Al final lo dijo. Mariano Rajoy, candidato del Partido Popular al Congreso de los Diputados, llevaba unos días especulando con la posibilidad. Antes de la campaña electoral su partido jamás había sacado el tema de la inmigración: era el único partido de derecha en Europa que no lo había hecho. Nunca es tarde para recuperar el tiempo perdido. A grandes zancadas.
Primero fue el contrato de integración, una medida que no aportaba nada nuevo que no estuviese recogido en los varios códigos que rigen la convivencia, de la Constitución al Código Penal, este último el que más le gusta al PP, aunque cite más el primero. Ahí queda el catálogo de costumbres españolas, sin definir, pero que se apuntado que no incluye ni "la poligamía ni la ablación", que es lo mismo que dice el Código Penal.
Después fue Arias Cañete el que habló de la baja calidad de la mano de obra extranjera, de que cualquier tiempo pasado fue mejor en la hostelería y de que en España se hace una mamografía en un chasquido de dedos. Le siguió Rajoy en el debate televisivo, donde dijo textualmente "avalancha", "incontrolada" y que colapsan los servicios públicos. Ayer se mejoró aún más, en una deriva que siempre antecede de una de sus frases preferidas ("soy gallego"), utilizada como si fuese un talismán que le librase de todos los males.
"No cabemos todos". Lo dijo en Canarias, comunidad especialmente sensible a los problemas de espacio y de la inmigración. Pero no lo dijo solo para Canarias, lo dijo para toda España. La autoría de la frase, empero, hay que buscarla en Holanda, y se debe a Pim Fortuyn, un hombre que fue asesinado por sus ideas. El difunto político era holandés, y su frase tenía sentido en el contexto de ese país ganado al mar, donde incluso existe un proyecto de sacar el aeropuerto de Schiphol a alta mar para liberar espacio terrestre. 17 millones de personas en 30.000 kms cuadrados, la densidad de población más alta de Europa.
En España no tiene sentido. Hay espacio para todos. Insisto: hay espacio para todos y es bueno para España. El crecimiento de la economía estos años se debe a la mano de obra extranjera que, si bien es menos eficiente, aprende con rapidez, porque los sectores donde se ha empleado tampoco requieren grandes destrezas. Cotizan a la Seguridad Social y, si el Estado detrae de sus ingresos esta cuota, es normal que puedan acceder a los servicios que este provee en igualdad de condiciones. Es así. Hay una cosa en que el PP y el PSOE coinciden: quieren hacer España "más grande". Y para eso se necesita más población. Lo entendió muy bien la derecha en Madrid, ciudad que ya cuenta con un hinterland de 60 kms de diámetro, cuando no 90 kms gracias al AVE a Segovia y Guadalajara. Atrás quedan las políticas de crecimiento cero de los ochenta.
No se puede ir por ahí pregonando que España es la octava economía del mundo y tener sólo 45 millones de habitantes. El problema viene con que los inmigrantes no se distribuyen homogéneamente: van a las grandes ciudades porque es donde hay trabajo. Dénse un paseo por el noroeste de España y la costa cantábrica. Es el paraíso geriátrico, sólo hay viejos y ancianos, que no es lo mismo. Los primeros incluyen a los "jóvenes" de 30 años que viven con los padres y los segundos a los jubilados. Por allí apenas hay inmigración, y qué bien vendría con su aporte de natalidad. Sin embargo, el servicio público de la Sanidad también esta desbordado, precisamente porque los viejos que se drogan y emborrachan todos los fines de semana lo ponen así, y los ancianos por sus complicaciones propias de la edad. Y también está desbordado el sistema público de pensiones, que tiene una pirámide invertida en toda esa extensa zona de España, donde no hay apenas inmigración.
¿Que en España "no cabemos"? Por favor, es trístisimo el planteamiento. Es una locura más de un partido que ha confecionado su campaña en torno al miedo. Se ve la mano de viejos ideólogos detrás. Esto es un artículo de Jose María Marco, el hombre que le escribía los discursos a Aznar y quien le sugirió aquella jaimitada de que dijese que leía a Azaña, cosa harto improbable. Es de 2002, al poco del asesinato de Pim Fortuyn. Han tardado seis años, cuatro de ellos pensaban están en poder. Y aquí ha llegado, atribulado y atropellado, el discurso de la derecha sobre la inmigración. Que previsible.
La inmigración tiene que ser regulada y controlada, pero con argumentos mucho mejores, mucho más adaptados a la realidad española. El "no cabemos todos" es de una tristeza tremenda.
Se busca niña. Lleva un bonobús. Responde al nombre de Esperanza. Va acompañada de un abuelo jubilado de Endesa. Se ha perdido. Por favor, llamar a sus padres, Mariano y José Mari. Calle Conferencia Episcopal, 1
ResponderEliminarLo clavas. ¿Cual es la diferencia entre la derecha española y la alemana o la francesa (que tanto le gustan a Rajoy)? Pues que mientras aquí esta toda en un único partido (y además gobernado por el ala "ultra"), en estos paises está fragmentada. Y en Francia tienen a Sarkozy por un lado y a los lepenistas por el otro. Y sí, Sarko ha tenido comentarios despectivos contra la inmigracion, pero de él a Le Pen va un trecho.
ResponderEliminarEstá claro que Acebes y Zaplana y Gallardon y Pique no caben en el mismo partido. España ganaría bastante si se pusiera cada cosa en su sitio, y llegará...
Y esto lo dice uno que no votaría ni siquiera a los segundos...
MIGUEL
Gracias por vuestros comentarios. Javi: ayer escuché ese SMS por la SER. Afortunadamente, utilizo poquísimo el móvil, por lo que siempre he estado lejos de esas modernas cadenas de San Antonio políticas. Esta de ahora, y el "pásalo" del 13-M.
ResponderEliminarMiguel: Bueno, esa es la especifidad de la derecha española, el mayor legado político de Manuel Fraga en sus 50 años de vida pública. Si pierden las elecciones, no se descarta una implosión por dentro al estilo UCD en el Congreso de Mallorca, pero como no les gustan mucho los congresos (va más el dedazo), a saber si pasa, o simplemente habrá purgas como en los partidos comunistas.
El problema de la inmigración es la precariedad. Cuanta más mejor, siempre que sea controlada (entiéndase por control como el respeto a las normas legales de contrato de trabajo y residencia). No hace falta hablar de los beneficios de la inmigración (véase Francia, Alemania o Reino Unido), tanto en términos económicos como en términos sociales. Pero bajo mi punto de vista el problema (que es problema fundamentalmente para los inmigrantes, no para nosotros) se soluciona metiendo a mano a los empresarios, pero de verdad.
ResponderEliminarRespecto al post anterior, hay alguien que dice que el PSOE no es un partido de izquierdas, algo con lo que estoy completamente de acuerdo. Algún día podríamos hablar sobre lo que es realmente un partido de izquierdas y uno de derechas. Hoy en día esa separación se ha convertido más en una etiqueta que otra cosa. Respecto al PP y si debiera o no disgregarse...bueno eso ya era así antes, con la UCD y acabó desapareciendo, por algo será. En todo caso, sigo pensando que a mí me llegó tarde y pude votar con el partido ya disuelto. También es cierto que la creación de nuevos partidos hoy en día es algo complicado en cuanto a su supervivencia. La tendencia es hacia el bipartidismo, y dentro de poco le tocará el turno a IU. Al tiempo.
Hombre, las comparaciones con el tiempo de UCD pueden ser un poco aventuradas... UCD fue un partido creado "ad-hoc" tras una dictadura y que desapareció muy muy poquito después de que desapareciera la dictuadura misma. Yo creo (o quiero creer, al menos) que España ha cambiado bastante desde entonces, se supone que ahora somos una democracia consolidada. Las comparaciones en temas políticos entre dos épocas tan distintas pueden llevar a error.
ResponderEliminarYo estoy firmemente convencido de que el panorama político español necesita una derecha moderada, moderada de verdad. Un partido que sea a la derecha lo que es el PSOE a la izquierda. Estoy convencidísimo de que la crispación se reduciría muchiiiisimo, y, fijate lo que voy a decir, que reduciría la ola de "antipolítica" actual.
En el PP hay signos de que algo se mueve, hay dos facciones claras, y desde luego una no está contenta. A ver qué pasa el 9M, a ver, pero creo que la derecha "dura" no va a salir nada fortalecida. Y creo que la parte light del partido, brutalmente apartada de la dirección, recriminará lo que debería ser suyo. A partir de ahí ya veremos.
MIGUEL
Todo esto está muy bien, pero todo apunta a que el PP perderá las elecciones por poco. Una "dulce derrota" que no traerá ningún cambio.
ResponderEliminarLlámalo UCD, llámalo CDS... Sigo pensando que no llegaría a buen puerto. Hay mucha conciencia de bipartidismo y de voto útil. Eso no quiere decir que no fuera buena opción que se creara. De todas formas, no creo que cambie nada.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentario.s
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