miércoles, 5 de marzo de 2008

Ante el abismo

He aquí un votante del partido que aglutina contranatura todas las familias de la derecha, mirando al 10-M. Circula abiertamente la certeza de la derrota electoral, y el mismo presidente de la CEOE se citaba con Solbes a partir de esa fecha, para hablar de concertación social y de colaboración. Repito: el presidente de la patronal.

Vamos, alguien fuera de Cataluña habrá leído esta noticia. El fichaje estrella del PP para la campaña, del que ya avisé sobre su catalofobia, sigue dando juego. Va a Girona a un encuentro con empresarios -el PP no puede llenar ni un mísero pabellón deportivo en Cataluña, siempre tiene que ir a un hall de hotel- y no se le ocurre mejor cosa que llamar "sablistas" a los catalanes. Fíjense en la foto de la noticia, con esa cara de Don Cicuta que reparte Pizarro. El PP es una fuerza extraparlamentaria en esa provincia y en Lleida. Probablemente lo siga siendo en la próxima legislatura. Y se presentan como el partido nacional. Hace unos días otra conocida de este blog, Ana Mato, dijo en la radio que "los niños andaluces son analfabetos", incidiendo en uno de los tópicos más dolorosos de España. Y Elorriaga, responsable de la campaña, afirmaba alegremente que su partido aspira a sembrar la duda y la abstención en los graneros tradicionales del PSOE, en vez de intentar ganar votos. Un partido político que busca la abstención es como una empresa editorial que fomenta el analfabetismo.

Por otra parte, conocemos que la petición de voto por correo se ha incrementado un treintaypico por ciento respecto a 2004. Vamos camino de una participación histórica, cosa con la que se regodea mucho simpatizante del PSOE, que se aferra a que en España existe una mayoría sociológica de izquierdas. Advenedizos. Eso puede cambiar: hace 30 años había una mayoría de derechas, el franquismo sociológico, y después cambió. Eso puede pasar de una legislatura para otra, y veremos si estos mismos dirigentes del PSOE animan por entonces tanto a la participación. No lo harán, claro. Así, los que siempre hemos pedido el voto por encima de cualquier otra consideración, pasamos durante esta campaña como proPSOE, cuando sólo se está pidiendo lo más lógico.

Existen muchas razones para ir a votar. Nosotros somos los soberanos, pero solo podemos articular nuestra opinión, de manera efectiva, cada cuatro años. Está la independencia del representante, muy útil para su labor ejecutiva, pero siempre debe saber que, periódicamente, se somete al refrendo del pueblo. Y el que lo olvida, el que piensa que siempre va a gobernar, acaba perdiendo. Como el que piensa que cuando lo desalojaron del poder fue porque "el pueblo estaba equivocado" (Pilar del Castillo, catedrática de Ciencia Política y ahora eurodiputada del PP) y que toda la travesía del desierto posterior ha sido un lapso. La gente vota sabiendo lo que vota, y es algo que la clase política debería interiorizar.

Votar es un privilegio del que disfruta una pequeñísima parte de la humanidad. No se crean esas tonterías de "la India, la mayor democracia del mundo", porque por ahí impera -por mucha abolición formal que se haga- el sistema de castas; fíjense lo que ha pasado en Rusia hace cuatro días, y sin embargo es un avance respecto a la historia de ese país. O lo que pasa en todos los países al otro lado del Estrecho de Gibraltar, nuestros vecinos. Quedarse en casa, practicar la abstención, es la negación absoluta del ciudadano, que puede canalizar su descontento con el voto nulo -escribir en la papeleta un ¡que os den!, perfectamente legítimo- o el voto en blanco, cada vez más creciente. Pero la abstención, en un país que ha vivido una historia política como la de España, es como fumarse un billete de banco, tirar comida a la basura delante de un necesitado o escupir de cara al viento.

A mí no me gusta el voto contra. Mucha gente no vota a, vota contra. Las pasadas elecciones fueron el epítome de ese tipo de voto. Pero también dan un buen motivo para combatir la abstención. Cada uno de los ciudadanos tiene que votar a la opción que más le convenza. ¿Saben por qué? Porque si no el partido político de turno se apropiará de esa abstención para sus propios intereses. Si todos los ciudadanos votasen no podrían hacer esas sumas fantasiosas que tanto le gustan. Les voy a poner un ejemplo, sin ningún tipo de intencionalidad por las siglas a utilizar. El partido que gobierna Madrid saca pecho de sus resultados, y lo pone como ejemplo de gestión, aunque una de sus infraestructuras estrellas se vaya a acabar de pagar en 2037, cuando no se sabe muy bien donde estaremos. El PP sacó en 2003, en las municipales de la capital, 874.264 votos, que se convirtieron en 30 concejales. En 2007, ese mismo partido, con ese mismo alcalde, habló de "victoria histórica" y bla-bla-blá...¿y saben cuantos votos sacaron? 877.544, que se tradujeron en 34 concejales. Ganaron únicamente 3.280 votos, pero cuatro concejales.

Claro, todo está en los porcentajes, que dependen básicamente del número de gente que acude a votar.

Estoy seguro de que existen ejemplos similares con el PSOE, pero quizás el de Madrid, por lo que se está conviertiendo de bastión y emblema para el partido de la oposición, sea el más significativo. Cualquier voto cuenta, y si tu no vas a las urnas a que tu voto sea contado, los partidos lo contarán por tí y se lo atribuirán. El domingo, a votar, para que no cuenten por tí. Que no cuenten cuentos. Porque al final, ante la urna, todos estamos ante el abismo de que harán con nuestro voto.


6 comentarios:

Javi dijo...

Yo no creo que lo tenga tan hecho el PSOE. Los últimos días de encuestas con ventaja y el favoritismo de los medios no le va a venir bien. Increíble que no barran tras esta legislatura, pero este país es así y apostaría a que la oposición barriobajera del PP al final les va a funcionar razonablemente bien a nivel electoral.

Si tengo que hacer un pronóstico creo que ganará el PSOE, pero más ajustado que en 2004

Anónimo dijo...

El PP va a ganar por mayoría absoluta

Anónimo dijo...

sonsoles está guapísima, ¿no os parece?

manu

Niandra dijo...

Sergio,

a cuenta de las reflexiones generales sobre el papel de la democracia, me viene a la cabeza nuestro desastroso sistema electoral. Demarcaciones electorales minúsculas, límite del 3% en votos para ser contabilizado en cada demarcación, voto en blanco no representativo, sistema d'hondt para la asignación de escaños.... Todas y cada una estas eficaces armas conducen a las dos características más importantes y desasosegantes de nuestro sistema político actual, el bipartidismo y la proliferación de polos regionalistas (que no nacionalistas...). El caso paradigmático de Izquierda Unida (que ahora sí hacen bandera de ello, por pura conveniencia o supervivencia)debería servir de acicate para una clase política que se hincha el pecho hablando de democracia y cada cuatro años hurta la voluntad popular en favor de una dudosa "gobernabilidad" o "estabilidad".

Te dejo un estupendo enlace a un blog que incluye una reflexión sobre nuestro sistema electoral. Ni los comentarios tienen desperdicio.

http://www.readyfortomorrow.com/2007/09/03/el-sistema-electoral-en-espana-y-la-exclusion-de-las-minorias/

Saludos,

Niandra

Anónimo dijo...

No se si habéis visto esto:

http://www.utilometro.com/

Yo lo que no entiendo es porque no se juntaron IU/ARALAR/EA. No lo entiendo.

No se puede votar izquierda nacionalista en alguna de las provincias vascas.

Sergio dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Javi: el PSOE lo tenía hecho, lo sabían ellos y lo sabía el partido marianista. Manu: si que lo está. Niandra: a mí no me parece tan desastroso, si partimos de que el distrito electoral es la provincia, algo bastante desastrosos puesto que combina Teruel con Barcelona. En cuanto a las normas de barrera o el voto en blanco no representativo, ¿que tiene de malo?

Por cierto, si es tan desastroso ¿cómo es que ha servido para producir mayorías absolutas a los dos partidos con opciones de gobernar? ¿Cómo es que estos últimos 30 años son los más estables de la Historia de España?