Si hay alguien por ahí que siga creyendo en la clase política, y no sea uno de ellos o familiar, que levante la mano. Cuando empezó esta crisis financiera, que después fue económica y ahora es moral, parecía increíble que se pudiese llegar a este nivel de decrepitud y corrupción.
El Partido Popular, completamente corrompido, gobierna España a través de unos resultados electorales aplastantes en diputaciones, comunidades autónomas y, especialmente, el Gobierno de la nación, con mayoría absoluta.
A la conocida corrupción dentro de sus dos CC.AA más destacadas, Valencia y Madrid, se han ido añadiendo en las últimas semanas más detalles de corrupción cuya nula voluntad de atajar reflejan un panorama de absoluto descrédito de esta casta política, sólo interesada en aferrarse al poder y perpetuarse. Un panorama que precede un estallido.
En Madrid, donde la alcaldía de la capital está a cargo de una persona que está ahí por ser la mujer de quien es, el caso Madrid Arena ha dejado al aire la absoluta corrupción entre empresarios de la noche y concejales con intereses en la explotación de espacios públicos, por no hablar de un ex-concejal medico emérito que tiene que andar haciendo chapucillas a sus 78 años.
El Presidente de la Comunidad, que accedió al cargo después de una dura lucha interna con espías de por medio ante el otro rival, compra un ático a través de una sociedad-fantasma, con toda probabilidad con dinero de Gürtel, y sólo obtiene respaldos de sus allegados políticos, incluyendo a la lideresa que siente repugnancia por la corrupción, menos la que tiene al lado.
La Secretaría general del partido, cuyo marido tiene intereses en la privatización de la sanidad en que la que han intervenido todos los que tienen ascendente en el Partido Popular, dice que no sabe nada de la corrupción de importantes miembros de la organización, al mismo tiempo que gobierna la comunidad autónoma -aunque se bregó en política en Madrid, esa cuna- cerrando dispensarios públicos, mientras vive en una mansión con escoltas públicos en cuantía proporcional a las dimensiones del cigarral.
Y el tesorero del partido -por favor, que nadie utilice lo de ex, porque era el tesorero cuando acumuló la fortuna-, que se libró de ir a la cárcel porque el juez Pedreira (hay que poner siempre el nombre) no vio indicios de delito en "L.B" o "Luis el cabrón" en los documentos incautados a la trama Gürtel, vuelve a protagonizar la actualidad política por un asunto de nada, por una fruslería: nada menos que la cuenta B del Partido Popular.
Se ha descubierto que Luis Bárcenas, ecónomo del PP, era el titular de una cuenta en Suiza que llegó a tener picos de ¡22 millones de euros!, y en la que también estaban, porque para eso era la cuenta del partido, metidos todos, según esta información, incluyendo al registrador de la propiedad de Santa Pola, el gallego Mariano Rajoy, del que a día de hoy todavía no se conoce ninguna reacción.
Es la cuenta B del partido, con la que se pagaban campañas políticas y cosas indecentes. Es el mayor escándalo de la democracia, mucho mayor que Filesa y, conscientes de su transcendencia, el Partido Popular ha actuado más rápidamente que una oposición marchita y opaca, que está siniestramente callada ante el bochornoso espectáculo.
¿Y como ha actuado? Con su órgano de información predilecto, esa cloaca impresa llamada El Mundo, que hoy publica que ese dinero de nada se utilizaba para pagar -y dicen que desde hace 20 años- sobresueldos en discretos sobres de mil o milquinientos euros a diputados, cargos o afectos al PP. Una contabilidad muy transparente.
Es una maniobra dilatoria que todos están dando como verídica, cuando lo que busca es ocultar que no se mantienen esos saldos en Suiza para hacer pago de menudeo: no hace falta ver The Wire para ver como esos son pagos menores, pero que esa cuenta estaba hecha para mucho más. Sólo hace falta ver el patrimonio personal acumulado por Bárcenas y su esposa gallega.
La cuenta suiza era para pagar campañas electorales: por eso la repentina merma entre 2007 y 2008, cuando hubo elecciones, y antes de que Garzón destapase Gürtel y a Correa, ese invitado, sin saberse por qué, a la boda monárquica de la hija de Aznar en El Escorial. Esa cantidad ingente de dinero, si se dedicaba al menudeo de sobres de 1.000 euros, hubiese dado para varios años, incluso considerando la cantidad de gente que vive del PP.
¿Y de que se nutría? Pues de pagos de constructoras y empresas de seguridad, ese sector donde Mayor Oreja tenía intereses participativos cuando era ministro de Interior. El Mundo pretende hacernos creer que esa millonada -y habrá más no descubierta- se dedica a sobres de limosna, porque mil euros son limosna: exactamente igual que cuando los fondos reservados de Corcuera no se creían que fueran para pagar relojes a policías por actuaciones destacadas, ahora dan por bueno la teoría -inventada por ellos- de los sobres.
Estamos al borde del abismo. En 1993, en Italia, a Craxi y al Partito Socialista Italiano, lo enviaron a las catacumbas cuando saliendo del espléndido Hotel Rafael de Roma, una multitud agolpada improvisadamente lo recibió con el famoso lancio di monettine que acabó con su carrera política y con la partitocracia que había dominado Italia durante cuatro décadas, compuesta por la Democrazia Cristiana (cuyo final se produjo entre casos de corrupción más leves que los del PP), el PSI de Craxi y el PCI, que ya venía descomponiéndose desde la caída del muro.
Hoy a las siete hay convocada una concentración enfrente de la sede nacional del partido de la corrupción en la calle Génova de Madrid. Creo que las leyes protofascistas que están intentado implantar prohíben hacer este tipo de convocatorias, y que identifican a los asistentes y a los que difunden estas convocatorias en las redes sociales. Lo pueden hacer si somos cientos, pero no si somos miles. La situación es orwelliana. Y si no me creen, miren este vídeo de ayer mismo de la número dos de Rajoy y portavoz del Congreso, apenas pudiendo contener la risa ante la sarta de gilipolleces que se ve obligada a decir.
Blog personal sobre cuestiones sociopolíticas. No es un blog de antipolítica. El autor tiene sus opiniones, que casi nunca coinciden con las de ningún partido ni ningún medio de comunicación.
viernes, 18 de enero de 2013
lunes, 14 de enero de 2013
Empresas públicas estatales, un ejemplo de gestión
Tanto con eso de la marca España y dos de las empresas públicas que más la pueden representar acaban de presentar brutales despidos y remodelaciones en su estructura y funciones. Una apenas ha tenido impacto mediático, a pesar de su relevancia, y la otra ha contado con todo el impacto mediático, porque está mucho más radicada en el terruño.
La primera es Acción Cultural Española, la empresa pública encargada de montar las exposiciones sobre la marca España fuera de nuestras fronteras y que, cuando fluía el dinero a crédito y tenía otro nombre, también las montaba dentro de España, con suculentas minutas a cambio de contenidos francamente mejorables.
Parecía que el criterio que imperaba era cuanto más, mejor, y ahí que se celebraron con grandes fastos y gastos todos los centenarios, aniversarios y bicentenarios que tuvieron a bien de coincidir antes de 2009, cuando se corta el dispendio de dinero. Ahora, pasada la borrachera (llegaron a contar con 30 millones de presupuesto, ahora es un 75% menos), la empresa despide al 40% de su plantilla y rebaja el sueldo a los que se quedan.
La presidenta es Maria Teresa Lizaranzu, que además es directora general de Industrias culturales y del Libro y, pásmense, la esposa de Álvaro Nadal, el responsable de la Oficina Económica de la Moncloa, que por su cargo y desempeño en la actual situación, es íntimo de Rajoy. Seguramente la señora Lizaranzu tiene ambos cargos por su valía personal, y no por ser la esposa de quien es, que aquí pueden leer mejor.
La meritocracia de los números uno y dos de las oposiciones a cuerpos generales del Estado: así está formado este Gobierno. Y para el resto, la meritocracia de estar casado, o ser primo, o hermano, porque "tenemos la generación mejor formada de la historia", pero por si acaso vamos a ir colocando en los puestos a familiares y amigos, como en todas las anteriores generaciones de España.
En fin, vayamos al primer ente público que aplicó un ERE, conocido por todos como Paradores. En la wikipedia se puede ver la génesis de lo que parecía una buena idea en un país con amplio patrimonio histórico y que vive en gran medida del turismo, aunque el que ofrece Paradores no es el que realmente aporta la parte del león, más visible en Platja d´Aro.
Con el tiempo y, especialmente, los Quince Años de Despilfarro, Paradores se fue convirtiendo en un red inmensa y que inauguraba instalaciones en sitios realmente incomprensibles, movido por las presiones locales o pensando que, por arte de magia, el visitante dispuesto a desembolsar 180 euros por una doble querría pasar una noche en pueblos y aldeas de mierda en los sitios más feos y cutres que existen.
Se convirtió en una agencia pública de colocación de los amigos del pueblo agraciado, donde se colocaban en los servicios -el que estudio en la capital, en la dirección del centro; la prima en la cocina; el hermano en la recepción- a las fuerzas locales, porque otra fuente de empleo en la zona no había, o no se quería buscar. Si tienen la molestia de leer la lista de Paradores en el anterior enlace, verán como hay provincias sobrerepresentadas -las de siempre- y donde el paro campa con cifras de África, aunque no siempre lo recojan las estadísticas.
Los planes iniciales, que contemplaban atajar el problema con soltura con cierre de hasta siete establecimientos y cierre durante meses -los de aún más baja ocupación- de otros treinta, se han quedado al final limitado al cierre de un único establecimiento -en Puerto Lumbreras, Murcia- y a seguir esperando a que escampe, que para algo los que trabajan ahí se sienten con derecho a puesto de por vida.
Sin embargo, la empresa pública sigue, al parecer, con su programa de aperturas, como este establecimiento en una de las zonas más remotas de España, y que pasaría a ser el más grande por superficie de toda la red, demostrando una notable capacidad de adaptación al entorno. Aquí, a toda máquina y prietas las filas hasta el abismo.
¿Y quien es la directora de Paradores, la responsable de tan sabias decisiones no llevadas a término? Pues nada menos que la ex-mujer de Rodrigo Rato, a la que dejó hace unos años para irse con otra más joven -concretamente, 30 años más joven y periodista, que la profesión está muy mal: alguna se ha tenido que recalificar en Princesa-, pero que ha mantenido muy buena amistad con gente de poder en el partido de gobierno.
Seguramente la señora Ángeles Alarcó es la de más valía para ocupar la presidencia de Paradores, porque en este país impera la meritocracia. Eso, ante todo. Y si algún día se privatiza todo Paradores, incluyendo los recintos históricos en donde se enclavan los más respetables, seguro que la empresa adjudicataria será de un amigo, o ex, o primo, o hermano.
Este es el ejemplo que sale de un somero análisis de las dos entidades públicas empresariales a nivel estatal que han presentado los dos primeros ERE. La figura jurídica se creo para dar lo mejor de la empresa privada al patrimonio público, y ya ven. Para los amigos. España, año 2013.
***
El mejor y más agradecido rascacielos de las conocidas como "Cuatro Torres de la Ciudad Deportiva", ejemplo duradero de la locura de los Quince Años de Despilfarro, prácticamente vacío y con unos costes de mantenimiento de 6 millones de euros al año. Sólo se habla del aeropuerto de Castellón y otros ejemplos en la mente de todos, pero hay muescas en todas partes.
La primera es Acción Cultural Española, la empresa pública encargada de montar las exposiciones sobre la marca España fuera de nuestras fronteras y que, cuando fluía el dinero a crédito y tenía otro nombre, también las montaba dentro de España, con suculentas minutas a cambio de contenidos francamente mejorables.
Parecía que el criterio que imperaba era cuanto más, mejor, y ahí que se celebraron con grandes fastos y gastos todos los centenarios, aniversarios y bicentenarios que tuvieron a bien de coincidir antes de 2009, cuando se corta el dispendio de dinero. Ahora, pasada la borrachera (llegaron a contar con 30 millones de presupuesto, ahora es un 75% menos), la empresa despide al 40% de su plantilla y rebaja el sueldo a los que se quedan.
La presidenta es Maria Teresa Lizaranzu, que además es directora general de Industrias culturales y del Libro y, pásmense, la esposa de Álvaro Nadal, el responsable de la Oficina Económica de la Moncloa, que por su cargo y desempeño en la actual situación, es íntimo de Rajoy. Seguramente la señora Lizaranzu tiene ambos cargos por su valía personal, y no por ser la esposa de quien es, que aquí pueden leer mejor.
La meritocracia de los números uno y dos de las oposiciones a cuerpos generales del Estado: así está formado este Gobierno. Y para el resto, la meritocracia de estar casado, o ser primo, o hermano, porque "tenemos la generación mejor formada de la historia", pero por si acaso vamos a ir colocando en los puestos a familiares y amigos, como en todas las anteriores generaciones de España.
En fin, vayamos al primer ente público que aplicó un ERE, conocido por todos como Paradores. En la wikipedia se puede ver la génesis de lo que parecía una buena idea en un país con amplio patrimonio histórico y que vive en gran medida del turismo, aunque el que ofrece Paradores no es el que realmente aporta la parte del león, más visible en Platja d´Aro.
Con el tiempo y, especialmente, los Quince Años de Despilfarro, Paradores se fue convirtiendo en un red inmensa y que inauguraba instalaciones en sitios realmente incomprensibles, movido por las presiones locales o pensando que, por arte de magia, el visitante dispuesto a desembolsar 180 euros por una doble querría pasar una noche en pueblos y aldeas de mierda en los sitios más feos y cutres que existen.
Se convirtió en una agencia pública de colocación de los amigos del pueblo agraciado, donde se colocaban en los servicios -el que estudio en la capital, en la dirección del centro; la prima en la cocina; el hermano en la recepción- a las fuerzas locales, porque otra fuente de empleo en la zona no había, o no se quería buscar. Si tienen la molestia de leer la lista de Paradores en el anterior enlace, verán como hay provincias sobrerepresentadas -las de siempre- y donde el paro campa con cifras de África, aunque no siempre lo recojan las estadísticas.
Los planes iniciales, que contemplaban atajar el problema con soltura con cierre de hasta siete establecimientos y cierre durante meses -los de aún más baja ocupación- de otros treinta, se han quedado al final limitado al cierre de un único establecimiento -en Puerto Lumbreras, Murcia- y a seguir esperando a que escampe, que para algo los que trabajan ahí se sienten con derecho a puesto de por vida.
Sin embargo, la empresa pública sigue, al parecer, con su programa de aperturas, como este establecimiento en una de las zonas más remotas de España, y que pasaría a ser el más grande por superficie de toda la red, demostrando una notable capacidad de adaptación al entorno. Aquí, a toda máquina y prietas las filas hasta el abismo.
¿Y quien es la directora de Paradores, la responsable de tan sabias decisiones no llevadas a término? Pues nada menos que la ex-mujer de Rodrigo Rato, a la que dejó hace unos años para irse con otra más joven -concretamente, 30 años más joven y periodista, que la profesión está muy mal: alguna se ha tenido que recalificar en Princesa-, pero que ha mantenido muy buena amistad con gente de poder en el partido de gobierno.
Seguramente la señora Ángeles Alarcó es la de más valía para ocupar la presidencia de Paradores, porque en este país impera la meritocracia. Eso, ante todo. Y si algún día se privatiza todo Paradores, incluyendo los recintos históricos en donde se enclavan los más respetables, seguro que la empresa adjudicataria será de un amigo, o ex, o primo, o hermano.
Este es el ejemplo que sale de un somero análisis de las dos entidades públicas empresariales a nivel estatal que han presentado los dos primeros ERE. La figura jurídica se creo para dar lo mejor de la empresa privada al patrimonio público, y ya ven. Para los amigos. España, año 2013.
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El mejor y más agradecido rascacielos de las conocidas como "Cuatro Torres de la Ciudad Deportiva", ejemplo duradero de la locura de los Quince Años de Despilfarro, prácticamente vacío y con unos costes de mantenimiento de 6 millones de euros al año. Sólo se habla del aeropuerto de Castellón y otros ejemplos en la mente de todos, pero hay muescas en todas partes.