El gran Mauro Entrialgo,siempre agudo y conciso |
El Gobierno con diez meses de vida a la vista está ultimando una Ley sobre Igualdad de Trato, que como el título sugiere "pretende el establecimiento de un marco legal adecuado para la prevención, atención y eliminación de todas las formas de discriminación, el impulso de la aplicación transversal de la igualdad de trato en la formulación, ejecución y evaluación de las políticas públicas, la coordinación entre
las diferentes Administraciones públicas y la colaboración entre las mismas, los agentes sociales y la sociedad civil organizada, todo ello para favorecer la corresponsabilidad social ante la discriminación".
En este sentido, es una Ley muy consecuente con los ocho años de Gobierno socialista de Jose Luis Rodríguez Zapatero, y tampoco puede sorprender a mucha gente. Sorprende, sin embargo, a esa gente que se aglutina genéricamente bajo la denominación de "la gente de Internet" cuando en el telediario tienen que sacar un vídeo gracioso, o los grupos que se crean en Facebook cuando pasa alguna novedad, la misma a los que la pésima Ministra González-Sinde no consultó en los pasos previos a la aprobación de la Ley conocida con su nombre, como si fuese una senadora de EE.UU y no una pobre señora hija de un director de cine de baja calidad, y ella misma una guionista de cine de aún más pésima calidad.
En aquella ocasión la Ministra de la Cultura protagonizó lo que uno de los invitados calificó de la "cena del miedo". A mí, sinceramente, me parecían de miedo todos los comensales, y no sólo la Ministra. La idea también era terrorífica: formar un pool de supuestos personajes influyentes en la cultura para pulsar su opinión de cara a la aprobación de la Ley Sinde, esa por la que al parecer se van a cercenar las libertades individuales porque no te vas a poder bajar una puta mierda de serie americana de 60 horas (¿pero realmente a alguien interesa lo de Baltimore? ¿Quien tiene tanto tiempo libre?) o las obras completas de Bach, si alguien desease esto y tuviese un tera libre en su última compra de equipos de almacenaje de cultura empaquetada digitalmente. Ya sabrán de que les hablo.
Con posterioridad, Álex de la Iglesia se entrevistó con los llamados "cibernautas", o al menos algunos de los más representativos. Era algo más lógico, pero acabó perdiendo la partida, y también los Goya. Ganará la batalla a largo plazo ("Internet no es el futuro, es el presente": parece mentira que se tenga que decir eso. La Academia del Cine no es muy diferente de la de Historia), y también ha ganado la batalla del sentido común. Eso sí, que nadie piense que allí en la Internet hay una inteligencia colectiva o algo así. Fíjense si no en el colectivo Anonymous, que escoje una careta de un cómic en donde el protagonista hace saltar el Parlamento británico, una acción realmente elogiable y que merece, al parecer, incluso la emulación por medio de caretas de payaso.
¡Que nos quitan nuestra descargas gratuitas! ¡Que nos quitan nuestro derecho a fumar en donde nos sale de la boquilla! ¡Que nos quitan nuestro derecho a vivir! ¡Dejádnos vivir!. Más o menos de esto van las reivindicaciones de esta gente, y la Ley sobre Igualdad de Trato parece que va a ser el nuevo caballo de batalla de estos celosos defensores de la libertad, especialmente la que empieza por uno mismo. Pero no se engañen: no son ningún Bentham ni ningún Locke. Simplemente ven enemigos donde no los hay.
Conviene señalar, antes de entrar en mayores análisis, que la Ley en cuestión es "una ley de garantías, que no pretende tanto reconocer nuevos derechos como garantizar los que ya existen". Ojo, aquí no es una Ley como la de Dependencia: reconoce y ampara derechos que ya existen, como cualquiera que no haya leído la Constitución Española de 1978 conoce. Simplemente promueve una tutela efectiva de los mismos.
¿Y cual ha sido la reacción de "la gente de Internet"? Vean este ejemplo carismático, que es el mismo por donde yo he tenido acceso a este tema. El autor personaliza la Ley -esta visto que es tendencia, cualquier día llamamos a las leyes Helms-Burton- en la ministra Leire Pajín. Estoy seguro que si el impulsor hubiese sido Jaúregui o Chaves no hubiese sido lo mismo, pero ya saben que la joven política del PSOE es objeto de cualquier tipo de comentarios, desde los del alcalde de Valladolid -que ha vuelto a ganar, por supuesto- hasta los del vulgo más vulgar.
Es más, ya es una "Ley mordaza". ¿La Igualdad de trato es algo digno de mordaza? ¿Ese accesorio no es más lógico en una Ley de tenencia de animales? ¿Que quieren decir? Ah ya, la censura, ese peligro tan grave que cada vez que conviene, se azuza desde Internet, a saber con qué fin o viendo no se qué demonios. Una buena pista es lo que se escribe en este blog: "someter todos los ámbitos de la vida a los caprichos del gobierno", al que ya imagino con capucha negra y una cruz ardiendo tras un tribunal sumarísimo. La imagen no está escogida al azar: evidentemente, como casi siempre que sale a colación el término "censura", de su mano viene el término asociado "inquisición".
Y es que esta "gente de Internet" suele ser patética en sus argumentos, su argumentación y en su paranoia de ver enemigos donde no los hay.
El post es demencial y desquiciante, baste ver los ejemplos que utiliza. Sólo desde una interpretación muy torticera de la Ley -ahí tienen el anteproyecto, para que cada cual lo lea y piense si es tan ofensivo como parece ser- se podría aplicar de esa manera y, aunque es algo posible en virtud de qué juez toque, eso pasa prácticamente con cualquier Ley ya aprobada, e incluso con la propia Constitución. En caso de duda, recuerden: "una ley de garantías, que no pretende tanto reconocer nuevos derechos como garantizar los que ya existen".
Pues no. Parece, por el revuelo causado, que el PSOE -personaliza así, porque el infeliz de este blog dice "el gobierno" puede entrar en "todos los ámbitos de nuestra vida a capricho- ha dado una vuelta de tuerca más y camina directamente hacia la implantación de una Monarquía Parlamentaria Socialista donde sólo exista el Pravda. Son así: no el PSOE, claro, si no la gente que está en Internet y piensa que está al margen de todo.
Atentos, que esta es gorda: "esta ley considera discriminación casi cualquier decisión que podamos tomar en nuestros blogs, o en cualquier ámbito de nuestra vida social. No es algo hecho por capricho, de forma accidental o fruto de la casualidad. Antes bien, estamos ante una “ley comodín” con la que el poder político podrá perseguir y castigar a cualquier ciudadano cuando le dé la gana, por casi cualquier causa: una eficaz herramienta legal para reprimir al discrepante".
¿Se dan cuenta? ¡Y nosotros sin saberlo! ¡Se está cayendo el mundo, van a acabar con nuestras libertades, a mí me hicieron leer 1984 en el colegio, se perfectamente lo que pretenden! ¡No nos engañarán! ¡Bajo la Ley sobre Igualdad de Trato se esconde un siniestro plan para controlar el pensamiento y una "eficaz herramienta legal para reprimir al discrepante"! Nada menos, por otra parte.
Además, se creará un comisario político ad hoc "nombrado por el Gobierno por Real Decreto"? ¿Pero que pretenden? ¿Que lo nombre el Parlamento como si fuese el Defensor del Pueblo, que por otra parte no sirve para nada? Aquí hay otra posible lectura, muy compatible con la de esta gente que ve liberticidas por todas partes (¡que yo quiero fumar, coño! ¡Me voy al asador de Málaga, allí si que saben ser libres!), que es la creación de otro alto cargo en la administración: terrible, más chupópteros.
Tras pasar como un elefante sobre cosas como la carga de prueba o la censura -que la tendrá que hacer el proveedor, como por otra parte ya está recogido en otros ordenamientos anteriores a Internet- se termina con esta soflama: "Una ley mucho peor que la ley Sinde para la libertad de expresión". Con esta arenga ya se ha ganado la inquebrantable adhesión de todos los adictos al consumo compulsivo de contenidos gratuitos por Internet, esto es: el 99% de los internautas. Ahora bien, no se qué problemas hay con la libertad de expresión en la Ley Sinde. Seguramente quebranta el derecho a la información, porque no puedo descargar Star Trek en arameo, que lo necesito para el trabajo del máster.
Al grano y la conclusión: sólo desde una mente enferma y llena de agujeros se puede leer la Ley sobre Igualdad de Trato bajo esa óptica censora, en vez de celebrarla como algo necesario en un ámbito donde rije el "todo vale". O valía. A eso es a lo que tienen miedo.
Me llama la atención que dediques todo un post a criticar la oposición de otros a la ley, y sin embargo no explicas por qué la apoyas tú, más allá de una idea general sobre la igualdad de trato. No se trata de la igualdad de trato (en eso creo que estamos todos a favor), se trata de la manera que tiene esta ley concreta de garantizarla. Y de eso no hablas.
ResponderEliminarSobre la "puta mierda" de series y "quién tiene tiempo para eso" (60 horas de serie), me parece que están fuera de lugar; como si no dedicara la gente más tiempo a ver fútbol o ciclismo. Y en ocasiones vía "streaming" gratuito, a través de webs que se saltan los geobloqueos y la propiedad de los derechos de emisión; para ver un Boca-River, o una Gante-Wevelgem, qué se yo. Pero claro, los malos son los que ven series, los otros son "entusiastas" o "aficionados"; los piratas son los de seriesyonkis, los de steephill o cyclinfans son unos cracks.
Hombre, precisamente porque ya es un derecho establecido no creo que tenga que explicar porque me parece bien la Ley. Ya doy mi respaldo con mi voto general al sistema: cosa contraria de si se tratase de una Ley de discriminación en el trato, o que en el texto legal superior se recogiese algún principio de discriminación no positiva.
ResponderEliminarEn cuanto a la manera concreta de garantizar ese derecho que tiene esta ley, a mí me parece bastante correcta y a tono con los tiempos que corren: seguro que tienes en mente algunos casos sucedidos en tuenti. Para cuando el juez dicta sentencia, el/la adolescente ya hace tiempo que ha vuelto de la mili, o se ha licenciado. Perdón por lo burdo del ejemplo, pero es domingo por la tarde y no estoy para cosas más elevadas.
En cuanto al otro ejemplo, no conozco nadie que pueda comprar retransmisiones de acontecimientos deportivos que ya han perdido la magia del directo. El posible mercado de los organizadores de carreras empieza y acaba con el streming. La G-W no da para más que unos cuantos cientos de locos del ciclismo, lo sabes bien.
No es lo mismo que una serie que cuesta mucho producir, y cuyos pingües beneficios de la venta en soportes permanentes han caído drásticamente por los practicantes de la política del gratis total. De los cinco millones de parados, algunos se colocarían en el sucesor del videoclub -tampoco nos vamos a engañar aquí sobre el modelo productivo español- si no existiese la piratería. O en el cine.
Como existe, esos oficios han desaparecido, igual que desaparecieron los de carrocero, rotulista o herrador: barridos por la ola del avance tecnológico. En este caso, fraudulento.
Yo creo que alguien que puede dedicar 16 horas de un día a ver compulsivamente capítulos de una serie -precisamente porque los tiene todos a disposición de manera bulímica- tiene un problema más allá de la piratería. No se si son los "malos", pero tienen un problema.
"Los internautas" o "gente de internet" es una de los colectivos más ridículos que he oído jamás en los medios de comunicación, producto de la obsesión de estos de poner a los individuos en una categoría concreta. Como mucho podría aceptar que utilizaran las notas de prensa de la Asociación de Internautas para generar información, pero como siempre pasa con este tipos de colectivos, hay que cogérsela con papel de fumar.
ResponderEliminarLa oposición a la Ley Sinde es ridícula hasta decir basta. La propia Ley iba a ser muy poco eficiente de lo poco restrictiva que era. Y aquella, como esta, no tiene como objetivo el establecimiento de un sistema de censura. ¿Quién se creía eso?
Por cierto, ¿crees que la serie de Baltimore de marras tiene de verdad tantos seguidores "piratas" como para haber perdido ventas en soportes físicos? Durante su emisión nadie hablaba de ella en España ni los DVD se podían comprar aquí. Las pocas ganancias que haya podido tener esa serie aquí han venido del boca/oreja a través de Internet. No me entiendas mal, estoy 100% de acuerdo con lo que dices, pero creo que The Wire no es el mejor ejemplo.
El acceso a la cultura no es una excusa, todos los "internautas" podemos usar las bibliotecas públicas como todo hijo de vecino. Ahí también están los DVD de dicha serie y también te puedes tragar los 16 episodios seguidos.
Cosa comparable a tragarse las dos trilogías de Star Wars, leerse los Episodios Nacionales de Galdós o tragarse todo el ciclismo de carretera que echen por la tele. Nadie se va a tragar las 60 horas de la serie de forma compulsiva si no es porque es un apasionado de la misma.
No se ve mucha gente deseando empaparse de la filmografía de Kiarostami, por mucho que se pueda conseguir gratis por internet, al menos desde ¿Dónde está la casa de mi amigo?.
Pues totalmente de acuerdo en el primer párrafo y el segundo, que es lo sustancial.
ResponderEliminarEn el resto, pues son ejemplos más o menos acertados, pero por ahí van los tiros.
A mí me parece una ley excelente, que hace un esfuerzo importante por sistematizar una serie de derechos ya reconocidos. No tiene otro cometido que éste y no restringe nada.
ResponderEliminarDe la misma forma, creo que no es comparable a la ley antitabaco ya que esta última sí impide que cada cual haga lo que tenga por conveniente en un local de su propiedad, por ejemplo. Soy fumador pero no tengo inconveniente en reconocer que puedo ser una molestia para los que están a mi alrededor aunque lo cierto es que nadie les obliga a estar en el mismo sitio que yo.
En cualquier caso, no sé si has hecho un post sobre el tema de la ley antitabaco. Si no lo has hecho, te animo a hacerlo.
Octavi.