domingo, 9 de octubre de 2011

Qué bello es el comunismo

Campesina en bicicleta (1935), Deneika
Uno de los síntomas visibles de los Quince Años de Despilfarro fue el aumento en cuanto a número y calidad de exposiciones más o menos artísticas en la capital del Reino de España, Madrid. También en otras partes, pero especialmente en el escaparate donde cada vez se concentran más y más museos o "contenedores culturales", muchas veces contraprogramándose unos a otros y, signo de los tiempos, con una calidad cada vez peor.

De aquellos años se podrían destacar muchísimas cosas, pero a título meramente indicativo basta recordar la exposición de Picasso en el MNCARS en 2009, donde literalmente se trajo todo el Museo de París dedicado a este artista francés (si el Greco es de Toledo, Picasso es francés), aprovechando que estaba cerrado por remodelación. El precio no fue barato, no, pero eso es de lo menos: aquí a presumir mucho, que de eso se trata.

Al menos el criterio artístico estaba justificado. Poco después hubo cambios en este museo de arte, que es malo y feo,  y cuya ampliación de 2004 daría para una buena serie de post sobre el despropósito, la envidia y la megalomanía. El cambio más significativo fue el fichaje de Manuel Borja-Villel, un experto en arte que pasó a encabezar el MNCARS, y a darle una impronta personal-política.

Lo primero, tras anunciar las típicas chorradas de abrir el museo a la ciudad -si ya es gratis los domingos...-, consistentes básicamente en cerrarlo a las nueve de la noche en días de diario y seguir con el gratis total, llevar a músicos a tocar en las dependencias pedidas como necesarias y vacías de solemnidad, y otras actividades crematísticas, fue remodelar la exposición permanente.

Una sala específica para la escultura Trípoli-Bengasi. Equal Parallel (¿qué pasa? Si en el Guggenheim de Bilbao Gehry diseñó una sala específicamente para otra escultura de Richard Serra, aquí no vamos a ser menos), cuatro gilipolleces varias y, especialmente, un nuevo recorrido por los fondos propios del MNCARS, de natural pobres.

En este nuevo recorrido algo sorprendía sobremanera, pero tampoco especialmente. Copiando una sala de la Tate Modern, se dedicaba un lugar destacado a los artistas de la primera época de la Revolución Soviética, así como también a la II República y, en general, una propaganda nada disimulada de todo lo "obrero" o, directamente, comunista.

La mayor parte de esos artistas que desarrollaron su obra entre 1917-1925 se dedicaban a la propaganda del nuevo régimen bolchevique. Entusiastas, geniales -no puede caber ninguna duda-, pero terriblemente equivocados. Muchos lo pagaron con su vida, o el exilio. De todo eso no se aprende nada en ese recorrido expositivo, que se presenta en bruto, con su función primigenia de propaganda. Y desde hace tres años se suceden las exposiciones del género en Madrid, como una plaga.

En la sala de exposiciones del Canal Isabel II ha habido una de Rodchenko y Popova, todo el verano ha habido una en el CaixaForum del Paseo del Prado sobre arquitectura utópica revolucionaria, pero interesa especialmente una de 2010en el MNCARS sobre la fotografía "obrera". Aquí pueden ver una de las actividades paralelas para oler el sabor de la exposición.

El evento, fascinante y lleno de documentos (venía montada de la Tate, por eso) causa perplejidad después de un recorrido que, sin ser un visitante exhaustivo, duraba un mínimo de dos horas. Primero, por una novedad que nunca había visto en el Museo de arte contemporáneo más importante de España: los textos de las publicaciones originales estaban traducidos.

Leyéndolos -propaganda comunista pura y salvaje- se recuperaba todo ese vocabulario caduco propio de esa ideología, pero que ahí tenía una finalidad muy concreta: si era una exposición de fotografía obrera, ¿por qué estaban traducidos los textos en las cartelas? ¿Qué finalidad cumplía? Pues setenta y ochenta años después, exactamente la misma.

Asimismo, y como segundo punto sorprendente de la exposición, también había un ánimo completista y universalizador: no faltaban ejemplos de "fotografía obrera" de sitios tan pintorescos como los paises escandinavos, Grecia o la mismísima Galicia, con unas fotos impresionantes de pescadores. Ya saben la cantinela: el internacionalismo obrero, y eso de "uníos".

Y tercero y último, y por mucho que lo busqué, no había absolutamente ninguna referencia al gulag o los campos de internamiento de obreros en aquel paraíso del proletariado que fue la Unión Soviética. ¿No tienen valor artístico las fotos de época de las poblaciones-modelo en Siberia? Antes de que lo pregunten, existen y cómo: eran motivo de orgullo. Y el que quiere más información, se puede leer el gran libro de Anne Aplebaum sobre el tema, ameno y muy buen escrito, que para eso le dieron el Pulitzer.

Conclusión: uno salía de las dos horas de propaganda comunista -si se es un poco incauto y pardillo- clamando contra las injusticias del mundo, porque aparentemente en la propia exposición no había nada que te hiciese plantearte que a lo mejor el problema estaba en su propia concepción sectaria y ajena a cualquier criterio artístico.

Pero bueno, aquí lo importante es que vean que, de unos años a esta parte, en Madrid hay una corriente especializada en exposiciones y artistas de este periodo concreto. En la mayoría de los casos se llega a la exaltación pura y dura, porque si una obra que se concibió como propaganda la presentas sin ninguna contextualización, sigue surtiendo sus efectos.

En este otoño recién empezado de exposiciones, se añade una nueva y maravillosa a la notable lista de exposiciones soviéticas, en la nada sospechosa de veleidades Fundación Juan March. Esta vez el honorado es el gran Alexander Deneika , un poco posterior al periodo revolucionario y, para el que esto escribe, un absoluto genio en lo suyo: la propaganda del socialismo realmente existente. Les aseguro que si van a ver la exposición con ánimo crítico se lo pasarán en grande, con esos seres humanos robotizados, esos operarios deshumanizados y maquinizados, ese socialismo real.

En Público, ese diario que rivaliza con La Razón y El Mundo en cuanto a patetismo y sectarismo, han saludado el evento como se merece. Firma el comisario Peio H. Riaño, que es capaz de poner de subtítulo una auténtica soflama, y quedarse tan ancho: " una exposición sobre el artista ruso que iluminó la propaganda idílica que exigía Stalin para la dictadura del proletariado". Ejem.

Pero lo realmente interesante de su teletipo de la agencia ITAR-TASS son las declaraciones del comisario (esta vez sí, comisario al cubo) de la exposición, un tal Manuel Fontán del Junco ("Hemos evitado que las obras se vean solo como un mero ejercicio de kitsch academicista", advierte el comisario, que es como decir que han logrado venderlo como lo que es, pura propaganda), que ha llamado a su monstruito Una Vanguardia para el Proletariado, otra soflama digna de aparecer con letras doradas bajo cualquier estatua monumental de esas que había por el Imperio Soviético hace la barbaridad de veinte años.

"El marxismo no es sin más una ideología, sino que es mucho más justo considerar que es una ideología estética. Es muy frecuente hablar de la vanguardia en términos políticos. La tesis de Marx es un lema artístico: Transformar no es entender, transformar es cambiar las cosas'. La mirada formalista nos hace ver tratamientos políticos de cuestiones formales y tratamientos formales de cuestiones políticas", dice Fontán.

Fascinante, ¿verdad? El marxismo es una idelogía estética: tanto El Capital, tanto ¿Qué hacer?, y resulta que sólo querían hablar de estética. Será por eso de que Lenin estuvo en Zürich cuando lo del Dadá, o que este auténtico iluminado nos quiere alumbrar una nueva criaturita de invención suya: hombre, lo que hicieron estaba mal (tampoco lo dice, y no creo que lo diga), pero aquí estamos por lo bello de las cosas.

El periodista-comisario no se queda atrás y endosa este párrafo: "Cuando uno observa la obra de Deineka la indulgencia puebla el juicio del rol del artista en un momento como aquel. Debió ser muy difícil escapar del rol de ilustrador cuando Stalin exigía la transformación de la realidad. A fin de cuentas, era mucho más radical tratar de establecer la dictadura del proletariado y abolir el derecho a la propiedad, que sustituir la figuración por las abstracciones de cuadrados blancos y negros. Vamos, que a la vanguardia le salió un competidor muy complicado y no le quedó más remedio que aplicar sus métodos a sus intenciones".

¡Lo dice claramente! ¡Hay que ser "indulgentes"! No voy a caer en la trampa fácil de decir que una exposición equivalente de los grandes artistas que desarrollaron su obra bajo la ocupación nazi (entre ellos el comunista Picasso, que no tuvo ningún problema para continuar en París durante toda la ocupación de cuatro años, pintando y viviendo tranquilamente) sería imposible, porque cada uno es muy listo de ver la "indulgencia" con la que se ve una cosa y otra, pero ahí tienen el párrafo: el auténtico artista, el radical, el de vanguardia, fue Stalin.

Y si queda alguna duda, aquí está el último párrafo: "Y a pesar de todo, no son cuadros que hagan una mímesis de la realidad, son cuadros que hacen una mímesis del sueño soviético. Y "frente a la gran experimentación social de Stalin, el experimento artístico de Rodchenko se quedó en gaseosa". Pero Fontán tiene más burbujas en la recámara: "La situación de los artistas del realismo socialista no es tan diferente a la de los artistas contemporáneos, unos están sometidos a criterios del mercado y los otros a los puramente artísticos o políticos".

¿Les suena de algo? Vamos, que un artista bajo la dictadura de Stalin "no es tan diferente" que un artista contemporáneo, "sometido a los criterios del mercado". Me parece que aquí estamos ante el enésimo caso de biógrafo que empatiza con el biografiado, o en este caso, de comisario y periodista que, tratando un tema de propaganda, acaban haciendo propaganda de la propaganda. Y ya son varias exposiciones en el mismo sentido.

Tanto, tanto, que hasta coinciden en el tiempo. Para este otoño cultural-soviético en Madrid también tenemos otra exposición del mismo jaíz, titulada La caballería roja. Creación y poder en la Rusia soviética de 1917 a 1945, aunque el ínclito Riaño titula su crónica con un ¡Que vienen los rojos! para captar al lector de su pasquín. El lugar es la Casa Encendida, el equivalente al CaixaForum por parte de CajaMadrid, o como se llame ahora. El resultado es más o menos el mismo: propaganda comunista disfrazada de arte.
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[Textos en negrita en el original]
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Propaganda abyecta. Un emisario que penetra 1´5 kms. en el mar no es "alta mar"; el "sanbenito" no desaparece con ese truco, porque el pestilente olor de ENCE -una empresa papelera- no se puede meter en un tubo y enviarlo a "alta mar"; y bueno, si tienen la paciencia de leer la noticia, verán que las aguas negras de la villa de 10.000 habitantes se vierten a la ría íntegramente.
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Ya está comprada.
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Enésimo ataque de El País a Ryanair. Es sólo una foto, pero es la que escojen para ilustrar la noticia. Cualquier subvención, y no sólo las que realizan a las aerolíneas, distorsiona el mercado, insisto: cualquier subvención. Lo demás es pura demagogía y caza de brujas contra una compañía que ha inventado un nuevo modelo de negocio -copiado e imitado por doquier- y que -¡qué quieren que les diga!-, deja en retornos de esa subvención (personal de aeropuerto, consumo, turismo, etc.) mucho más que la cuantía de esa ayuda (p.e, 8´5 millones al año en Asturias, en León llegan a 45 euros de media por pasajero), o al menos mucho más que otras actividades ultrasubvencionadas como el teatro, la ópera, gran parte de las titulaciones de universidades públicas, la propaganda institucional y...sigan la cuenta, porque en este país esta subvencionado hasta el papel de vater. Por cierto, en Ryanair todavía no se paga este último detalle, pero si algún día se establece así, habremos avanzado en esa noble causa de que cada uno pague lo que consuma.
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Un buen análisis de los claroscuros en los trenes de alta velocidad.
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El Pocero si pudo hacer dación en pago. El si, porque se cumple de nuevo la máxima de que si debes 150.000 euros, tienes un problema con el banco; si debes 1.000 millones, es el banco el que tiene problemas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Otro punto de vista sobre Ryanair y las subvenciones públicas, con un ejemplo concreto:

http://gananzia.com/otra-vez-las-subvenciones-a-ryanair

jefe dijo...

Enhorabuena otra vez por el artículo. Tienes la rara habilidad de dar siempre en el clavo.

Mr. Brown dijo...

Me parece que el link a la noticia de Ence no es el correcto.

Tema Ryanair. Como escribiste hace unos meses en un post ('En defensa de Ryanair', creo recordar), parece que hay gente encantada de pagar un sobreprecio con tal de que le den la comida de plástico de rigor, el periódico y chuminadas varias en las aerolíneas tradicionales. Allá ellos. Pero que dejen en paz a Ryanair (y al resto de low cost, que haya competencia) y nos dejen a los demás viajar por cuatro duros a casi cualquier rincón de Europa. Que hay hasta quien te mira con recelo si dices que vienes de pasar el puente en tal sitio y que has volado con Ryanair.

Borf dijo...

Mr Brown, mi experiencia me dice que los que más "desprecian" Ryanair suelen ser los que pagan sus vuelos con dinero de otros...

Anónimo dijo...

Borf, ¡qué gran verdad!
De esos conozco a unos cuantos. En la empresa en la que trabajo se viaja bastante, y hay unos cuantos que cuando viajan a dietas, se comen un bocadillo con una caña, y si van a gastos pagados, se creen con derecho a cenar marisco con champán francés todos los días. Lo mismo con los viajes: dicen que en viajes intercontinentales deberíamos viajar en business, no quieren ni oir hablar de compañías low cost, pero si le dieras a elegir entre viajar en business, o viajar en economy o low cost y pagarle la diferencia del billete en mano, no dudarían en escoger la segunda opción.

Hace poco nos visitaron unos clientes belgas, y digamos que eran peces medianos-gordos, vinieron con Ryan-air, y lo defendían a capa y espada.

Un saludo,

Iñaki

Arturito el Acongojado dijo...

Ryanair ha sido la excusa perfecta para el disparate de los aeropuertos por doquier. A mí eso no me parece sostenible. Otra cosa es que esa aerolínea ofrezca vuelos baratos en rutas rentables, pero sembrar el territorio español de aeropuertos en las que sólo opera esa aerolínea u otras de igual calibre, todas ellas subvencionadas, nos lleva a donde estamos, que es un desierto de infraestructuras obsoletas y sin futuro (4 aeropuertos en CL, 3 en Galicia, 2 en C-La Mancha, La Rioja, Badajoz, Huesca, Lérida, Castellón). Ryanair y similares han sido el mejor aliado de muchos gobernillos regionales con ínfulas de cosmopolitismo. Que cobren por mear si quieren, pero en rutas rentables.

P.S. Comparto el comentario del autor sobre las subvenciones y similares.

Anónimo dijo...

Mr Brown,
Lo que viene a decir el informe de la CNC es que las subvenciones distorsionan la competencia, y por ello se trata de eliminarlas. Sin esas ayudas públicas, se eliminarían muchas rutas y tendríamos una visión más clara de la realidad del mercado, operando ahora sí en condiciones de libre competencia (y sin vuelos Ciudad Real-Londres o Huesca-Berlín, por ejemplo, pues en qué cabeza cabe que eso pueda sostenerlo el libre mercado).

Anónimo dijo...

Pues siguiendo con el marxismo, un post de análisis sobre el anteproyecto de liberalización del horario y calendario comercial en Madrid (locales de hasta 750 metros cuadrados podrán abrir según su gusto a lo largo de las 24 horas del día los 365 días del año) sí que sería oportuno e interesante.