Se llama Manuel |
Resulta que este periódico de investigación, y que sólo es de cotilleos -ahí está su suplemento de Negocios del domingo, donde la economía es secundario y lo principal es la rumorología y la malidicencia- publica hoy la gran exclusiva, consistente en un chivatazo desde el Registro Civil, la paternidad de hijo de Sánchez Camacho.
Este niño, que aquí aparece fotografíado junto a un titular que haría las delicias de Freud, es hijo de Manuel Pimentel. Este fue Ministro de Trabajo en el primer gabinete de Aznar, y pasó a la pequeña historia de este país por dimitir poco antes de acabar la legislatura, fastidiando el récord que quería conseguir el Estratega de tener un gobierno sin cambios durante toda su hégira, aunque eso supusiese tener al empresario turístico Matutes como un vegetal.
Desde entonces, se ha dedicado a escribir libros muy malos que han acabado en la sección de saldos, y también a dejar su semen en el fecundo útero de Sánchez-Camacho, que siempre ha afirmado que se sometió a una inseminación artificial. Por supuesto, esta versión es mucho más creíble que el hecho de Pimentel -es desagradable, pero la historia es así- eyaculando en una probeta para después, con una jeringa, extraer el líquido y así fecundar a Sánchez-Camacho.
Es extraño como procrea la gente de derechas: afirman estar con la familia tradicional -la de Rouco Varela, que es de Lugo- y después tienen relaciones extramatrimoniales -Pimentel estaba casado en el momento de la eyaculación- o se quedan embaradas por inseminación artificial (la versión moderna del Espíritu Santo), como es el caso de la también tigresa del PP Dolores del Cospedal.
"Más sexy, más estatut", que cantaba Coz |
Pero bueno, aquí cada cual hace con su pito lo que le da la gana, y se forma su idea de familia como quiere, lástima que después sean tan laxos a la hora de pronunciarse sobre el matrimonio homosexual, ese que rompe a la familia. Hasta hubo recurso al Constitucional a cuenta de la palabra de marras, como si fuese un título nobiliario.
Lo importante de esta historia es la mojigatería con la que todavía se afronta: al parecer, el registro del pobre niño de padre ausente se ha producido porque una de los dos progenitores puso una demanda al otro para que reconociese su parte de semen o de óvulos en la criatura.¿Sería la Sánchez-Camacho, cansada de las preguntas de un niño de siete años sobre dónde está su padre? ¿O sería el propio Pimentel (que tiene 52 años, una edad en la que te arrepientes de no haber tenido hijos)? Quien sabe.
Lo que si es seguro es que Sánchez-Camacho era subordinada (era directora general del Instituto de Salud en el Trabajo) de Pimentel cuando era Ministro de Trabajo. El cordobés galán tenía 37 años y Sánchez-Camacho 31 años. ¿Fue el conocimiento de su relación extramatrimonial lo que supuso su fulminante salida del Gobierno, hasta ahora tenida por cuenta propia? Ya se sabe como se tomaba Botella estas cosas, y lo que mandaba. ¿Estaban por entonces juntos o esperaron hasta 2005 para la donación anónima y altruista?
Ya ven los elementos: demanda de por medio, y todavía son incapaces de reconocer que eso de la "inseminación artificial" es otro bulo. Quizás para mantenerlo Sánchez-Camacho hable sobre alguna imposibilidad de quedar embazada por el método natural, porque son capaces de todo. Y decían que esta era mejor que la Nebreda: al menos de esta sabíamos que era una kumbayá catalana de toda la vida, versión pija. Si hasta tiene el mismo nombre que el padre.
Sánchez-Camacho, hija de Guardia Civil y cliente de Método-3, se descubrió un día embarazada de un hombre casado, andaluz como ella. Parece la historia de un libro de Francisco Candel, pero es que la realidad siempre supera a la ficción. La perfecta normalidad de la vida política catalana, que de tan normal es incapaz de tener normalizada su vida íntima personal. Ni el hijo estaba inscrito. Con un par de cojones, hombre. O con una probeta.
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Casualmente
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Creo que hable por primera vez del estallido de la burbuja académica hace cuatro años, y precisamente con la misma universidad, que ofertaba -y no era la única- un número desproporcionado de "cursos de verano", más conocidos como cuchipandas. Ahora llega la cruda realidad: en segunda convocatoria (¡segunda!), su oferta de plazas de máster está disponible al 60%.
En todo de acuerdo... pero las cifras no me cuadran. ASC tiene ahora 46 y su hijo 7. O hay que entender una relación de al menos 8 año poniendo los cuernos?
ResponderEliminarBuf, entrada flojísima. Empiezas diciendo que El Mundo es un panfleto de cotilleos, pero luego abordas un tema similar.
ResponderEliminarCon respecto a lo de la estación de medición de La Calzada, me parto. Joder, qué casualidades tiene la vida.
Y lo de los másteres de la Universidad de Oviedo... como en casi todas las demás Universidades de España. No sé los precios del crédito allí, pero como sean como en la UPM, mucha gente me parecen esos 400 y pico. Lo de los cursos de verano era un cachondeo. Te los cobraban a precio de oro (la mayoría de alumnos íbamos porque era lo más fácil para completar la libre configuración en una Universidad que no ofertaba asignaturas al efecto en sus escuelas)
Te ha faltado el ejemplo de la alcaldesa de Valencia en el caso de la ley del matrimonio de homosexuales.
ResponderEliminarA.S.C. también podía haber recurrido a un clásico de la derecha, un aborto en la pérfida albión. Como es costumbre.
¿Belleza cubista? Belleza botoxiana diría yo.
ResponderEliminarExcelente como aprovechas un cotilleo para disparar contra el PP y su doble moral.
ResponderEliminarPues si no tenía ya suficiente asco a la hipocresía de esta gente...
ResponderEliminar¿¡Pero cómo conseguirán que les vote tanta peña!?
Eso sí sería un buen estudio para una tesis doctoral.
Saludos afables a todos.
Aupa Segovia, pues de la misma manera que el PSOE tiene su número fijo de votos, pese a gales, filesas, eres y un largo etcétera
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. Anónimo: ellos sabrán. Pero si el hijo se llama Manuel, como el padre, que no hablen de inseminación artificial.
ResponderEliminarAnónimo: creo que a partir de un cotilleo -Sánchez Camacho ha sacado rédito de ser madre soltera- se sacan otro tipo de lecturas.