lunes, 7 de marzo de 2011

El libio cogió su misil, ¿quien se lo quitará?

Strela nuevecito en manos de un rebelde
El periodista Juan Miguel Muñoz de El País, al que no había leído conscientemente antes del conflicto libio, se está luciendo. Además de utlizar recortes varios para confeccionar sus crónicas, difunde propangada e informaciones falsas por doquier. Es una vergüenza para el periódico que le paga y para los lectores que lo sufren por su indolencia e incapacidad manifiesta. A saber a qué intereses sirve, aunque es probable que simplemente sea así, sin trampas: un bobo.

Si les parece muy sumario y categórico este análisis, déjenme explicarme. El periodista perpetra este artículo y se queda tan ancho, igual que lleva haciendo unos días. Es una mezcla de romanticismo, ignorancia del más mínimo aspecto militar y la más pura propaganda, como demuestra el primer párrafo. A pesar de que la idea central es que los rebeldes no tienen equipamiento, ni organización, ni estrategia, el zopenco de Juan Miguel Muñoz es incapaz de explicar por qué siguen avanzando. Vamos, lo de la potencia de fuego que les vengo diciendo desde hace días, una variable básica en cualquier conflicto.


Su-24mk derribado. Se ve el escuadrón y el número adscrito
Hace unos días los rebeldes derribaron un Su-24mk en las refriegas en las cercanías de Ras Lanuf. El avión ruso es de los pocos aviones que tiene Gadafi y por eso los economiza, en contra de la propaganda oficial de "matanzas de civiles" -no hay rasto, pero la CPI ya está investigando- y raids aéreos continuos, que sólo serían posibles con una cifra fabulosa de aviones nuevos capaces de efectuar múltiples salidas en un día. No es el caso, insisto. En contra de las imágenes facilitadas de los rebeldes disparando al aire con ametralladoras y antiguos ZSU soviéticos, para derribar un avión de las características del de la foto hace falta mucho más, porque no todo va a ser David contra Goliath y la famosa honda del pastor.

Los rebeldes tienen Strelas, la versión rusa del famoso Stinger popularizado en los años ochenta gracias a que los muyaidines -el germen de los talibanes- contaron con esta poderosa arma en su lucha contra la ocupación soviética de Afganistán. Creo que aparece en Rambo III. Se los daba directamente la CIA, y así derribaron múltiples Mi-24, Su-22 y, conviene recordarlo, cualquier cosa que volase, porque después la emprendieron hasta con las cometas.

Sólo con ver los impactos logrados en el aeropuerto de Kabul se pueden hacer una idea del flagelo que supuso. El Strela y el Stinger son MANPADS, misiles tierra-aire de uso unipersonal, nada engorroso y extremadamente rentables para su precio: un solo misilazo y se pueden cargar una avión de un valor infinitamente superior. Así, y en una anécdota hecha famosa porque la cuenta el gran Eric Hobsbawn en su magnífico The Age of Extremes, la CIA de dedicó a recomprar los Stinger sin usar una vez que se retiraron los soviéticos.

Lo de que en manos equivocadas pueden hacer mucho daño, vamos. Durante muchos años fue la pesadilla de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, por si la ETA se hacía con unos. Al parecer si que lo lograron, pero no lo supieron o no quisieron utlilizar, una más de esas incógnitas sin resolver que rodean al último grupo armado separatista de Europa.

Tanto miedo hay a los MANPADS que incluso existen varios acuerdos internacionales para evitar su proliferación (1-2-3-4), un poco como lo de las minas antipersona, pero sin una Lady Di o una Carme Chacón que den cara amable a un arma terrorífica por sus efectos. No dejen de notar que esos acuerdos se impulsaron a partir del 11-S, antes estos misiles siempre podían servir para derribar un avión ruso en Chechenia o cualquier otro objeto volador sin mucho más interés para Occidente.


Como nos sobran, gasto uno para el periodista
Desconozco si Libia se ha acogido a alguno de estos convenios, y en todo caso, a estas alturas del conflicto, ya carece de cualquier interés. Como el más perspicaz se habrá dado ya cuenta, el campo de combate libio está lleno de MANPADS y, por una vez en esta conflicto, los rebeldes se dejan fotografiar con ellos y no con vetusto armamento. Con alegría y desenfreno hemos visto modelos del clásico Strela soviético totalmente a estrenar.

Este es uno de los efectos colaterales de cuando un conflicto se vuelve caótico: a ver quien sigue la pista de esas armas, y a saber en qué manos acaban. Sin embargo, aquí la pregunta es de dónde han salido. La propaganda oficial nos dice que el Ejército Libio -que para el periodista Muñoz nunca fue mimado por Gadafi, tiene narices- tenía unas reservas de armas impresionantes, no se sabe por qué, visto que sólo tenía 40.000 hombres.


En unos años, contra un avión occidental
 Bueno, puede ser que Gadafi tenga síndrome de Diógenes y no se quiera desprender de lo que compró en los setenta a precio de oro, aprovechando la bonanza petrolera, y que entonces y ahora era chatarra, como se puede apreciar en algunas imágenes. Sin embargo, los MANPADS no entran en esa categoría, y menos lo que se han visto en algunas fotos que les adjunto.

En la foto de aquí al lado no es un Strela, es un Igla, la última y más perfeccionada versión de este misil. Lo pueden comprobar comparándolo con la página web del fabricante, pero no lo intenten: en teoría no venden a particulares.

Esto trae, de nuevo y como vengo repitiendo a lo largo de este conflicto, muchas implicaciones. En teoría Gadafi estuvo sometido a un estricto embargo de armas durante 20 años, en los que no pudo comprar armamento a ningún país decente. El Igla, en contra de lo les puedan decir de las armas rusas, no se vende a cualquier país, básicamente por eso que les he contado de a saber donde acaban, por ejemplo en Chechenia.

Hasta los niños aprenden. Este es un Igla-C, atención
Sin embargo, ahí están en manos de los rebeldes. Estoy seguro de que la propaganda oficial dirá que los encontraron en uno de esos fastuosos depósitos de armas que han tomado, seguramente dentro de una caja donde ponía "arma para cargarse aviones", pero ni es un arma para dejar en depósitos de provincias, ni para dejar libremente en manos de nadie. Como se puede apreciar, hasta los niños reciben instrucción para manejarlo, y eso es porque los hay en gran número.

Después vendrán con lo de la zona de exclusión aérea y lo indefensos que están los rebeldes. En fin. Cúanta razón tenía Eric Hobsbawn en dar transcendencia de Historia (su libro se publicó en 1995) a esa anécdota de la guerra secreta de la CIA y los muyaidines contra los soviéticos.

Pero volvamos de nuevo al periodista Muñoz y su laberinto de ignorancia. Acaba su refrito de propaganda hablando de una noticia del viernes pasado, noticia de la que su periódico no ha querido informar. Ese día reventó por los aires un depósito de armas en manos de los rebeldes. Evidentemente, lo primero que se hizo fue acusar a la aviación de Gadafi.

La única estructura en pie, llena de armas y equipos
Las imágenes disponibles muestran una gran defragración, aunque no son concluyentes de ataque aéreo. Si que se ve que los rebeldes, en vez de sacar todo el material posible de la base, lo habían dejado ahí, quien sabe si como fondo de armario. Las primeras informaciones llegaron a hablar de 60 muertos, entre ellos 17 bomberos, no se sabe cómo, probablemente se metieron a pecho descubierto en un polvorín en llamas.

Como la propaganda es la que es, hay que recurrir incluso a un medio australiano para leer algo creíble. Un periodista de un medio de ese país estaba por las cercanías y descartó ya en un primer momento el ataque aéreo, aunque habló con testigos que le dijeron esto:

And what they told us was that there had been two vehicles who had driven into the base by force, they had run the gate and they were in there for around 15 minutes and then they came back out again and then 15 minutes later there were these large explosions. So they're suggesting that this was a sabotage by pro-Gaddafi agencies if you like.

La última frase es una interpretación, pero para lo primero no creo que se lo hayan inventado los hospitalizados. Aunque el periodista se acaba decantando por la versión del accidente casero, como nuestro querido Muñoz, la opción del sabotaje no es descartable. Vale, pueden no creerse esta versión, pero repasen lo del Strela y el Igla, y también esta noticia ya filtrada en esos días. Ahora bien, siempre pueden ir detrás de los rebeldes con dólares frescos para que les revendan los misiles portátiles.
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 Los servicios informativos de TVE se han desprendido de cualquier prejuicio y ya casi dedican tanto tiempo a la nostalgia como al deporte. Esta noticia tonta, boba y dirigida a la gente que compra Más Allá y sueña con que le toque la Lotería es un buen ejemplo. Atentos a la voz asombrada, todo Iker Jiménez, del becario que locuta.

Agentes de campo en Libia desde meses antes

Quema pública de Libro Verde. O cualquier otro.
El Daily Mail publica hoy suculentos detalles sobre la humillante captura de los miembros de los cuerpos especiales británicos el viernes pasado, detalles que serían impensables en países como el nuestro. Se lo digo porque no hace tanto murieron siete espías nuestros que iban en el mismo vehículo por Bagdad, todo un ejemplo de buen hacer y conocimiento del terreno, que no recibió ninguna crítica.

En Reino Unido hoy se levanta uno con titulares que contienen palabras como "humillante" -la más apropiada, la verdad-, "vergüenza" o el equivalente a nuestro "chapuza", no en vano Mortadelo y Filemón eran agentes secretos al servicio de la T.I.A. Eso sería imposible en España, donde nuestra prensa es incapaz de hacer una crónica decente del conflicto libio.

Al parecer, la expedición británica iba compuesta de siete SAS y un agente de inteligencia del MI6, el equivalente británico de nuestra T.I.A. Iban con pasaportes de cuatro nacionalidades distintas y sin su uniforme reglamentario, aunque fuertemente armados. Aún así, fueron capturados por un importante contingente de rebeldes libios compuesto por...granjeros.

No acaban ahí las humillaciones. Las fuerzas de Gadafi captaron la conversación entre el Embajador británico en Libia y el jefe de las fuerzas rebeldes, y lo han publicado en The Guardian. Por supuesto, Gadafi también lo ha hecho público en su televisión, que para eso el mérito es suyo, la humillación de los otros y las posibles ganancias suyas también.

El equipo aterrizó en suelo libio a bordo de dos Chinook, no precisamente el helicóptero más discreto por su doble rotor, pero al menos se confirma que el vídeo del dentista de hace una semana mostraba efectivamente helicópteros, pero que era muy raro que no se viese ninguna identificación y que estuviesen pintados de negro, el color de las SAS y no del desierto. ¿Y desde donde volaron? Pues nada menos que desde el HMS Argus, otro de esos buques humanitarios que están frente a las costas de Libia, y de los que vamos sabiendo por goteo, error (¡un saludo a los holandeses!) u omisión.

Rafah, celebrando el gol con los amigos
Los SAS fueron capturados por un grupo de granjeros encabezados por el poderoso Rafah, de 20 años y aprendiz de agricultor en una de esas granjas en el desierto -30 millas al sur de Benghazi- logradas por el proyecto irrigador de Gadafi.

El relato es muy esclarecedor de muchas cosas: The first thing he noticed was Tom, a British man who had been working on the farm as its administration supervisor for the past five months. From what Rafah says, it now seems certain that Tom, if that is his real name, is in fact an MI6 agent. He was friendly with Tom, but thought it was strange to see him leaving his house on the farm at 3am.

Nah, normal que saliese a esas horas de la madrugada, iría a señalar con bengalas o con cualquier otra cosa discreta el sitio de aterrizaje para el helicóptero. Que pandilla de chapuceros. "Tom drove off in his saloon car and another car, driven by someone not known to Rafah, followed behind. And that is when he heard the helicopter. Rafah, who was on guard duty with a small band of other farmhands, recalls: ‘We could not see it, only hear it. We think it landed in a field over there, about half a mile away. A little while later, Tom and the two cars came back, except now the cars were full of men.Rafah watched as the cars drove through the main gates of the farm compound and made their way to Tom’s accommodation.They all got out and they were not talking, just moving,’ he says. ‘Three or four of them were dressed all in black, so it was hard to see. But they were unloading big bags, several of them, and it looked like a lot of equipment"

Espías a los que hay que ir a recoger en coche. Tras ser capturados, les ofrecieron desayunar unos huevos (escalfados al gusto inglés, supongo), leche y pan, porque en esas big bags llevarían solo barritas energéticas y centraminas. En fin. Lo importante de todo esto es el papel de Tom: según el relato de Rafah, llevaba cinco meses en la granja. Cinco meses. ¿De verdad nadie se da cuenta de las implicaciones de tener agentes de campo cinco meses antes de las revueltas? Seguramente Tom era un simple súbdito británico al que el Foreign Office contactó y le pidió que, please, se quedase un poquito más en la zona de conflicto para echar una mano, dados sus conocimientos agrónomos.

Mañana nos informarán objetivamente nuestros periódicos españolazos, como llevan haciendo desde que empezó el asunto libio. Es muy fácil: la población se ha alzado contra Gadafi, de manera espontánea y por twitter. Lo dice hasta el gran Enric González. Y utiliza la palabra dignidad, la misma que el periodismo pierde a borbotones.
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No cabría esperar nada mejor de Público: muertos sin comprobar, muertos civiles -creo que debe ser el único periodico del mundo que dice esto-, 35 "carros de combate" (el periodista analfabeto confunde vehículo blindado con tanque) y este relato que, aunque se cita la fuente, es infumable:

"El periodista Lotfi Mohamed, desde Al Zauiya dijo a la cadena catarí, que unos 25 tanques entraron en la ciudad donde no pudieron proseguir su avance al ser rechazados por los milicianos y tuvieron que retirarse dejando atrás cuatro blindados. Según su versión de los acontecimientos, los atacantes destruyeron con los carros blindados los hoteles Al Yauhara y Al Burch y un complejo de la Administración local"

Abandonan "cuatro blindados" -ya no son carros de combate, reducidos de 35 a 25 previamente-, no se sabe debido a qué potencia de fuego, porque abandonar un blindado...¿salieron corriendo del interior? Lo más divertido, sin embargo, es imaginar que esa columna blindada entró en la ciudad para ¡destruir dos hoteles!. Por supuesto, no hay ninguna imagen.

Aparece en Público, ese periódico para gente culta, honesta y muy crítica consigo mismo. Los viernes una película, el sábado un libro "crítico" y el domingo...¡propaganda!
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Las NN.UU tenían una de sus agencias con sede en Sirte, Libia. Se llama "Fondo de las NN.UU para la Democracia". Gadafi quiso que, con ese nombre, estuviese en su ciudad natal. La ONU, por entonces dirigida por Kofi Annan, dijo que bien, adelante. Después dicen que EE.UU es malvado al denunciar las tremendas hipocresías de este organismo internacional.
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Publireportaje de orgullo nacional a destiempo y desinformando. Conviene recordar que el 80% del espacio comercial de las famosas "Cuatro Torres" de Madrid está sin ocupar. Conviene recordar, asimismo, que hace nada se aprobó la Operación Chamartín en las inmediaciones, que también consiste en hacer torres y bueno, a ver si después se ocupan. Ya semos europeos.
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Sindicatos representativos a nivel nacional contra sindicatos amarillos representativos de El Corte Inglés. Dicta sentencia la Audiciencia Nacional. Contra los intereses de la empresa asturcubana, perdón, contra los intereses de los representantes obreros de su empresa.
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José Blanco se saca de la chistera datos de consultoría sobre el AVE gallego: "supondrá un aumento PIB, en términos de valor añadido, de 468 millones de euros cada año, además de un incremento de la productividad, derivado de la disminución de los tiempos de viaje, estimado en unos 190 millones de euros anuales (...) facilitará la creación de 9.687 empleos cada año, la mayoría de servicios". Y yo añado que traerá la felicidad y la utopía, concretamente en una cuantía de 89,53% y 77´61% respectivamente.
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El área urbana con una red de transporte público ferroviario más tupida, subvencionada, eficiente y polivante agradece el servicio así.  Gana ALSA, ese poder fáctico de la zona capaz de todo. El cliente siempre tiene la razón. Ojalá la gasolina se ponga a dos euros el litro y se coman sus coches. Eso sí, lo de cerrar el pintoresco tren de vía estrecha del que disfrutan ni se plantea, que para eso tiene 5.000 empleados en la recoleta región.

domingo, 6 de marzo de 2011

Libia, zona franca para la propaganda

Un arma funciona y la otra no
Uno ya no sabe si espantarse ante la cobertura informativa que hemos de sufrir sobre la situación libia, o simplemente reírse. Como me importa relativamente poco quien gane -también en su tiempo lo de Nasser o lo de Sadat fue una revolución, y fíjénse en lo que se quedó-, el mayor interés está en ver cómo lo cuentan.

Sin ánimo de ser exhaustivo, les animo a que lean este delirante artículo en El País donde un periodista analfabeto funcional tiene el arrojo de escribir que el colonialismo italiano de hace un siglo "impidió que surgieran instituciones y clase dirigente".

O sea, Gadafi lleva ¡41 años! en el poder alimentado con las rentas petroleras, y la culpa de la situación libia es de Italia. Creo que es la mejor plasmación posibile de eso que ponía hace unos días de la izquierda y sus demonios en forma de colonialismo, el petróleo y bueno, cualquiera de esos nuevos términos académicamente elucubrados para vendernos lo de siempre, que si las relaciones de producción -todavía estoy esperando un artículo donde expliquen que Libia, como el resto de las cleptocracias petroleras, es una sociedad esclavista-, o el materialismo histórico.

Desde luego, no esperen un artículo similar en caso de que a nuestro primo Teodoro Obiang le pase algo parecido. "La culpa de lo que pasa en Guinea Ecuatorial es de España", y no de este amigo de Jose Bono que ya va camino de los treinta años en el poder. Ejemplos de este pésimo periodismo como el que estamos viviendo con el caso libio se cuentan a decenas, y eso que sólo me centro en El País porque se esperaba algo mejor del periódico, especialmente tras las excelentes y primorosas crónicas de Enric González durante la caída de Mubarak.

Dicen contar con periodistas en el terreno, y el caso de un tal Álvaro de Cózar construye todas sus crónicas citando fuentes del NYT, Al Yazira -que no ha dicho una noticia cierta desde que empezó el conflicto- y demás medios, nunca nada propio. Leerlo a diario es un ejercicio de hipocresía: hace como que esta informando, pero perfectamente podría estar twiteando.

En estos dos últimos días nos han dicho que los rebeldes han tomado Ras Lanuf. ¿Cómo? Eso ya se dijo hace una semana. En Ras Lanuf está el último proyecto petrolero que inició Libia por su cuenta, allá por 1984. Nunca llegó a estar operativo bajo las farónicas premisas con las que construyó, pero la supuestamente "más importante terminal petrolífera del norte de África" -no tiene rivales, Argelia exporta mayoritariamente gas y tiene diversificadas sus terminales de exportación- es un amasijo de infraestructuras construidas por yugoslavos y unos cuantos oleoductos nuevos tendidos por compañías internacionales. Dense una vuelta por google maps y verán la impresionante actividad de este importante enclave. Por supuesto, es un amasijo donde no hay ningún periodista. Ni para comprobar que la noticia de hace una semana era cierta, ni la de hace dos días.

El País también tiene en Bengazi, donde desde hace quince días no pasa nada, al impresionante Juan Miguel Muñoz, que sin ningún rubor pone la firma a esto: especulaciones, noticias de agencia y habladurías. Ni un dato objetivo o contrastado, siquiera uno. Y firma por dos veces, porque concluir esta sinvergonzonería con el epatante "además, de una personalidad como el coronel Muamar el Gadafi se puede esperar cualquier cosa. Lo único que está claro es que no hay espacio para el compromiso" es regodearse en el contínuo insulto al lector del periódico que le paga para que esté de vacaciones en Bengazi.

Una vez más, como suele pasar, hay que buscar la información más allá de los Pirineos. La noticia del día, y con fuertes implicaciones, es que según el Sunday Times (sorry, es de pago) ocho miembros del SAS británico han sido detenidos en pleno desierto libio por fuerzas rebeldes. Sumen estos ocho militares de la fuerzas especiales del Reino Unido a los tres marines holandes y ya salen once militares, no precisamente anónimos, detenidos desde el comienzo del conflicto, por ningún mercenario centroafricano a sueldo de Gadafi.

En fin. La excusa oficial es que estaban escoltando a un diplomático británico que quería entablar conversaciones con los líderes rebeldes. Perdón, pero esto no se lo cree nadie. En teoría, los líderes rebeldes no están ocultos en "lejanas montañas y remotos desiertos" (cito de memoria a Jose Mari I), sino que deambulan al calor del pueblo entre Bengazi y Tobruk, zonas seguras controladas por los rebeldes.

Y tan seguras. Como escribí en un post anterior, Reino Unido había enviado hasta tres convoyes de buques militares a atracar al puerto de Bengazi para rescatar a nacionales, que salen hasta de debajo de las piedras. Parece que los buques no llegaban vacíos, como si parecen que llegan los aviones al aeropuerto internacional de Trípoli, que no se ha cerrado en ningún momento de la crisis.

La noticia indica que el grupo de británicos estaban en algún lugar remoto. Ocho militares de las fuerzas especiales y "un joven diplomático". ¿Qué iban a tratar? ¿La zona de exclusión aérea tan querida por David Cameron? El conflicto libio va camino de enquistarse y convertirse en una genuina guerra civil a la africana: asquerosa, sangrienta, eterna, machetazo y jeeps cargados de gente disparando el AK-47 al aire, por mucho que se siga defendiendo la fantasía de los bombardeos aéreos de Gadafi, que parece que siempre impactan en la arena a la hora de enseñarnos imagenes de sus devastadores efectos.

Las tropas leales a Gadafi no recuperan nada de lo perdido, y los rebeldes avanzan a duras penas, pero avanzan. Es ahora cuando se empiezan a negociar las ayudas y alianzas para el flujo regular de los suministros necesarios para una guerra. Desde luego, no creo que "el joven diplomático" fuese a hablar sobre la reanudación de las explotación de BP en el desierto oriental sur de Libia, ni tampoco a tomar un Earl Grey bajo una jaima. De eso no nos contarán nada, pero quédense con el dato, al menos uno dado el erial informativo de este país: capturados ocho militares de los cuerpos especiales del Reino Unido en el desierto libio, mientras escoltaban a un diplomático que quería entablar conversación con los líderes de la revuelta.

A partir de ahí, lo que quieran. Lo más evidente es que los SAS no están atravesando su mejor momento. Ya en 2007 hicieron un papelón lamentable cuando transcendió que habían estado realizando incursiones en suelo soberano iraní para matar a jefes de las unidades de élite del régimen de los ayatolás. Ustedes se pueden creer la noticia, o no, it´s up to you, pero el mundo es así y no lo he inventado yo. La propaganda oficial, en la que El País se esmera conscientemente, nos ametralla con las fuerzas irregulares centroafricanas al servicio de Gadafi, y de lo otro no se dice nada, o cuando se dice es que estaban en misiones diplomáticas o rescatando a un holandés que, a saber por qué, no había podido ir a Trípoli a coger un avión como el resto de los blanquitos del país. Buen domingo a todos.
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Aquí se hace un elenco de todos los buques militares extranjeros que están actualmente frente a las costas de Libia, o han estado, o van a estar, desde que estalló el conflicto. No he visto una información parecida en ningún periódico, esos tan serios y respetuosos. Por supuesto, todos estos buques van en misiones humanitarias, públicas y a la luz del día.
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Fantástico. Según la BBC, los militares británicos no iban con su uniforme, pero sí armados. Sin embargo, ojito con utilizar la palabra mercenario en estos casos.

viernes, 4 de marzo de 2011

Dicen que es el petróleo y es el libre mercado

T-55 al ataque. Atentos a la velocidad del viandante
A pesar de que en esta crónica de El País una reputada fuente -y desde luego no parte interesada en disminuir la cifra- cifra la cantidad de aviones de combate leales a Gadafi "entre 20 y 25" (contando los de papel, añado yo) la imagen de unas bandadas de aviones atacando una y otra vez a los milicianos -en breve libertadores- sigue calando, porque es muy poderosa.

Hoy no es el día de la fantasmagórica "zona de exclusión aérea", sino de que Obama dijo ayer que Gadafi "tiene que dejar el poder" y que no descarta ningún tipo de medida en caso de que el conflicto se agrave, sin precisar mucho. Desde luego, no citó a esa zona de exclusión aérea (una acción de guerra se mire como se mire), por lo que los milicianos tendrán que seguir soportando esos "20 o 25" cazabombarderos, contra los que no tienen defensa. En el entretiempo a lo mejor vemos alguna imagen fehaciente de los estragos que causan, algo de lo que, de momento, estamos huérfanos. Como ven, tampoco parece que preocupe mucho a los EE.UU.

De momento, mejor evitar una implicación directa de EE.UU, lo cual es muy prudente y bastante sabio. Los rebeldes parece que se las arreglan decentemente bien estando "solos". EE.UU, actuamente metido en una guerra -Afganistán- y una ocupación militar -Irak-, además de sus múltiples compromisos como garante del orden mundial, tampoco está para meterse en lo que parece que va a ser otra guerra civil africana, conflictos que siempre ha despreciado y donde, tras Somalia 1993, no tiene muchas ganas de volver.

Además, por muy presidencialista que sea el sistema político estadounidense, Obama tampoco puede hacer lo que le pida el corazón. Bastante hizo ya con su inolvidable discurso de El Cairo hace dos años, al que habrá que referirse inevitablemente -igual que a las filtraciones de wikileaks sobre las cleptocracias familiares vendidas como repúblicas árabes-, cuando en el futuro se estudien esta serie de revueltas. Obama manda lo justito -como se ha visto en su pretensión de cerrar Guantánamo: ya ha pasado el ecuador de su mandato y sigue igual-, que para eso EE.UU es el sistema menos imperfecto de separación de poderes.

A los tres clásicos y resabiados en EE.UU se une, entre otros, el de los lobbys empresariales. No hace ni seis años que las empresas del país de las barras y las estrellas volvieron a Libia tras 20 años de aislamiento. En Cuba ya han pasado del medio siglo, por ejemplo. La mayor parte de las empresas punteras estadounidenses se agrupan en el lobby USA*Engage (que no da información sobre sus miembros), que ya el 22 de febrero reprobó que el senador John Kerry -sí, sigue vivo y haciendo ketchup- pidiese que  EE.UU diese una respuesta al conflicto. 

Deberían aplicar el derecho de admisión. O saber leer.
Pocos días después reafirmaron esta postura con la resolución del Consejo de Seguridad de las NN.UU. No a las respuestas unilaterales, sólo multilaterales. Nadie como los empresarios americanos en ese tipo de países sabe lo que es sufrir la mala imagen de su nación, y lo difícil que podría ser hacer negocios tras, queseyo, una intervención armada con marines sacando a Gadafi de los pelos de su palacio en Trípoli.

Ya ven lo que pasó en la guerra de Irak de 2003. Mientras la izquierda previsible y pacata estaba convencida del factor petróleo -y sin duda era importante, pero no menos que dejar acabado el trabajo de George Bush Sr., un cierto sentido de justicia y mucho de locura-, lo cierto es que los contratos petroleros post-Sadam Hussein han ido a parar a compañías petrolíferas de muy diverso pelaje, pero donde las de EE.UU no son la mayoría.

USA*Engage lo que quiere es hacer negocios, y les importa un pimiento el tipo de Gobierno que haya. Así han presionado para quitar las sanciones sobre Nigeria, Birmania, Siria, Pakistán y otros regímenes de los más abyecto. Business is business. Antes de caer en ninguna trampa intelectual, sepan que también están en contra del bloqueo a Cuba, como piden explicitamente en su página de portada, lo que sin duda los emparenta con esa izquierda tumultuaria que pide exactamente lo mismo, pero con otro razonamiento. Cuando lo hay.

Este miedo a la imagen de EE.UU, muy presente en el discurso de hace unos días de Hillary Clinton en Ginebra ("no estamos interesados en el petróleo de la zona"), debería calar en cualquier análisis de la situación, pero mucho me temo que siempre se hará todo bajo el análisis del petróleo, el imperialismo y demás tópicos de una ideología que murió en el siglo XX. Ideología que, por cierto, abrazó Gadafi a su peculiar manera durante gran parte de sus años en el poder en Libia, y donde nuestro partido comunista siempre enviaba delegados para ver la Revolución Popular Verde, igual que los seguía enviando a la Serbia de Milosevic a finales de los noventa. Eso sí, no lo leerán en esos periódicos de izquierda, que ya empiezan su particular guerra de propaganda.

Un clásico, el "bebé" muerto. En esta ocasión ni se ve.

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Como se ve, no soy el único que frunce el ceño antes las noticias aeronaúticas que vienen de Libia. Y bueno, si no se fían ustedes mucho de los rusos, a pesar de que son los únicos que todavía tienen capacidad militar estratégica -y para ellos estaba orientado el escudo antimisiles, no para Siria, Irán o Corea del Norte-, yo todavía estoy esperando las imágenes de las calles de Brega o Bengazi con los característicos boquetes que deja un bombardeo aéreo, o simplemente las ráfagas de los cañones de 30 mm. soviéticos de los Mig-23...ya saben: ese ángulo que sólo se puede lograr cuando se dispara desde el aire y a gran velocidad...

Por cierto, qué cutrerío de vídeo con soldados apretando botones y poniendo cara de concentrados...¡la propaganda!
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En esta imaginativa crónica publicada en Il Corriere, se dice que los soldados leales a Gadafi "recogen y se llevan los cadáveres". Claro, claro, por eso no hay imágenes. Qué pulcritud.
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Marcha atrás en la propaganda. Fíjense como el periodista pide disculpas, pero sin pedirlas (es que tienen muchas dificultades para informar, dice) por la soberana chapuza. Cualquier día de estos piden disculpas por haber dicho, por las mismas fechas, que Gadafi había dejado el país y que se dirigía a Venezuela...una operación de propaganda negra viejísima destinada a llenar las calles de gente normal celebrando la supuesta caída, y a ver quien las mete dentro después...
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¿300 dólares al día? Eso son 9.000 dólares al mes. Si ya era mala la noticia, pero mala de verdad (hacer sinónimos a "bereber" y "tuareg", por ejemplo), ahora simplemente es de chiste. Fíjense que firma la noticia desde Madrid, indudablemente el mejor lugar para estar informado de habladurías de desierto. Qué desastre de periodismo, qué desastre...
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En este otra noticia del mismo periódico y distinto periodista, de supuesto enfoque militar, se mezclan informaciones ciertas con otras totalmente falsas, formando un cóctel indigesto. Lo peor quizás sea el final ("un país casi cuatro veces mayor que España", pero donde 8/10 partes es desierto donde no se va a combatir) y lo mejor, que se infiere -aunque no se dice explícitamente- que los rebeldes carecen de potencia de fuego. Y sin embargo siguen avanzando.
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Joseph Nye, padre del "poder blando" e icono de cierta izquierda, estuvo no hace mucho hablando con Gadafi de "democracia". Una de las fundaciones del libio financia a la empresa del académico con tres millones de dólares.
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Sólo así se explica que con una tasa de paro del 20% y más de un millón y medio de hogares sin ningún ingreso "declarado" no haya un estallido social. Se vive relativamente bien sin pagar impuestos, pero recibiendo ayudas de todo tipo.

jueves, 3 de marzo de 2011

Estas son las tropas extranjeras en Libia

T-62 abandonados por ambos bandos en un almacén
La noticia de hoy es que la Corte Penal Internacional va a investigar a Gadafi por crímenes contra la humanidad. Recordemos que el dictador libio era el amigo de occidente hasta hace un mes, y todos le cortejaban.

Igual que con Sadam, que para colgarlo debajo de un palo tuvieron que recurrir a cuando gaseó a los kurdos a principios de los ochenta, será curioso ver que delitos recupera la CPI para enjuiciar al dictador con 41 años en el poder. ¿Lo de Chad de hace treinta años? Quizás. Nunca es tarde. Sólo hay que esperar el clima adecuado.

Crímenes contra la humanidad. Ya llevaba unos cuantos en su haber, y sin entrar a su escandalosa financiación del terrorismo internacional durante los años ochenta. De momento, de esos supuestos crímenes en la actual guerra civil libia no se sabe mucho, pero estoy seguro de que los jueces y fiscales ya están recopilando esas pruebas esquivas a los periodistas y a la opinión pública.

En fin, la noticia judicial ha hecho pasar desapercibida lo que para mí es la noticia del día relacionada con el conflicto. Resulta que las fuerzas leales a Gadafi capturaron el pasado domingo a tres marines holandeses que estaban en suelo libio -sin informar de ello, por tanto bien detenidos bajo cualquier ley internacional-, supuestamente rescatando a nacionales atrapados.

Es curioso, y lo llevo indicando desde el inicio de esta crisis: los barcos y los aviones salen alegremente llenos hasta los topes de Trípoli, sin ningún impedimento. Ahí tenemos el caso español, donde ZP se acaba de comprometer a repatriar a 4.000 egipcios a su país en avión. Debe ser que estos holandeses, pobrecitos, se habían quedado marginados, y mira que tienen posibles, contactos y demás cosas.

No se pierdan el detalle de que la noticia es del domingo pero se ha sabido hoy, tres días después. Por la mañana, como indica la noticia del NYT. Al parecer, habían llegado a suelo libio a bordo del helicóptero Lynx en dotación en la fragata-destructor HNMLS Tromp, un modernísimo buque de combate en la mejor tradición holandesa, que hasta entonces estaba perdiendo el tiempo buscando piratas en el Índico.

Holanda no es que no hubiese informado de la operación a Libia -que, como se ha visto, no ha puesto ningúin impedimento a la evacuación de extranjeros que se quieran ir-, es que tampoco informó ni a sus aliados ni a su opinión pública. Eso se llama operación secreta, porque tanto hablar de los mercenarios africanos a sueldo de Gadafi, pero ¿cómo se puede llamar a pillar a tres soldados de una nación soberana en tu país?

Las implicaciones son muy serias. Para el prestigio holandés y de sus FF.AA, ya fuertemente tocadas por la masacre de Sbrenica en los años noventa, y para un análisis serio del conflicto. Lo que les vengo diciendo desde hace tiempo sobre la potencia de fuego de los rebeldes y cómo es posible que sigan avanzando sin material, sin suministros y sin apoyo. Supuestamente.


Supuestos mercenarios muy equipados: cada chandal es diferente

Es cierto que a finales de febrero el HSM Cumberland británico atracó  hasta dos veces en el puerto de Bengazi para evacuar a nacionales, y que ahora envían -visto que no tuvieron ningún problema- otro buque de guerra supuestamente para la misma misión, porque al parecer no dejan de salir británicos hasta debajo de las piedras. Es más: en esta noticia se dice, sin ningún rubor, que fuerzas armadas especiales británicas han estado operando en los remotos campos petrolíferos del interior para rescatar a nacionales, con apoyo de la RAF. Por supuesto, es dudoso que lo comunicasen a las autoridades legítimas libias, esas con las que hacía tan buenas migas Tony Blair, padre del acercamiento a Gadafi a partir de 2004.

Y no son los únicos buques operando frente a las costas cirenaicas y de la tripolitania. Por ejemplo, parece que es mucho más interesante informar de que hay un buque chino -todos vienen del Índico de "luchar" contra los piratas- que del buque holandés. Chinos en Libia había 32.000, seguramente alguno más, como suele pasar con esta nacionalidad. ¿Holandeses? ¿Llegan a cincuenta? Pues con un destructor del que nadie sabía nada. Mientras tanto, el periódico más importante de Malta informa que está habiendo importantes movimientos de tropas, y desde hace días, en bases americanas de la región. Importantes no por el número, sino por el tipo de tropas y dónde estan. O estaban.

Los lectores de Público ya están siendo inoculados con la propaganda habitual para su tipo de mentalidad, donde destaca por su miseria y abyección este artículo. Ya saben: Gadafi es el que tiene mercenarios. Los rebeldes avanzan con Ak-47, piernas y Toyotas. Brillante.
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Isaac Rosa, que escribió una muy buena novela de debut, descubre a día 3 de marzo estas cosas. Bienvenido, hombre.
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Un buen post sobre propaganda, mercenarios africanos y propaganda, que viene a ser lo mismo. Lástima esa tremenda patada en el número de judíos asesinados por los nazis.
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Imágenes de combate, "la batalla de Brega". Puffffffff....no se ve ni un medio pesado, el larguísimo vídeo ¡está montado!....están ganando la guerra como pastores y montados en Kias...este medio ruso destinado al exterior es mucho más útil, aunque hayan sacado el vídeo de youtube.com. Es de la "batalla de Misrata", que casualmente también fue en el aeropuerto. Mola el T-62 con la avioneta Cessna aplastada bajo la oruga -y el tanque abandonado después, a pesar de que parece en buen estado-, lo cual lleva a unas preguntas: ¿el tanque era leal a Gadafi? ¿entonces la avioneta era del enemigo? ¿el tanque era de los rebeldes? ¿entonces la avioneta era de los leales?

Nah, simplemente la avioneta estaba en medio. Y el tanque no sirve a los rebeldes, a los que les sobra potencia de fuego. Seguramente el tanque se detuvo en el mismo instante que aplastó la inofensiva avioneta de recreo. Qué cosas hay que ver.
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Corrupción a lo guipuzcoano.

miércoles, 2 de marzo de 2011

No quieren intervención, pero la tendrán a su debido tiempo

Que nos bastamos y nos sobramos
Al parecer, en Libia los rebeldes -en breve libertadores- se bastan y se sobran para vencer a las tropas de Gadafi que, mientras no haya información contraria, conservan la parte del león del armamento.

Fíjense en la foto, con parcarta hecha ad-hoc (y de imprenta profesional, no pintada con una sábana: parece de diseño gráfico) y la consiguiente bandera pre-Gadafi, que parece que se hayan fabricado en tropel -y gran tamaño, otro detalle no menor- en alguna fábrica secreta esperando a ser enarbolada.

La foto fue sacada hace cinco días en Bengasi, pero tiene toda la pinta de Hollywood, especialmente por el mensaje: "No a la intervención extranjera. El pueblo libio puede hacerlo solo". Miren, o yo soy muy tonto, o es la primera vez en la historia reciente de la humanidad que, ante un escenario de guerra civil, el bando arribista y peor equipado rechaza la ayuda extranjera. ¿Por qué no quieren una intervención extranjera, que de haberla zanjaría todo en un plis-plas y con un vencedor claro? ¿Por qué esa pancarta tan pulcra y occidentalmente diseñada?

Hace unos días el especialmente limitado David Cameron -qué pena no tener más tiempo y poder hablar de su Big Society- se mostró guerrero y farruco, y pidió directamente una zona de exclusión aérea. El apenas cuarentón Cameron, el primer ministro tory en cuarenta años que tiene que gobernar en coalición y que ganó las elecciones en minoría porque el labour era un espantajo agonizante, ya fue el primer líder occidental en visitar Egipto al poco de la caída de Mubarak.

Quizás fue por eso de ser la antigua potencia colonial, aunque en el caso concreto de Egipto el conflicto de Suez en 1956, la desautorización de Eisenhower y la aceleración de la caída de lo que quedaba del Imperio Británico sólo puede traer malos recuerdos a un británico. En todo caso, fue sintómatico: Cameron, que bastantes problemas internos tiene y los que tendrá que afrontar, quiere ser tan guerrero como Tony Blair o como la más pura tradición británica.

El Reino Unido es el único país occidental que mantiene una cultura militar y un respeto a sus fuerzas armadas. Influye que son capaces de mirar sin tapujos a su historia y que desde la II G.M no ha pasado una década sin que estuviesen metidos en algún fregado. Por decirlo sencillamente, allí donde vean jarana, irán los británicos. Y de voluntarios.

Ahora bien, ¿qué significa una zona de exclusión aérea? ¿Y por qué son los británicos los primeros en proponerla? La zona de exclusión aérea más conocida es la que impusieron al Irak post-1991 amparándose en resoluciones de las NN.UU. Tras expulsar a las tropas irakies de Kuwait, pero no seguir hasta Bagdad para expulsar a Sadam, el dictador mesopotámico atacó a la población kurda del norte y a la población chií del sur. Bajo el pretexto humanitario, se decretó una zona de exclusión aérea según la cual los aviones iraquies no podrían volar ni al norte del paralelo x ni al sur del paralelo y.

Mientras tanto, los aviones angloamericanos sí que podían hacerlo, por motivos humanitarios. Pasaron ¡doce años! en esa situación, doce años en los que era frecuente leer en la sección de breves de los periódicos noticias de baterías antiaéreas irakies destruidas en un ataque rutinario, simplemente porque habían "iluminado" -en la jerga militar, localizado un avión enemigo- uno de esos cazas que patrullaban diaramente, aún cuando la fuerza aérea iraki fue destruida en tierra en el conflicto de 1991. Por tanto, la zona de exclusión aérea sólo servía para la ocupación aérea efectiva de un país enemigo, y muy poco para los fines por los que fue decretada. Si no hay fuerza aerea rival, ¿por qué una zona de exclusión aérea?

La misma situación se repite ahora en Libia. A Gadafi no le queda ni un avión que pueda usar para algún ataque efectivo. A Cameron lo primero que se le ocurre es lo de la famosa zona de exclusión aérea. ¿Para qué? En todo caso, y antes de proseguir, no deja de ser algo un poco más avezado que la propuesta de la indolente Carme Chacón, que propuso enviar los AWACS de la OTAN a patrullar el espacio aéreo líbio, quien sabe si para buscar OVNIS.

Lo mejor, como siempre, ha estado en las reacciones de los países que no suelen bailar en la misma polka militar que la tradicional alianza angloamericana. Rusia, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, ya ha dicho que no entiende la medida. Se cuenta muy bien en este interesante artículo del NYT, de largo el periódico que mejor y de manera más poliédrica está informando del conflicto libio.

La propuesta llevaba circulando desde el domingo. Sin embargo, EE.UU se ha desmarcado claramente. Muy temorosos de su imagen en la zona, consideran que podría ser una "acción de guerra", como efectivamente lo es. Según el secretario de Defensa, habría que empezar bombardeando los sistemas antiaéreos libios, que tanto él como cualquier persona un poco perspicaz sabe que son inexistentes o inefectivos contra los aviones norteamericanos, pero bueno, ya saben cúal es la máxima en las guerras contemporáneas post-Vietnam: soldados dispuestos a matar, pero no a morir.

Otra excusa pueril ofrecida por el mismo alto cargo es que "hacen falta más aparatos de los que caben en un portaaviones". Eso es directamente una tontería: en Libia no deben quedar más de diez aviones operativos -de hecho, los pocos que está utilizando Gadafi van en parejas- y bastaría cualquier navío con un sistema AEGIS para controlar cualquier vuelo y objetivo. En todo caso, ya están en camino dos buques multiherramienta de los marines -mezcla de portaeronaves, buque logístico y buque de transporte de tropas- y el USS Mount Whitney, el buque insignia de la VI Flota y un auténtico relé de información y datos. Es un buque de combate poderosísimo, pero no tiene ningún cañón. No hay ningún portaaviones previsto, porque no hacen falta.

Son medidas exageradas bajo cualquier punto de vista. Libia es un enano militar -sólo hace falta ver como esta ahora mismo el país y la capacidad de Gadafi para reaccionar- y EE.UU parece que empieza el típico despliegue de superpotencia: matar moscas a cañoñazos. Considerando que la base de la VI Flota está en Sigonella (Sicilia) y estamos todos hablando de "desplazar barcos", cuando están a 140 millas naúticas de Trípoli...

Ayer Hillary Clinton centró parte de su discurso en Ginebra en calmar a la población árabe de la zona sobre un supuesto interés americano en el petroleo libio. Claro, después del magnífico ejemplo irakí (una familia de magnates texanos del petróleo como los Bush y como Dick Cheney se inventan las causas de una guerra contra Irak, que no tenía porque justificarse simplemente conociendo a Sadam) no tienen ningún derecho a sospechar.

De hecho, lo primero que hicieron los rebeldes fue ocupar la terminal petrolera de Ras Lanuf y los campos asociados -los más productivos de Libia-, sin que Gadafi moviese un dedo. Nadie quiere destruir lo que es la única fuente de ingresos del país. Los rebeldes no quieren ningún tipo de intervención extranjera, pero sin embargo EE.UU se prepara por si las NN.UU dan el visto bueno. Por si acaso, se han asegurado el bien más preciado.

¿Cúal es el siguiente paso en este guión? Si los rebeldes-libertadores, de los que todavía no conocemos su potencia de fuego, no consiguen avanzar hasta Trípoli, empezaremos a ver las primeras imágenes de masacres, de aviones bombardeando población civil y, en definitiva, cualquier cosa clásica capaz de galvanizar a la opinión pública y hacer "necesaria" la intervención militar directa y televisada. Está al caer. En breve en su televisor, a la hora de la cena. A su debido tiempo. En la era de la imagen, del teléfono móvil con cámara, y de momento ninguna imagen de combate, de masacre o simplemente de sangre.
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Galería de fotos de Bengazi. Notese la falta absoluta de cualquier fotografía de interés militar.
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Galería de fotos de Gadafi. Maravillosa esa en la que parece un primo de Michael Jackson.

viernes, 25 de febrero de 2011

¿De dónde sale la potencia de fuego?

T-55 abandonado en Bengasi
Mientras el NYT se congratula porque ya hay periodistas sobre el terreno libio (¡albricias! ¡casi una semana después!), la realidad es que estos periodistas llegan a sitios que ya no tienen ningún interés informátivo, mientras la línea de frente se ha desplazado a otra parte.

Mientras el régimen de Gadafi parece que únicamente controla Trípoli, parte del golfo de Sirte y zonas aledañas, el aeropuerto internacional de la capital sigue abierto y los extranjeros residentes saliendo del país. No parece un escenario de desmoronamiento, aunque lo que está seguro es que, cuando caiga la capital, no habrá ningún periodista dentro. Es la tónica de este conflicto. Los aviones salen llenos, pero llegan vacíos.

De esta manera, nos tenemos que conformar con las imágenes de la más rancia propaganda, como la serie de fotos distribuidas por Associated Press desde Bengazi, segunda ciudad del país. Ahí ya no queda nada, y las ráfagas de metralleta al aire que dicen escuchar periodistas bien podrían ser vítores de celebración, a la manera tradicional en los países árabes. Entre tanta propaganda destaca una foto del desastrado paseo marítimo de la ciudad -construido por los italianos hace ochenta años, y se nota- donde se ve una pequeñisima concentración de personas (es una ciudad de medio millón de habitantes) y, en un edificio, la bandera de la Libia pre-Gadafi, seguramente guardada para la ocasión.

Al parecer, esto es una multitud en Bengasi
Suena como cuando tiraron abajo la estatua de Sadam Hussein en Bagdag, donde para dar un poco de decorado cogieron a unos cuantos paisanos para que ambientasen la desoladora escena. Y de tanques también sabe Bengasi: en la imagen se puede ver un vetustísimo T-55 abandonado y colonizado con pintadas y gestos de paz. El tanque no parece haber sufrido ningún ataque violento: ahí está en su sitio el foco soviético de la torreta, los inconfundibles depósitos sobre las cadenas y la impresión de que no ha sido reformado desde que se compró, allá por los setenta: ni unas placas de blindaje, ni nada.

Abandonado. Es muy plausible que una parte del ejército, ante la coyuntura de disparar al pueblo, renegase y abandonase las armas, pero también es posible que lo hayan hecho al encontrarse ante una potencia de fuego superior. Con ese blindaje del T-55, de hace cuatro décadas, poco se puede hacer contra un buen cohete antitanques, que es un arma individual y de fácil manejo. No se está viendo ninguna imagen de armamento destruido, que daría muchas pistas sobre el tipo de munición empleado. No se está viendo nada, y perdonan que insista en esto. Sólo se está viendo propaganda. Ahora que hay periodistas en Bengazi, seguimos sin ver ni una imagen del aeropuerto destruido en los enfrentamientos.

Y, sin embargo, los rebeldes siguen avanzando. No se sabe nada de ellos, ni quien los organiza, ni si han pedido ayuda internacional, ni con equipo cuentan. Y están arrinconando a las fuerzas de Gadafi que, por muchas desafecciones que haya sufrido, todavía conservará algún mando en tropa, ya que no lo tiene en plaza.

BMP de transporte de tropas capturado sin signos de combate
Parte de la construcción de las leyendas románticas de las revoluciones pasa por decir que los rebeldes, siempre opuestos a un tirano y ellos mismos buenos, consiguen la victoria de manera autónoma y guiados por sus altos ideales de libertad y justicia. Así pasó en la toma de Kabul por parte de los fieles del caudillo que resistía a los talibanes ("La Alianza del Norte", qué bonito) que, tras una década aguantando a duras penas, fue pasar el 11-S y tomar Kabul y derrocar a ese régimen medieval en unos semanas.

Como demostró Bob Woodward en un magnífico libro, esa toma de Kabul no hubiese sido posible sin el concurso del suministro de armas rusas efectuado por Putin a petición de EE.UU: les dio simplemente 40 carros de combate de desguace soviéticos y tomaron la capital. Eso, y técnicos especialistas, personal de fuerzas secretas y asesores tácticos. Ese material iba camuflado y parecían despojos dejados por los soviéticos durante su ocupación (1979-1988), para así dar la imagen rebelde. Se supo después, claro. Por un periodista.

EE.UU no podía poner un equivalente de ese material y esas tropas de improviso en medio de Asia, y recurrió a sus aliados, aunque fuesen coyunturales. En un hipotético paralelismo con la situación Libia, tampoco podría hacerlo, porque las décadas de propaganda antiimperialista inventada han hecho mella, no tanto entra la población civil que sabe cúal es la única esperanza tras cuarenta años de dictadura, sino entre las élites que gobiernan el resto de las cleptocracias árabes: cuando las barbas de tu vecino veas quemar...


Camión con mortero múltiple. Caja de madera.
 De ahí que las operaciones secretas, la ayuda militar bajo la manta y todo ese tipo de cosas siempre se tenga que hacer de manera muy sutil. Y mejor sin testigos. Es más: para la batalla final de Trípoli, y mira que han tenido oportunidad de llegar (o quedarse) no habrá ni un testigo de confianza que lo cuente.

A mí me parece muy bien que los rebeldes -en breve libertadores- avancen a tan buen ritmo -hoy está cayendo Misurata-, pero me gustaría saber con qué potencia de fuego cuentan. A tenor de las imágenes, se pueden permitir dejar atrás carros de combate en funcionamiento, ir con camiones de caja de madera y tirar para adelante.

Sin aviones operativos -un clásico en estas dos últimas décadas, gozar de la supremacía aérea- y con los periodistas afectos -todos- deglutiendo a grandes bocados la propaganda, sólo queda esperar las siguientes buenas nuevas que seguro vendrán. A lo mejor dentro de algunos años sabemos algo de lo realmente está pasando.
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En este interesante informe de la Fundación Alternativas, vinculada al PSOE y sin embargo con muy buenos análisis, se ofrece un dato que debería llevar a: 1) tirarse de los pelos 2) acabar con este sistema injusto de Universidad pública cuasi-gratuita como prolongación de la enseñanza media.

Cada año cuestan al contribuyente 2960 millones de euros todos aquellos estudiantes que asoman el hocico en una carrera, no les gusta y se cambian a otra. Si pagasen íntegramente la matrícula de lo que cuesta realmente esa formación no lo harían con esa facilidad. La semigratuidad produce monstruos.

jueves, 24 de febrero de 2011

No falla: siempre es la primera víctima

Un SA-2 de la edad de Santiago Carrillo
Jo, tanto twitter, tanto Internet, tantas redes sociales que impulsan las revueltas, tanto que si estamos todos conectados, que si no hay espacios de impunidad, la sociedad global y que ya nada puede ser secreto, y resulta que vuelve a haber otra guerra -y lo de Libia lo es- y volvemos a estar en las mismas.

En uno de los tópicos más manoseados que existen se afirma que la primera víctima de una guerra es la verdad. Seguramente el que ya ha perdido a un hijo o un ser querido en la revuelta libia opinará diferente, e incluso se pueden hacer matices a esta especie de refrán de Sancho Panza -como que en una guerra la primera victoria es de la propaganda, quizás el envés más apropiado-, pero no deja de ser una constatación incontrovertible una y otra vez que hay ocasión de aplicarlo.

Deténganse un momento y sean sinceros consigo mismos: ¿están bien informados sobre los acontecimientos de Libia? No mientan, que se pilla fácil. Verán, a pesar de ser un país que está a 200 kms. de las costas de Europa, durante los primeros y cruciales días de la revuelta no había ni un periodista digno de tal nombre en el terreno. No ya el impresentable panorama de la prensa española -El País facturaba crónicas desde Rabat, que ni siquiera tiene frontera con Libia, El Mundo ha enviado al lastimoso y escasamente sagaz Espinosa, a ver si lo secuestran por tercera o cuarta vez-, es que la internacional ha ido pareja.

Así se planta el abono para la buena e intensa propaganda. Fíjense qué paradoja: a pesar de estar el país vetado para los medios de comunicación -y no sólo los periodistas, porque parece que nadie haya sacado más que fotos borrosas y dudosos vídeos-, la buena recua de occidentales presentes se vuelven a casa sin dar mayor testimonio que el trato de la embajada o cochambres del género. Como lo ven: la era del grabador-reproductor portátil y no tenemos ni una imagen, ni nada.

Eso sí, ya nos han informado (¿de dónde viene eso?) que Gadafi se ha traído mercenarios africanos que luchan por su causa porque el ejército le ha traicionado. Suena todo muy Mad Max. Primero, ¿cómo han llegado? Que yo sepa Libia no tiene aviones de transporte para traerse un ejército de mercenarios de la noche a la mañana. Quizás han llegado atravesando el Sáhara con camellos...en fin: todos los medios han reproducido esto, seguramente cautivados por la poderosa imagen del líder demente combatiendo a su pueblo no con parte de este pueblo, sino con extranjeros. Cambien lo de "mercenarios africanos" por Brigadas Internacionales, Rusia, el Corpo Truppe Voluntarie o la Legión Cóndor, y verán como la propaganda es inmortal y eterna en cualquier conflicto.

De entre toda esta montaña de basura se pueden ir rescatando cositas que dejan en muy mal lugar el periodismo y el análisis de la gente que trabaja en medios. En el caso español, donde el puesto de opinionista está ocupado en su gran mayoría por gente que con Franco ya tenía mayoría de edad y que ahora jalean las revueltas contra el dictador -igual que hicieron ellos cuando pudieron, salta a la vista-, hemos visto resurgir la figura del egiptólogo -inenarrable lo de Angels Barceló en Egipto deseando una revolución y, especialmente, estar presente cuando ocurriese: no lo consiguió por días- y ahora la del libianista, si es posible que exista algo así. Ahora les ha dado por hablar de tribus y de facciones, que queda muy bien para la realidad africana construida bajo el tópico del periodista poco capacitado.

En fin. Hay que aferrarse a lo poquito que se ha podido ir rescantando por ahí. Primero, los dos cazas F-1 huidos a Malta. Los pilotos dijeron que piden asilo porque les ordenaron atacar a las multitudes. Es un poco triste que Libia, que cuando hacía falta era presentado como un potencia militar (¿se acuerdan el carguero pirata norcoreano interceptado en el Indico allá por 2002, cargado de misiles para Libia, y que tuvo que continuar su travesía tras el acto de piratería marítima del buque militar español que lo interceptó?), tenga todavía en servicio este avión de combate francés -prácticamente el último que exportaron con éxito-, monoreactor y de escasa operatividad, como demuestra el hecho de que también esté presente en nuestras fuerzas aéreas. De las 72 unidades adquiridas creo que se han perdido un tercio por accidente.

Más tristeza da una imagen como la de arriba, con un paisano celebrando la toma de una base militar abandonada donde luce un SA-2 de los años sesenta, un auténtico superventas de la exportación militar soviética: aparatoso y poco efectivo, daba sin embargo la imagen de misilazo por su agresiva estética y por haber derribado al U-2 hallá por 1962. La imagen es de ayer, y hoy la publican una buena manada de medios, porque así de patética es la cobertura informativa. Un par de días antes Associated Press también distribuyó unas imágenes de la toma de una base militar que, por su imprecisión, bien podría haber sido en cualquier otro país árabe.

Más interés tiene este vídeo, en teoría proporcionado por un dentista libio desde Trípoli. Se identifican hasta tres helicópteros volando en línea, una formación muy poco habitual para este tipo de aparatos. Y encima no son helicópteros cualquiera: son Chinook, fácilmente reconocibles por su doble hélice. Aunque el ejército libio tiene este aparato en su arsenal, son ejemplares muy antiguos comprados en su día a EE.UU, que estuvieron sin volar muchos años por falta de repuestos -las cosas del embargo, siempre que no tengas un Oliver North y un Iran-Contra de tu parte-, y que en su día se intentaron remozar con piezas traídas desde Italia.

Conociendo el estado de las fuerzas armadas libias, es muy extraño ver volando a tres en formación. Es un helicóptero de transporte de tropas, y no faltará el que vea aquí la prueba ineludible de que es así como están llegando los mercenarios a Trípoli, pero también  pueden ser otra cosa. Aunque el vídeo, como suele pasar siempre en estos casos, es de bajísima calidad y apenas si se puede percibir nada, una cosa evidente es que viajan sin ningún tipo de identificación y, lo que es peor, con el color de las fuerzas especiales que no son libias, por decirlo de una manera educada y fina. Fíjense en que ni siquiera tienen el camuflaje del desierto, porque hace falta ser zopenco para dejar un helicóptero de gris o negro en un país que es amarillo.

Peor aún es la noticia de que el aeropuerto de Bengasi, la segunda mayor ciudad libia, "ha sido destruido en choques entre manifestantes y el Ejército libio".  ¿Cómo? ¿Van a luchar al aeropuerto? ¿quedaron adrede ahí, como los pandilleros en descampados? ¿Y este queda destruido? Vamos a ver, y dando por supuesto que el aeropuerto está destruido (¿va a ir alguien a corroborarlo? ¡el periodismo en tiempos de twitter, señores!), que es ya es mucho suponer, ¿quien lo ha hecho?

Verán, en las actuales doctrinas militares, la destrucción de los aeropuertos es una operación básica, primaria y vital. De hecho, se han inventado múltiples armas para lograr esto: las famosas bombas de racimo que tanto molestan a Carme Chacón se inventaron precisamente para esto; el Tornado, uno de los primeros aviones a reacción con capacidad de cazabombardero a baja altura y buenas prestaciones en cotas altas -no un culo pesado como el A-10 o el Su-25-, llegó a tener una versión específica para ataques a pista de aterrizaje; ¿Por qué? Destruye el aeropuerto y tendrás los aviones inutilizados. Destruye el aeropuerto y cortarás la vía de suministros rápidos e inmediatos.

¿Por que debería haber destruido la fuerza áerea libia un aeropuerto suyo? ¿Temían que los rebeldes -"los manifestantes", según El País- cogiesen alguno de los escasos aparatos para ir a atacar la mismísima Trípoli? Aquí hay dos opciones: el aeropuerto lo ha destruido alguien para evitar la llegada de esos fantasmagóricos mercenarios como refuerzo en una zona que se perdía (¡con que capacidad y precisión, señores!), o bien lo han destruido los propios libios fieles a Gadafi para evitar precisamente la llegada de fuerzas y suministros a los rebeldes. Por parte de quien ya es otra cuestión. Lo que está descartado es que se haya destruido por casualidad.

En África existen los ejércitos de mercenarios. Lo saben bien en Guinea Ecuatorial, donde gobierna a la manera de Gadafi ese amigo de José Bono llamado Teodoro Obiang. Hallá por 2003, en pleno delirio del aznarismo, se desarticuló un golpe de estado donde uno de los cabecillas del ejército mercenario que volaba desde Zimbabwe hasta Fernando Poo era uno de los hijos de la gran Dama de Hierro. Seguro que buscando por Internet recuerdan la historia.

La historia se desarticuló, pero sepan que -¡oh, casualidades!- el buque Patiño y la fragata Canarias de nuestra Armada tenía previsto estar de visita de cortesía en la ex-colonia por las fechas del golpe. De cortesía de la buena, porque había embarcado para la ocasión a 2.000 soldados, por si fuesen requeridos, queseyo, para estabilizar alguna situación peligrosa sobrevenida de improviso, eh, siempre de improviso. Por cierto, a estos soldados jamás se les dijo a dónde se dirigian. Como la chapuza cayó antes de arribar a destino, se volvieron y todo quedó, gracias al silencio complaciente de los medios, en agua de borrajas. Esta vez no hubo un Moratinos que fuese a 59 segundos a, un poco caliente, desvelar secretos de la diplomacia española en tiempos de Aznar. Tampoco parece que los medios que atesoran wikileaks nos quieran iluminar un poco sobre esto, aunque sí sobre el botox de Gadafi.

En fin, ahí les dejo esos datos. Yo, en una guerra, no me creo nada, y menos si no hay periodistas -ya ni siquiera los pido independientes, simplemente pido imágenes sobre el terreno- de por medio. A 200 kms. de Europa y como si estuviesen en Marte. Menudos tiempos que nos ha tocado vivir. Y hasta que dure esto de Internet relativamente libre, que ya se sabe que lleva a revueltas y cambios de poder: unos deseados, otros no tanto.
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De la especial habilidad del alcalde de Oviedo para la broma gruesa ya se dejó constancia hace mucho tiempo. En contra de cualquier sentido común, sigue erre que erre.
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Dos promociones enteras de la Universidad local. Dos.
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La España profunda. Lo que se infiere de la noticia es que la dejaron morir de hambre mientras vivían con ella, porque en este caso -al revés de otros similares- no la metieron en un gallinero. También había un chaval de 14 años y un bebé. Al parecer, nadie vio ni comentó nada, como es costumbre.
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Fernando Vallespín hizo una obra impresionante con treinta y muy pocos, probablemente sin rival en España. Consiguió su cátedra también muy joven. Desde entonces, muy poquita cosa. Últimamente lo están fogueando como intelectual orgánico asociado al PSOE: columna en El País, intervenciones tediosas, pelín pedantes y completamente intranscentes en Hora25. Se esperaba más de él, la verdad.

Lo que tiene nombre es esta columna en El País. Mira, si no tienes nada que poner, o no deseas tu "cargo", dilo, pero no te humilles de esta manera. Ni a tí ni a tus improbables lectores. O dedícate directamente a humorista, algo con lo que llevas tiempo flirteando.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Mi amigo Gadafi

Alianza de civilizaciones
Parece que el mundo está redescubriendo en estos días a Gadafi. 41 años en el poder y ha tenido que emplearse a sangre y fuego contra sus levantiscos esclavos para que se digan ayes variados y entremezclados.

Todo comienza con wikileaks. Aunque la propaganda oficial insiste en vender la idea de que las actuales revueltas en los países del norte de África se iniciarion cuando un vendedor de fruta tunecino se inmoló en protesta por la brutalidad policial, lo cierto es que han sido las revelaciones de los cables diplomáticos estadounidenses lo que ha inflamado los ánimos.

Los cables, que nos llegan filtrados, masticaditos y con su carga explosiva mojada, vienen a decir que todos esos países ribereños del Mediterráneo son cleptocracias establecidas en torno al núcleo familiar del dictador a cargo. Así pasó con Ben-Alí, del que hace poco hemos visto imágenes de su falsa biblioteca para ocultar fajos-ladrillo de billetes a los que ni siquiera había quitado el folio de clasificación del banco central de Túnez. Con la posibilidad de que sea propaganda, no deja de ser muy verosímil.

Después le tocó a Hosni Mubarak, dictador de Egipto desde hace treinta años y con muy buenas relaciones con Occidente. Se habla de fortunas de 10.000 millones de dólares que, y ya que está de moda haber hecho desaparecer la hectárea (ahora se dice directamente "x campos de fútbol"), se la convierto en aplicaciones prácticas: una nueva terminal T-4 de Barajas. En manos de una persona cuyo mayor mérito era haber sido el segundo de Sadat cuando fue asesinado en 1981 por los acuerdos de Camp David, otro de esos grandes logros de la presidencia del denostado Jimmy Carter.

Ah, y también haber reprimido el islamismo en los noventa. De hecho, un comentario muy habitual del que ha ido a disfrutar de los encantos turísticos de Egipto es destacar la presencia de controles militares fuertemente armados en todas las esquinas. También podían haber servido para otra cosa, pero dadas las características de Egipto -ahí no hace falta twitter para comunicarse-, donde el 98% de la población vive hacinada en la estrecha franja del Nilo, casi se puede considerar una revolución incruenta por lo que hubiese podido pasar. A ver en qué deriva, eso sí.

A la espera de lo que pueda pasar en Marruecos -fue una de las primeras cleptocracias señaladas en wikileaks, gracias a que El País fue uno de los diarios agraciados en el sorteo de los cables y por su vecindad con el diario independiente de la mañana-, país del que siempre nos han dicho que era una bendición que tuviese la monarquía alauita y no fuese una república árabe, a pesar de haber sido nuestra bestia negra durante más de setenta años, donde están Ceuta y Melilla y los de la Marcha Verde. Por aquí no parece importarle a nadie.

Una cumbre muy reciente del G-8
Sea como fuere, o lo que tenga que pasar, actualmente todo está centrado en Libia. Es lo que pasa con las revueltas-dominó. Parece que primero uno, después otro y ahora este, a ver cúal viene después. Eso sí, no todos juntos que entonces a lo mejor si que tenemos un problema de verdad. El país más rico de África por renta per cápita, que podría ser una especie de Kuwait del Mare Nostrum, es una sórdida dictadura de un loco peligroso, como ha demostrado en múltiples ocasiones.

En los años setenta la URSS le facilitó aviones que daba muy escasamente: MIG-25, un interceptor diseñado contra aviones-espía y que todavía tiene varios récords de aviación -también lo tiene Argelia-, y Tupolev-22, un bombardero estratégico. Como lo oyen. Pagaba el petróleo, ese ingrediente básico para que países del Tercer Mundo tengan bisutería militar de ese brillo y fulgor. ¿Por qué? En teoría porque Libia es un país muy extenso -y en verdad lo es, pero sólo tiene interés la franja costera- y en realidad porque los juguetitos se envíaban en versiones-beta sin todas las características. Eso sí, fardaban mogollón.

Como Gadafi es un loco y siempre lo ha sido, utilizó los Tupolev (¿para que tienes un bombardero estratégico si no lo utilizas?) para atacar la capital de Chad, probablemente el único objetivo susceptible de ser alcanzado por bombas en este otro inmenso y desértico país. Las razones se han perdido -probablemente porque pasaban del panislamismo de Gadafi en los setenta y principios de los ochenta, en vez de rendir pleitesía-, en uno de los sucesos más gañanes de la Guerra Fría: países del Tercer Mundo guerreando con armas que no le eran propias por motivos aún más futiles. No se les olvide que Cuba envió tropas regulares a Angola y el cuerno de África por esos años.

Con el cambio a los ochenta Gadafi vio una nueva luz: el terrorismo internacional. Un repaso a las pelis de Hollywood de los ochenta y verán que aparece en muchas de ellas. También Jomeini, aunque no Sadam Hussein. Por entonces era de los buenos, como los talibanes afganos, aunque fuese exactamente el mismo que vimos ejecutado en 2006 en un cutre vídeo casero entre jaleos de la plebe. Gadafi no: era malo malísimo y hacía todo lo posible por ganarse su reputación.

Además de volar dos aviones por los aires -incluyendo el famoso de Lockerbie en 1988, una cosa que no se olvida en Escocia y donde duele sobremanera que el condenado fuese repatriado a Libia hace tres años por un cáncer de próstata mortal y esté todavía danzando por ahí- y, atención que todavía no se ha recordado por aquí, estar detrás del atentado de Torrejón que mató a casi 20 personas en las cercanías de la base militar americana (todavía hoy el tercer mayor atentado por número de víctimas en España, tras el 11-M y el de Hipercor), Gadafi sobrevivió.

Hubo sanciones internacionales a la manera clásica, y alguna acción más directa. El gran Ronald Reagan -nada de ironía aquí- envió una misión de castigo contra este loco peligroso en 1986. Aviones F-111 (los de la geometría variable que ha acabado como término de uso político) despegaron de Inglaterra y, tras rodear la Península Ibérica -Felipe González se negó a que sobrevolasen nuestro territorio, en una decisión acertada- bombardearon uno de los palacios presidenciales. Gadafi se salvó de milagro.

Otra Alianza de Civilizaciones
No fue la única escaramuza. Dos F-14 de la VI Flota derribaron a sendos Mig-23 sobre el golfo de Sirte que les habían ido a tocar las narices, Gadafi lanzo un par de Scuds sobre la italiana isla de Lampedusa...en fin, los ochenta. Si ya era malo para EE.UU estar combatiendo al Imperio del Mal en todos los frentes -y con éxito por colapso-, imaginénse lo que es lidiar con este loco de atar.

Tras la caída del sistema soviético, Libia se quedó muy desamparada. Ahí Gadafi empezó a modular su discurso y, merced a tener un país aún virginal en cuanto a exploraciones petrolíferas, empezaron a llegar los acuerdos y las palmadas en la espalda. La última vez que una petrolera seria había hollado el subsuelo libio era en los años setenta. Y las amistades sobrevenidas viniero de todos, todos. Al antiguo terrorista internacional.  Italia, antigua potencia colonial, llegó a dejarle el espléndido parque de Dora-Pamphilj en Roma para que instalase su circo durante una visita oficial, donde le permitieron hacer de todo.

Con decirles que nada más bajar del avión iba adornado con una foto y su correspondiente marco en la pechera...en la foto en cuestión aparecían los líderes nacionalistas libios represaliados por Mussolini. Berlusconi, que es bastante ignorante en Historia, no le dio ninguna importancia hasta que le dijeron de que se trataba. Como es un hombre de negocios, sacó las cuentas y le compensaba más los suculentos acuerdos petroleros y de inmigración que hacer un desaire. Gadafi le llegó a arrancar el compromiso de la construcción de una autopista que conectase toda la costa libia (2.500 kms.) con la frontera egipcia, al coste de 3.000 millones de euros.

Italia, que no tiene dinero ni para pagar sus propias carreteras, firmó. Todo de cara a la galería, por supuesto, como sabe cualquiera que haya hecho negocios con este simpático país que es el que está ofreciendo mejores análisis sobre la actual situación Libia. En todo caso, no deja de ser paradójico que un país donde sólo viven cuatro millones y medio de libios, más otros dos millones y medio de esclavos extranjeros, tenga que andar mendigando por ahí infraestructuras apelando a "compensar la carga del colonialismo".

¿Dónde han ido a parar las increíbles rentas del petróleo? Libia no es un gran productor mundial, por mucho que les vayan a contar por ahí: únicamente produce 1´6 millones de barriles al día. Es el decimotercer productor. Sin embargo, dada su cercanía a Europa y su poca población (lo que también permite que exporte la mayor parte de esa producción, hasta un 90%), esas rentas les hubiesen servido para hacer de su país algo bastante por encima del dudoso epíteto de país más rico de África. Esta claro que ese dinero se desangró en armas -como ahora está comprobando la población-, en financiar el terrorismo y en las excentricidades de Gadafi y de sus hijos (¿alguien se acuerda que el más macarra de los hijos, el del vídeo del baño de sangre, llegó a fichar por un equipo de primera división italiano, mientras la petrolera estatal Tamoil patrocinaba a la Juventus y cogía el 10% del capital? Acabó dando positivo en un antidoping), pero otra parte muy importante se ha ido en una de las mayores locuras jamás emprendidas en el mundo.

¿No tendrás una sobrinita como Mubarak?
El proyecto, porque no está acabado y probablemente se quede así,  se llama Gran Río  Hecho por el Hombre (Gadafi, se supone), consistente en irrigar partes desérticas del país con agua extraída de acuíferos subterráneos hallados en mitad del Sáhara cuando se estaba buscando petróleo. Como casi todas las bizarrías de este tipo, aparece en el Guinnes como "el mayor proyecto irrigador del mundo", igual que con Franco teníamos la mayor piscina al aire libre del mundo.

De momento se han gastado 25.000 millones de dólares en esta locura, que seguramente serán muchos más. Hagan de nuevo la conversión de campos de fútbol, por favor. Para nada. Hubiese salido mejor desalar agua del Mediterráneo y, en todo caso, ¿de que sirve irrigar campos si después no exportas la producción? Porque gastar 25.000 millones de dólares para que los siete millones de residentes en Libia puedan comer frejoles y lechugas Made in Libia con orgullo patrio no tiene sentido.

Sin embargo, sí tiene sentido en las dictaduras omnímodas como prestigio social. El color de Gadafi es el verde, como en casi todas las zonas desérticas. Verde que te quiero verde. Regar el desierto, aspiración bíblica, del Plan Badajoz y también del Plan Hidrológico Nacional. La pena es que ni siquiera funciona, como suele pasar en estos casos: como el agua hay que traerla desde muy lejos, con un gasto energético descomunal, después se tiene que almacenar en ¡enormes piscinas al aire libre!, donde la tremenda evaporación del desierto hace que se pierda hasta en un 60%. Para más colmo, el acuífero desde donde se saca no se renueva, y sólo durará 100 años, aunque apuesto a que serán bastantes menos.

Bien, pues con este tipejo han intimado los líderes mundiales. Ahora que está masacrando a su propio y levantisco pueblo, tampoco se oye ninguna voz de condena abierta, ni siquiera se pide una intervención directa como cuando la operación de propaganda de Kosovo y el bombardeo de Belgrado. Algo tendrá Gadafi que seduce a todos. De momento, sigue en el poder, por lo que no hay que enemistarse mucho. O será el efecto del  botox, lo primero de lo que informó El País con sus wikileaks. Qué pena de mundo, la verdad.
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En Italia tienen una expresión clásica para este tipo de cosas: palazzi nel deserto.
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Relacionado con lo anterior, ha durado 112 días. Me parecen muchos en un aeropuerto que tiene ¿tres? operaciones al día.
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Jocs Florals. Si hasta se han enfadado por no poder tener su caja nacionalega...maravilloso eso de que no tienen "problema de definición".
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Junio de 2003. El análisis ha envejecido muy, muy bien. El autor llegó al poder como consejero aúlico de Zapatero en muchos de los temas que trata, que no abordó desde su posición: dejaron que el caballo siguiera desenfrenado.
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Dios mío, líbrame de mis amigos.
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Cuando eres de Cantabria y profundamente estúpido dices estas cosas. Cuando has dirigido una película que hacía run-run desde hacía años -una burbuja fílmica- y después fue una caca de vaca (en castizo: una puta mierda), pero das imagen de moderno, pelo a lo Lynch, eres estrambótico y, de nuevo, profundamente estúpido y sin nada que ofrecer, pues dices lo de que El Holocausto fue un montaje y te quedas tan ancho. Aquí lo único que hay de montaje es tu propia figura, porque no eres nadie y nunca lo has sido, comeboñigas.

Por cierto, con esta tontería de nada se cierran las puertas de Hollywood para siempre, aunque jamás las tuvieses abiertas.