martes, 19 de abril de 2011

Esta es la Transición cubana

50 años de dictadura de la familia Castro, and goes on...
Reapareció Fidel en la última jornada del VI Congreso del Partido Comunista (y Único) Cubano, entre vítores de las multitudes ahí reunidas y que en pleno año 2011 del siglo XXI siguen exactamente como hace cincuenta años. Sí, sólo VI, no hacían falta más en tantos años. Son las ventajas de no tener rival.

El PC Cubano se fundó en 1965, unos años después de que el oportunista Fidel Castro se convirtiese a la religión política por excelencia del siglo XX, y lo hizo con la fe propia del converso. Cuando su revolución de 1959 triunfó se presentaba de manera apolítica, su única misión era acabar con la dictadura de Fulgencio Batista, algo que ya queda como anecdótico ante la extrema longevidad demostrada por este antihéroe.

¿Antihéroe? No para todos. Castro tiene un montón de amigos y simpatizantes. Fíjense que hoy mismo los medios nos bombardean con el populismo de derecha que dicen que existe en Europa, y pasan de puntillas sobre nuestro primo cubano, porque Gadafi y Sadam son malos malísimos, pero Castro es como un abuelo un poco severo, especialmente con los que no piensan como el y lo dicen.

Ahí esta ese incalificable libro de Ignacio Ramonet, compuesto en gran parte a través de discursos del propio Castro -aunque no se cita-, y cuyo balance no es en absoluto negativo. Que va, es positivo. El responsable de ese National Geographic de la izquierda mundial que es Le Monde Diplomatique no es capaz de llamar a las cosas por su nombre, quizás como efecto secundario de tantos años de intoxicación de materialismo dialéctico y acumulación primitiva de capital.Tampoco puede Mauricio Vicent, el corresponsal de El País en La Habana, preso de un auténtico síndrome de Estocolmo con la dictadura castrista. 

A la izquierda le gusta Castro y la dictadura de 50 años, ahora mismo hereditaria en su hermano. Es vergonzoso. El día anterior a la reaparición de Castro se hablaba de "renovación" y las típicas palabras huecas de dictadura, jaleadas desde España por nuestra "posición preferente" -lo dice Trini y lo decía Moratinos-, porque llevamos lustros creyendo que en Cuba va a haber una transición.

En Cuba no hay nada, sólo muerte lenta a través de una dictadura personalista y familiar, y aquí está la clave de su particular medida del tiempo, herededa de su padre y de un mundo rural del que emigró, y donde nunca cambiaba nada. Han dejado Cuba como un solar: al igual que en Alemania Oriental, pasarán varias generaciones hasta que la mayor de las Antillas pueda recuperar el tiempo perdido respecto a sus vecinos.

En Cuba hay escasez y pobreza. Racionamiento diario y perenne. Economía centralizada y planificada. Un país de trabajadores del Estado, que reparte limosnas porque las sociedades comunistas practican el esclavismo al prohibir la propiedad privada: todos trabajan para el Estado, que lo posee todo. ¿Y quien posee el Estado? El Partido Unico, el mismo que se acaba de renovar con Raúl Castro, segundo presidente desde su fundación, con la envidiable edad de 79 años, siempre propicia a los cambios y a los golpes de mano.

Esa es la realidad, pero intenten seguir el tratamiento informativo en los medios supuestamente de izquierdas y progresistas: es condescendiente, pacato, misericordioso. Por supuesto, ningún comentario de que entre los centenares de miembros del Comité Central del Partido Único no haya ni un negro ni un mulato, y escasísimas mujeres. El Comunismo predica una igualdad, pero la igualdad también empieza por la piel y la raza: a pesar de que los negros es el grupo más mayoritario en la isla, no gobiernan. Como en el Apartheid, aunque jamás lo verán representado así.

La palabra estrella en esta dictadura esclerotizada, incapaz de todo, es "reforma". Para esto han redactado un documento llamado "Lineamientos de la Política Económica y Social" compuesto por 300 puntos y algún Plan Quinquenal, porque es lo que toca. Los pueden leer aquí. Cojan cualquier punto al azar, y verán la vacuidad de contenido en una sociedad empobrecida. Algunos ejemplos:

* En "Política de precios" se dice:  "El sistema de precios deberá ser objeto de una revisión integral que posibilite medir correctamente los hechos económicos, estimular la eficiencia, el incremento de las exportaciones y la sustitución de importaciones, eliminar subsidios y gratuidades indebidas". Por supuesto, ni tocar el libre mercado, se sigue hablando de "sistema de precios", artificiales e impuestos por el Estado al margen de cualquier criterio económico.

* En "Ciencia" van directamente a la fantasía: "Se deberán sostener y desarrollar los resultados alcanzados en el campo de la biotecnología, la producción de equipos médicos de avanzada, la industria del software, las tecnologías educativas, los servicios científicos y tecnológicos de alto valor agregado; la bioinformática y la nanotecnología". Supongo que esto último es porque en Cuba todo es "nano", y lo es gracias a 50 años de dictadura comunista.

* En "Política Industrial", "Orientar el desarrollo industrial, como dirección fundamental, hacia el fomento de las exportaciones, reduciendo su componente importado", lo que resulta claramente imposible, porque Cuba, tras cinco décadas de brillante gestión económica, sólo puede exportar productos brutos como níquel y azúcar, exactamente igual que con Batista. Ah, también exporta ideología y médicos que la recetan, pero eso no cuenta como "industria".

Esto es la gran reforma cubana. El dictador sucede en su hermano, casi coetáneo. Cuba ha conseguido ser peor que todo lo que aseguraba combatir: es una dictadura hereditaria, no ha conseguido la igualdad sino mayor desigualdad,  y avanza con paso firme no en la derrota del capitalismo, sino en el suicidio colectivo.
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Todavía habrá alguien que se sorprenda: las petroleras británicas estaban sobre la pista de la invasión de Irak.
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Me parece muy bien, pero la cuestión no es esa. La cuestión es saber en qué se ha blanqueado el dinero de tres décadas de puerta de entrada de la cocaína a Europa, uno de los secretos de la Democracia Española, un secreto que cuenta con un periodismo cómplice.  Desde luego, ese dinero no se ha invertido en el territorio. Ah, la noticia pone que en este caso concreto ha sido en  "50 pisos". Uno de ellos en Asturias, el necesario recibidor que sigue a la puerta de entrada...

jueves, 14 de abril de 2011

Mercado inmobiliario enladrillado y enrocado

También se beneficiarion del auge de la construcción
No se pierdan esta noticia. El mismo país que intenta vender imagen de seriedad económica y fiabilidad a los mercados internacionales emprende una campaña internacional a cargo del Ministro más agropecuario para vender fuera de sus fronteras parte de su fenomenal remesa de 1.000.000 de viviendas sin vender. Les juro que desde hace unos años veo noticias e iniciativas propias de tebeos Bruguera, con todos los respetos al espíritu de Vázquez y a la creatividad de Ibañez.

Por supuesto, esas viviendas se intentarán vender un poco por debajo del precio máximo que marcaron a finales de 2007, porque aquí se sigue sin hablar de la auténtica burbuja inmobiliaria, que sigue ahí sostenida por los bancos, los mayores interesados en que las inmobiliarias no quiebren y en que las hipotecas sigan como están: durante toda una vida laboral. Treinta años. O más.

Los bancos defienden lo suyo, claro. El problema es cuando el Estado y el Gobierno que nos representa les baila el agua e incluso van de gira internacional para intentar hacerles salir del atolladero. Y no sólo, porque incluso se modifica -o se deja sin aplicar- la legislación vigente para insuflar un poco de vida zombie a este sector, que no termina de ajustar los precios a la realidad salarial y económica española.

Buenas vistas a 50 kms. de tu trabajo
En este magnífico artículo de El País se explica muy bien. Si no llega a ser porque el Gobierno ha dejado en suspensión el artículo 26 de la Ley de Sociedades Anónimas (se puede disolver una S.A cuando las pérdidas dejen reducido el patrimonio a una cantidad inferior a la mitad del capital social), es muy probable que la mayor parte de las grandes inmobiliarias españolas hubiesen quebrado, paso necesario hacia la puesta en el libre mercado de ese fenomenal fondo de armario de casas sin vender, muchas de ellas ubicadas fantasiosamente en lugares de difícil ocupación.

Pero ya ven, ese artículo está en suspenso, igual que también se hizo la vista gorda con el fondo inmobiliario BANIF -que finalmente ha liquidado a sus partícipes pero manteniendo las propiedades inmobiliarias del Santander, entre ellas un fabuloso inmueble en la Plaza de España de Madrid, que está totalmente vacío desde hace años)-, al que se permitió una situación de alegalidad hasta que despegase el mercado inmobiliario. Como no lo ha hecho, el Santander ha pagado en cash, pero manteniendo sus queridos ladrillos, no vaya a ser que la puesta repentina en el mercado de tantos inmuebles bajase el precio general, ¡librenos el Altísimo de que pasase algo así!.

Claro, primero se ha mantenido con vida ese cadáver con la imprescindible ayuda política, y cuando se ha salvado el tesoro -los inmuebles- ya vienen las irregularidades, pero con el botín a salvo. Y como estas situaciones, miles más. Se mantiene artificialmente el precio de la vivienda, totalmente disparatado, porque sino se van los bancos por el garete, igual que se han ido las cajas en un proceso de nacionalización -¿de dónde se creen que sale el dinero del FROB? ¿Cúanto tardarán en devolverlo?- jamás presentado como tal, porque hay consignas en ese sentido.


Tejado de pizarra, muy bueno para el calor de la meseta
 Volvamos al anterior enlace, donde se explica como se está refinanciando continuamente la deuda de las inmobiliarias, porque si caen los bancos se quedan con lo que menos les gusta: activos inmóviles -inmuebles- en vez de líquido, y con poquitas posiblidades de vender. De hecho, gran parte de los supuestos activos de estas inmobiliarias son terrenos recalificados para construir, que ahora mismo no valen nada, y no lo valdrán mientras no se de salida al millón de casas-zombie.

Paradójicamente, estas empresas imposiblemente endeudadas (dos ejemplos, pero en el artículo los tienen todos: Metrovacesa tiene una capitalización de 411 millones para una deuda de 5.749 millones; Reyal Urbis capitaliza en bolsa 344 millones, pero tiene unas pérdidas anuales de 399 millones y una deuda de ¡5.000 millones!) suben en bolsa en guarismos de dos cifras. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Quien puede invertir en empresas que están en quiebra hasta para el más mínimo analista financiero?

Pues los propios bancos, que compran para que no caigan más las acciones de estas empresas y, en cadena, las suyas propias. Recuerden: en España no hay activos tóxicos, y nuestras instituciones bancarias son las más sólidas y han superado los test de resistencia, igual que también las superaron los bancos irlandeses y portugueses hace un puñado de meses. También lo hicieron la inmensa mayoría de nuestras cajas.

Para este año sólo un ingenuo puede pensar que se van a colocar las viviendas: pirámide demográfica a la baja, tipo de interés al alza, tasa de paro del 20% y el FMI diciendo que no creceremos al 2% hasta el año 2017, esto es: dentro de seis años. Conviene apuntar que la economía española no crea empleo neto hasta que se alcanza esa tasa de crecimiento interanual. Además, la inflación está al 3,6%, una auténtica salvajada en un contexto de congelación de sueldos en cuanto a pérdida de poder adquisitivo.

Venga a comprar casas en España
Vamos, que por mucho que la vivienda haya bajado un 14% desde el final de los Quince Años Inmobiliarios -esa es la estadística oficial para vender casas fuera, aunque la caída real sea un poco mayor-, la mayor parte de los analistas siguen apostando porque la vivienda en España está sobrevalorada en un 40%, algo a todas luces cierto si tenemos en cuenta que el sueldo medio en nuestro país -el que lo tiene, claro- está en 23.000 euros. Y no, no dejan que el mercado ajuste por sí solo el precio: los siguen manteniendo básicamente a los mismos precios de antes del pinchazo parcial de la burbuja, con la cantinela esa de "hipoteca media a 25 años de 150.000 euros", sin contar los ahorros de la abuela que se pagaron en negro mientras el notario salia del despacho.

Afortunadamente, pero muy tarde, se han quitado algunas medidas estúpidas que favorecieron la fenomenal acumulación de capital en ladrillo vivida en España en estos quince años: la desgravación fiscal por adquisición de vivienda habitual y la cuenta-vivienda, que no dejaban de ser subvenciones encubiertas a los promotores. Como siempre que hay una subvención, se distorsiona el mercado: el vendedor, sabedor de que el comprador va a poder disfrutar de esa ayuda, traslada la diferencia al precio de venta, subiendo por tanto el precio y anulando esos posibles efectos beneficiosos.

Quitados esos "estímulos", y encima con la subida de un punto en el IVA aplicable, los precios no han bajado. Se mantienen básicamente como estaban. Ahora sólo se venden casas cuando alguien realmente las necesita -grandes ciudades que atraen todavía a gente de fuera por cuestiones laborales-, mientras que el mercado de segunda vivienda es un cementerio absoluto, por lo que el problemas para las inmobiliarias, constructoras y, especialmente, bancos, continua.

Además, como se indica en el artículo, este año vencen muchas de las primeras refinanciaciones de 2008. Sacyr, que en los años de borrachera llegó a comprar el 20% de Repsol, ya ha dicho que venderá esta participación -mantenida gracias al Gobierno para que el penúltimo ex-monopolio estatal no acabase en manos rusas- como no consiga refinanciar la deuda, todo un aviso a los bancos y al Gobierno, del que no les quepa ninguna duda que acudirá al rescate para prolongar esta agonía.

Anomia social, mismamente
El goteo de refinanciaciones continuará durante todo el año. Los bancos seguirán alargando los plazos a empresas que capitalizan 300 millones en Bolsa, tienen 100 millones de pérdidas anuales y 5.000 de deuda, por ponerles unos valores medios sacados de las cinco mayores inmobiliarias. Todo un negociazo, como ven. El Banco de España, consciente de este majadería, presiona para que se aumenten las provisiones, pero ya no hay mucho margen. Desde fuera de España, donde hay menos propaganda, también se ve bien clara la locura, pero ya saben que son todos especuladores y gente que quiere mal a nuestro país, a pesar de que sólo se dedican a hacer números y ver claramente lo que está pasando.

¿Y cúal es la salida a todo esto, dado que no dejan que el mercado ajuste libremente el precio de las casas? Pues como siempre que no se deja actuar libremente a la mano invisible, malas cosas: nacionalizar bancos -ya se está haciendo, pero de manera polite-, volver al sistema de ayudas para viviendas -ya han sugerido las inmobiliarias que el estado compre el parque de viviendas invendibles para cumplir sus promesas de vivienda social, que ahora viene con piscina y en Alicante, no te jode-, lo que no deja de ser otra manera de nacionalizar las deudas de estas empresas privadas, o años y años de crecimiento próximo a cero por culpa de tener gran parte de nuestro capital, y las instituciones que en teoría deben proporcionar crédito, severamente comprometidas con el ladrillo.

Obviamente, los tres escenarios no son excluyentes entre sí. De hecho, se presentan conjuntamente.
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Así se explica parte del sobrecoste en que incurren sistemáticamente determinados tipos de proyectos y en determinadas autonomías. Los dos que trabajaban en la obra tenían 26 y 31 años, y lo que sorprende es que estuviesen trabajando con esa edad y en esa región: ya se sabe por qué, por el sobresueldo que se sacaban. Lo de "cuatro miembros de la misma familia" no necesita mayor explicación. La otra parte del sobrecoste viene por los que roban de manera más elegante, con comisiones. Huelga comentar cúal es la parte más importante del robo. También la menos visible.
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Se hace un palacio de Congresos -no importa la ciudad, todo el mundo quiere uno- y siempre se justifica con que traerá actividad, progreso y desarrollo. Se celebra el primer congreso en ese palacio y resulta que tiene que estar subvencionado por el propio ayuntamiento. Brillante.

lunes, 11 de abril de 2011

El combustible de la basura, basura de combustible

En una reacción en cadena perfectamente lógica, el desastre de Fukushima ha empezado una serie de reflexiones e informaciones relacionadas con la energía nuclear. En Japón, mientras tanto, ya se habla que van a ampliar el área de exclusión en torno a la central, y que TEPCO va a construir "un muro de acero" para impedir los vertidos radioactivos al mar.

Todo suena muy Biomán o Power Rangers, pero parece que, acostumbrados al horror cotidiano de una catastrófe natural agravada por la codicia de la empresa electrica que explotaba la central -y que intentó salvar a pesar de lo irremediable de la situación- y que dista de solucionarse. Ese muro de acero, ¿no serán unas placas dejadas caer por un helicóptero? Si no es así, no me imagino como lo van a poder hacer, supongo que con la misma técnica con la que anunciaban en los felices setenta las bondades de la nueva central, en un video que provoca escalofríos.

El Independent -es un poquitito mejor que The Guardian, y no publican tantas mongoladas de ingleses- publica hoy un interesante reportaje sobre el problema de los residuos nucleares británicos. Al parecer, en la planta de Sellafield -"el mayor almacén de plutonio del mundo"- pretendían dar un nuevo uso a esa basura nuclear fabricando el combustible MOX, el mismo que la francesa Areva había conseguido colocar de manera experimental en el reactor 2 de Fukushima, y que ya ha salido al exterior en una cuantía y dispersión no precisada.

No se preocupen: sería la propia empresa francesa, que emplea a 60.000 personas, la responsable del combustible, y no la tecnología británica. El problema de los residuos nucleares es que se siguen acumulando y bueno, de momento no se conoce mucha salida. La propia planta de Sellafield se inició hace 20 años y, en el mejor de los casos, conseguirá vender su primer MOX a finales de esta década. Para el tiempo nuclear quizás no sea tanto, pero si para una empresa y una viabilidad de negocio.

¿Negocio? Ah, que en todos estos asuntos de lo nuclear y su duradero legado se obvia comentar que la basura nuclear se trata con fondos públicos, aunque las plantas las operan empresas privadas con pingües beneficios. Sólo en la planta de Sellafield se habrán gastado 6.000 millones de libras, que en lo dilatado del tiempo se podría calcular en más de 9.000 millones de euros. De momento, ya se han fundido 1.300 millones de libras. Recuerden que estamos hablando de dinero público, siempre ajeno a la lógica empresarial.

Según un wikileaks, los americanos consideran la planta uno de los mayores fracasos en la historia de la industria británica, con unos costes anuales de mantenimiento en torno a 90 millones de libras e, insisto, sin poder colocar nada de su supuesta producción de MOX, ese combustible reciclado que iba a acabar con el problema de los residuos y también con el del combustible nuclear, cuyas reservas sólo están garantizadas para los próximos 60 años.

Vamos, que una planta nuclear funciona 40 años dando rentabilidad a una empresa privada, mientras que el Estado tendrá que asumir con el coste de los residuos durante bastante más tiempo que esas cuatro décadas, siempre susceptibles de prórroga. ¿Y con que paga el Estado? Con nuestros impuestos, claro. Y en España, por partida doble.

Mientras Sellafield actua de almacén de todos los residuos nucleares británicos (una pequeña parte también está en el aisladísimo reactor de Dounreay, cuyo desmantelamiento da de comer al encantador pueblo de Thurso, y lo hará durante ¡treinta! años) en España tenemos nuestros residuos radioactivos en las piscinas de las centrales nucleares, esperando que algún día se aborde lo del Almacén Temporal de Residuos (ATC).

¿Todos? Nooooooooooooo. En España ya se desmanteló Vandellós I tras el incendio de 1989 -el segundo mayor accidente nuclear en Europa tras Chernobyl- y ¿dónde se envió la basura nuclear, una vez cerrada la piscina, que es a su vez también basura nuclear? Pues a Francia, a que lo gestionase Areva, que nos cobra la cantidad de 64.900 euros ¡al día! por esas toneladas radioactivas.

Está bien recordar estas magnitudes -gracias a este magnífico artículo de Miguel Ángel Noceda- en esta época de ataque al supuesto despilfarro de la clase política en viajes o pensiones. Que no olviden que cuesta más el AVE a Huesca, que no lo cojen ni las cabras, las titulaciones universitarias zombies o este desastrosa gestión de los residuos nucleares que cualquier asunto de coches oficiales o cenas de gala. Pero bueno, ese es otro tema: el inquietante auge de la antipolítica y el antiparlamentarismo, que cabalga a lomos del populismo y la demagogia.

En total, habremos pagado a Francia -Areva es una empresa publiquísima, y brazo fuerte de la grandeur de medio pelo francesa- durante cinco años 118 millones de euros por unas residuos que, por inoperancia política, no sabemos donde meter. Aquí se mezcla el más genuino espíritu NIMBY (not in my backyard) con el oportunismo, la inoperancia del principal partido de la oposición -cuyo principal programa político es la indefinición- y la simple majadería española.

Fíjense en estas dos frases del artículo elogiado y enlazado: "Enresa cuenta con un fondo de más de 2.900 millones de euros que ha ido acopiando por el canon impuesto a las eléctricas. Tanto la multa como la inversión corren a cargo de Enresa y, por tanto, no computa en los Presupuestos del Estado, lo que puede explicar la actitud actual de mirar a otro lado del Ejecutivo". La primera frase habla directamente del dinero incautado a los ciudadanos para gestionar los residuos de una empresa privada, por no hablar de la moratoria nuclear que pagamos mes a mes en el recibo de la luz. Eso sí, el periodista no lo dice explícitamente, a saber por qué. Quizás no le parecía el tema, aunque están íntimamente relacionados.

La segunda frase incide, por su parte, en la artimaña legal española, la misma que hace que los 6.800 millones de euros que debe el ente parasitario de RTVE tampoco computen como deuda. Albricias. Después pasará lo que pasará -lo de Grecia, lo de Irlanda, lo de Portugal- y descubriremos de bruces que aquí también hay pluses para empleados que llegan a su hora, bancos muertos en vida que computan como activos lo que son ladrillos inertes, y pueblos enteros cobrando pensiones de invalidez.

Si todo eso pasase, por lo menos que tengan decidido el ATC. No será tampoco tema de campaña política, porque el PPSOE pacta previamente que haya temas que no se tocan en campaña, y es mejor hablar de cuanto robas tu, cuanto roba el otro, el precio de los tomates y fumarse un puro. Como todo es susceptible de empeorar, seguro que alguno de los candidatos aprovecha las elecciones para decir algo así "hagamos de la basura el combustible del futuro", citando el MOX sin citarlo. Ah no, que eso es la biomasa y las "energías renovables y sostenibles". Malo es el momento en que descubrimos que la basura es combustible. Acabáramos.
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Así es El Mundo, parece que los periodistas que trabajan dentro les extraña. "Sostres escribió un artículo inicial, pero desde El Mundo se le llamo para decirle que si lo quería publicar tenía que modificarlo. El resultado es el artículo publicado hoy en el periódico". Ojo, el artículo publicado estaba modificado, y creo que se nota porque está medido y calculado, pidiendo disculpas continuamente por lo que está diciendo, y sin embargo continua en el empeño.

En todo caso, ya les digo que lo que más me sorprende de la noticia es la reacción de los trabajadores de El Mundo, como si no supiesen perfectamente donde están trabajando...

miércoles, 6 de abril de 2011

Fukushima mon amour

¿Dónde había quedado lo de Fukushima? Sepultado bajo sucesivas capas de noticias supuestamente más importantes -por ejemplo, las dos guerras neocoloniales en las que está metida Francia en lo que considera su patio trasero- la central sigue sin estar controlada y, obvio es decirlo, sigue emitiendo partículas radioactivas. Evidentemente, todo ese agua vertida para intentar refrigerar a lo bruto había tenido que ir a parar a alguna parte: además de la que se iba evaporando por las altas temperaturas de la central, el resto se fue acumulando donde lo suelen hacer los líquidos, en el fondo. Considerando las cantidades vertidas, ya no cabía más en el volumen de las estructuras -por otra parte, seriamente dañadas- de Fukushima, por lo que ha filtrado hacia el terreno y de ahí al vecino mar, que presenta unos índices de radiactividad que exceden en ¡miles de veces! la normal.

La última operación en este monstruo de pesadilla ha sido verter al mar 11.500 toneladas de agua. 10.000 vienen de la acumulada en la estación depuradora y los conductos subterráneos, las otras 1.500 toneladas de agua contaminada procede de los reactores 5 y 6, los que supuestamente no tenían problemas. Esos reactores, si van a expulsar agua, será por fuerza con un nivel de contaminación radioactiva mucho mayor que ese yodo y ese cesio del que nos dicen que el primero es inocuo a los ocho días y el segundo a los treinta años, por lo que le da tiempo a recorrer toda la cadena trófica varias veces.

Estas son las fugas controladas, claro. Como lo fueron también las explosiones en la primera cubierta de los reactores, producidas por una acumulación de hidrógeno todavía no explicada. Después están las fugas no controladas -toma oximorón-, como la que ha estado produciendo el reactor número dos por una fisura de 20 cms. y que ha elevado el nivel de radiación en el agua marina colindante con la central hasta niveles 7´5 millones de veces superior a la norma en cuanto a cesio y 1´1 millones de veces en yodo.

A lo mejor la cifra abruma, pero 7´5 millones de veces son muchas. También 1´1 millones, y más si lo combinamos con la vida radioactiva de 30 años. Dicen que ya han cerrado la fuga, pero hasta que aparezca otra. Todas esas fugas son consecuencia de la ingente cantidad de agua vertida para intentar frenar el desastre, porque los primeros días se perdieron intentando salvar la central: la empresa TEPCO operó con criterios básicamente empresariales y no los de seguridad.

Como prueba de esta codicia no hay suceso más luctuoso que saber que esta compañía electríca solicitó hace unos días, porque es un procedimiento anual que se repite mecánicamente y nadie se dio cuenta de lo desfavorable de la situación sobrevenida tras el maremoto del 11 de marzo pasado, la licencia para construir los grupos 7 y 8 de Fukushima, algo sobre lo que llevaba insistiendo desde 1995.

Una nueva chapuza más. O no. Quizás los responsables de la compañía, que hace tan sólo diez días daban como gran noticia que cerrarían la central, todavía esperaban salvar todo el sistema de redes electrícas que ahora no llevarán energía, ni voltaje, ni amperios para una nueva encarnación de esta pesadilla de central, concretamente la pesadilla 7 y la pesadilla 8. Parece que los cables eléctricos y todo el sistema de tendido, que imagino formidable para sacar los 6.000 Megavatios que producía Fukushima, se quedarán como mero soporte para los pájaros que, incautos ellos, se posen ahí. Pájaros que después llevarán la radioactividad donde quieran, pero esa es otra historia.