El pasado 3 de octubre se celebró el 20 aniversario de la reunificación alemana, una de esas fechas redondas que tanto gustan para echar la vista atrás, sacar nuevas cosas y lanzar proyecciones de futuro. A ver que queda para el 50 aniversario, o el primer centenario, pero siempre habrá algo.
Días antes la gran Angela Merkel dijo que todavía tenía tendencia a acumular cosas en su casa como rémora de haber pasado su juventud y parte de su vida adulta bajo el régimen demencial de Erick Honecker. La noticia fue recibida con mucho cariño por la mayor parte de las personas, puesto que en esta política atípica confluyen una serie de cualidades difíciles de encontrar en alguien de su rango: es sincera.
Lo que en la mayor parte de los paises hubiese sido celebrado con un sonoro Muerta de hambre se ha comprendido muy bien en un país como Alemania, donde todavía está viva la generación que sufrió la primera postguerra mundial, antes del fenomenal boom económico. Lo de acumular alimentos no es patrimonio exclusivo de los ossies, sino que es una experiencia vital que pueden atestiguar todos los que vivieron en la primera mitad del siglo XX en Europa. Sí, también Reino Unido y España, donde hubo cartillas de racionamiento hasta 1953.
Que Angela Merkel haya reconocido que todavía conserva la costumbre de comprar más que lo que necesita, no vaya a ser que cuando vuelva al mercado no queden unidades, es otro detalle más que encaja en la atípica biografía política de esta dirigente, hija de un pastor protestante que se mudó a la RDA. Sin embargo, mi preferido es cuando confesó que fue okupa en Berlín Oriental, mucho antes de que llegasen los pijos de los países europeos y los desastrados de los países del sur de Europa. En Berlín Occidental se concentraban los hippies que no querían hacer el servicio militar -estaban exentos en virtud de la peculiaridad de esta isla de libertad durante toda la Guerra Fría- y que se querían beneficiar de las suculentas subvenciones de esa olla a presión que fue la zona ocupada por franceses, ingleses y estadounidenses tras 1945.
En Berlín Oriental era diferente. Los okupas llegaron a finales de los ochenta, poco antes de la caída del régimen demencial que construyó el muro. Se había aflojado la presión policial-represiva y muchos estudiantes se mudaron a las casas abandonadas de los años 20 más próximas a la zona del muro, que habían quedado abandonas. Se trata de Prezlauer Berg, Kolwitz Platz y, en general, todo barrio preexistente a la instauración del comunismo como religión oficial, dejado de cualquier reforma y fantasmal. Más al norte, en Pankow, vivía la nomenklatura de aquel régimen enfermizo.
¿Y por qué se mudaban? Simplemente porque la kafkiana burocracia de la economía de gestión centralizada no iba acorde a los intereses de la población. Angela Merkel obtuvo su doctorado en Física en 1986 y se trasladó a Berlín a trabajar. Como no podía esperar a que el sistema le adjudicase una casa -un plattenbaum en Marzahn, en esos barrios de utopía socialista y anomia colectiva- tuvo que okupar. El régimen hacía la vista gorda ante este fenómeno. Ya ven: una canciller con un pasado okupa. Y que reconoce que acumula alimentos.
No ha sido la única noticia con la que se ha adornado el 20 aniversario de la reunificación. Unas semanas antes Alemania acabó de satisfacer los pagos a los que fue condenada en el Tratado de Versalles. 92 años después. Evidentemente, es una noticia de mucho mayor alcance que las vicisitudes personales de Angela Merkel. Como parte de la muy instalada versión oficial de los hechos alemana, las leoninas condiciones impuestas por el Tratato de Versalles se ven como el principio de todos los males posteriores.
En una sucesión determinista y maniquea, esos pagos 96.000 toneladas de oro (tal cual) fueron vistos como lo que llevó a la hiperinflacción de los años veinte -que lleva hasta la mentalidad de Merkel tamizada por el comunismo-, el ascenso del nazismo, la guerra y todo lo demás. Curiosamente, también Hitler pensaba lo mismo de Versalles, que fue una humillación y cuyo sistema de pagos cruzados hizo que las consecuencias de la crisis de 1929 se propagasen con mayor facilidad, y esto lo pensaba el tantas veces citado en estos tiempos Keynes.
Alemania cierra el pago de ese tratado abusivo -ahí está la ocupación francesa del Rurh en 1923, para cobrarse en especie parte de ese abuso- un periodo de su historia, en un proceso iniciado en 1990. Se puede hacer una historia del Siglo XX, y no sería una historia incompleta, siguiendo la trayectoria de la nación alemana en ese periodo. Y hay una novedad muy importante en esa serie que se inicia en 1914 y concluye en 2010.
Si en aquel año Alemania era una de las potencias mundiales, y hoy lo sigue siendo en la mayor parte de los parámetros a pesar de dos guerras mundiales perdidas, la división en dos facciones enfrentadas antagónicamente -por mucho que se esforzase Willy Brandt- durante 45 años y de haber llevado el peso económico de la integración europea -lo que en el nazismo se llamaba esfera de coprosperidad- ha sido en gran parte posible a que Alemania ha renunciado a proponer su propio modelo de mundo.
Desde el fenomenal auge de la Prusia de Federico II en el Siglo XVIII hasta bien entrado el Siglo XX había un modo alemán para el mundo. Hoy por hoy está abandonado. Alemania es Europa y ese es su mayor proyecto, abandonando cualquier pretensión nacionalista, que fue precisamente lo que llevó a los dos desastres de 1914 y 1939, con una pretensión abierta de imponer un modelo de sociedad muy concreto. Fracasaron y desde 1990 no existe nada ni pretendidamente parecido, por mucho miedo justificado que tuviese Margaret Tatcher en aquella ocasión. Alemania se realiza a través del marco común europeo, y esa es la mejor noticia de este aniversario.
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A mí me ha parecido un buen análisis y diferente de la situación económica de España, aunque la solución no es viable.
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Y decían que este pobre hombre era mejor que Maleni, que la malagueña se tomaba las críticas muy a pecho y era muy temperamental...El diálogo, con tantos personalismos ("yo he traído", "yo he licitado") es digno de oirse, y me parece raro que no hubiese ningún micrófono en una inauguración pública, con lo que le gusta la propaganda y verse a sí mismo: seguramente pidieron cortésmente las grabaciones a los periodistas para hacerlas desaparecer.
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Un pelotazo: cuando no hay alternativa de transporte, ese tipo de peajes se convierten en una fuente constante de ingresos para empresas en dificultades. Un seguro de ingresos y flujo de caja. Lo que no dice la noticia es que en 2008, cuando Sacyr estaba en serias dificultades por el volumen de su deuda, vendió parte de sus activos, y entre estos estaba la autopista, que ahora reporta ingresos regulares al grupo empresarial del banco Citibank, rescatado con ayudas públicas en EE.UU.
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Orense es un sitio paranormal.
Hola Sergio,
ResponderEliminarsoy fan de tus blogs. Me gusta como escribes y la forma en que atraes al lector hacia tus argumentos. Estaría muy bien que un día escribieras sobre Juan Carlos I, estoy intrigado por saber cual sería tu análisis sobre esta figura histórica.
Si uno se pone a indagar un poco sobre los aportes intelectuales en física, literatura, filosofía...entre 1850 y 1933 del Imperio Alemán y su medio hermano Astrohúngaro es para quedarse pasmado. Una densidad de genios raramente equiparable en ningún momento o lugar a lo largo de la historia. Ni los palos recibidos a lo largo del siglo XX han podido acabar con el poso de esa brillantez y eso entre otras cosas explica que Alemania siga siendo Alemania.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. Xavi: uy, qué poco atractivo el tema, pero gracias por la sugerencia.
ResponderEliminarDarkglam: precisamente este verano se ha publicado "The German Genius" de Peter Watson, un buen historiador de la ciencia. Sus anteriores libros vendieron muy bien España, a pesar de ser el típico mazacote de Crítica, una editorial especializada en cobrar caro y vender en tapa dura. Supongo que lo traducirán en breve.
Yo no he tenido tiempo de leerlo, pero seguro que está muy bien. Ya ha habido más aportaciones al tema, una publicada en España y que está muy bien, allá por el 2004, pero ahora mismo no me acuerdo del nombre.
Ese genio alemán después se fue en gran medida a EE.UU. Darse una vuelta por el Berlín de 1920, la Viena de preguerra o entreguerras, o el Zurich dadaísta es, para mí, una experiencia por la que valdría la pena inventar la máquina del tiempo.
Me sorprende que siendo el que es el tema no hables de Kohl, auténtico motor de esta nueva Alemania reunificada y proeuropea.
ResponderEliminarSobre el euro, el diferencial con el dólar (no digamos ya el yuan) nos está matando. Por cierto, muy interesante en todo esto de la guerra de divisas cómo ha cambiado el papel (antaño poderoso) de Japón, que ahora casi tiene que pedir permiso.
A ver si un día hablas del papel del BCE y la gestión de Jean-Claude "camisa azul de cuello blanco" Trichet.
De Peter Watson he leído Ideas e Historia Intelectual del Siglo XX que me dejaron grato recuerdo. Son de esos textos que puedes abrir al azar y que seguro que encuentras algo interesante.
ResponderEliminarEste otro libro también tiene muy buena pinta:
http://www.hislibris.com/el-genio-austrohungaro-historia-social-e-intelectual-1848-1938-william-m-johnston/
50€ de nada cuesta, supongo que el estar la editorial en la vieja Vetusta encarecerá por lo menos un 20% el producto.
Gracias por vuestros comentarios. Anónimo: Kohl merecería una serie de posts, hoy no ha salido, pero gran parte de la Europa actual la dejó diseñada el mismo. Tomo nota de tus sugerencias.
ResponderEliminarDarkglam: ese libro es un clásico del género, no sabía ni que estuviese traducido. Sobre los sobreprecios de las editoriales españolas hace ya tiempo que no preocupo: Amazon y punto, y que les den por saco a los libreros de segunda mano españoles, que venden auténticas birrias a precio de nuevo.
En una reciente feria del libro viejo me resultó curioso encontrar algunos ejemplares de ensayos que quería comprar a un precio superior al mismo libro nuevo puesto en casa comprando por Internet.
ResponderEliminarEs una gran noticia que Amazon UK haya comenzado a realizar envíos gratuitos por envíos superiores a 25 libras. Mi paciencia con www.casadellibro.com se había agotado.
Lo de los sobreprecios es una práctica que en determinadas ocasiones les puede resultar contraproducente a las editoriales españolas. Hay títulos editados más que decentemente en México que cuestan 10€ cuando la edición española no baja de los 15€. Creo que las librerías online están importando en masa desde el otro lado del charco.
Ya que hay interés por el tema, os dejo un artículo de la siempre interesante Der Spiegel. En el se muestra la relación del avance industrial alemán de finales del siglo XIX como consecuencia del libre y fácil acceso al conocimiento.
ResponderEliminarhttp://www.spiegel.de/international/zeitgeist/0,1518,710976,00.html
Un saludo.
Por cierto, al hilo del artículo que os acabo de dejar, estaba pensando en la paradoja que supone relacionar el número de títulos publicados con el nivel académico y científico de un país.
ResponderEliminarNo sé porque se me ha venido a la cabeza que no estaría mal un post sobre el creciente numero de publicaciones españolas "revisionistas" de la historia. En especial, de aquellas provenientes de la derecha más a la derecha.
Hola, enhorabuena por el blog.
ResponderEliminarYo también pienso que Kohl merecería un post aparte. Siguió los principios de la Ostpolitik -desarrollada por Willy Brandt-como piedra angular de la reunificación alemana. Además fue el arquitecto de la actual unión política y monetaria en el viejo continente (Tratado de Maastricht). Creo que también aprobó el Tratado de Amsterdam sobre el libre circulación de personas y de justicia y seguridad común (Europol). Da para largo el tema Kohl, incluso la recaudación ilegal de fondos a la CDU.
Viví 12 años en la que tu llamas la "Bielorrusia de España" y cada verano vuelvo allí. Ourense no es paranormal, sino lo siguiente. Si Manuel Rivas tuviera que escribir otro artículo sobre Ourense para un extraterrestre, no sabría cómo explicar la peculiar provincia ourensana dominada por Baltarín.
Sería bueno que dedicaras un post sobre Ourense y Baltar una vez pasen las elecciones municipales.
Gracias por vuestros comentarios. Anónimo: si, está muy de moda defender el libre acceso al conocimiento, pero si no fuese por las patentes y los beneficios que reportan, a ver quien hubiese afrontado empresas en el s. XIX en el contexto inglés.
ResponderEliminarJulio: la grandeza de Baltar y su provincia no es digna de este blog. Merecería, como poco, la Enciclopedia Orensana.