Los grandes medios, y también las principales cadenas de libros y las revistas de corazón (menos Diez Minutos). Es un libro clandestino, pero no tanto, como no podría ser menos con algo publicado en 2013, entendido como siglo XXI, y en el contexto de una sociedad abierta. Publicado por la editorial Foca de Ramón Akal, especializada en el género de denuncia (por poner algo), el libro se lee fácilmente en un par de sentadas, y tiene poquitos elementos de valor.
No es uno de ellos la conocida noticia del aborto de la madre lde la que reinará como Leonor I. El libro comienza con ese capítulo, que es de una mezquindad absoluta y de una bajeza muy villana por parte de David Rocasolano, que se quedó con los documentos de la interrupción voluntaria del embarazo que le ordenó destruir su prima cuando consolidó su relación a mayores.
Para no quedar como un vulgar ladrón, Rocasolano recurre a una tradición de la literatura española: la del manuscrito encontrado, como un Cide Hamete cualquiera. Según su versión, el destruyó todos los documentos, pero en 2008 un misterioso personaje le mostró que también los tenían otros, y que cuando acudió a Ramón Akal por lo del libro, el también los tenía. Así aparecen publicados en el libro.
Todo suena a impostura legal para cubrirse las espaldas. Es de lo más patetico del relato, y que se ramifica cuando Rocasolano comenta que en una cena con el Rey el padre de Letizia le preguntó por el libro de Jesus Cacho (el biógrafo a sueldo de Mario Conde, ahora convertido en periodista al margen del sistema, o eso quiere hacer creer), publicado por Ramón Akal en Foca allá por 2001:
-¿Y que le pareció El negocio de la libertad, majestad? El de Jesús Cacho es un tema delicado...La situación es absurda, y más cuando Rocasolano añade, dentro de su malidicente relato "Yo lo había leído en la fecha de su publicación, y me sorprendió por su valentía y por su rigor investigador", en un pasaje que parece redactado directamente por Ramón Akal. Y seguramente sea así: el libro está muy masticadito, muy bien presentado en cuanto a redacción, como para pensar que es únicamente autoría de Rocasolano.
Abogado de profesión, se pasa todo el libro riéndose de lo burros y tontos que son en la Familia Real -por ejemplo, que no tienen libros, pero como una gran parte de los españoles-, como dando a entender que el los tiene. Ya, y que leyó esa puta mierda de libro que es El negocio de la libertad "cuando salió". Por supuesto, eso es compatible con su declaración de "soy muy futbolero" y la modestia propia de afirmar que "casi llego a jugar en el Real Madrid". Como Julio Iglesias.
Rocasolano, firmando en la Feria del Libro de Madrid |
"Felipe, coño, teniendo ahí a todo el Centro Nacional de Inteligencia y me escoges a mí". Bueno, precisamente por eso. El primo de Letizia cumplía la función que cumplía, y en el libro queda muy claro, igual que su bajeza. Es una sucesión de historias familiares sin mayor interés, pero que seguro que están teniendo su público entre toda esa ralea de gente que, viniendo de una aldea de cuatro perros en Orense, gusta mucho de estar cotilleando siempre sobre la Familia Real, como un desahogo de sus frustaciones personales. Es otra función que cumple la Monarquía en la sociedad.
No merece la pena detenerse en esos detalles, aunque algunos son muy graciosos ("Vicálvaro -donde el piso de soltera de Letizia-, cuya fuente fundamental de ingresos es la mayor fábrica del mundo de tierra para gatos") y seguramente escogidos por Ramón Akal entre muchos otros por dos características destacadas: su villanía, y dejar como tontos de bote a todos los miembros de la Familia Real, menos al Príncipe Felipe, que se queda en tonto a secas.
El único interés del libro corresponde a las capitulaciones reales que tuvo que firmar Letizia Ortiz antes del matrimonio, donde el Rocasolano abogado y no cotilla le advirtió que eran ilegales, puesto que implicaban renunciar a la custodia de los hijos o hijas que saliesen de ese matrimonio, algo que en todo caso siempre tiene que fijar un juez y que no se puede estipular en un contrato público ni privado, de esos que tanto gustan en la Casa Real, como el del préstamo de Juan Carlos a su hija Cristina. Ese que no tenía tipo de interés y que era una donación encubierta.
No deja de ser curioso que los Príncipes de Asturias hayan dejado su descendencia en dos hijas, no vaya ser que a la tercera saliese un niño con intenciones sálicas. A saber que firmó la pobre tía tonta que aparece reflejada en el libro. Cuando salió, la pasada primavera, la Casa Real ya advirtió que no haría ninguna declaración sobre lo publicado. Tampoco ha habido ninguna querella, por lo que el libro tiene auténtica carta de validez, si es que no la tenía ya por la proximidad entre primos, que iba más allá de lo sanguíneo. El problema es que el libro no sirve para nada. En este sentido, viene a dar la razón a la Familia Real y su aversión a la letra impresa.
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Mas sobre el Premio Nobel de Economía Schiller y su espectacular clarividencia sobre algunas cosas.
No se como has podido gastar dinero en ese libro. Y encima dices que es malo y no dice nada nuevo, deberían devolverte el dinero.
ResponderEliminarLa familia real daría para un telenovela, eso si, de las malas.
Cosas aparte, da gusto poder leer otra vez entradas en política menor.
David
No, llegó a mí por designio divino. Ninguno de mis escasos euros ha ido ni a Rocasolano ni a Ramón Akal.
ResponderEliminarEstimado Sergio:
ResponderEliminarHace poco que conozco tu blog, empecé a leer ciclismo2005 y al poco tiempo terminé por aquí. Solo quería felicitarte.
Por cierto, soy un ignorante en asuntos relacionados con derecho, pero ¿qué importancia tienen las capitulaciones que firmase L. O. antes de casarse si no tienen valor legal?
También la Constitución dice que todos los españoles somos iguales, pero después el BOE publica títulos nobiliarios.
ResponderEliminarAl fondo: ningún juez dictaminaría nada siquiera contrario al espíritu de esas capitulaciones. Si en la inmensa mayoría de los casos los jueces dictan a favor de la madre en esos casos, aquí lo harían a favor del padre.
Al respecto, en el libro se relata como, tras el suicidio de la hermana menor de L.O, la Reina y L.O maniobraron para quedarse con la custodia de la hija, intentando puentear al padre. Tal despropósito no salió adelante.