lunes, 13 de septiembre de 2010

La envidiable salud de las estatuas monumentales

Parecía que con el cacareado fin de la historia (poner al autor es como decir el caballo blanco de Santiago) iba a dejar atrás uno de los símbolos más reveledores de un país y su sistema político, especialmente en aquellos países donde todo es sistema político y los individuos son un decorado ideado para aplaudir.

Al del fin de la historia le llovieron palos desde la izquierda, que se sentía identificada en eso de los macrorelatos que ya no podían aspirar a ser hegemónicos (¡ay!) y el pobre autor estadounidense ha tenido una existencia un poco anónima, cuando clavó las grandes líneas de su análisis.

Descendamos a lo práctico: las estatuas políticas se realizan desde hace milenios para ensalzar la figura, valores e imagen del honrado, sea persona física o constructo abstracto. Con nuestra sensibilidad occidental y postmaterial nos da un poco de repelús eso de ver una estatua de diez metros A la gloria de la nación española o a Don Francisco Álvarez-Cascos, mejor Ministro de Fomento de la historia, pero es porque tenemos el gusto atrofiado.

En el siglo XIX, con la construcción de los estados-nación, y hasta mediados del  siglo XX, con el intento de hacerlos creíbles, la escultura política monumental vivió sus momentos de gloria. A nadie extrañaba que se emprendiesen colosales obras figurativas como el Monte Rushmore, el Altar de la Patria de Roma o un retrato ecuestre de Wellington. Con el devenir del tiempo, ese tipo de monumento-fetiche acabó identificándose con las dictaduras del peor pelaje (las del partido único y las otras, las del general único) y como muestra de las locuras del poder. Aquí se lleva más la plaquita en la inauguración.

Ahí queda el recuerdo de los monumentales Mazinger-Z comunistas desalojados de sus pedestales entre 1989-1992, y eso que algunos representaban cosas tan bonitas como El Pueblo en Armas o el IV Plan Quinquenal. O la icónica imagen de Sadam Hussein todo bronce rompiéndose por los tobillos mientras unos irakies pagados para aplaudir hacian de comparsas, allá por 2003. Parecía que el fin de la estatua monumental política iba asociada al fin de la historia y resulta que no, que cuenta con una envidiable salud en los balbuceos del s. XXI.

La noticia es de The Economist, y nos dice que en Macedonia, país europeo y en algún momento futuro socio comunitario, están erigiendo un fenomenal conjunto monumental a mayor gloria de los héroes de la patria. Evidentemente, el conjunto será rematado por una descomunal estatua ecuestre de Alejandro Magno. Conviene recordar que Macedonia es un país que vive exclusivamente de las ayudas internacionales y las remesas de sus emigrantes, además de su muy floreciente industria de tráfico de bienes y productos no regulados.

El semanario le da un sesgo político que no nos interesa en absoluto, aquí sólo cabe aplaudir a ese visionario político que ha tenido el arrojo de emplear el dinero de la comunidad internacional en algo duradero y que atraiga a los turistas. ¡Que bien nos vendría alguien con esa firme decisión política de plasmar en bronce u otros materiales nobles y resistentes a los que nos ayudaron a hacernos grandes! ¡España, tus hijos no honran a sus padres!.

Lo de Macedonia, lejos de ser un caso aislado, es uno más de los ejemplos que florecen de escultura monumental por el mundo. Es más, hasta les diría que es un poco rídicula por sus dimensiones sólo cinco veces mayor que el normal ser humano. La foto de hoy ilustra el simpátiquismo monumento que han construido en Senegal -durante muchos años presentado como un país modélico de África- para conmemorar sus cincuenta años de independencia. Ha costado 23 millones de euros y tiene un marcado gusto soviético, o de socialismo real.

Al margen de las polémicas propias de esas latitudes que han envuelto el estreno de tan magna obra -por la que el presidente del país cobra derechos de autor en cada entrada, por su autoría intelectual. Parece una broma pero no lo es- lo que destaca es la bella factura de Renacimiento Africano, más de lo segundo que de lo primero. Por cierto, Senegal también recibe ayuda al desarrollo y esas cosas que se envían desde el primer mundo para mejorar las condiciones de vida por ahí.

¿Habrán contratado a Juan de Ávalos? ¡Qué va! La escultura se hizo en Corea del Norte, país donde sobrevive la auténtica esencia de la revolución, y después transportada a su exótico emplazamiento. Algunos cronistas comentaron el día de la inauguración que estaba rodeada de chabolas y miseria, por lo que se intuye que no conocían mucho África, en vez de recrearse en los detalles de la escultura.

Esos detalles de Inauguración de Koljos o Apertura del canal del Mar Blanco sólo han podido ser posibles gracias al insustituible concurso de Mansudae Art Studio, la empresa de capital social unipersonal que tiene la dictadura comunista hereditaria de Corea del Norte. Al parecer, en la injustamente vilipendiada república de trabajadores trabajan unos ¡10.000! artistas en proyectos de esculturas monumentales, y muchos de ellos son para la exportación.

No les faltan clientes. Namibia, que accedió a la independencia en 1989 gracias al concurso de Pescanova, tiene prisa por formar su propio ajuar de esculturas y ya cuenta con Palacio Presidencial, el Cementerio para los Héroes Nacionales, el Museo del Ejército y el Independence Hall, todos de bellísima factura. Angola no se queda atrás y, mientras Luanda es la ciudad más cara del mundo -es lo que tiene el chute de petróleo-, también puede lucir centro cultural António Agostinho Neto y el Monumento a la Paz. De todos ellos pueden encontrar información en Internet, por lo general asombrados turistas que no saben comprender la esencia de virtudes que condensan.

Evidentemente, Mansudae Art Studio no tiene las herramientas necesarias para luchar en el encarnizado mundo de los marchantes de arte, y para eso tienen un representante italiano que nos explica un poco la peculiar organización del trabajo de lo que es sin duda el mayor estudio artístico del mundo. No compiten en precios, compiten en calidad, como puede comprobar cualquiera que dedique el tiempo suficiente a navegar por su página web.

Evidentemente, si estos países africanos han decidido gastarse su dinero, y a veces el que no es suyo, en este tipo de monumentos, es su responsabilidad. Ese no es el problema, el problema es que cuando se hace ese gasto y en este concepto es porque quieres transcender a la historia. Supongo que la gloriosa historia nacional de Namibia no se considera dentro del gran relato, pero no deja de ser significativo en estos tiempos de fin de la historia. Y no parece que a los de Mansudae les falte carga de trabajo: ahora mismo más de un reyezuelo democrático y francófono de África estará preguntando precios para su propio conjunto monumental. Desde luego, ya sólo me faltaría ver que se están montando ahora mismo fábricas de máquinas de escribir. Y con envidiable salud.
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Mientras dure la concesión hay que aguantarse. Y lo mismo con las autopistas de peaje. Salvo que lo que se esté planteando en el artículo, además de la típica agitación pseudoecolojeta contra una gran empresa, sea una nacionalización o una expropiación...nah, eso es de otros países...
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jajajajajajajaj, ¿y que se sepa ya lo de Orange Market en la Copa América? jajajajjajaaj, menos mal que eso nunca saldrá, porque van a hacer otra edición de la exhibición -de mierda- en Valencia...
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Increíble: un rector que reconoce que tiene una Universidad demasiado grande para la región en la que está asentada. Por algo ya no es rector: esa no es la manera de pensar. Que el número de parados con titulo de licenciado no te haga pensar lo contrario.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Más en sintonía con lo grisáceo de los tiempos sería la producción a gran escala de cráneos jibarizados; el impacto visual es menor y volveríamos a otro de los mitos historiográficos, el de los grandes personajes.

Juan dijo...

Y te has olvidado de mi favorita, la estatua de oro de Niyazov en Turkmenistan!!

Niandra dijo...

Y de la réplica del Vaticano en Costa de Marfil!!... Vale, no es una estatua, sino un conjunto escultórico-arquitectónico...

Anónimo dijo...

Podías dedicar unas lineas a la reciente proclamación del 3º heredero de la dinastía norcoreana? El chico merece su estatua.

Anónimo dijo...

Respecto a Rayanair(ya se que es de otro post pero quiero que te enteres).Me demuestras que eres el típico charlatán que habla de lo que no sabe y solo de lo que lee por ahí.Que Rayanair va a veces con el combustible menor que el mínimo legal es cierto ,no un leyenda urbana.Mira este link y pregunta a un profesional de aviación y no a un periodistahttp://www.fomento.es/MFOM/LANG_CASTELLANO/DIRECCIONES_GENERALES/ORGANOS_COLEGIADOS/CIAIAC/INVESTIGACION/2010/010_2010.htm