Ya se están ultimando los preparativos de la quinta huelga general de la democracia, consistentes en que los sindicatos intentan obtener más huelguistas a la fuerza mediante el viejo truco de paralizar los transportes. Así empezaron con huelgas de tranvías y ferroviarios, de siempre uno de los colectivos más sindicalizados cuando había otro mundo.
La impresión previa es que no va a haber huelga masiva. La reforma laboral por la que se convoca la movilización obrera es asumida tácitamente por la mayoría de la población, y aseguraría que si la reforma no se hubiese quedado en el actual espantajo y hubiese apostado por un mercado de trabajo flexible y móvil, hubiese obtenido aún más respaldo tácito. Lo veremos el 29 de septiembre, la fecha en la que nos han convocado, estemos afiliados o no, nos interesen los sindicatos y sus posiciones organicistas o no.
Escuchando el penoso panorama de las tertulias radiofónicas se ha convertido en un lugar común hablar de la huelga de 1988, la que montaron a Felipe Gónzalez una panda de resentidos encabezados por Nicolás Redondo. Este siniestro personaje, cuyo legado heredó su aún más siniestro hijo (el del pacto con Mayor Oreja, el de la reunión con Damborenea en Colindres), nunca llevó muy bien que le ganase la pugna por el PSOE un joven abogado laborista sevillano que, cuando llegó al poder aupado por el mayor refrendo popular de la historia -en muchos sentidos irrepetible- se encontró con el desastroso panorama de una economía estatalista y paternalista.
La política económica aplicada por Boyer y después por Solchaga fue un éxito rotundo, y si algo hay que reprocharles es no haber ido más lejos, como estaba haciendo en esos momentos Margaret Thatcher en el Reino Unido. Algo debió parecer mal a los sindicatos en 1988 que ahí que convocaron a una huelga general, a ver si alguien se acuerda del motivo. Yo me acuerdo de la de unos años después, contra los contratos temporales y las ETT, tiene cojones. Ahora protestan porque la indemnización por despido, inasumible por la mayor parte de los empresarios -por eso hacen contratos temporales y apenas fijos- intente tener algo de racionalidad y no ser otra rémora más del franquismo.
En fin. Según los tertulianos, uno de los mejores momentos de ese 1988 fue que RTVE cortó la señal. Si, el ente público que vive de las subvenciones públicas y que en aquel momento estaba compuesto al 100% por funcionarios (incluyendo los fontaneros, electricistas y conductores) fue a la huelga. "Ahí fue cuando se vio que la huelga iba en serio", opina el Sr. Facha en MierdaRadio.es, mientras que Doña Enriqueta apostilla en la Radio de Luis del Olmo que "Zapatero es tan malo que deja a Felipe a la altura de un buen gobernante, ¡ponme otro gin-tonic!". Lo escucharán estos días en mayor o menor medida.
A mí lo que haga RTVE y su basura de programación y profesionales, o si Pepa Sastre va a la huelga o no, o si Fran Llorente logrará hacer un telediario entero con noticias de alumbramientos de animales en el zoo me trae sin cuidado. Es simplemente vergonzoso que un trabajador público vaya a la huelga contra una reforma laboral que ni le va ni le viene, y si le interesasen algo los derechos de los trabajadores no se habría procurado un asiento en El Ente. Son simplemente unos caraduras.
En una huelga general cuando en el poder está un partido que no es derechas suelen salir extraños compañeros de viaje. Obispos; reputados empresarios que odian el sindicalismo y lo que significa, pero si con permitir la huelga ese día hacen daño, pues se suman; policías aquejados de súbitas toses compulsivas y, en general, toda la ralea que se suma al llamamiento a la holganza para una loable misión pública: joder, y cúanto más mejor. No son sindicalistas los únicos piquetes en liza en un llamamiento a huelga general.
Sin embargo, el auténtico termómetro de la huelga general no está en estos o aquellos, sino en la institución que mejor representa España y su cultura empresarial: El Corte Inglés. La empresa familiar, la mayor cadena de grandes almacenes de Europa y caracterizada de siempre por su extrema opacidad (¿herederá Isidoro en Dimas? ¿no lo hará?) fue y será el auténtico medidor de la huelga general de dentro de una semana, como lo fue en 1988 y en sucesivas ocasiones.
Aquel año la huelga fue de las buenas, y el propio Felipe González reconoció que fue una cosa que le hizo mucha mella. Cerró todo, todo menos El Corte Inglés. El único centro de toda España que consiguieron cerrar los piquetes informativos fue el de Bilbao, y sólo a partir de las tres de la tarde y por las especiales características que tenía la ciudad del Nervión a finales de los ochenta. También sus sindicatos, justo es decirlo.
En El Corte Inglés no existe la huelga. El fundador César Rodríguez ya inculcó a su sobrino Ramón Areces lo que significaba ese mal de que los trabajadores se organizasen colectivamente para reclamar sus derechos o mejoras en las condiciones de trabajo, y así ha quedado fijado de por vida en la empresa astur-cubana. La representación sindical en el conjunto de las empresas de El Corte Inglés, que tiene una cifra de empleados de cinco dígitos y es el mayor empleador privado del país, está a cargo de dos sindicatos amarillos, esto es: directamente relacionados con los intereses de la empresa.
Los sindicatos mayoritarios en el resto del mundo laboral en España, conocidos como CC.OO y UGT, no llegan al 10% de los trabajadores, por lo general gente que con su afiliación ya ha tirado por la borda sus posibilidades de ascender en la estructura empresarial medieval de la empresa. Eso sí, las cifras de afiliación a sindicatos en El Corte Inglés están entre las más altas del país, excepción hecha de las regiones hegemónicas de la izquierda, donde la gente se afilia al sindicato por las mismas razones por las que se afilian en El Corte Inglés.
CC.OO y UGT, que como buenas organizaciones aspiran a ser hegemónicas (interlocutores válidos en el lenguaje políticamente correcto), saben perfectamente que la piedra de toque en una huelga está en El Corte Inglés. También la Policía, que desde primeras horas de la mañana -muy primeras en este caso, para evitar la clásica silicona en la cerradura y métodos más contemporáneos- vigila los centros de la empresa que jamás se pone en huelga. Esta, alérgica a aparecer en los medios por cualquier noticia, será tratada por "unos grandes almacenes": no les hará falta buscar el triángulo verde en la imagen que unos periodistas que no irán a la huelga distribuirán, porque ya sabrán que se tratará de la empresa gestionada por la Fundación Ramón Areces. En cuanto a lo que diga la noticia, no tengan ninguna duda: El Corte Inglés abrirá, como ha hecho siempre desde 1934, y seguirá siendo el termómetro de las huelgas en España.
Creo que es Cesar Rodriguez, no Fernandez, el nombre del fundador del CI.
ResponderEliminarUna cosa que siempre me he preguntado es como una empresa de ese tamaño, con lo que representa en España, nunca fuera objetivo de ningún aviso de bomba, ni siquiera de Kale Borroka.. En una tierra donde cada vez que hay una algarada los bancos tienen que cambiar todas las cristaleras, que ya hasta dotan provisiones, a éstos nunca nunca les haya pasado nada...ni una pintada en la fachada he visto yo...
Creo que te contradices a ti mismo.
ResponderEliminar* Dices que el auténtico termómetro de una huelga general es ECI.
* Tú mismo dices que en 1988 ECI no hizo huelga...
* ... ¡pero luego dices que esa vez la huelga fue un éxito, reconocido por el propio Felipe Gónzalez!
¿En qué quedamos? Porque si es un termómetro, falla bastante.
PD: hablas de Fran García de TVE, no sé quiés es, pero el director de informativos es Fran Llorente.
Al primer anónimo:
ResponderEliminarAl CI nunca le pasa nada cuando hay jaleo por Bilbao porque está al día con los impuestos. Sin más.
Gracias por vuestros comentarios. Anónimo: ya lo he corregido, gracias. Les pasó con las cosas antiIrak en 2003, cuando la famosa escena del típico joven catalán portando el jamón como un botín de guerra cobrado en El Corte Inglés de Plaza Cataluña. Unos incontrolados, desde luego.
ResponderEliminarAnónimo: ya lo he corregido, gracias. Éxito para los que iban en contra de Felipe, claro, en una estrategia de "todos juntos" que vivió aquel día su primer ensayo, y con la "pinza" su manera más retorcida; también la huelga de 2002, contra el fin de los salarios de tramitación, tuvo un seguimiento muy desigual pero fue un éxito en el sentido de que el Gobierno tuvo que dar marcha atrás.
Eso es lo que se comenta por Bilbao. Que sueltan pasta...Pero eso no lo investiga la A.N. pese a ser vox pópuli... Igual pagan mas de un impuesto...
ResponderEliminarQuiero matizar que tu opinión sobre la reforma laboral no es extensible al resto de trabajadores, TODAS las reformas laborales son desfavorables en mayor o menor medida hacia el trabajador, el eslabón más débil de la cadena. Otra cosa es que las herramientas que hay ente país para defenderse por su parte estén oxidadas, ya no sirven.
ResponderEliminarTambién quiero plantearte algunas preguntas, porque me gusta como escribes, de frente y sin miedo.
¿Cómo puedes apostar por un mercado laboral flexible y móvil con el tejido y mentalidad empresarial y la poca disponibilidad de alquiler asumible con el salario común en este país?. ¿Cómo puedes comparar las políticas liberales de Thatcher con las que se tomaron aquí en ese momento?. ¿Has visto las estadísticas de temporalidad en este país comparándolas con los países que fueron poneros en ETT de los últimos 10 años? A donde yo quería llegar es que España, con todas sus virtudes y todos sus defectos es un torre de babel dentro de una gran torre de babel que es el mundo, pero ojo, es un mundo mucho mas globalizado y que lo que se nos viene encima exige otro tipo de soluciones concretas a las que se esta acostumbrado a llegar aquí. Esta “cosa” que llaman globalización, es algo que esta pasando, en realidad separa mas que une, crea mas desigualdades a largo plazo y eso es algo que deberemos aceptar para poder adaptarnos a los cambios.
Feel.
Aquí en el País Vasco la huelga va a ser un fracaso rotundo, como fue la huelga general convocada por los sindicatos nacionalistas vascos en junio. No sé si lo sabréis, aquí hay cuatro sindicatos "mayoritarios", que se reparten la cuota al 50% más o menos entre los vascos -LAB que es del entorno de ETA y ELA que es del entorno Aralar, PNV, EA; y los españoles, UGT Y CCOO-.
ResponderEliminarLos nacionalistas vascos convocaron su huelga general -casi no la hizo nadie- en junio, como he dicho, y ahora no quieren secundar la huelga de CCOO y UGT. Así que aquí, no pasará nada. O prácticamente nada.
Yo me debato aun entre hacer huelga o no. Por un lado, paso de los sindicatos, que más bien se han convertido en empresas más preocupadas por su supervivencia que por la de los trabajadores; y además, qué cojones, llevan seis años lamiendo el culito a ZP, han perdido mucha credibilidad (si es que les quedaba...).
Pero por otra parte tengo ganas de joder a este gobierno neoliberal, arrodillado ante los intereses de bancos, constructoras y otros chupopteros, bajo el argumento de que "no pueden hacer otra cosa". Cómo que no? Subir el impuesto de beneficios a Bancos al 90% y darles puta caña. Perseguir el fraude fiscal! Racionalizar la sanidad y la educación!!
Pero aun vuelvo a darle otra vuelta a esta tortilla. Vale, hago huelga para "joder al gobierno neoliberal de ZP". Ok, para deteriorar aun más su imagen y poner en bandeja el poder al ¿PP? Venga ya!
Por supuesto, la reforma laboral queda en últimismo plano, tanto para mí como para los trabajores. Vosotros os creéis que la gente sabe de qué va la reforma? su contenido? JA, JA, JA! La gente que no sabe o tiene pensado hacer huelga o no hacerla, duda entre las cosas que dudo yo, o como mucho con un "y si hago huelga, cuánto dinero perderé?" e incluso "si hago huelga, puedo dormir entre semana y ver el partido de la champiñones league de la noche anterior". Pero ni el 10% de los trabajadores conoce la reforma laboral, ni le interesa y probablemente,nadie se la explicará, ni los sindicatos.
ResponderEliminarLo importante para los sindicatos es poner a chikilikuatre a hacer propaganda de la huelga,a ver si así arrastran a más gente.
Venga chavales,agur!!!
Para mí está claro que hace falta un mercado laboral (y una legislación al respecto) muchísimo más flexible si se quiere ser medianamente competitivo. El problema está en que ni siquiera se dan las condiciones para ello.
ResponderEliminarSe habla mucho de la movilidad geográfica, pero muy poco de si hay un mercado de vivienda en alquiler que pueda satisfacer la potencial demanda generada (porque, en aras de la movilidad, impulsar la compra con hipotecas hasta los 60-65 años como se ha hecho aquí es pegarse un tiro en el pie).
Hay un exceso de infraestucturas pensadas para las elecciones (aeropuertos para ciudades mínimas que se acaban de inaugurar, por ejemplo) que no son rentables y han costado mucho dinero. Y al mismo tiempo, hay puertos importantes que no tienen interconexión ferrocarril-barco, que debe ser el futuro (en realidad, ya es presente en algunos países) para el transporte de mercancías.
Se habla de I+D+i, y luego resulta que es la partida que más recorte ha tenido. Eso sí, las ayudas al cine español que no falten. Aunque sean para rodar "Mentiras y gordas".
Y así, es un no parar.
Gracias por vuestros comentarios. Creo que esta foto resume muy bien lo que quería decir con el post.
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/economia/comercio/funciona/relativa/normalidad/toda/Espana/elpepueco/20100929elpepueco_5/Tes
Me he acordado de tu post al ver la foto hoy. Que contraste con los chinos, que han cerrado bastantes comercios, ¿verdad?.
ResponderEliminarfeel.
La del 88 fue por el PEJ (plan de Empleo Juvenil), una de las vueltas de tuerca, parecido a la de hoy...
ResponderEliminarPor cierto, en Barcelona se cerró EI. Tarde, quizás a las 12.00h o las 13.00h, pero lo cerramos. Hoy se ha cerrado mas tarde, pero tambien se ha cerrado.
Salud.
Gracias por vuestros comentarios. Anónimo: es curioso lo de los chinos, siempre se apuntan a las huelgas, ya lo pude ver en la de 2002.
ResponderEliminarPikete: ¿pero cual de Barcelona? Porque hay unos cuantos...
Pues el de pça Catalunya, el más simbólico. De hecho es tan simbólico cerrarlo, como que se consigua mantener abierto. Económicamente ese dia tiene pérdidas seguro.
ResponderEliminarPor cierto que el primer anónimo habla de que ni siquiera le ataca la kale borroka, pero resulta que la acción más sangrienta de los hermanos mayores fué en el CI de Meridiana en Barcelona...
Salud.