El PP se ha pasado la octava legislatura de la democracia huyendo hacia delante, intentando dejar atrás la verdad. A duras penas lo han conseguido, y sólo en esta última parte. Sin embargo, cuando se practica durante tanto tiempo, siempre quedan resabios. Aquí tienen el comunicado que el 15 de enero tuvo a bien presentar el partido que aspira a ganar las elecciones, explicando el tema en boca de todos.
Está escrito con la frialdad del forense. Sería ingenuo pensar que pudiese llegar a explicar conversaciones en el ascensor, desplantes y tensas miradas: para eso ya están los periódicos, que han encontrado en esta reyerta interna un buen caldo de cultivo para el periodismo interpretativo con altas dosis de imaginación. Eso sí, como coinciden todos entre sí, será que algo de verdad llevan, pero el documento oficial es este. Gallardón y Espe se ofrecieron al presidente, este les dijo que nones, que los ciudadanos les habían escogido "hace escasos meses" para otras funciones -toda la razón- y que "cuenta con su colaboración activa para la campaña electoral".
Y tanto. De momento, este enfrentamiento larvado durante años -en los ochenta Espe tenía su propio partido liberal, mientras Gallardón ya subía meteóricamente en el PP, impulsado por Fraga- ya ha neutralizado el mal llamado "efecto Pizarro" y seguirá dando que hablar. Eso es colaborar "activamente", hombre. La rueda de prensa de ayer, con Gallardón balbuceante en la misma medida que cuando leyó los resultados electorales en 1993, permanecerá en los anales de la política menor de este país durante mucho tiempo. Sin embargo, oficialmente -y en esto lean: para el PP- aquí no ha pasado nada. Y ahí esta ese comunicado para garantizarlo.
Huyendo de la verdad terminas por tropezarte de bruces con ella. El PP vuelve a presentar, básicamente, la misma gente que perdió las elecciones de 2004, unas elecciones convocadas desde la mayoría absoluta. Votar PP es votar conservador al cubo: por su ideología, y porque presentan a los mismos. De producirse el batacazo electoral que algunos aventurados opinadores de la autodenominada izquierda empiezan a manosear, podremos decir que por fin el PP ha alcanzado la verdad. Y allí estaré esperando yo el comunicado, con rigor notarial -o de registrador de la propiedad- con la que se dará constancia del brutal impacto.
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