nos cuenta que Pedro Simón hizo una recogida de firmas por la redacción para que lo echaran del periódico, es más: para que "no pudiera volver a trabajar jamás “ni en El Mundo ni en cualquier otro medio de Unidad Editorial”". Todo un héroe, Pedro Simón, muy bien retratado en su catadura moral.

Sin embargo, lo que cuenta del pequeño artículo de Sostres es que deja caer que  habría que "investigar todas las historias que nos ha contado este chico, para comprobar qué más hay de falso en ellas" (iniciativa a la que me sumo, y para la que pido la colaboración del que pueda), y si lo dice es porque algo sabe o se huele y, especialmente, esto:

"Por cínico que sea tu portentoso negocio lastimero con que exprimes el dolor ajeno buscando sólo tu lucimiento, yo nunca abuso del débil, comprendo la imperfección y mi mejor don es perdonar". Como son de la famiglia periodística, le perdona, a pesar de la canallada que instigó contra él. Pedro Simón tenía razón: el periodismo realmente tiene que "emocionar",  de la misma forma que emociana El Padrino o Uno de los nuestros. De los suyos, como siempre. 
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Completo resumen de las intervenciones televisivas del timador condenado Fernando Blanco y su negocio.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Nadia conoce a nadie

Jayson Blair es un periodista del New York Times que ha pasado a la historia porque se inventaba la noticias. No era el primero, ni fue el último, pero su caso es significativo porque la dirección del periódico más famoso del mundo lo había promocionado por ser negro, en un intento de querer quitarse la imagen de periódico de blancos para blancos. No se sabe si en su vano intento de curarse en imagen también se incluía saltarse los controles internos sobre la credibilidad de noticias, que en el caso del afroamericano Blair contempló viajes inventados, crónicas copiadas de agencias, y confesiones que nunca ocurrieron.

El Mundo es un periódico en las antípodas del New York Times. La mentira es su leiv motiv desde su fundación, muchas veces planificada en forma de campañas que duran meses, con titulares imposibles de comprender si el día anterior no has leído el serial en el que están ocupados. Es un periódico que fomenta, ampara y respalda la mentira, como en el reciente caso de la información falsa sobre Trías, el por entonces alcalde Barcelona, y que era un cortapega de un informe policial de esos sin autorización judicial, lo que en la SER llegaron a llamar "policía política", hasta darse cuenta que ellos también se nutren de la misma fuente, con Ana Terradillos de altavoz.

Es imposible que un periódico así tenga ningún tipo de control interno, y menos con un periodista estrella como Pedro Simón, especializado en pobreza y en miserias del ser humano, y armado con un estilo entre amarillo y vómito, con toda una amplia gama de colores intermedios entre esas dos tonalidades. Adelante con lo que tengas, Pedro, al fin y al cabo galardonado con el Ortega y Gasset -el premio Lenin del periodismo español, y con la misma credibilidad- y por otros galardones de la APM, siempre atenta al talento de sus afiliados, más imaginado que real.

Con periodicidad intensa, el periodista Simón publica en El Mundo y en organizaciones filiales sus artículos, y el domingo pasado no fue una excepción, anunciado con estos términos dignos de ¡Pronto! o El Caso:

El artículo contiene una menor perfectamente identificable -el pixelado de caras se deja para los hijos de celebrities- incluso con su domicilio y nombre, y que es usada sin ningún tapujo para obtener dinero. Como la causa es de la consideradas nobles -si un rumano usa a su hija enferma para mendigar en el Metro, le secuestran a la hija y lo meten en la cárcel- y como el escriba era Pedro Simón, a nadie le extrañó, al contrario.

El peligro de las redes sociales para los inventores de historias
El artículo recibió apoyos explícitos de ese tipo de periodistas que viven de lo mismo, incluso del realizador de vídeo Jordi Evolé o de la viperina Ana Pastor. Todos con la niña afectada por un síndrome genético, y demostrando no tener ni idea de conceptos básicos de la medicina o el sentido común, y mucho menos del periodismo, un oficio en el que son grotescos personajes, más preocupados de construir su imagen-marca personal -y a fe que lo han logrado- que de honrar la profesión siquiera haciendo bien el trabajo para el que no están capacitados.

Resulta que una lectura ni siquiera atenta de la pieza del periodista Simón ya daba para sospechar. Padre con supuesto cáncer de páncreas desde hace tres años -un cáncer de páncreas no te da ese plazo-, una niña con una enfermedad con solo 36 casos documentados en el mundo, "se llevó a la niña a Afganistán en mitad de la guerra -bajo las bombas y las balas- para convencer al especialista que le faltaba" (con un vuelo chárter, me imagino), uno operación que pone "el cerebro a cero" -debe ser familiar entre el gremio periodista- y más detalles realmente repulsivos, porque buscan conmover con los mismos ejemplos que encontrariais en un panfleto de una secta.

A los pocos días un medio sin relevancia (Hipertextual, y también el risible Malaprensa) indicó que la historia de Pedro Simón, porque es la historia de Pedro Simón y no de la menor afectada, tenía grandes lagunas.  La respuesta del periodista estrella, a punto de ser estrellado, fue tan repugnante que merece destacarse con la debida atención, empezando por el título, un Olor a cadáver premonitorio:


En un país en el que todo el mundo es seleccionador nacional de fútbol, analista político, profesor de autoescuela, pedagogo, enólogo y hasta juez de la Audiencia Nacional; que el periodismo sea una de las profesiones diarias de 46 millones de españoles que trabajan en otra cosa es lo normal. Nadie se atreve a decirle al cirujano cómo seccionar un órgano; todo el mundo se atreve a decirle al periodista por dónde titular.
El quehacer del viejo oficio, las cuatro o cinco normas eternas de la profesión, los códigos sagrados del tinglado; todo, digo, está siendo pasado por la parrilla del revisionismo tuitero. Como si fuera una venganza ancestral y ya hubiese llegado la hora de ponernos en nuestro sitio. Que debe de ser la calle.
Ninguna profesión se ha devaluado tanto en la última década como la periodística.
Habla de "códigos sagrados" de la profesión, cuando vive desde hace años de explotar la miseria. De niños incluso, al margen de este caso concreto. Pero el problema, como para tantos de sus compañeros, es el "revisionismo tuitero", esto es: que le contradigan. Que le digan que su periódico y él mismo son una vergüenza. Que es un gran artífice de la devaluación de la profesión que señala. Será que no es un "código sagrado" comprobar las tonterías que puede llegar a decir un padre enajenado, pero no tanto como para seguir sableando pasta aprovechando la lastimosa condición de su hija. Código sagrado, el que me sale del nabo. Como siempre en El Mundo.

Esa fue la respuesta que dio, a mitad de semana, Pedro Simón. Sin embargo, hace un par de días El País se sumó al "revisionismo tuitero". No es ninguna tontería, porque los culpables de este historia ya habían desdeñado con esa respuesta la información de Hipertextual y Malaprensa, que para eso son minoritarios. Que un periódico como El País se sume a una ofensiva contra El Mundo es lo que ha revitalizado el caso, que ahora ya estaría olvidado porque precisamente hoy Simón publica un artículo sobre un adicto al crack. Mierda sobre mierda para tapar mierda, la estrategia de siempre de su medio.

Ha sido algo inesperado, porque en un espíritu gremial mal entendido, los ataques entre ambas cabeceras son escasos, algo que jamás he entendido dado que El Mundo desprestigia a todo el gremio.  Ellos sabrán, y a la vista están los resultados para todos. El movimiento ha descolocado a muchos, incluyendo a ese madrileñita odioso llamado Iñako Díaz-Guerra, un balón de fútbol dotado de brazos y piernas a modo de cuerpo, y que opera en las redes sociales como albacea de Pedro Simón, refractario al mundo contemporáneo:

O sea, lo mezquino no es la mentira sobre la mentira de su protegido Pedro Simón, si no que haya "fuego amigo" entre compañeros, intentando desviar el tema a que ya había otros medios -a los que ni siquiera habían citado- que lo habían sacado antes. Este infraser cuenta con un consultorio sentimental en el suplemento de fin de semana de El Mundo, una revista de humor con algo parecido a reportajes. 

No, no: lo mezquino es alguien como Pedro Simón, que iba dando lecciones por ahí de periodistas falsos y falsarios (merece la pena detenerse a leer esto de hace solo un par de meses) todavía salga hoy con excusas de "todo el mundo se equivoca" o "no soy el único que me invento noticias" y reciba el respaldo de los mismos que dieron eco a su reportaje de fantasía, de baby explotation, entre ellos la misma Ana Pastor que pedía en 2013 nada menos que el Pulitzer para el fontanero de la miseria.
En otro país Pedro Simón estaría despedido, y todos sus trabajos anteriores auditados para comprobar las fuentes, declaraciones y hechos. Como se  hizo Jayson Blair. Pero esto es España, el mismo país donde se padece desde 1990 la mierda de periódico que es El Mundo, controlado por un grupo italiano que no publica nada ni remotamente parecido en su país, pero que en España ha encontrado un filón. Ruinoso como negocio, pero el segundo diario generalista más leído.

Tanto, tanto, que con ese reportaje de fantasía y cuevas en Afganistán el padre de la niña enferma ha captado 159.000 euros, y que ahora dice que devolverá "al que lo pida". El que no, pues lo tendrá bien merecido por panoli. Como el Colegio de Periodistas no va a expulsar a Pedro Simón, al menos que la Fiscalía de Menores se haga cargo de la niña, usada como reclamo por su padre para obtener dinero que no se va a emplear en ninguna terapia mágica, porque su enfermedad es irreversible. Al respecto, es indicativo que ya en 2012 el periodista Simón sirviese de manager informativo para los intereses de esta familia, indicando cuenta corriente y todo.

Por cierto, noten como en la información original el nombre real del padre-empresario no aparece, sino un peliculero "Fernando Drake Blanco". Será que tenía que mantener oculto su auténtico nombre por algún motivo. Por ejemplo, Hacienda. En los próximos días seguirán nuevas evoluciones del caso -las mismas que hubo con Gowex y Pescanova, por ejemplo-, pero lo que no cambiará nunca es El Mundo ni la escoria que perpetra en ese periódico: del primer al último redactor, presente y pasado.
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Un francotirador se cargó en Libia a tres cabecillas del Estado Islámico en solo diez días. No sirvió de nada.
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Bonita prueba de que es más útil saber usar bien el avión que coger el tren.
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Fantástico articulo sobre la contaminación por lindano (una de las sustancias más cancerígenas que existen) en Sabiñañigo.
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Así se protege Chicago, la genuina ciudad de los rascacielos, del boom de rascacielos que hay a nivel mundial. 
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Libros que no son libros, o artefactos que imitan libros.
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Uno de los símbolos de Oviedo, del que hicieron santo y seña durante la hégira del pimplado Gabino de Lorenzo, a la chatarra.
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Las nuevas ciudades para acoger el último gran éxodo de la Humanidad: el del campo a la ciudad.
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Interesantísimo artículo sobre "el primer cargo político del país obligado a dejar su puesto por un caso de corrupción", en 1986. Dice mucho de la evolución del país y de la ciudad donde se produjo, especialmente si tenemos en cuenta lo que le pasó al que delató el caso.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Se amplia otra vez el Museo del Prado: todos a callar y a tragar

Traza oculta, nombre de la propuesta ganadora
A alguien con poder e influencia se le ocurrió hace poco tiempo que, dado que el Museo del Prado cumple 200 años en 2019, había que hacer algo transcendente, al margen de la habitual inundación de folletos, exposiciones y nueva iluminación que franquean estos aniversarios, artificialmente inflados por mor de la propaganda. Como el país es el que es, no se ha ocurrido mejor cosa que otra ampliación del Museo.

El concurso se ha convocado en abril -y eso que decían que el Gobierno en funciones no puede hacer estas cosas, eh- y se ha fallado hoy mismo, todo un récord en la Historia de España y en, particular, del Museo. Para no meterse en problemas, se ha sacado pecho de que no habrá ningún tipo de obra subterránea -porque nunca se sabe lo que puede aparecer en una zona donde antes estaba el Palacio del Buen Retiro- y de que toda la operación costará únicamente 30 millones de euros. De partida.

¿Qué bien, no? El Museo del Prado, ¿quien puede estar en contra? Según se lee en la propaganda, se "permitirá ampliar el espacio expositivo". Claro, es una ampliación. Otra más, tras la eterna de Moneo que se prolongó por espacio de décadas -con embrollo judicial de por medio-, y esperemos que más afortunada, aunque es mucho esperar.

La de Moneo desplazó la entrada a la parte trasera, creando nuevos y necesarios espacios para cafetería, grupos y demás, y la tontería absoluta del "Claustro de los Jerónimos", uno de los pocos edificios antiguos de Madrid, en pésimo estado de conservación, y donde ahora se exhiben, fuera de escala y a modo de "en algún lugar había que ponerlos" los espléndidos bronces de los Leoni. Para llegar hay que subir unas escalaras automáticas tipo centro comercial, y todavía no conozco a nadie que, al llegar, no haya puesto cara de estupor.

Ah, sí, que también se ganó espacio para los talleres y la "labor investigadora del Museo". ¿Hacía falta hacerlo ahí, con una obra millonaria y de acabados dudosos, desde el suelo de travertino a spina hasta el rojo pompeyano, pasando por el cobre? Imposible criticarlo, porque es el Prado, es Moneo, y es probablemente el salón más noble de España. Oremos, y a callar.

Y por eso, porque no se ha podido criticar, se llega ahora a esta nueva ampliación, donde el Prado salta al Salón de Reinos, donde durante mucho tiempo estuvo el Museo del Ejército hasta que el idiota de Ruiz-Gallardón lo regaló a Toledo para que Bono pudiese dar algo de contenido a la millonaria reforma del Alcázar, porque la cacareada biblioteca del sitio -"de las más importantes de Europa", y en Oxford, París o Roma riéndose- no atrae más que estudiantes del poblachón manchego.

Desde entonces, se estaba esperando la dentellada del Prado. La ampliación "natural", porque los museos crecen y crecen como tumores, aquí y en la Cochinchina. A la fase final han llegado ocho proyectos, y se ha escogido el de Norman Foster con el arquitecto fracasado local Carlos Rubio, no vaya a ser que piensen que es obra de un extranjero, al igual que le pasó a Richard Rogers con la T-4, obligado a concursar con Lamela -un arquitecto que llevaba 30 años sin hacer obra grande, por motivos evidentes para todos- para poder tener opciones de ganar.

El proyecto es una mierda. Lo es por el planteamiento -las prisas, el hecho de ganar 5700 m2 de superficie, pero de los que únicamente 2500 son de espacios expositivos- y por un hecho muy poco destacado en este día de propaganda neoImperial: no se sabe a qué cojones lo van a dedicar. Como lo leen.

Montan un concurso a toda prisa porque el aniversario se echa encima, y lo montan sin saber para qué va a servir. "Espacio expositivo" ¿de qué? No lo saben. Lo único que saben es que, en la habitual jerga enferma del gremio arquitectónico, se "rentabiliza al máximo el uso museístico en el edificio y crea un gran atrio de acceso en la fachada sur, imprimiendo a este espacio un carácter semiabierto y permeable al exterior, pero suficientemente controlado para que sirva de protección a la fachada original del Salón de Reinos, en la que se recuperan sus huecos y balconadas. Sobre dicha fachada emerge la prolongación de un gran espacio expositivo en planta tercera, con mayor altura libre y anchura que el actual, formando la cubierta del atrio, a la vez terraza orientada al campus"

Yo les traduzco: "semiabierto y permeable al exterior" significa que quieren quitar el tráfico de la zona, ya de por sí prácticamente residencial y residual, pero es algo para lo que no tienen competencias, que pertenecen al Ayuntamiento. Al respecto, recordar que cuando Nouvel hizo su fracasada ampliación del Reina Sofía - encargo a dedo fingiendo un concurso: querían una copia del KKK de Lucerna, su obra maestra- también le prometieron quitar el tráfico y el túnel de la Ronda de Valencia, cosa que jamás se hizo y así ha quedado el edificio-refinería: como una caja de resonancia del intenso tráfico de la zona.

Los renders de la propuesta ganadora no llevan a engaño. Dentro de la pantomima del gremio, muestran a muchedumbres que llegan al Salón del Reino por una plaza peatonal, y dentro les espera una gran galería llena de....mesas de hostelería. Lo pueden ver aquí. En principio nadie está en contra de peatonalizar una zona, ni de poner cafeterías asociadas a equipamientos culturales -una vez más, como en todo este sector, el ejemplo británico es el mejor-, el problema es que se dan por hecho muchas cosas que no funcionan bajo el principio de "hechos consumados".

Pero las prisas cuentan. Al magno fallo del jurado invitaron a la alcaldesa de Madrid, una señora de más de setenta años incapaz de decir que no, y que tendrá que aceptar el trágala -magnífica palabra del castellano- de manera sumisa, porque si no la insultarán desde todas las almenas mediáticas, algo que ya recibe habitualmente, pero ahora con el epíteto de "Carmena obstruye la ampliación del Prado", que en el universo simbólico del español vulgar está a la altura de la Constitución, "nuestra lengua" y la tortilla de patatas, que por algo se apellida "española".

Otra palabra que necesita traducción es eso de campus, ya puesto en cursiva con toda la intención.  El campus es ese espacio que pretenden peatonalizar-apropiarse, porque entre el edifio histórico del Prado -el de Villanueva, un edificio magnífico y digno de la mejor capital europea- y el Salón del Reino no hay vínculo material. ¿Qué mejor palabra que campus, como si fuese una Universidad y no un Museo? ¿Quien no ha oído hablar del campus del Louvre, el campus de los Museos Vaticanos o el campus de la Tate?

Supongo que quedará un buen edificio, porque es raro un edificio de Foster que no sea notable, y ahí está su otra obra madrileña, una de las cuatro torres de la Ciudad Deportiva, la única que no hace llorar a Vitrubio. Un edificio que aumenta la edificabilidad del Salón de Reinos en la tercera planta -Carmena, trágala también en el expediente urbanístico- tanto en altura como en anchura, apoyándose directamente en lo que queda de los "huecos y balconadas", "recuperándolas", como si estuviesen perdidas.

Muy bien. Entra dentro de lo que es la arquitectura de hoy en día. Lo que no se entiende, y nadie va a conseguir explicarme, es como en un país lleno de infraestructuras que no sirven, que todavía no ha salido de una crisis parcialmente provocada por construir sin ningún tipo de estudio de viabilidad y pertinencia, se pueda plantear una ampliación de un Museo sin saber que uso se le va a dar, salvo el más que evidente de convertir el nuevo espacio expositivo en un chiringuito para fiestas, picoteo y más y más tontería, todo a cargo del erario público. Y miren las imágenes del "proyecto ganador" para cercionarse que es así. Pero es el Prado. Todos a callar. Y a tragar.
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El artículo tiene muchas lecturas y cuestiones para analizar, pero quédense con este dato: el 45% de los titulados españoles trabajan por debajo de su cualificación. Y si sois padres, hermanos, primos, vecinos o allegados de alguien que vaya a empezar en el sistema universitario, no cejeis en esfuerzos de disuadirlos de estudiar cosas como Turismo, Filosofía, Sociología, Relaciones Laborales o Periodismo. Os lo deberían agradecer toda la vida.
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1 de cada 4 hogares asturianos dependen de una pensión de jubilación.
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Esta noticia ilustra muy bien cómo la corrupción es una lluvia fina que cala.
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Gabino de Lorenzo, uno de los políticos más impresentables de esta Segunda Restauración borbónica, tenía cocinas en dependencias públicas. El origen del dinero, totalmente irregular. Su función, aún más.
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Interesantísimo artículo sobre la guerra comercial entre Rusia y Arabia Saudí por el mercado petrolero indio.
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En Toulouse, ciudad muy próspera gracias a la industria aeroespacial, una universidad de prestigio y a ser la capital en un radio de 400 km, están planificando 40.000 viviendas más.  Les da igual el túnel de Canfranc, como es natural. Comparen su situación con la de Zaragoza, por favor. Los del teleférico entre la nada y el vacío.
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Extremadura lleva reclamando 40 años una autovía entre Badajoz y Cáceres, y lo hace mediante lloros y artículos como este, donde se demuestra que no hay necesidad de algo así.
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El mayor buque-establo del mundo. Es como un crucero. En todos los sentidos.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Donald Trump, el triunfo que nadie vio

Magnífica viñeta sobre la candidata Clinton
Donald Trump, un palazzinaro -constructor, en maravillosa definición italiana para definir a esa subespecie de empresarios-, ha ganado las elecciones de EE.UU por el Partido Republicano, que vuelve al poder tras el paréntesis de Barack Obama, apenas un gran orador que en ocho años de mandato no ha acabado la Guerra de Irak, ni la de Afganistán, y ha alentado una peligrosisíma revuelta en países que, mal que bien, operaban bajo lógica estatal-westfaliana, como Siria o Libia.

Eso en política exterior, claro. La que nos afecta a nosotros, porque EE.UU es el centinela del mundo libre, que en absoluto en la mayoría del mundo. Sin embargo, el electorado de EE.UU vota bajo preceptos de política interna, igual que el de todos los países salvo en España en 2004, y aún con reservas, porque lo que pasó fue que la política exterior se convirtió en política interior.

En los últimos años ha florecido en España, además del enteradillo de siempre, la vil especie del politólogo, que no es más que un futurólogo con escasa formación -solo hace falta ver como son las facultades del ramo en este país-, un amplio campo que va desde el actual tertuliano estrella de Prisa, y secundariamente catedrático de la UAM, hasta los idiotas genuinamente españoles de Politikon, pasando por Belen Barreiro o la mismísima cúpula de Podemos.

Un plaga bíblica. Toda esta gente se basa en cuatro o cinco consignas de corte populista -lo mismo que dicen ver en candidatos políticos, pero nunca en sus aportaciones de tertulianos o comentaristas- y en no decir jamás cosas -aunque las piensen- que se desvie mucho del flow general, bien sea el marcado por el grupo mediático donde hacen sus deposiciones, el del departamento, o el del partido político donde aspiran a medrar.

Están limitados, por tanto, para prever -que es su trabajo, puesto que en gran medida son futurólogos como los economistas, y no tanto analizar- los diferentes escenarios posibles. ¿Quien en el panorama mediático español apostaba por una victoria clara de Trump, como finalmente ha pasado con un contundente 276 frente a 218 votos electorales? Nadie, porque el seguimiento de la campaña se ha basado en reproducir las groserías de Trump, en enviar a corresponsales a su enésima visita a Detroit y en eso de que Hillary Clinton es mujer, algo que ve cualquiera.

Trump ha ganado viniendo políticamente de la nada, algo muy bien visto por el electorado americano, un país que desde su fundación ha premiado ese tipo de trayectorias, al menos mucho más que pertenecer a una dinastía como los Bush -recuerden que uno de los derrotados en las primarias republicanas fue Jeb, el hermano de George Bush, que llegó a gobernador de Florida-, la trágica de los Kennedy o lo que intentaban ahora con los Clinton: que la exprimera dama y exsecretaria de Estado fuese presidente de los EE.UU.

Es una historia muy americana. En Demolition Man, una película injustamente olvidada y ambientada en un futuro idealizado, el personaje principal interpretado por Sylvester Stallone se despierta después de un montón de año hibernado, y se sorprende al ver un cartel electoral donde Arnold Schwarzenegger es el presidente de EE.UU. Es una película rodada mucho antes de que se convirtiese en Gobernador de California, pero que capta perfectamente el posibilismo americano, ese que hizo de un actor como Reagan presidente, o a un luchador de lucha libre gobernador de Minnessota.

Trump, a pesar de los esfuerzos de la propaganda, era presidenciable. Encaja perfectamente con ese gusto por lo grotesco de los americanos, y encima tenía enfrente a la mejor rival posible, una persona repugnante a la que todos los grandes medios americanos han hecho la corte -todos, incluso los conservadores Washington Post o Wall Street Journal- y responsable directa de torturas a detenidos, una práctica de la que no se puede acusar a Trump.

De todo lo demás ha sido acusado: mujeriego, explotador de trabajadores, racista, agente del KGB -¡se lo juro! ¡Y hasta en medios como el londinense The Economist-, que si el Zutabe del Ku-Kux-Klan lo apoyaba, corruptor de menores, y todo en una orquestada campaña típica del circo electoral estadounidense, y siempre con la consigna de que es un "populista", como si hubiese organizado en persona el Obamacare que quería continuar la Clinton, y que ahora se enfrenta a su desaparición, como gran parte del ridículo legado de Barack Obama.

La victoria de Trump ha sido fruto de varios factores, que seguramente vuestro politólogo de cabecera ya está preparando para su intervención de esta tarde -copiando de medios de internacionales, nunca pensando por sí mismo-, pero los principales son estos: ha conseguido retener gran parte del electorado tradicional republicano -las únicas defecciones fueron precisamente de cabecillas, y bastante irrelevantes como Powell o Condolezza Rice- y ha conseguido atraer a ese americano anti-establishment, que se ha visto insultado durante TODA LA CAMPAÑA por no haber sido educado en Yale como la Clinton, y que se siente más identificado con alguien como Trump -al que le gustan las mujeres guapas y el dinero, como a la inmensa mayoría- que con la torturadora.

Ahora queda la resaca, que va a ser grande. Entre las promesas electorales de Trump se encuentran las realizables -como el muro en la frontera con México- y las irrealizables -como volver a abrir los astilleros de Philadelphia- y la mayor amenaza para nosotros, que al fin y al cabo es lo que cuenta en lo que son las elecciones de otro país que dista miles de kilómetros: la promesa de Trump de hacer un repliegue del paraguas militar estadounidense.

¿Cómo? ¡Pero si es republicano! ¡Mi medio de propagana me ha dicho que son imperialistas y que les gusta la guerra! ¡Que les apoya la industria militar! Sí, si, pero no. En el pensamiento político americano siempre ha existido la pulsión al aislamiento, favorecido por su envidiable posición geoestratégica -al norte, un país primo hermano, al sur, un país que vive en otro siglo, al este y al oeste, los dos mayores oceános del mundo-, y es algo que se ve tanto en demócratas -Rooselvelt no entra en guerra hasta finales de 1941, y cuando es atacado vilmente- como en republicanos, porque no hay que olvidar que Bush Jr. tenía ese mismo plan -favorecido por el final de la Guerra Fría, que logró su padre- hasta que se topó de bruces con el 11-S. Con otro ataque directo.

Trump lo ha dicho en campaña. America first. EE.UU es un país de grandes constrastes, donde la pobreza extrema -y hay pobreza de blancos, impresiona mucho- convive con la opulencia más extrema, a veces con apenas una milla de diferencia. Será difícil que acabe con eso, pero una de las medidas prometidas es hacer un repliegue de las tropas, esas que cuestan al año 600.000 millones de dólares, y la cifra está bien puesta.

Eso es lo que más va a afectar a España, si realmente lo lleva a cabo. Somos un país de frontera, y de frontera continental, cultural y económica. Si efectivamente EE.UU vuelve a su introspección natural, los presupuestos militares europeos tendrán que incrementarse, a costa del Estado del Bienestar ese con el que le gusta llenarse la boca la vergonzosa izquierda europea, como si fuese un Derecho Natural adquirido. Ese Estado del Bienestar, que en muchos casos supone el 50% del gasto público, es gracias a que EE.UU ofrece su protección militar. EE.UU, el mismo país donde no existe nada equivalente, porque en parte destinan esos fondos a Defensa.

Por otra parte, no se preocupen en exceso. Como demostró Weber, las estructuras burocrático-estatales tienden a la estabilidad, y ni siquiera un presidente inepto es capaz de cambiar las inercias y equilibrios de la lógica estatal establecida. El sistema americano es presidencialista y Trump va a tener competencias personales muy importantes, pero estará rodeado de un equipo de gente conocedora de El Sistema, que es lo que permanece en el tiempo, allí y aquí. Ya insisto en que el mayor peligro para nosotros -que nos tiene que dar igual el muro con México o el Obamacare- es la promesa del repliegue americano, que no se traducirá en un cierre de Rota, pero si en dejar de hacer de gendarme mundial. En dejarnos, simplemente, con nosotros mismos, con lo que eso conlleva en la Historia europea.
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Interesante reflexión sobre el futuro del periodismo de calidad, y lo que tiene que costar.
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Muy interesante: en una época con tipos de interés cercanos al 0%, ¿donde invierten los fondos de pensiones? En casinos,en refugiados, en depuradoras...
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Luis del Rivero, que seguramente recordarán por Sacyr, el intento de asalto al BBVA en 2004 auspiciado por el PSOE, su colección de coches antiguos dignos de una petromonarquía y el 20% de Repsol, habla ante sus paisanos, los murcianos. Definir esto como grotesco es poco.
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Un sindicato agrario extremeño se queda ilegalmente (roba, en argot) con 1´8 millones de subvenciones europeas para agricultores.
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Un artículo sobre demografía que no cae en el alarmismo, casi es milagroso. 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Ramón Espinar, llegó la hora de tu dossier

Tu utopía pagada por todos, tu VPO
Estos días ha vuelto a aparecer el famoso recurso al dossier que tan bien se vio con el caso Puyol o al idiota de Ignacio González: la sensación de que los servicios de inteligencia de este país tienen un archivo con cosas comprometidas de todos y cada uno de los ciudadanos notables de España, al igual que sucedía en la RDA con la Stasi. Mientras vayas por la vereda, no te pasará nada; como te salgas de ella, aparecerá algo -con fotos, documentos, grabaciones- en el peor momento y con el fin de amedrentar, acabar con un proyecto o acabar con la extorsión de Barbara Rey. 

Quizás fue premonitorio que el día antes de los hechos a relatar el siniestro personaje que siempre ha sido Luis María Ansón se descolgase en su irrelevante columna de El Mundo con una alusión a que el CNI "dispone de un arsenal de irregularidades y vergüenzas del líder Podemita",  que no es otro que Pablo Iglesias. Cada uno dará la veracidad que quiera, pero ahí está la famosa frase de Fernández Díaz sobre "esto la Fiscalía te lo afina", conocida precisamente por otra de esas filtraciones interesadas que se venden como periodismo. Se crea el informe, real o inventado (¡un saludo a Trías¡), y después ya viene el iter judicial, con tanto de exhibición mediática, ruido y enmarañamiento.

El agraciado por el último informe policial filtrado ha sido Ramón Espinar, líder de Podemos en el Senado y famoso por aparecer bastante en la tele, amén de ser hijo de Ramón Espinar, que en tiempos fue el Consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, además de miembro del Consejo de Caja Madrid, con tanto de tarjeta opaca a la fiscalidad. Un personaje conocido y de primera fila del partido que irrumpió con fuerza en las europeas de 2014, y que ha trastocado parte del andamiaje de la II Restauración Borbónica.

El medio elegido para la filtración ha sido la Cadena Ser, el mismo donde la Policía tiene una portavoz permanente que finge ser periodista, y que responde pavlosiana al nombre de Ana Terradillos. Seguro que la conocen, porque siempre entra con ímpetu y loable dedicación, vendiendo como noticias lo que simplemente son notas de prensa elaboradas en la cúpula de Interior. La Cadena Ser, que pasa por ser la mejor emisora española por calidad, no lo es tanto por méritos propios como por deméritos de los demás, en esa miriada de emisoras que se agrupan en ese espectro -y no solo radiofónico- que va desde la derecha soft a la ultraderecha.

La agraciada con la filtración con el dossier elaborado desde la cúpula de El Sistema ha sido en esta ocasión Mariela Rubio, redactora especializada en Defensa, casualidad de las casualidades el ámbito donde se mueve el CNI, y que en los últimos tiempos -será que no hay suficientes escándalos en el Ejército español- también está pluriempleada en cubrir la información de Podemos, tarea que hace con la misma eficiencia que el lameculos italiano Francesco Manetto en El País, el buque insignia de PRISA.

La exclusiva de la periodista Rubio -fan de Zaida Cantera, cómo no- salió a primera hora, y después fue replicada por el resto de medios, sin citar la exclusiva, y sin que en la emisora se inquietasen: saben perfectamente cual es el origen. Un día toca a unos, un día toca a otros. Es su función en la sociedad.

Ramón Espinar, cuando contaba 23 años, compró un piso de una habitación y dos plazas de garaje en una cooperativa en Alcobendas, una población de contrastes en el noroeste de Madrid: en su término municipal está La Moraleja -que lo conocerán del ¡Hola!-, un casco "histórico" de pura cutrez y fealdad española, y varias urbanizaciones de wannabes españoles de los de pádel, reloj Time Force y bisutería de Tous. Un lugar como otro cualquiera, porque la anomía es la característica principal del extrarradio de Madrid.

El piso era una VPO, una de las muchas siglas existentes en la Comunidad de Madrid para referirse a la vivienda protegida, un pingüe negocio para promotores, ayuntamientos, partidos políticos y adjudicatarios, que ven incrementado su patrimonio de manera artificial, simplemente por el hecho de existir y resultar agraciados en un sorteo, para que después venga alguien y hable de meritocracia y demás mierdas: el más puro azar delimita quien pasa a ser propietario de un bien de cientos de miles de euros, con posibilidad de revender o alquilar pasados unos años. Dicen que diez, pero son muchos menos, especialmente en la segunda opción. 

No es el tema, pero la mejor política de vivienda social es la que no existe. La Constitución garantiza el derecho a la vivienda, y en eso se escudan los que urden las tramas de construir cubitos con forma de casa y colores estridentes, para que desde fuera se note bien claro que ahí viven los subvencionados. Secuelas de la política falangista de Arrese, el plan de 1957 (¿nunca te has fijado en la plaquita con el yugo y las flechas que seguramente hay en casa de tus padres o abuelos?) y el Estado de Bienestar entendido como el pisito en Torrevieja del panel final de El precio Justo.

Como de momento existe, y ningún partido lleva en su programa acabar con esta mamandurría llamada VPO, VPPB, VPP o VPT, hay que lidiar con lo que hay, y ahora mismo es que "nuestros jóvenes" no pueden acceder a una vivienda, porque están muy caras. O algo así. Era así en 2010, y sigue siendo así en 2016, con muchos ayuntamientos de sitios de franca regresión económica, demográfica y social gastando ingentes recursos en poner pisito a gente que, simplemente por el hecho de haber nacido ahí, se ve recompensado con una vivienda pagada por todos, y que invariablemente termina alquilando mientras se va a buscar el jornal a la gran ciudad.

No es el caso de Ramón Espinar. Su padre era de posibles, tanto que el imberbe de 23 años se puso a pagar la primeras cuotas de la cooperativa en el 2007, con apenas 21 años y sin trabajar. Pasaba el dinero, según ha explicado en rueda de prensa, su papá -con el que después tarifó-, su mamá y su abuela, y el ponía la mano para nada menos que 52.000 euros, materializados en la escritura de compraventa de 2010. En este aspecto se han cebado mucho, pero no está de más recordar que no tenemos la posiblidad de escoger a nuestra familia, esto es: Espinar no tiene la culpa de haber nacido donde ha nacido, y si su familia se puede permitir adelantar esa cantidad de pasta, pues bien para el. Es una práctica común en España, por otra parte. 

Lo que tiene la culpa Espinar es de ser un zote. De haber comprado una casa en 2010, con 23 años y recién licenciado, una casa de un precio disparatado y que, según práctica común de las promotoras, obligaba a pagar también dos plazas de garaje, tuvieses coche o no. Un timo mondo y lirondo, vendido como "necesidad básica" y todo lo demás. Y de ser un zote por tener este marrón en su pasado y no decirlo poco a poco -por ejemplo, en sus múltiples ponencias sobre los fondos-buitre y la VPO en Madrid- al estilo de "yo también caí en la trampa" o algo así. Se pensaría que jamás le iban a sacar esto. Qué zote.

Lo que hace interesante al caso, y es donde se han centrado las suspicacias de todos los interesados en sacar jugo al caso -que tiene poquísimo recorrido legal, pero que al menos esta vez no es un informe policial inventado de cabo a rabo-, es que Espinar vendió la casa a las pocas semanas de suscribir el contrato de compraventa, que le obligaba a pagar en hipoteca subrogada -del BBVA a ING- más de 90.000 euros. Al revés que otros que se han quedado entrampados de por vida en una casa con cristales naranjas y vistas a una piscina comunal con una palmera de plástico, Espinar se desembarazó del muerto. Y con ganancia.

Resulta que en el tránsito entre la compra de la vivienda y su posterior venta a unos terceros -no identificados, hace falta ser retard para comprar un piso de una habitación en 2010 por ese precio- la Comunidad de Madrid subió el precio del "módulo" -otro de los arcanos del mundo de las VPO, VPPB, VPP y VPT- y el valor nominal de la casa se había incrementado, algo que los ávidos de sacar trapos sucios de Podemos han enfatizado con un "se lucró", "especuló" o "vaya jeta", como si Espinar hubiese cambiado la legislación a su favor.

30.000 euros más, simplemente por una modificación que hizo Esperanza Aguirre, siempre cálida con los promotores, en 2010. ¿Existía que la posibilidad de que Espinar renunciase a esa plusvalía artificialmente inducida en un contexto de caída en picado de cualquier tipo de activo inmobiliario? Existía, y no lo hizo. ¿Es ilegal? No, pero es reprobable en un tío que después ha ascendido en la política con un discursito de "no somos como ellos" (freudianamente, no soy como mi padre), con la vivienda no se especula y toda la pana, mi güey. Ese discurso tan cansino, por otra parte, y donde han tocado techo, porque los perdedores de la crisis no han sido tantos como se imaginaban.

Hasta aquí, el caso Espinar. El afectado ha dejado entrever que esta información ya estaba preparada desde hace semanas -yo diría que desde tocó poder como senador por designación de la Comunidad de Madrid-, y que sale ahora en el contexto de las primarias abiertas que tiene la formación postcomunista en Madrid, con un sector de camisas viejas, encabezado por él mismo, contra otro sector de posibilistas, encabezado por, entre otras, la unineuronal Tania Sánchez, vergüenza de cualquier partido donde esté.

Puede ser, y seguramente sea así. En la Cadena Ser están muy ofendidos con la simple mención de que se hayan prestado a una campaña con fines que no sean los puramente informativos, y para muestra baste escuchar al profundamente mongol que presenta el informativo regional en la desconexión entre las 19:20 y las 19:40, el mismo que peloteaba hasta el servilismo a Francisco Granados cuando lo tenía de contertulio, hasta justo el día antes de su detención: de manera chulesca, le espeta al muerto de hambre que tienen representando a Podemos que "si cree que Cebrián sabe quien es Ramón Espinar", quizás refiriéndose crípticamente a la enfermedad mental degenerativa del apadrinado por Emilio Romero en Pueblo.

En fin, quédense con esto. España es un país donde te sacan un dossier con un asunto escabroso aunque solo tengas 30 años, como es el caso de Ramón Espinar. No hay nada ilegal, pero si éticamente en alguien muy vehemente en sus intervenciones públicas, y representante del sector más duro de Podemos. España es un país donde periodistas se arrogan de exclusivas que no son más que dossieres filtrados en el momento exacto, en el lugar adecuado. La Cadena Ser y el grupo PRISA quieren lo mejor para Madrid, que en su caso es seguir haciendo negocios y que todo siga como esté, porque no había nada que cambiar en la capital y Antonio Carmona era mejor que Manuela Carmena. Que la clase política que venía a salvar este país y a gestionar mejor es incapaz de gestionar siquiera su patrimonio o sus aspiraciones vitales con 23 años, al parecer recluidas en un nicho de 144.000 euros con dos plazas de garaje, por si vienen visitas.