miércoles, 18 de mayo de 2011

El alarmante incremento de la antipolítica

Un trago difícil de pasar. Un trago del copón
Vivimos una era tumultuosa donde lo peor está por llegar. Desde el inicio de la crisis financiera, y luego económica, en 2008, hemos visto magnitudes financieras que nos retrotraían a 1929 y peor. La peor crisis en setenta años: la crisis de nuestras vidas, donde las consecuencias se prolongarán a lo largo de lustros, por mucho que la clase política lo intente negar.

No se en qué fase de la crisis estamos, pero desde luego estamos entrando en una nueva: la de las movilizaciones de una juventud a la que vendieron un futuro que no existía, que estudió para ello y con un sistema productivo y una situación económica (por favor, en este orden) que no puede asimilar esas justas aspiraciones, infladas en gran medida, pero justas.

El cacareado movimiento "Democracia Real Ya", cuyo nombre y programa bien podría firmar un partido de ultraderecha, especialmente su postulado principal del título -no existe una democracia real en España, pero es que la democracia no existe como sistema completo y perfecto en ninguna parte, y mejor así-, aunque la mayoría de la gente que se ha sumado a este movimiento tumultuario parece estar lejos de estos postulados y su factor denominador común es el cabreo, el desengaño y la frustación.

En la política oficial están preocupados: no el PP, claro, que siempre ha jugado la baza de la desmovilización de la izquierda como el caballo ganador para entrar en las instituciones con la vara de mando, sino en el PSOE. Es muy divertido escuchar a Angels Barcelò relatar preocupada las consignas, y desautorizar concentraciones como la de la Puerta del Sol ("pero si en España ya existe democracia") cuando hace tres meses estaba excitada por la plaza Tahir de El Cairo. También a los cargos electos del PSOE.

La cosa irá a más. Han conseguido éxito mediático, las causas que los movilizan no se van a solucionar a medio plazo y bueno, la alegría de la juventud. Sin embargo, es mucho más preocupante lo que este fenómeno supone, y que también va a ir a más: la antipolítica. En tiempos de crisis, esas posturas sólo pueden traer mayor confusión e incertidumbre.

Parece todo diseñado por una mente maligna que desee este fin, aunque mejor no aventurar estas hipótesis, pues gran parte de la gente acampada o simpatizante con ¡Democracia real ya! tienen querencia a ver manos negras que dominan el mundo (la banca) en clubes privados y lejos del control público, y bien es sabido que las teorías conspiranoicas se difunden más rápido que la verdad, ya que aglutinan en una única respuesta un montón de preguntas.

Si ya era malo para el parlamentarismo y el sistema representantivo que llamamos democracia fenómenos como el berlusconismo o el chavismo, en las últimas fechas se han sucedido situaciones desasosegantes. La primera, la ejecución de Bin Laden. Es lamentable, aunque fuese la mejor solución -no puedes montar un juicio a un antiguo empleado de la CIA, por lo que pudiese contar; no puedes tener encarcelado a alguien así y que sus seguidores empiecen a capturar rehenes y ejecutarlos si no lo liberan- que se haya acabado con este malo típico de pelis de James Bond (millonario, en su cueva, con sus vestales) de esa forma tan chapucera -hasta se cayó el helicóptero ultrasecreto- y sin tener en cuenta el post-Osama, o la estrategia comunicativa cuando hubiesen acabado con el malo-malísimo.

No es por nada, pero si EE.UU quiere recuperar el papel de faro del mundo que lleva siendo muchos años, y ojalá lo siga siendo muchos más (¿alguien les ha hablado de China y el régimen de libertades que hay en la fábrica del mundo?) deberían intentar dar algo más de ejemplo, tras las soberanas chapuzas de Guantánamo y esta última. Ha habido multitudes y opinadores profesionales que han aprovechado la ejecución de Osama para defender los métodos de tortura para obtener confesiones. Normal que crezca la antipolítica y el descreimiento en los líderes cuando estos son los métodos "justificables".

Otro ejemplo de la creciente antipolítica es el caso Strauss-Kahn, acusado de haber intentado violar a una camarera del hotel donde se hospedaba en EE.UU. Candidable por el PSF contra Sarkozy, ha dejado una mancha indeleble, porque a la izquierda siempre le ha gustado presentar ese tipo de delitos -el señor que se va con la criada- como propios de la derecha, a la que siempre intenta demonizar. De hecho, algunas de las acusaciones contra Strauss-Kahn se basan en que la habitación de hotel costaba 3.000 dólares, que iba en un Porsche que le dejó un amigo días antes y cosas de ese tipo.

El tema económico es lo que más distancia a los gobernantes de sus electores. En España y desde hace dos años, copiando el éxito en Italia del libro La Casta, del periodista Stella, se ha empezado un ataque bipartidista contra los supuestos privilegios de nuestros gobernantes: que si dietas, que si pensiones vitalicias, que si sueldazos, cuando en su inmensa mayoría cobran sueldos míseros para sus altas responsabilidades. El problema es que en este país, cualquiera que cobre más que el prójimo es ya culpable y se tiene que justificar.

Los ataques en ese sentido comenzaron desde el periódico 20 minutos, y fueron rápidamente secundados por otros más clásicos. Todo esto ha llevado a una carrera estúpida y frenética que lleva a que, por ejemplo, la candidata del PP a la alcaldía de Elche, haya prometido que si gana las elecciones, donará su sueldo a la beneficiencia. Como en la tómbola. En el fondo, todo esto y lo de los trajes de Camps, por no ahondar más en el tema, incurren en el descrédito de los políticos.

Aparte de eso (asesinato legal, violadores, privilegiados, dádivas) está la tónica general de la campaña municipal y autonómica en curso, mantenido en un perfil bajo por acuerdo expreso de los dos grandes partidos. La corrupción es un tema que ni se toca, y los golpes bajos corren por doquier: el PP llamando en sus cuñas al PSOE mentirosos ("los socialistas mienten", intentan hacer un slogan) y el PSOE diciendo que el PP es la ultraderecha, cuando todavía le queda mucho camino por recorre en ese sentido, y dudo mucho que un partido que tiene que sacar 10 millones de votos en unas generales para ganar utilice jamás un discurso de ultraderecha. Es un campaña tristisima, con proposiciones tontas y romas.

Eso influye también en el descontento de los concentrados en las plazas de España. Son, en general, una generación formada con estudios universitarios, que ven un discurso patético y ramplón, apenas una feria de ventas y proposiciones y, lo que es peor, pactado a propósito entre los dos grandes partidos para no tocar los temas más sensibles, y también más importantes que el enésimo carril-bici, "contenedor cultural" o polideportivo. Por no salir de estos ejemplos, ¿es tan difícil plantear como un tema prioritario evitar el urbanismo demencial que se ha aplicado en España? ¿no son competencias municipales? Bueno, pues no existe.

Normal que la amplia proporción de desencantados con el sistema político y los partidos (recuerden: un 25% del electorado no vota jamás) haya pasado de una cierta pasividad a una cierta actividad, que irá a más: esperen a que se unan a las concentraciones las madres y padres que, tras partirse los cuernos toda la vida para que su vástago se ganase la vida de una manera mejor, y que pensaba que un título universitario bastaba, vean como se gana la vida peor que ellos a su misma edad, porque los sueldos son los que son y el poder adquisitivo está bajando a ritmo de vértigo. No lo habrán leído por ahí claro, pero la inflación interanual está en el 3´8%, y el tipo de interés al 1´25%. Hagan sus cuentas.

Irá a más y no se como se va a encauzar. Cinco millones de parados, un partido político en el poder que se rige por consignas y dogmas, un partido político en la oposición que no propone nada más que fórmulas vacías, un horizonte económico tenebroso: estamos ante una situación típicamente schumpeteriana, y no creo que se arregle con más libertad, al contrario. Vienen tiempos oscuros también lo político y en el orden social , al margen de cualquier otra consideración.

Lo peor de todo es el descrédito del modelo democrático, en el que los partidos son un elemento fundamental como aglutinadores de los intereses comunes. Eso no se va a solucionar de manera fácil, e irá a peor: sólo hace falta ver el vertiginoso ascenso de la marca blanca del PP llamada UPD. En estos contextos los oportunistas, vendidos con un activo principal en sí mismo temporal (es un partido nuevo: todos lo han sido alguna vez) crecen y prosperan. Yo entiendo los motivos de los concentrados en las plazas. Por esa misma razón votaré el domingo, porque votar es un privilegio del que disfruta una minoría de la humanidad, y que sí sirve para producir cambios. Quedarse en casa, hacer sentada, pensar en la revolución: eso si que no sirve para nada. Si uno se abstiene, está votando. No a la antipolítica. Jamás. Nunca.
***
Por una vez en su vida es sincero, eso sí: para confirmar lo que cualquiera suponía.
***
Noticias de Bielorrusia. Lukashenko paga en mano. La vergüenza es berlanguiana. La escena esperpéntica.

18 comentarios:

  1. Hola Sergio, soy Aitor venido desde ciclismo2005.

    Me parece un brillante análisis el que has efectuado en el artículo. Yo mismo soy un titulado universitario que, tras años de duro estudio, accedió a un mercado laboral en el que de nada valía lo estudiado: ni para trabajar (siempre haciendo chapuzas), ni para cobrar (comparado con los demás titulados europeos, previa aplicación proporcional del PIB).

    No entiendo el motivo por el que hay que ir a votar. ¿Para qué votar si los partidos políticos no presentan propuestas? ¿Cómo votar a representantes como Pepiño, Trini, Pajín, Elena Valenciano, Sinde, Trillo, Sáenz de Santamaría, “Pitbull” Cospedal, Marianico El Corto, Pujalte, trasnochado Cayo Lara? ¿Cómo van a ser éstos mis representantes? ¿Para qué ir a votar si finalmente las leyes se hacen y rehacen en función de “los mercados”?

    Si son los mercados quienes gobiernas, ¿en qué se diferencian el PP del PSOE? Pues en la fachada, supongo. La derecha española es rancia, homófoba y clerical en las formas (que no en fondo, pues a misa van cuatro). Y la izquierda que engloba el PSOE van de izquierdistas modernos y tolerantes. Nada más. A ambos lados no hay nada más.

    Ah sí, hay una diferencia más. Históricamente, el PP tiene más amigos en las altas esferas económicas y procura hacer política para beneficiar económicamente a ellos. Al PSOE no le queda ni el consuelo de beneficiar a nadie.

    Como dice el lema de estos días: que no, que no nos representan.

    PD: me voy a ver el Giro que la etapa de hoy es de serio desgaste para los compañeros del solomillo irunés.

    ResponderEliminar
  2. Muy buen artículo, as usual. Y coincido plenamente con la conclusión del último párrafo.

    Respecto a la crisis mencionada en el inicio, ayer ví Inside Job, un documental muy interesante acerca de la misma. Recomendado...

    ResponderEliminar
  3. Gracias por vuestros comentarios. Aitor: lo peor del mercado laboral post-universitario es que el que se comporta virtuosamente -saca el título con 22 años, ahora ya incluso con 21 gracias a los grados- es el más penalizado, porque hasta que no tiene 30 es imposible que tenga una posición estable o remunerada.

    Si no votas, deciden por tí. Si votas, también, pero al menos algunos no. En todo caso, tu opinión representa algo también muy en boga últimamente, lo de que todos son iguales. Yo no pienso lo mismo.

    Borf: a mí no me gustó mucho, de hecho me pareció aburridisimo. No me gusta nada eso de dejar el footage de las entrevistas para que se vean a los entrevistados en situaciones ridículas, ni las tomas aéreas de rascacielos, ni eso de que los de los bancos están ahora en la administración.

    Es un defecto de formación, sin duda, pero prefiero los textos escritos a cualquier producto audiovisual.

    ResponderEliminar
  4. Aitor, históricamente, es seguro que el PP tenía más relaciones en las altas esferas; actualmente, lo veo menos claro.

    Sergio: tu artículo, lúcido y desesperanzador. La conclusión, lamento decir, no parece desprenderse de las premisas, vamos, que quitas las ganas de ir a votar.

    En otro orden de cosas, al margen de infectos personalismos, yo no acabo de ver a UPD como una marca blanca del PP; creo que se trata, sencillamente,de un partido socialdemócrata a la europea o más bien a la jacobina, es decir, no nacionalista. Que desde estos supuestos se pueda articular un discurso político coherente en España ya es una cuestión distinta. Y aprovechando la alusión, nos tienes prometido un post sobre UPD desde hace mucho tiempo. No nos hagas esperar mucho más.

    ResponderEliminar
  5. A mi UPD no me parece la marca blanca del PP. Creo que no es más que la solución que ha encontrado Rosa Diez para no tener que bajarse del coche oficial. Un partido que no tiene mas ideologia que decir lo que cree que la gente quiere oir. Si mañana cambiaran los vientos, dirían exactamente lo contrario que dicen hoy.

    Y respecto a que son todos iguales, hay que matizar. Tienen en común la falta de respeto por el ciudadano: llegan al poder y se dedican a crear cargos innecesarios y a gastar dinero en resolver problemas inexistentes, regalando los oidos de los ciudadanos con aldeanadas. La gran diferencia son las formas. La supuesta modernidad del PSOE frente a la profunda ranciedad del PP.

    ResponderEliminar
  6. "a la jacobina, es decir, no nacionalista"

    Los jacobinos eran centralistas, de no nacionalistas nada.

    Y los de UPyD son supernacionalistas españoles, tan nacionalistas como los periféricos pero con otra bandera y otra fanfarria.

    ResponderEliminar
  7. Me sorprende, conociendo tu querencia por Alemania, que no hayas puesto nada sobre lo que pasó en las últimas elecciones regionales. Lo ocurrido en el muy próspero estado de Baden-Wurtemberg, con ¡¡¡los verdes!!! superando al SPD y desbancando entre ambos a la CDU, ha sido algo realmente histórico.

    ResponderEliminar
  8. Precisamente, aparte de aquí, lo he recomendado a gente que no es mucho de leer. Creo que hace un resumen bastante decente que puede llegar a más gente que un texto escrito.

    En cuanto a lo de dejar el footage, de acuerdo. A mí las tomas de rascacielos si me gustan...

    ResponderEliminar
  9. Al anónimo de las 12:03. Creo que se sobreentendía por mis palabras que cuando decía no-nacionalista, me refería a un concepto de estado centralista, y la centralidad en España ya sabemos donde está, geográfica y culturalmente; con ese matiz, perfectamente se les puede definir como "nacionalistas españoles". No obstante, y sin ánimo de polemizar, el PNV, el PSC, CiU son mucho más nacionalistas que UPD (tanto es así, que a quienes defiende sustancialmente lo mismo que ellos, como el partido ése de los finlandeses auténticos, se les llama aquí "ultraderecha"). Si el nacionalismo es algo malo, lo ha de ser tanto si eres nacionalista "español" como "catalán"; y por simple lógica, peor cuanto más pequeño, por excluyente (aunque de nuevo, aquí habría que descontar cuestiones idiomáticas). Voltaire era, avant la lettre, "nacionalista europeo", y no sé en qué sentido puede ser eso más negativo que, yo que sé, "nacionalista escanio" o "nacionalista ladino"o "nacionalista gallego".

    ResponderEliminar
  10. Tienes claro que este "movimiento" irá a más? yo apostaría a que en una semana, después del lunes postelectoral, esto quedará en el olvido. Tiempo al tiempo.

    ResponderEliminar
  11. En mi pueblo se presentan 10 partidos, mi consigna a mis amigos y conocidos es que voten a cualquiera menos a PSOE, PP y CiU. Incluso les invito a no votar a ERC ni IC (puesto que reeditarían un tripartito). Por lo tanto quedan 5. Y de ellos solo 1 es un NO-Partido, es decir, unos cuantos ciudadanos cabreados que han montado un partido cutre pero que representaría muy bien el castigo al sistema de castas que gobierna este país. Yo votaré al NO-Partido, por cutres que me parezcan. El voto es la única forma que tenemos de hacerles pupa al monopolio. Las manifestaciones, sentadas, acampadas y caceroladas les resbalan, igual que los juicios por corrupción.

    ResponderEliminar
  12. Aún reconociendo que no todos son iguales, yo votaré cuando pueda elegir entre quienes dirigen nuestras vidas. Paso de votar a sus lacayos.

    karajin

    ResponderEliminar
  13. Sergio ha dado por sentado que los manifestantes o los que estamos de acuerdo con lo que reclaman no vamos a votar, lo cual es mucho suponer. Pero en casos como el mío, en el que ningún partido consigue captarme, por muy imnoritario que sea, se plantea complicada la elección, puesto que bien es sabido que el voto en blanco acaba beneficiando a los partidos mayoritarios. La situación se torna negra, pues, ya que este sistema electoral es obviamente injusto en sentido representativo, tanto par los partidos mayoritarios como para los votantes que deseemos expresar nuestro malestar con todos y cada uno de los partidos del espectro (nunca mejor dicho) político. ¿Cómo hago notar mi "castigo" en el parlamento o las cortes de mi comunidad si no se va a ver reflejado? No es una situación nada fácil, os lo aseguro.

    ResponderEliminar
  14. Jefe, el problema es que una panda de antisistema quiere cambiar una democracia que el 70 % de la población acepta. Y eso sí es antidemocrático. El día que los partidos minoritarios saquen representación, como en Finlandia, Francia o Suiza, entonces se podrá cambiar algo. Mientras, sois como HB, cambiar el poder por medio de la intimidación.

    ResponderEliminar
  15. ciudadanos me parece una buena opción de voto
    que pensáis?

    ResponderEliminar
  16. el 70% acepta? si nunca vota ni el 70% y de los que vota(mos) una gran parte lo hacemos por el menos malo o lo que sea pero no estamos de acuerdo con el sistema. Yo quiero votar y no puedo hacerlo, en mi pueblo se presentan 3 listas a las elecciones: PP,PSOE y nacionalistas, tengo amigos en las 3 y hay gente competente en las 3, que me gustaría que gobernaran, pero también hay auténticos impresentables, ignorantes, mentirosos y corruptos, bien conocidos porque son vecinos míos ¿se puede votar así? ¿es eso democracia?
    se imagina alguien ir a la frutería y que sólo puedas comprar en packs peras, manzanas o limones. Cada uno empaquetados en docenas, 2 o 3 con buena pinta y el resto podridos ¿es eso elegir? No, eso es un timo como la partidocracia que tenemos.
    Esto tiene que cambiar coño, es insotenible. 200 diputados para que siempre voten lo mismo, para eso que pongan un representante de cada partido y ahorramos sueldos.

    ResponderEliminar
  17. Una válvula de escape para la presión a la que está - y seguirá estando-sometida una gran parte de la sociedad actual. El pensamiento crítico del que algunos se acuerdan ahora es preferible comenzar a ejercerlo en tiempos de bonanza...

    ResponderEliminar
  18. el 80% de politicos estan corruptos, estan acabando con el gobierno que pasa nadie hace nada? nos roban delante de nuestras caras .
    la policia que solo hace multar y los juezes cada vez mas incompetentes por culpa de las leyes absurdas que no cabian y no hacen nada al respecto ,que seguridad tenemosss? faltan profesionales en todo y gente coherente y noble, pareece que esta palabra ha perdido su significado por aqui por españa , para eso votamos me niego rotundamente.viva la antipoliticaaaa

    ResponderEliminar