Diario de la peste (V): un mensaje más directo hubiese salvado vidas

Hoy he visto El Parte. No han dado el balance de muertos hasta el minuto 13´,  después de hacer una especie de España Directo enseñándonos lo vacío que está todo. El tratamiento informativo de lo que verdaderamente importa de esta crisis ha sido digno de reseñar, y es el procedimiento aplicado en la inmensa mayoría de los medios de propaganda. Una infografía aséptica donde se muestran en un mismo pantallazo los infectados, los muertos y los recuperados.

Lo ponen todo al mismo nivel, cuando no lo es. Los infectados lo son porque se han hecho el test del Covid-19, como la señora esposa de Pedro Sánchez, que ayer salió compungido a su rueda de prensa de teleprompter al enterarse de que su media naranja había cumplido escrupulosamente los plazos de incubación del virus: seis días después de salir a la calle con motivo del 8-M da positivo. Da que pensar que el Presidente no lo haya hecho, y que tipo de vida pareja mantienen entre los dos, o si va a cumplir la cuarentena establecida para estos casos.

Por supuesto, los infectados reales son muy superiores a los declarados. Es probable que el propio Pedro Sánchez lo sea, de ahí el rigor con el que se está tomando la separación de un metro y las teleconferencias en el ejercido de su cargo, sin dejarlo en modo alguno. También la sorprendente lista de delegaciones que ayer estipulaba el decreto de estado de emergencia. Se sabrá con el tiempo, y se venderá como una heroicidad por su parte. Quizás lo escriba la propia Irene Lozano.

Entonces, si la cifra de infectados es muy inferior a la real, ¿con qué dato quedarnos? Pues con el de muertos, sistemáticamente escamoteado y sepultado bajo la propaganda. Ayer mismo el Presidente del Gobierno dijo en cuatro ocasiones lo de "bajar la curva", y jamás ha enseñado la curva de contagios, ni de muertes. Como mucho, dice "vidas", y muy forzado.

Hace 24 horas los muertos eran 136, hoy son 289. El incremento es del 153%. No he visto a ningún ministro, ni a ningún portavoz, enseñar ese gráfico. Será cosa del fin de semana, seguro que mañana lunes ya salen con la tabla y nos explican bien lo de "bajar la curva", la curva del contagio viral que se va a mantener así durante una semana, hasta que se empiecen a notar las medidas parciales y sesgadas aprobadas por el ejecutivo, el mismo que mantiene abierta toda la red de Cercanías en el foco madrileño de infección por presiones de la patronal.

Y queda el último aspecto de la tabla aséptica con la que desde El Parte informan a su audiencia, y es en la que más inciden, con epítetos como "muy importante avance del número de recuperados", para vender que todo tiene cura y que solo hay que aguantar, en línea con esas línea programática de cuando tienes un cáncer "hay que luchar" -alguno piensa que salir al balcón a dar golpes a la olla forma parte de eso-, "ser un guerrero" o "no tener miedo".
 
Es la parte de la tabla menos importante, y que contrasta vivamente con trascurar sistemáticamente el número de muertos. Líbreme a mí el Premio Ondas de tener que dar recomendaciones, pero creo yo que El Parte gubernamental, y los periódicos que hoy salen con la misma portada de publicidad institucional (propaganda) deberían empezar con el número de muertos y la famosa "curva", más que nada porque en otras circunstancias los muertos siempre los sacan por delante. En todas las circunstancias, de hecho.

Este apagón informativo, que no se salta ningún medio, corresponde al mismo modelo que impidió hablar sobre los negocios del Rey durante los 30 primeros años de este Régimen -a pesar de que se sabían perfectamente, incluyendo documentos oficiales- o el que, en pequeña escala, se aplicó con la hija del seleccionador español de fútbol, un cerrojazo informativo del que después se congratulaban mutuamente los periodistas, poniéndose medallitas y matrículas de honor por su "ética".

Pero, si hacen esto con esas nimiedades, ¿qué no harán con una crisis sanitaria epidémica en la que nos ha metido el Estado por su inacción durante muchos días, incluyendo una llamada a "llenar las calles" cuando ya había contagio comunitario? Pues lo mismo, ocultarlo y venderlo como una aventura, con los gilipollas de siempre saliendo a los balcones -me imagino sus perfiles de Twitter con una bandera europea y un triangulito rojo, o una bandera de España- y no como el drama humano y personal que es.

Noten la diferencia con Italia, donde ayer el periódico local de Bérgamo dedicaba LAS DIEZ PRIMERAS PÁGINAS a trazar un perfil humano de los muchos fallecidos de la zona por el Covid-19. Aquí las víctimas no existen. Van 289 fiambres por el virus y no hay ni un periodista que haya hecho un reportaje de las familias que han perdido al padre o la madre, o el abuelo o abuela. Total, ¿qué más da? ¡Si seguro que tenía "patologías previas", el nuevo algo habrá hecho que se decía en Euskadi en los ochenta! Y todos parapeteados tras el "¡deja abiertas las peluquerías y las tintorerías!" o el "es la schienshia"

Y el pico está por llegar: a partir de mañana, 200 muertos al día. Como en Lombardía, o peor.  ¿Te parece exagerado? Hoy han sido 153. En 24 horas. 153 muertos de los que no sabemos nada, apenas un número puesto de refilón por El Parte, y otros muchos medios que secundan la consigna de "emergencia nacional". ¿Donde está ahora el admirado idiota, hijo de la nobleza, Lorenzo Milá, el de "es como una gripe"?

Un pico que llegará a caballo de los contagiados masivamente en Madrid durante el lunes, el martes y el miércoles no lectivo, en el que se tomó al asalto parques y terrazas aprovechando los 25º, como ya relatado aquí. Están incubando el virus después de haberlo transmitido, y en breve en el hospital -o en los "hoteles medicalizados"-, pero de los que no sabremos nada hasta que decreten el fin de la peste. ¿Se podía haber evitado?

Por supuesto que sí. A día de hoy seguimos sin saber cuales han sido los focos de contagio masivo en Madrid -Torrejón y Valdemoro han desaparecido de las noticias, la casta dirigente madrileñita han convertido su problema local en un problema nacional por miedo a cerrar su joyita- y se perdió un tiempo valioso en quitar de la cabeza a la gente que esto no era una tos. Porque, aunque no se lo crean, hace una semana pocos pensaban que esto iba a ser como Italia. Hace dos semanas, el 80% de la gente creía que se estaba exagerando y que no era para tanto, porque "es como un gripe".

Se perdió el tiempo en explicar que una neumía requiere de ventilación mecánica en muchos casos -especialmente en personas mayores- y que no hay equipos para todos, y que nunca los habrá del mismo modo que no hay una autopista por la que puedan circular 400 coches por el mismo punto al mismo tiempo. Se perdió el tiempo en explicar lo que es un "cuello de botella" en infraestructuras críticas.

Se perdió el tiempo en explicar que del Covid-19 se muere, y todavía hoy las campañas son infatiloides-naif, en vez de usar el ejemplo que se emplea desde hace años en las cajetillas de tabaco. Menos #quedateencasa y más "la neumonía te mata por asfixia" o "morirás en el pasillo de un hospital ["hotel medicalizado"] porque no hay UCIs para todos". Y nunca las habrá.

Son las consecuencias de mantener conscientemente a una gran parte de la población analfabeta funcional, a la que solo se dirigen para pedirles el voto cada cuatro años. La misma población analfabeta funcional que se metió en hipotecas imposibles de pagar con un sueldo normal -analfabetismo matemático- y la misma población a la que va dirigida eso de "bajar la curva" en una gráfica que jamás se enseña. Esa misma población a la que jamás van a decir lo de "200 muertos diarios" -mañana mismo- pero sí lo de "ya hay 1000 personas curadas".

La democracia que nos hemos dado entre todos.