martes, 15 de diciembre de 2009

Historia de una pelea de bar

Como seguramente sabrán, no hace mucho el periodista Herman Tertsch fue agredido por un desconocido, que le propinó una patada por la espalda. Esta es su versión. De resultas, convalece en un hospital con un par de costillas rotas y alguna complicación más. En torno a este desagradable incidente ha surgido una curiosa polvareda que explica bastante bien el clima de Madrid.

La trayectoria de Tertsch está bien resumida en su entrada de la wikipedia. No dejen de reparar en un punto destacado: entre 1993 y 1996, la legislatura final de Felipe González, llegó a ser jefe de opinión de El País. En contra de lo que la propaganda insistente quiere hacer creer, en ese momento el diario era muy crítico con los sucesivos escándalos de corrupción -inventados o no- que salpicaban al sedicente presidente, y no es difícil entrever el estilo punzante de Tertsch en bastantes soflamas.

Con el tiempo ha ido encauzando su odio -en su juventud militó en el Partido Comunista de Euskadi- y, a la manera de una significativa parte de sus correligionarios de juventud, ha acabado en las marismas de eso que en España se llama "derechas" -así, en plural- y que no es más que excrecencias neofranquistas, cada vez menos disimuladas. El probablemente se considera un liberal, de la misma forma que yo considero que el Sol gira en torno a la Tierra. Actualmente presentaba el informativo de la noche de Telemadrid, con la misma soltura televisiva que Gabilondo, heredando el cargo por el que pasaron Germán Yanke -repudiado por otra autoconsiderada liberal, Esperanza Aguirre- y Sánchez Drago.

Sorprendió de entrada que medios afines a este converso no investigasen el caso y se dedicasen a proclamar las típicas consignas de liberticidio y demás. Es un indicio fundamental para desconfiar de la versión de los hechos. También aludir, como Berlusconi, a un clima de agresión externo. Afortunadamente, tanto 20minutos como los medios de Mediapro (La Sexta y Público) han ido allí donde no han estado ni Telemadrid -su propio canal, tiene narices-, ni ese El Mundo tan sensible a los ataques a la prensa ni otros miembros de esa papilla ("las derechas": come y calla) donde, todo hay que decirlo, Tertsch da un toque de distinción y cultura.

Como era fácil intuir, detrás de la agresión no hay una intencionalidad premeditada. Eso también lo sabía la Policía, que no ha dado mayor relevancia al asunto, y suerte que lo ha investigado: ni el propio Tertsch ha presentado denuncia, se limita a estar convaleciente y decir sus cositas, para el que las quiera oir. Algunas ya apuntan a la razón final de todo este embrollo inducido e inflado. Al parecer, la certera patada (que nadie vea intencionalidad en "certera", es simplemente asombro ante los resultados de un único golpe) se produjo a las 04:30 de la madrugada de un día entre semana en el pub Tony 2, sito en la calle Almirante 9 de Madrid.

Detengámonos aquí. Algunos medios han hablado de "Chueca" y sí, está muy cerca, pero la calle Almirante y el dédalo de calles estrechas que la rodean son casas burguesas típicamente decimonónicas y en donde está la casa familiar del alcalde Ruiz-Gallardón. De hecho, es una conocida zona de ocio nocturno para la gente de la edad de Tertsch, con conocidos café como el Olivier -muy utilizado durante la Transición-, un bar llamado Bristol donde sirven 100 tipos diferentes de Ginebra o tiendas de moda para viejas que se creen jóvenes como Aratat, que sobrevive desde los ochenta.

O sea, que esas insinuaciones de "Chueca" sobran, o más bien reflejan la incultura y la tontuna que afecta a todos los compañeros de profesión de Tertsch. Según se lee aquí, el agredido llevaba ya dos horas y media en el local y estaba "en muy mal estado", lo que combinado con las características de local sólo puede significar una cosa. Está discutiendo con un empresario de la noche y en ese momento se produce la agresión. ¿Ven qué fácil? Por eso no había testigos ni testimonios del incidente: parecía que Tertsch estuviese solo en el bar y se sirviese las copas él mismo. Nadie vio nada, porque seguramente eran empleados -pasados, presentes o futuros- del contertulio.

Eso sí, mucho más épico inventarse una agresión mediática, "moros", "profesionales" o gente de la SGAE, que reconocer una trifulca de bar, algo bastante habitual cuando te dan las 04:30 de la mañana en un día de entre semana. Es más, en esta misma noticia enlazada, no hubo ninguna patada certera, sino una caída de culo del periodista, que se golpea con un taburete. También se dice que discutió con los responsables de la clínica que le atendió, ¿quizás sobre lo que debía poner el parte de lesiones? ¿Puede un facultativo distinguir entre una patada y una caída? Yo creo que sí, pero no me hagan caso, que no soy médico.

En fin, ya tienen todos los elementos para hacerse su versión. La fantasmagórica o la de realpolitik, muy alejada de pretensiones ideológicas. Las causas finales ya las apunta el propio Tertsch en sus declaraciones desde la cama, igual que se intuían en sus soflamas y deriva profesional: ¿por qué son tabú las enfermedades mentales?

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Qué curioso. El artículo apunta todo a causas macroeconómicas (¡la crisis!) cuando es algo inmemorial: ¿no tendrá nada que ver las cuantiosas pensiones de sus padres y la política materno-filial? Por no hablar que la diminuta CC.AA es una de las que cuentan con un mayor índice de segunda residencia en propiedad dentro de la misma provincia...
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Si el problema no es el incendio, común a las estructuras antiguas y que hace que los teatros y las óperas hayan ardido siempre con mucho éxito. El problema es que seguramente se aprovechará el incendio -que ha afectado a cuatro filas de sillas- para remodelar a fondo la sala y convertirla en otra caja impersonal y repetida, muy del gusto de la zona.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Bartolín ya tiene heredero

Vivimos en una sociedad donde las anécdotas más famosas se están repitiendo continuamente: las nuevas generaciones conocen perfectamente lo de la empanadilla de Martes y Trece o la bronca de Umbral, a pesar de que nunca lo vivieron y difícilmente podrán ubicar en su contexto a tal o cual. A través de programas de zapping o youtube.com se reproponen continuamente estos momentos señeros de la chanza y el ridículo.

No son los mejores. Siempre me ha sorprendido como ha caído en el olvido el caso de Bartolín, sin duda uno de los más divertidos y ridículos de la historia reciente de este país. Puede ser porque no haya una imagen que sintetice todo el asunto, pero es que tampoco hay ninguna parodia (y eso que se presta bastante), quizás por el tabú del tema.

El 28 de mayo de 1998 un concejal del PP de La Carolina (Jaén), aparece en Irún asegurando haber sido secuestrado por ETA. Era la época en la que Mayor Oreja era Ministro de Interior y había auténtica psicosis por ETA, sus secuestros y cualquier cosa que quisiese Don Jaime, que para eso tenía siempre el ojo avizor. También pertenece a la misma época el supuesto secuestro de Martín Prieto, que simplemente se había ido de señoritas sin avisar -evidentemente- a la señora. El periodista no estaba viviendo su mejor época, si es que ha vivido alguna desde sus famosas crónicas del juicio del 23-F, cuando trabajaba en El País.

Bartolín contó a la Policía que había aparecido prácticamente en la frontera francesa porque dos terroristas de ETA le habían narcotizado, lo habían montado en el AVE para llevarlo a Madrid y después lo habían llevado en furgoneta hasta Irún, donde se había logrado zafar de los secuestradores. La historia se caía por su propio peso, y más cuando se empezaron a conocer detalles del personaje: fundador de la Nuevas Generaciones en el industrioso municipio jienense, ahijado del carismático y ya alcalde durante el franquismo Ramón Palacios e hijo de su chófer de toda la vida, y con bastantes detalles de infantilismo. Conviene recordar que La Carolina siempre ha sido el bastión del PP en el agro jienense, deudor del PER y otras cosas, pero siempre es peor el remedio que la enfermedad, sobretodo si esta no es tal: simplemente un mal endémico.

Bueno, si no conocen la historia recuperen las crónicas de la época, porque es digna de la mejor tradición española, la de Esteso y Pajares. No se volvió a saber mucho de su persona tras el juicio de 2001, pero su figura sigue ahí para el que la quiera recuperar: supongo que el cine español, que goza de tan buenos guionistas (una ha llegado incluso a Ministra), no considerará necesario narrar esta historia que tan buenos mimbres tiene, porque el tema es tabú. Una persona que vive obsesionada por el secuestro se autosecuestra.

Pues bien, hete aquí que años después volvemos a tener una historia parecida. El Guardia Civil que vive obsesionado con un atentado de ETA (y con razón: era el compañero del agente asesinado en el ataque a la casa-cuartel de Leiza en 2002) se autoatenta ayer mismo. Así lo dicen claramente El País y El Mundo, extrañamente coincidentes una asunto en el que siempre están enfrentados. Las pruebas parecen bastante claras: el agente, natural de Málaga y de 34 años, dice que le han tiroteado mientras descubría un tubo lanzagranadas en las inmediaciones del cuartel. Efectivamente, tiene cuatro tiros: uno en el brazo y tres en el chaleco, pero los casquillos son de munición del instituto armado, por no hablar de que el tubo de PVC (ETA a veces los ha utilizado como lanzagranadas baratos y cutres) ni siquiera tiene iniciador.

El nuevo Bartolín se llama Salvador Menéndez. Los medios -con razón- han decidido dar muy poca relevancia al asunto, porque sólo abunda en el descrédito de cuerpos y fuerzas que no lo deben tener nunca, por razones obvias. Sin embargo, en la tranquila mañana de domingo lluvioso en toda España fue la noticia protagonista, y fue francamente curioso ver como se iba desinflando con las horas. Sin embargo, estaría bien que informasen cual va a ser el expediente o la sanción propuesta al agente autolesionado, sobretodo para hacer de aviso a navegantes y que no haya imitadores.
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Qué noticia tan divertida y esclarecedora, sobre todo la última línea.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Piratas del Índico

Lo que parece una novela del gran Emilio Salgari se lleva materializando desde hace una larga temporada: piratas en el oceáno Índico. En el siglo XXI. Poniendo en jaque a la comunidad internacional (ejem) y consiguiendo ser el tema preferente en la información nacional: el ya famoso Alakrana, los dos somalís de turismo judicial por España y los mercenarios en los atuneros, que de todo hay.

Para dar más lustre al esperpento, últimamente aparecen en la sección de cartas al director de varios periódicos reversos de la moneda realmente sorprendentes: que los piratas somalís son en realidad guardacostas que están protegiendo las aguas de su soberanía de los auténticos piratas, los barcos que esquilman sus caladeros y no pagan derechos de explotación.

Parece de humor pero no lo es. Me pregunto si estos lectores, tan celosos de los derechos de la Zona Exclusiva Económica de un país que ni siquiera está constituido, habrán reparado en que estos guardacostas no tienen como objetivo exclusivo los pesqueros, sino que les encantan los petroleros, los buques cargueros y todo lo que flote y sea fácilmente asaltable. El día que secuestraron un petrolero de 300.000 toneladas en su primer viaje la comunidad internacional (ejem) lanzó la denominada Operación Atalanta, consistente en enviar barcos de la mejor tecnología a dar vueltas por el Índico a ver si cazan algún cayuco con muertos de hambre y Kalasnikov a bordo.

El éxito ha sido dispar. Los secuestros se han seguido produciendo y no ha habido efecto disuasión. Cuando estás desesperado, como es el caso de los piratas somalís, da lo mismo que te envien al USS Enterprise. Además, la efectividad táctica de la operación es muy dudosa: pudiendo disparar y hundir los barcos, que es como se ha combatido históricamente la pirateria, se envian salvas de aviso; pudiendo establecer un bloqueo en los principales puertos que quedan en la devastada Somalia, se ha preferido hacer dar vueltas a los barcos; pudiendo acabar con el problema, se ha decidido prolongarlo.

¿Las razones? Como siempre bastante ocultas y al mismo tiempo al alcance de todos. Gracias a la piratería los seguros de fletes (Lloyd´s sabe bastante de eso) se han disparado, produciendo pingües beneficios en uno de los sitios de mayor tráfico comercial del mundo. Beneficios para las aseguradoras y las compañías de seguridad privada, y también beneficios para los auténticos piratas, los que están tierra adentro: ¿cómo se creen que cobran los fabulosos rescates de millones de doláres? ¿en billetes no consecutivos y sin numerar, entrega en mano en Mogadiscio?

Eso sería bueno, pero el mundo no es así. Cobran en cuentas radicadas en bancos de Londres, porque ya era raro que una noticia de piratería no tuviese como un actor principal a los compatriotas de Lord Elgin y Thomas Drake. ¿Y por qué no se actua siguiendo esas cuentas o bloqueándolas? A saber. También se amenazó, en los días posteriores al 11-S, con bloquear los paraísos fiscales (EE.UU indicó expresamente a Chipre, un país con grandes intereses navieros) porque tenían bastante certeza de que mucho de la financiación económica del terrorismo islámico se movía por esos conductos. Se hicieron cuatro cosas y todo siguió igual.

Si empezaba con Emilio Salgari habrá que concluir con Julio Verne. No deja de ser otro signo de nuestros tiempos que modernas fragatas con el AEGIS no sean capaces de controlar a esquifes y que se movilice todo el aparato judicial de un país por un par de desesperados intentando paliar el hambre. He aquí un caso de conflicto entre lógicas estatales y lógicas de la globalización, el poder difuso y los actores no categorizables bajo el cánon clásico. Bienvenidos al siglo XXI: piratas en el Índico y también en la Audiencia Nacional. Vivir para ver.
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La resaca del 20º aniversario
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Galicia, "una gran aglomeración europea" y "un aeropuerto con tres (Coruña, Vigo, Santiago) terminales". Desde luego, la prensa regional es una fuente inagotable de humor. "Es lo que tenemos": humor a los cuatro vientos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Periodismo de cámara al hombro

Hola amigos, hoy vamos a hablar de un tema muy menor, pero que muy menor: el programa Comando Actualidad, la copia barata y cutre que RTVE (pagada por todos) ha hecho de Callejeros. Este era un programa que, cámara en ristre, empezó retratando realidades sociales que raramente tenían espacio en la televisión a especializarse en sacar cosas cada vez más raras.

A esto, en estos tiempos enfermos que nos han tocado vivir, se llama periodismo de investigación. ¿Investigación de qué narices? Muchas veces el reportero cutre y analfabeto (fíjense que tipo de preguntas hacen: ¿y usted come aquí? es una de las preferidas) únicamente va a la barriada de turno, o a la inmobiliaria de turno y se deja llevar con lo que va apareciendo. Si está grabando y pasa uno con el yate u otro con la furgoneta de reparto, ahí que se cambia y va a por otro objetivo, al rico olor de lo soez, lo cutre o lo espectacular.

Por supuesto, olvídense de que estos reporteros investiguen sobre el dinero negro, la corrupción política, la compra de títulos universitarios (incluyendo doctorados) en universidades privadas, clínicas de aborto ilegales, la vida de los exreclusos y su difícil inclusión en la sociedad, gente con baja laboral que practica deporte, la cadena de frío en la distribución alimentaria o donde se recicla el dinero del tráfico de drogas en el Estrecho, por poner sólo algunos temas que se me ocurren y sobre los que no se investiga.

El modelo creado por Callejeros y repetido por RTVE (Cuatro es una cadena privada y puede hacer lo que le de la gana, el Ente lo pagamos entre todos) está muy definido y es inútil repetirlo, porque ya lo conocen. De hecho, incubo la teoría de que este programa está ideado para fomentar el odio social en estos tiempos de crisis: una de sus especialidades es sacar las excentricidades de ricos, para que desde el sillón de su casa el adocenado exclame "¡Pero que hijoputa!", porque ya saben que en este país cualquiera que sea rico es directamente culpable.

Es bastante útil en estos tiempos de negra crisis económica que nos ha tocado vivir: poniendo que algunos no lo pasan mal, se consigue desviar la atención de que realmente gran parte de la crisis vendrá por tener que pagar el paro (improductivo por definición, y más en este modelo), no precisamente a ricos. Por seguir con este hilo, fíjense en como los medios desgranan las ganancias de la banca (sería mucho mejor que tuviesen pérdidas) y grandes empresas, con ese tufillo de antiguo adoctrinado en el marxismo, eso de que el gran capital es culpable y que sus beneficios nos pertenecen, o hay que repartirlos. Mejor aún: colectivizarlos.

La última entrega de la bazofia de programa que es Comando Actualidad ya se quitó directamente la careta y su tema fue Usted, ¿qué cobra?. Es una de las preguntas estrella de este reporterismo. También refleja mucho la mentalidad de pobretones y muertos de hambre de quien lo realiza. La pregunta es en sí misma ofensiva: no sólo porque está mal escrita (¿no será mejor preguntar "cúanto"? Si preguntas ¿qué cobra? la respuesta será "mi salario"), sino porque este es un país donde gran parte de la gente prefiere no decir por ahí lo que cobra.

Claro, eso indigna mucho a los reporteros. Centrémonos en el rude boy de la imagen, a tamaño real de los centímetros cúbicos de su cerebro. Extremadamente ofensivo -no pregunta, inquiere-, pagado de sí mismo y despectivo con todos los entrevistados, a los que llega a vacilar, este auténtico subproducto de la televisión ejerce de cabecilla (ejem) del programa y de los reporteros. En el programa enlazado arriba, el lema era "seis de cada diez españoles cobra en torno a 1000 euros". Probablemente el mismo pertenezca a ese 60%, pero nadie ha tenido el arrojo de preguntárselo: como para hacerlo, con esa cara y esas patillas de ir repartiendo hostias a quien no conteste lo que el quiere.

En torno al minuto 10 le agarra un billete de 50 a un pobre infeliz (la gente se cuadra cuando ve una cámara) y pregunta si se ven mucho por ahí: debe pensar que la gente va al cajero y saca el dinero en billetes de 20, uno por vez. En el minuto 14 se acomoda de tal manera que los entrevistados le puedan oler el aliento y, cuando le cuentan que están el paro y recibiendo la ayuda social, no se le ocurre preguntar qué narices están haciendo en una terraza, al rico solecito del otoño malagueño: hoy no tocaba. Cuando entrevista a yonkis si que suele preguntar por qué se gastan el dinero en mandanga.

Más adelante se va a Belvis de Monroy, Navalmoral de la Mata y Almaraz, tres bellas localidades de la siempre bella provincia de Cáceres. Para la ocasión se cambia su polo Lacoste por una chaquetilla de Ralph Laurent: cada uno viste como quiere, pero este payo agitanado ha llegado a preguntar a la gente por su vestimenta. Eso sólo lo hace una persona que cree que viste bien, y a la vista está que este pobre hombre tiene un concepto muy distorsionado de la realidad. Evidentemente, acaba preguntando a la gente que trabaja en la nuclear que hay por la zona. En el minuto 55 se queda contrariado (reconoce la moto: le pega) porque el entrevistado le lleva la contraria: si vives en un pueblo, en casa de tus padres, te puedes permitir todos los lujos, pero es algo que casa mal con su taimado reportaje.

El interés del reportaje era mostrar que el 60% de los españoles es mileurista: este lamentable programa concluye que es igual de mileurista uno que cobra esa cantidad raspada que un profesor que cobra 1.600. ¡Que digo concluye! Ya parte con esa idea preconcebida, y si se topa con ejemplos que llevan la contraria, sigue adelante. Total, es tan fácil de hacer como coger un coche, pasar las dietas y ponerse a grabar lo que van contando. Y mientras tanto, el sufrido contribuyente de este mierda de televisión pública a pagarle el corte de patillas a este intransigente con cámara (en otro reportaje 27´30": "Ya vas desprendiendo olorcillo. Se impregna ¿eh?". Parece que hable de el mismo). ¡Menudo país!.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Cómo se ve El Corte Inglés desde fuera

Como se que mis escasísimos lectores no necesitan que les hable de The Economist, haré lo mismo con El Corte Inglés, e iré directamente al artículo que el primero publicó sobre el segundo el pasado 24 de septiembre. Es uno de los breves que aparecen en las páginas de análisis por áreas geográficas, y está escrito en el habitual estilo del influyente medio británico.

Titulado El paciente inglés, el artículo trata -en un estilo imposible de encontrar en España- sobre esta empresa opaca, enorme y muy poderosa que es el invento de Ramón Areces, magistralmente narrado en un libro censurado por la propia empresa a principios de los noventa. Para ubicar todo en su contexto, recordemos que El Corte Inglés es de los mayores inversores publicitarios en medios de todo el país, y ¡ay! de aquel que ose hablar mal de la empresa que da de comer a 100.000 empleados, que no se organizan en sindicato por razones aún más opacas.

A El Corte Inglés las cosas no le van bien. Decidieron expandirse tímidamente fuera de España con la participación en los californianos grandes almacenes Gottschalks, que recientemente han quebrado sin dejar asomo de beneficio. Sí, también han abierto dos exitosos centros en Portugal -y otro a punto de llegar- y desde hace un lustro en Roma se rumorea que han comprado un edificio entero en el centro para hacer su incursión italiana, pero nada se concreta. El Corte Inglés es básicamente un imperio español. Españolazo, diría.

Un amigo mío, de fuertes convinciones ideológicas -y a pesar de todo amigo- me resumía su ideal de España va bien con esta fórmula: "El Madrid ganando Copas de Europa y las marujas arrasando en El Corte Inglés". ¡Qué años tan felices los de finales de los noventa y gran parte de esta década! La cadena de grandes almacenes se enmarcó en una política expansionista por la piel de toro que llevó a abrir centros en lugares tan pintorescos como Linares (Jaén), casi siempre asociados a grandes expansiones urbanísticas que rentabilizarían la fortísima inversión -es una empresa familiar, sin cotización en bolsa- y que se han quedado en aguas de borraja. Hay megacentros ubicados en nudos de carreteras donde no se ve un alma ni un sábado por la mañana: pongan los nombres en la sección de comentarios y trazaremos una geografía aproximada.

La apuesta por Supercor y Opencor -tiendas de conveniencia con precios altísimos, ubicados en zonas nuevas donde han impedido que surgiese un pequeño comercio rival, cuando no en mercados tradicionales fagocitados para el evento- ha salido bien por su propia naturaleza -a ver quien compite en horarios-, pero no tanto Sfera, un intento tardío y espantoso de combatir a Inditex: ropa horrible y carísima, en la mejor tradición de las marcas propias de la firma, las impagables Nudos, Green Coast y demás. El Corte Inglés siempre ha sido de naftalina y caspa, y no solo en ropa: su cadena de hipers Hipercor ("si te fijas bien, en nuestro nombre está la palabra precio", reza la última publicidad) es bien conocida porque tu vas a por un bote de tomate y te llevas una cazuelita de barro, presentada como regalo pero que realmente estás pagando en el precio. La agencia de viajes, que tiene un montón de clientes institucionales, merecería un post aparte.

La crisis ha golpeado muy fuerte este modelo de negocio, basado en un supuesto mejor servicio y un sobreprecio realmente alto. Por ejemplo, la empresa no ha fichado este año a los tradicionales jovencitos para el verano -para cubrir bajas de vacaciones- y a pedido a sus empleados (que tienen un sistema de fidelidad bien plasmado por Alex de la Iglesia en la maravillosa Crimen Ferpecto) que apoyen a la empresa dedicando más horas. No ha trascendido mucho más -ni revueltas ni huelgas, claro-, como tampoco se ha leído un análisis serio sobre el demoledor dato de que han reducido su beneficio en un 47%. Fuentes del grupo lo han atribuido a "la crisis internacional", pero ya han visto el peso internacional de este conglomerado: más bien habría que decir "la crisis nacional".

Otra medida ha sido introducir en su catálogo de productos de alimentación una marca blanca propia, de nombre Aliada. Tras años intentando imponer la marca El Corte Inglés, que era objeto frecuente de descuentos y 3x2. Me dicen que la marca está bien de precios, pero claro, la pregunta es ¿por qué no lo hicieron antes?. Bueno, pues porque es mucho mejor cobrar un sobreprecio altísimo por el mismo producto: como yo creo en el libre mercado, defiendo que haya gente que quiera comprar eso y no un producto exactamente igual, pero ahora que se han acabado las vacas flacas, parece que ese mismo consumidor que ejercía su libertad de compra ha decidido dar la espalda a El Corte Inglés, para gran dolor de una casa que siempre había apostado por fidelizar al cliente.

Dado su poder intangible, que The Economist apunta muy bien en el cierre de su información, habrá que ver por donde van los tiros en el futuro más próximo. ¿Si imaginan un medio publicando la ominosa noticia de que un centro comercial de El Corte Inglés tiene que cerrar? Dios no lo quiera, pero es una posibilidad real. También que no se informe de esto mismo, o se camufle bajo la fórmula "posponer", "cese temporal de la convivencia" o "ajuste relativo de las condiciones laborales". Con El Corte Inglés hemos topado, y todo es posible. No les extrañe que nos tengamos que enterar de algunas cosas leyendo medios extranjeros, una constante recurrente en la historia de este país.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Ciencia en España, ¿para qué?

El País publica hoy uno de sus habituales globos-sonda y todo el mundo entra al trapo. Esta vez le ha tocado el turno la piedra filosofal de la investigación en España, que tanto se cita y que, al parecer ("Las cifras que está manejando", una fórmula imprecisa y que no aporta nada), verá reducida su cuantía en los próximos PGE (Presupuestos) en un 37%, algo a todas luces exagerado aunque sólo fuese por la publicidad negativa.

Como lo que le interesa a la noticia es crear revuelo, mejor exagerar (" La alarma ha empezado a circular en la comunidad de ciencia y tecnología" y la periodista se dedica a meter gasolina) y así se presiona antes del trámite parlamentario, donde se verán grandes presiones publicitarias sobre el compromiso con la ciencia y plin-plan: ¿cuando presentaba ZP eso de la Ley de Economía sostenible? Ah, en unos días, ya me parecía a mí...

Habrá un recorte medio del 6% en los presupuestos de los Ministerios y que en los borradores que se manejan la dentella a la I+D de financiación pública es francamente importante. Como de dineros estamos hablando, las muestras de rasgarse las vestiduras y hablar, no ya del futuro de nuestro país, sino de "nuestros hijos" no se han hecho esperar y parece que vayamos a entrar en una nueva época de oscurantismo y sacrificio de cabras ante el dios Sol.

En principio, que haya una moderación del gasto en todos los ministerios y que el de Ciencia e Innovación responda solidariamente como el resto de departamentos entra dentro de la lógica. Tal y como se está planteando el debate parece que es un Ministerio en el que no hay que reducir nada, al contrario: aumentar a la rica llamada de el progreso, el futuro y el avance, como si eso viniese con apretar un botón o, en este caso, con meter más pasta.

Después se podrá discutir si el recorte es mucho o poco, pero al menos se recorta. Quizás habría que aprovechar la oportunidad para plantearse varios dogmas de fe sobre la ciencia en España. Cada país tiende a especializarse en lo que es mejor, y en España eso es el sol, la playa y la fiesta, y no se sabe muy bien como encaja la ciencia en todo eso. No digo que los nuestros no sean igual de capaces que los alemanes, pero ahí están los datos de productividad general y si merece la pena invertir en ciencia en este país.

De hecho, hasta la región que más ha apostado por la I+D ha instalado uno de sus centros punteros (el CRG de Barcelona) en primera línea de playa urbana para poder así atraer a los investigadores con la habitual combinación española, lo que es bastante significativo. Se ha avanzado mucho en el nivel de publicaciones científicas y, en general, en todos los indicadores de calidad, pero a los investigadores les encanta quejarse.

Y reclamar dinero público, claro, porque en eso no se diferencian en absoluto de los jornaleros, los transportistas, los parados, los autónomos, los bancos y todos los colectivos que piden dinero al Estado. ¿En qué se gasta ese dinero? En inflar equipos de investigación por medio de becarios que, a tenor de su currículum académico, lo mejor que podrían hacer los científicos titulares es indicarles otras salidas en el mercado laboral. También en mucho viaje, porque es maravilloso lo de vivir como un ejecutivo con el dinero público, y lo que luce en el patio de vecinas que su Ernestito esté en Hawai en un congreso con un poster de colores que nadie mirará.

Porque esa es otra: aquí cada hijo de vecino cree que su churumbel es un genio, cuando lo más probable es que no de para nada más que técnico. Hay un diferencia muy importante entre las dos cosas, pero a ver quien hace caer del burro al chaval que si, que siempre ha sacado buenas notas, pero eso no basta. Falta una autocrítica general: si con treinta años estás renqueando para conseguir un nuevo proyecto, dedícate a otra cosa. O emigra, que el mercado es muy dinámico.

En plata: lo que los investigadores quieren es convertirse en funcionarios de la ciencia, con un puesto fijo sin criterios de producción (porque una vez fijo a ver quien reclama), cuando realmente se tienen que ganar el puesto cada lustro en función a sus resultados. El panorama en España es así: licenciados a los 25, porque ¿que es eso de acabar a los 23?; Doctor raramente antes de los treinta; y a los 37 reclamando, con dos hijos a la espalda, un puesto fijo, que muchas veces se adjudica por arraigo en el lugar, lo de los hijos y que los que adjudican la plaza lo conocen de toda la vida.

Yo estoy convencido de que el auténticamente talentoso acaba logrando la estabilidad y el éxito, pero estos años se ha producido una superpoblación de medianías que, sabiendo perfectamente lo que les esperaba, seguían adelante creyéndose promesas inventadas o no de un futuro brillante. Ahora se ha acabado la pasta gansa y vienen los lloros y las palabras gruesas. A mí no me da más pena un científico que un ganadero, pero están acostumbrados a ser los primeros de la clase y han demostrado bien poquito. Y encima la prensa les jalea.
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Algunos no padecen ni la crisis inmobiliaria, ni la inspección de Hacienda por la disparidad entre lo escriturado y lo pagado, ni eso de los problemas de os novos. Me pregunto si tendrá la misma cara de roedor que el padre.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Kale borroka en Pozuelo

Pozuelo de Alarcón es un municipio a las puertas de Madrid famoso en toda España por ser el segundo con mayor renta per cápita y por tener un porcentaje de voto al PP por encima del 65% del electorado. También viven algunos ex-altos cargos del Estado y se pueden imaginar la extracción social: lo que vulgarmente se denomina pijos, que es una definición vacía.

El domingo fue noticia por algo más que las corruptelas Gürtel de sus ediles, la horrible iglesia obra del antiguamente brillante Fernando Higueras o la inauguración de un centro comercial, esas pequeñas fruslerías que sazonan la vida cotidiana en este tipo de poblaciones. Nada menos que una auténtica revuelta popular, con asalto a recintos del Estado incluída, saldada con abundante pérdida de material, bastantes polícias (nacionales, ojo) heridos y un puñado de detenidos.

No deja de ser curioso que todavía existan personas que auguran un estallido social inminente (por el efecto 2000, por el separatismo, por el fin del capitalismo, por la gripe A, por la crisis...la inminencia siempre se desplaza para un poco más tarde) y que se vayan a tener que tragar sus teorías conspirativas con la triste realidad que el mayor episodio de violencia urbana en la última década en todo el territorio nacional no haya sido en una barriada azotada por el paro, en un pueblo guipuzcoano, en un feo valle asturiano o en un municipio de terratenientes en el sur, sino en Pozuelo de Alarcón.

La cosa fue así. En septiembre los ricos municipios asomados a la A-6 (Majadahonda, Las Rozas, Pozuelo) celebran sus fiestas patronales, en una sucesión contínua de falso rito y orgía. Se habilita uno de los escasos solares que están sin urbanizar (sin enladrillar) y allí se junta una muy poca variopinta fauna. Ojo, este dato es importante: la gente es muy homogénea. Camiseta, polito, náuticos, el complemento de moda de la estación y cuidadito como te vean pinta de guarro o alguna camiseta incorrecta, porque lo más normal es que salgas vapuleado. De hecho, no hace mucho la caseta ferial de un partido político no muy querido por esa zona fue asaltada y vandalizada, pero no se investigó nada. También ha habido agresiones continuas a militantes y simpatizantes de esas conductas políticas desvíadas.

La noche del sábado empezó el jolgorio y el ayuntamiento decidió permitir el botellón controlado hasta las tres de la mañana. Conviene apuntar que el botellón no es sólo alcohol, porque algunos medios han achacado a la abundante ingesta de bebidas espiritosas los desafortunados hechos que se produjeron, qué va: el botellón en las fiestas patronales es una nariz abierta como la boca de un túnel, es una lengua seca como un sello y, en las fiestas de estos municipios, mucho más porque hay mucho más, ampliamente entendido. Y si no piensen en lo que les voy a relatar, que no se puede hacer estando borracho.

La Policía dice que acudieron a socorrer a un joven que presentaba una herida en la cabeza por un botellazo, un accidente normal en estas fiestas. Y que empezó a lloverles botellazos, piedras y de todo. Yo me lo creo. Los de la algarada, aquí en este impresionante testimonio de pijo, dicen que las fuerzas del orden fueron provocando y que se lo buscaron. No me lo creo. Si hubiese sido así se hubiesen metido en un lío: pobre del policía que le salte un diente a un hijo de concejal, miembro del consejo asesor de una consultora o pariente de ministro. En plata: la Policía no carga igual en Vallecas que en Pozuelo, si es que alguna vez ha cargado en esta población.

Sin embargo, los habitantes de Pozuelo y comarca han demostrado estar a la mejor altura de Hernani, colocando barricadas, achantando a las fuerzas del orden -tuvieron que pedir refuerzos a Madrid y enviaron a los antidisturbios-, quemando coches patrullas (dos de ellos camuflados, para que vean hasta que punto estaban al tanto) y el hecho más noticiable, el intento de asalto a la Comisaría a cargo de 400 individuos, según fuentes policiales. Me imagino que habrán sido todos hombres, porque no me imagino a las de pendientes de perlas y taconitos subiendose a la valla. En todo caso, como la Comisaría tiene cámaras a lo mejor alguna imagen se acaba filtrando y los 400 acaban convirtiéndose en 40, porque bien está decir que todo parece muy exagerado, especialmente en el parte policial: tampoco van a reconocer que se tuvieron que refugiar por el asalto furioso de una exigua cantidad de jóvenes, mucho mejor poner "cuatrocientos", como en Tebas o Salamina.

La idea (y la fuerza) de asaltar una comisaría sólo puede ser posible por la conjunción de dos factores: la droga (especialmente cocaína y speed, que corre como los ríos en esas celebraciones y colectivos, mucho más que en otros estigmatizados por Callejeros) y que la Policía no quiso emplear toda su fuerza, por razones ya comentadas. Pero ahí queda: la mayor revuelta callejera que se recuerda en España y sucede en Pozuelo, un municipio con esta intachable hoja de servicios democrática. El Alcalde ha salido diciendo que todo es obra de "enérgumenos de fuera del municipio", lo cual es una fina ironía que supera al idiota que la ha pronunciado.

Se dice que nadie es de Madrid, ciudad acostumbrada a acoger a todo el mundo y no preguntarle de dónde es, quizás el mejor elogio que se puede decir, pero en el caso de los prósperos municipios del noroeste esta aseveración alcanza porcentajes búlgaros. Estas poblaciones están llenas de élites o aspirantes a tales de todo el norte español (incluso vascos, pero menos que la diáspora esa de Mayor Oreja), Castilla y Levante, atraídos al rico calor del dinero, los contactos y las oportunidades de la capital, además del importante factor de un entorno sano, blanco y cristiano. Aquí no hay moros, negros o rumanos, qué va, aquí lo que hay son españolazos de tomo y lomo, de los que ponen la bandera en el jardín de su casa -como un famoso expresidente que reside en una urbanización del municipio, que saluda al visitante con una bandera gigantesca-, que se ve que comparten ese atávico odio a la Policía. Lo digo porque viendo lo que cuentan los medios y el alcalde alguien va a pensar que todo esto es por inmigración y no, es por la estupidez, que se concentra en determinados puntos.

¿Saben que es lo mejor de todo? Que es época de exámenes.

martes, 30 de junio de 2009

Lo que tiene la peste azteca

O el mal de Moctezuma. O la gripe mexicana. Llámenlo como quieran, pero no olviden el origen. Ya van unos cuantos meses de nueva gripe y la pobre ha cambiado varias veces de nombre, desde el injusto apelativo de "porcina" -que en Egipto aprovecharon para exterminar la piara de la minoría copta- hasta la actual y políticamente correcta de "gripe A", no se sabe si porque habrá "B", "C" y "Z". ¡Con lo fácil que es llamarla gripe mexicana! Hasta la OMS en su página web tiene la dirección HTML con el "swineflu" de peste porcina, ya ven que credibilidad dan con la tontería esa de "gripe A".

Tiempos de pandemia. Y, por tanto, de bastante estupidez, un efecto secundario que siempre que hay una nueva peste se propaga con igual o mayor rapidez y con muchos más devastadores efectos. Lo pudimos ver con la glosopeda, con el SARS y ahora con esta variante de la gripe, que es más inocua de la que estamos acostumbrados, y que no va a desaparecer: simplemente se solaparán. Hoy ha fallecido la primera persona en España, una joven de origen marroquí que cumplió ayer 20 años y que estaba embarazada. Los médicos, visto que perdían al paciente -el cuadro se complicó por su asma y porque hasta tres veces fue al hospital y no le hicieron las pruebas, pero eso hay que leerlo en la letra pequeña- forzaron el parto y ahora el pequeño Ryan vivirá sin su madre, de la que no sabemos si quiso dar a la luz o no: me pregunto que pensará la Conferencia Episcopal de todo esto. Bah, da igual: todos sabemos la respuesta.

Cada año mueren en todo el mundo 8.000 personas por causas directas asociadas a la gripe tradicional. Con la nueva habrá que empezar a convivir, guste o no. Los gobiernos deberían acabar ya con el gasto mayúsculo que supone ir siguiendo la evolución de la pandemia, porque ya no la para nadie: lo ha dicho la OMS y lo dice el sentido común, pero parece que vende mucho más dar la imagen de que se está actuando contra algo bastante difícil de combatir, dado el carácter mutante del organismo infeccioso. Hasta el propio Stephen King, en La Danza de la Muerte, se dio cuenta de esto. Nuestra Ministra de Sanidad, especializada en política internacional (¡ay!) probablemente no tenga al autor americano entre los de cabecera -le pega más un Carlos Fuentes o una Almudena Grandes-, pero sabe perfectamente chupar cámara como la sonrisa del régimen que es.

La muerte de esta desgraciada joven marroquí vuelve a traer a los primeros titulares un asunto que se había aletargado, siguiendo el ciclo natural de la gripe: las altas temperaturas no favorecen su difusión, pero piensen en el hemisferio austral, donde ahora empieza el invierno, y dense cuenta -o consulten la página de la OMS- como prolifera por Argentina, Australia o Chile. Bueno, pues eso mismo pasará en España a partir de octubre-noviembre, cuando aparezcan los abrigos. Probablemente usted y yo contraigamos la nueva gripe, y dependiendo de nuestro estado de salud general nos irá de tal o cual manera. Bien, pues esta razón que está implícita en la declaración de pandemia decretada por la OMS hace un mes todavía no ha salido de la boca de nuestra Ministra, tan generosa para decir "solidaridad", "esfuerzo" o "contribución" (está la van a oir más, se lo aseguro), pero tan rácana a la hora de presentar la verdad, porque vende mucho más parecer que se está actuando.

Fíjense si no en la vergüenza que como ciudadano español tiene que pasar uno cuando ve anuncios como este: ya se había anunciado hace semanas, pero la casualidad ha querido que coincidiese la muerte de la pobre marroquí con el acto promocional con foto y todo. Fíjense como sonrien, y eso que lo que están montando es una fábrica que estará ¡para 2012! y será llevada por ¡una empresa privada!, concretamente laboratorios Rovi: mientras los políticos hablan de "inversión" y "puestos de trabajo", el presidente del laboratorio habla de "50 millones de facturación", porque es lo suyo y lo que le pega. Trini dice que también harán vacunas para otros países, probablemente para ser ofrecidas gratis como ayuda exterior, que al fin y al cabo es de lo que dice entender.

La planta estará ubicada en el cacareado parque científico de Granada, un erial en torno a las facultades de la ciudad -donde todos sus licenciados emigran, of course- y un Museo de la Ciencia construido para los alumnos de la Logse: por fin tendrá sentido. Y si para ello "la Junta de Andalucía aportará los terrenos, la construcción del edificio y el equipamiento, lo que conlleva una inversión de 12 millones de euros" y el laboratorio Rovi "48 millones para completar la construcción y el equipamiento y para las actividades de investigación y producción del ensayo clínico, al tiempo que asumirá los costes de su funcionamiento", pues tanto mejor no, ¿verdad? ¿A que mola que las previsiones de facturación hagan que esta empresa privada recupere más del 100% de su inversión en sólo un año? ¿A que mola saber que siempre va a encontrar comprador en el Estado, que después facilitará las vacunas por ahí, al margen de cualquier criterio de mercado?

"El acuerdo prevé también la creación de una fundación sin ánimo de lucro para desarrollar los trabajos técnicos necesarios". Phantástico. Así ya queda todo completo. Ya les digo que cuando hay una pandemia la primera víctima es la inteligencia. Miren a Trini, que saldrá sonriendo en la primera entrega solidaria de vacunas, aunque todavía no sabemos si los asesores de imagen del PSOE seguirán recomendando a la gente de este partido ese gesto irritante de las yemas de los dedos juntas que tanto se prodiga hoy en día. Esto si que es una epidemia y de las buenas: no se despegan jamás y pueden observar los síntomas en la Salgado, ZP, López Aguilar o cualquier otro. Si esta nueva gripe hay que llamarla con algún apelativo al origen geográfico, ¿cómo calificamos la manía gestual e impostada de los líderes del PSOE? ¿Por qué Trini no actua contra este mal que junta las manos de manera antinatural y condescendiente hacia los ciudadanos? ¿Por qué tanto paternalismo? Nos tratan como estúpidos y sentimos que nos están protegiendo. Esto si que es una peste.

lunes, 25 de mayo de 2009

Otra vez con la bomba de Corea del Norte

La falta de la más mínima cultura militar hace que el ciudadano medio trague cualquier tipo de mentira sobre armamento o geoestrategia. Es tremendo como una y otra vez medios supuestamente serios cuelan las mismas mentiras y las mismas amenazas fantasmagóricas, sin que nadie abra la boca y diga que todo es un teatro y una mascarada.

Por no irse muy lejos, baste recordar la intervención de Colin Powell en el Consejo de Segurida de la ONU, cuando la preparación diplomática del ataque a Irak en 2003. El inteligente militar sacó un bote minúsculo de cristal y dijo que con eso Irak podría hacer un montón de cosas. Por supuesto, no dijo que en cualquier tipo de arma lo importante es el vector de lanzamiento. Les pongo un ejemplo: si yo tengo una bomba-H y no tengo con que lanzarla, me explota en el mismo lugar. Irak no tenía ningún vector de lanzamiento (llegaron a sacar avionetas de cartón diciendo que con eso podrían lanzar un ataque en 10 minutos) y, como supimos después aunque Hans Blix ya lo decía desde hace tiempo, tampoco tenía ninguna arma química o biológica. Y de tenerla, no cabe en ese bote mostrado en aquella vergüenza que fue vender la agresión a Irak.

Colin Powell sabía de lo que hablaba. Después todos han dicho que la inteligencia militar les dio pruebas falsas, pero no es excusa suficiente en alguien que ha ostentado las cuatro estrellas y sabe de lo que habla, por mucho que fuese más político que militar. Sin embargo, Powell sabía a quien iban dirigidas sus palabras: a una inmensa mayoría de la humanidad que, cuando les dicen las palabras "misil" o "bomba" se imagina un pepino como los de las películas, capaz de llegar a cualquier parte, destruir cualquier cosa y, especialmente, muy fácil de conseguir, como si se comprase en un zoco. Y esa inmensa mayoría de la humanidad incluye puestos de muy alta responsabilidad.

Les cuento todo esto por lo que está pasando con Corea del Norte. El régimen estalinista vive de la ayuda internacional (sí señores, es así: igual que Cuba pero sin turismo) y claro, con la crisis económica esa ayuda se ha reducido. ¿Cúal es la manera de volver a reclamar atención y pactar sotto voce más arroz y frijoles para sacar de la hambruna a sus 25 millones de habitantes? La amenaza con armas fantasmagóricas de las que Occidente sabe perfectamente que no son ningún riesgo (salvo para los propios norcoreanos) y, sin embargo, sigue el juego el juego a la dictadura asiática.

Ya fue así en 2005-2006. La dictadura personalista de Kim Jong-Il anunció que tenía la bomba nuclear, que es como si yo digo que he estado en la Luna. Después, para demostrar que era verdad algo que a todas luces no es cierto, hizo estallar una gran carga de explosivos, de tal manera que se registrase el temblor sísmico. Y todos le dieron la razón: "tienen la bomba nuclear". Bueno, pues es men-ti-ra. Y Occidente lo sabe perfectamente, como también lo saben los rusos y los chinos, países con los que hace frontera. Cuando hay una explosión nuclear no basta con el temblor sísmico, que puede ser logrado con una gran carga de explosivos. Los nazis lo hicieron en 1945 en Pomerania, para intentar asustar a los soviéticos. La única manera de verificar la reacción nuclear es que se liberan a la atmósfera unos isótopos muy específicos, una especie de ADN nuclear. Bien, pues ya han pasado tres años y pico de la supuesta prueba nuclear norcoreana y todavía se siguen buscando esos isótopos.

La ocasión fue aprovechada por los norcoreanos para negociar unas ayudas muy ventajosas que han permitido languidecer a ese régimen oprobioso otros años más, pero se han cortado a raíz de la crisis económica. Como las economías de planificación centralizada son así, se avecina un invierno de hambruna, una circunstancia familiar para los sufridos coreanos al norte del paralelo 38, por lo que la casta dirigente vuelve a repetir la operación: ayer otra "bomba nuclear" y tres misiles tierra-aire. Los misiles tierra-aire no son misiles como los de las películas, esos que destruyen ciudades y bla-bla-bla, son misiles de tecnología soviética de los 60, muy gordos (para que se vean bien en las paradas militares y porque toda la tecnología soviética gastaba mucho combustible) y que si se lanzan sin un objetivo aéreo no pasan de fuegos artificiales, con colas de humo muy vistosas.

Bueno, pues hoy ya tienen los titulares muy gordos en todos los periódicos y telediarios. Una vez más, el analfabetismo militar hace estragos. Para más escarnio, hoy han vuelto a lanzar dos misiles, terribles, con un alcance de ¡130 kms.!, por lo que probablemente son una evolución de los Frog (código OTAN) soviéticos, unos misiles tácticos que sí, en puridad son balísticos, pero una vez más no son como los que aparecen en las películas ni los que nos venden los medios de comunicación. Hay que decirlo francamente: los misiles que tiene Corea del Norte, como los que tiene Irán, son una birria, como no se puede esperar menos de unos régimenes (el persa un poco menos) que viven en la edad de piedra tecnológica, la que han querido sus dirigentes para sus esclavos. Resumen: ni tienen la bomba ni tienen el vector de lanzamiento.

La historia de los misiles balísticos empieza en la Alemania nazi y de la mano de un absoluto genio del siglo XX y de la historia de la Humanidad como fue Wernher von Braun, que dio un salto de décadas en una tecnología de la que se intuían sus posibilidades y se habían hecho pruebas, pero que llevó a un estadio que aún hoy no pega nada con el nivel tecnológico de la II Guerra Mundial, igual que el Proyecto Manhattan y la bomba nuclear. Así fue que nada más concluida la guerra se lo llevaron con todos los honores a EE.UU y fue el artífice del proyecto Saturno, que llevó el hombre a la Luna. Los soviéticos se tuvieron que contentar con recoger lo que no se había volado en Peemünde, donde se fabricaban las V-2, y a partir de ahi y con sus espías en EE.UU desarrollar su propia tecnología de misiles balísticos.

El famoso Scud no deja de ser una V-2 estilizada y de muy poca precisión. Los misiles que tienen Irán y Corea del Norte son Scud modificados para ponerles más carga de combustible y, a veces, más carga útil militar, pero eso es lo más difícil. Ojo, estamos hablando de una tecnología de ¡1944!. Es absolutamente mentira que Irán o Corea del Norte tengan misiles que, con grandes esfuerzos, puedan ir más lejos de 1.500 kms. Sin embargo, nos venden la doble mentira de que cuentan con esos vectores de lanzamiento y, más mentira aún, que cuentan con algo más que explosivos para rellenar las cabezas. Entonces la pregunta es ¿por qué lo hacen?

Simplemente porque todo esto es un teatrillo para justificar altos presupuestos militares en una era en la que EE.UU no afronta ningún desafío estratégico, para justificar la presencia militar en Japón y Corea del Norte (sobran las razones, pero parece que siempre hay que buscar más, como en la agresión a Irak) y porque es muy rediticio vender el miedo a unos países que, en el caso de Corea del Norte, se han quedado en la Edad de Piedra tecnológica.
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¡Que aberraciones produce la política de la subvención! ¡Lo que importa es que sea nuestro! ¡Abajo cualquier otro criterio! ¡Viva la locura!

miércoles, 15 de abril de 2009

Axco de la Sexta

Algún día habrá quien escriba más y mejor esta historia, un agujero informativo que ni siquiera su más enconado rival ha creído oportuno esclarecer, limitándose a los pellizcos de monja sin mayor intención. Sin embargo, la pregunta sigue ahí: ¿Cómo es posible que exista La Sexta? ¿Cómo es posible que el Gobierno legisle una y otra vez a favor de un canal privado?

La Sexta es una televisión generalista que obtuvo una licencia de explotación en pleno proceso de tránsito hacia el TDT. Con un marcado sesgo ideológico, del que hacen gala, su programación consiste en: 1) deporte 2) guapas mujeres presentando programas 3) Humor entendido de una manera muy extraña, como insultar todos los días a los católicos. Por las mismas razones se criticaba a Telecinco en sus primeros años, y todavía no se ha quitado el San Benito de las mamachicho, una de las cuales llegó muy lejos y se casó con El Bigotes, un Mister Fixit de bajo vuelo y peor gusto. Es más: en La Sexta van de adoctrinadores y nos dicen lo que es malo -El Intermedio es un programa prescriptivo-, llegando incluso a criticar el mundo del cotilleo con un programa que no deja de ser de cotilleo (y robo de material de cualquier parte) como es Se lo que hicisteis. De sus informativos mejor no hablar: con el terremoto de L´Aquila estaban más preocupados de hablar de Berlusconi que de otra cosa; si habla Aznar, primera noticia del día, diga lo que diga; y la habitual retahíla de ecologismo pijo, solidaridad bienpensante y los peores tópicos de la progresía, que se empeñan en recorrer día sí y día también.

El primer éxito de la cadena fue el Mundial 2006, utilizado de banderín de enganche para que la gente adaptase su antena. Sólo se pudo ver en grandes ciudades. Después intentaron repetir la estrategia con otros deportes, pero el gran boom de ese estilo se lo llevó Cuatro con la Eurocopa. La realidad es que La Sexta es vista por apenas un 7% de la audiencia, y eso en sus mejores días. Habrá tiempo de volver a ese porcentaje, de momento quedémonos con otro porcentaje, el de sus accionistas: 51% de GAMP (de donde el 69% es de un híbrido entre la productora de Milikito y Mediapro, otro 10% de BBK, un 8% de la productora de el bufón de Reus -de ahí que cuele cualquier mierda de programa de sus delfines- y el 12% de la productora de Arguiñano, que tiene a su hermana haciendo postres en la cadena, porque esa basura de programa no la cuela en otro sitio), 40% del emporio mexicano Televisa y 9% de Gala, una empresa de capital riesgo. Vamos, que es la cadena de Mediapro, y así se refieren los demás medios a ella.

Mediapro es una empresa audivisual catalana encabezada por Jaume Roures, un iluminado que dice que "hago dinero para servir a mis ideas", al más puro estilo troskista. La comparación no es casual ni denigratoria: Roures militó en la IV internacional y otros corpúsculos marxistas y dice que "mis ideas no han cambiado". En fin, léanlo ustedes mismos. Otro que no se ha enterado de lo que pasó en 1989. Se suelta la melena cuando habla ante Liberatiòn, un sueño cumplido. Este personaje puso de consejero delegado en La Sexta a Jose Miguel Contreras, amigo íntimo de Miguel Barroso, el amigo de Zapatero que dio la licencia a la televisión del tiki-taka y Aznar a La Haya. Lo cuenta muy bien El País, movido por sus propios intereses de empresa, pero demostrando la mentira que era eso del grupo Prisa con sede en Ferraz: La Sexta - y su versión en papel de nombre Público, del que sólo se salvan sus humoristas gráficos: los otros humoristas se llaman periodistas o columnistas- si que es una auténtica emisora gubernamental y partidista, unida por el amiguismo y el oportunismo. Un axco y una vergüenza.

No contento con eso, con crear un canal adulador y entregado a todas las causas del Gobierno, y como la audiencia es terca y se resiste a ver este canal, Zapatero y sus pésimos asesores -ya ven hasta que punto este leonés es influenciable- han tenido que seguir empujando a la auténtica y verdadera cadena amiga. Primero, con el siseo de los derechos de fútbol a su legítimo propietario; después con nuevas leyes ad-hoc: hace unos meses la que permite fusionarse a canales de televisión -se habla de sodomía entre La Sexta y Antena 3, la televisión renqueante por excelencia-, de momento poco utilizada pero que ahí está, con las puertas abiertas a los pretendientes, y lo de ayer.

Ayer Zapatero anunció a su grupo parlamentario, el mayoritario en la cámara, que habrá una "drástica reducción" de la publicidad en TVE, ese modelo híbrido de televisión estatal que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos (y 6.600 millones de deuda, este año otras decenas de millones más, incumpliendo el plan de saneamiento) y que sin embargo tiene tanta publicidad como los hombres-cartel de "compro oro". Ahora lo va a hacer, en su quinto año de gobierno. Lo que sin duda es una buena noticia -habrá que ver si queda dinero para pagar a las estrellas de Mira quien baila, ¡qué pena!, o las horribles corbatas de Sergio Sauca- se ve empañada por su auténtica finalidad zapateril, el hombre prototipo del pensamiento débil.

Anunciado en una reunión entre amigos, no es descartable que la nueva pirueta política se le ocurriese en la tarde del domingo, padeciendo la furia propagandística que despliega TVE con el Mundial de Motos, con tropecientos enviados especiales al aguacero de Qatar y toda una retahíla de medios vergonzantes para todo contribuyente. Está demostrado que ZP ve la tele con sus hijas preadolescentes, las mismas con las que confesó ver la final de la Davis, y que le animan en algunos de sus proyectos políticos. Es fácil respirar el ambiente dominical en la Moncloa. O quizás se le ocurrió en un partidillo de baloncesto con sus amigos de La Sexta, preocupados por la reducción de su escasa porción de tarta publicitaria por la crisis. Escojan la opción que quieran: la de baby-explotation o la de realpolitik.

Cada vez hay más cadenas y cada vez más Internet se lleva más porción del gasto en publicidad, que sin embargo se ha reducido muchísimo: están los de siempre para comer de la tarta publicitaria, pero el diámetro de la misma se ha reducido. Imaginénse la situación en La Sexta: obligada a pagar onerosos créditos por la adquisición de carísimos derechos de emisión deportivos -hasta el punto de que tiene que emitir cinco partidos simultáneos de fútbol, y ofrecerlo como "una oportunidad"- y que no despega en audiencia, con unos anunciantes cochambrosos en prime-time (el otro día vi un licor de bellotas, y les juro que no es broma) y un futuro inviable. Un 7% de audiencia, ojo, y cayendo. Así las cosas, una nueva operación de apoyo político camuflada de saneamiento de la vergüenza que es RTVE y sus funcionarios de la información. A pesar de lo evidente, nadie fuera de El Ente (¡qué gran nombre, ni un enemigo lo habría puesto mejor!) ha criticado la medida, porque todos aspiran a comer la parte de la tarta que se queda libre.

La operación pinta bien: por lo menos esta vez el tránsito en la oposición no discurrirá sin un canal propio de televisión, y TVE caerá en audiencia -como todas las públicas- cuando no pueda seguir el ritmo de gasto al que obliga un star-system y una televisión de espectáculo a gogó, o sea que no habrá problemas si Urdaci vuelve a ocupar su plaza de funcionario. Sin embargo, ZP y sus asesores se olvidan que las empresas pueden cambiar su accionariado, y con el la línea ideológica. Es más: muchas veces cambian de línea ideológica por imperativos de mercado. Ya es bastante escamante la alianza contra natura entre La Sexta y Marca -con la misión de menoscabar a los medios de Prisa- como para recibir con los brazos abiertos una fusión entre Antena 3 y la Sexta. Pero bueno, si tal cosa hubiese de acontecer -Mediapro se haría con una radio, Onda Cero- siempre se puede hacer una ley contraria, o algo así. Así pasa en todos los regímenes donde se controla la información y los emitentes. Espero que hayan visto la jugada tan bien como yo: en HD Full Vision, por lo menos.

miércoles, 8 de abril de 2009

Crisis de Gobierno (extrema decepción)

Algunas cuestiones. La crisis de gobierno es un proceso normal en que la palabra "crisis" significa cambio. Y el cambio suele ser bueno en política. Afortunadamente, queda lejos esa práctica del aznarato de no dejar que ningún ministro dimitiese, para poder lucir lo de "la legislatura más estable", lástima que Manuel Pimentel burlase a última hora aquella plusmarca imbécil, la misma que dejo a un vegetal como Abel Matutes al frente de exteriores a pesar de su mermada salud. Y todo por completar una legislatura entera sin ningún cambio.

Dicho esto, es significativo que el presidente del Gobierno, que tiene la facultad de cambiar su equipo sin consultar con nadie, lo cambie en un tercio (cinco ministros ahora, más Bermejo pimpampum hace un mes) apenas un año después de presentarlo. Y con esas filtraciones a los medios tan comunes en toda su acción de Gobierno. Un año parece poca cosa, aunque todos los ministros ya viniesen de la anterior legislatura, casi todos enganchados a mitad de la misma. Con la perspectiva del tiempo, parece que la auténtica crisis fue la que llevó a Bernat Soria o Cesar Antonio Molina a ocupar una cartera ministerial. Seguro que es así. Por último, el presidente del Gobierno se arroga para sí mismo todas las competencias en Deportes. Es lamentable que una persona con tantas ocupaciones y tantas tareas pendientes tenga que dedicar parte -no cuantificable, pero significativa- de su agenda a cuestiones como estas. Y que haga queriendo. Y en estos momentos. Pasemos a los cambios.

Ministerio de Economía y Vicepresidencia Segunda: Pedro Solbes, uno de los mejores políticos de la historia de este país, deja sus responsabilidades políticas. Con él se van 15 años consecutivos de gestión económica, porque Rodrigo Rato era su discípulo y siempre se han guardado profundo respeto, además de aplicar las mismas políticas, las mismas que han permitido crecer a este país a una media del 3% durante un periodo tan prolongado, el mejor de la Historia y difícilmente igualable. Lo estaba deseando, maniatado por las políticas populistas emprendidas a la loca carrera y con un desánimo creciente, no precisamente una buena imagen al frente de un ministerio vital. En todo caso, su gestión refulge. Su puesto lo ocupará la Ministra talibán Elena Salgado. Al frente de Sanidad y Consumo intentó prohibir el consumo de Whooper XXL, en esos tics tan propios de un ex-fumadora y de cualquier converso, por no hablar de la Ley del Vino. Fue lamentable su candidatura fallida a la presidencia de la OMS. Más tarde pasó a AA.PP, donde ha impulsado el Plan E (conocido como Plan Zapatero para los Ayuntamientos) medida populista y de ridícula efectividad, pero por el premio otorgado, muy del gusto del jefe. Dios nos pille confesados de lo que pueda hacer esta fervorosa creyente al frente de Economía.

Vicepresidente Tercero (Cooperación territorial): Había que hacer algo para quitar a Chaves al frente de la Junta. Jamás ha incubado un delfín, y recientemente no descartaba volver a presentarse a las elecciones de 2012. Increíble, pero cierto. Zapatero lo ha llamado y vuelve a Madrid, porque ya fue Ministro de Trabajo en el Gobierno de 1986, años duros y de huelga general. Es curioso el cargo otorgado al Presidente del PSOE: el mismo que ha incluído en el Estatuto Andaluz la propiedad del Guadalquivir al frente de Cooperación Territorial. Nadie duda de las capacidades negociadoras de Chaves -su último éxito al frente de la Junta Andaluza ha sido comprometer el pago de los 1200 millones de euros de la deuda histórica, una vergüenza que cuesta mucho explicar a los extranjeros- y de que quizás sirva para vigorizar el voto andaluz (en fin...), pero la pregunta es ¿una nueva vicepresidencia? ¿Ahora?

Ministerio de Educación:Ángel Gabilondo, hermano del conocido periodista de las homilías nocturnas y que ya es rector de la UAM y presidente de la CRUE (¿renunciará a algún cargo? ¿lo hará?) se hace con el Ministerio en pleno Bolonia y recupera las competencias de universidades, que apenas han durado diez meses en manos del Ministerio de Ciencia e Innovación. Es una absoluta vergüenza la política errática en este sentido, y al bueno de Gabilondo le va a tocar desfacer todo el entuerto montado por Zapatero cuando creyó que de la Universidad iba a salir I+D+i como el que planta boniatos. Como ha sido un buen gestor al frente de los otros dos organismos referidos, tiene mi plena confianza, aunque también tanto trabajo que lo más normal será fracasar. Por su parte, la Ministra cesante Mercedes Cabrera volverá a su Cátedra tras bregarse en política con escasos resultados: fue la número dos por Madrid en las elecciones de 2004, y después pasó al Ministerio. El trabajo sucio ya lo había hecho María Jesús San Segundo, y ella se ha dedicado a sonreir, dar el último saludo a su pariente Calvo-Sotelo y confirmar que un académico rara vez sirve para la política. Llamarla ministra gris sería piropearla.

Ministerio de Cultura: César Antonio Molina, pésimo poeta gallego y aún peor escritor de viajes por Italia publicados en Babelia, accedió al Ministerio por la plataforma del Cervantes. Su primera misión fue cesar a la desequilibrada de Rosa Regás al frente de la BNE, y fue prácticamente su único éxito: lo tenía fácil y lo hizo de la peor manera posible, con gritos y cabreos telúricos propios de su condición galaica. Ahora andaba enzarzado en una campaña de promoción de su persona, por medio de una revista carísima que publicaba convocatorias caducadas y demás fruslerías. Además, tenía una agria polémica con Exteriores por el monopolio de la promoción de la lengua y cultura española fuera de nuestras fronteras. Le ha costado la cabeza. Eso, y sus formas. Un Ministro pésimo, pero pésimo de verdad. Le sustituye la presidenta de la Academia de Cine Ángeles González-Sinde. Dios mío, una directora de cine al frente de Cultura: como si no tuviesemos bastante con financiar con nuestros impuestos cien películas de calidad ínfima al año (pero españolas). Ahora serán doscientas. A veces dan ganas no de levantarse y volver a las pesadillas habituales: la realidad siempre supera a la ficción. Incluso la cinematográfica.

Ministerio de Sanidad (y Políticas Sociales): La Trini ya tiene Ministerio. Se enfrentó a su pariente Gallardón en las municipales de Madrid 2003, y estuvo ejerciendo la oposición con mucha sonrisa y poca chica hasta que ZP la metió a Secretaria de Estado para Iberoamérica, porque nos dicen que es especialista en relaciones internacionales: allí estaba, con cara compungida en la famosa cumbre del "¿por qué no te callas?". Ahora galardona a su amiga con un Ministerio con competencias ampliadas a una parte muy sensible a los años que nos quedan de propaganda estatal y del "no vamos a dejar a nadie atrás". Políticas Sociales. Vamos, que la vamos a ver hasta en la sopa. A ella y su sonrisa, su mayor capital político, porque oirla hablar y plantearse dónde vamos con esta tropa es lo mismo. Ya la veo inaugurando, con coros y danzas ad hoc, cualquier plan o edificio de propaganda y nula utilidad. En cuanto a Bernat Soria, el ministro saliente, que se vaya con buen viento: dogmático y prácticamente iletrado, mintió en su currículum y después lo intentó negar; se embarcó en la tontería de la vacuna del cáncer cervical sabiendo que era un sacacuartos de gran coste (400 millones) no justificado por su eficacia; y no ha hecho nada, claro.

Ministerio de Fomento: La traca final. Zapatero cede a las presiones y las encuestas y cesa a Magdalena Álvarez, cuyos cinco años de gestión al frente del Ministerio han sido e-jem-pla-res. Esto causará no poco escepticismo a los lectores, y me gustaría explicarlo más en detalle: baste con decir que cuando accedió al Ministerio se encontró con que el presupuesto estaba comprometio hasta más allá de la mitad de la legislatura, con AVE inaugurado (Madrid-BCN) que no funcionaba, con una terminal con un arquitecto local endosado al legítimo arquitecto, y demás chapucerías que dejó la gestión personalista y caudillista de Álvarez-Cascos, perteneciente a esa raza de asturianos encantados de conocerse. Y tengo muchísimos más argumentos. Por lo que a mí respecta, se va una Ministra ejemplar y con un balance espectacular, in-ta-cha-ble.

Aquí llega el apagón, la extrema decepción. Aunque ya circulaba en los mentideros, se ha confirmado. Jose Blanco, Ministro. Y de Fomento. La aspiración máxima del gallego que después se candidará a la Xunta: hacer llegar el AVE -como si eso fuese a solucionar los problemas endémicos de Galicia, empezando por la pobreza miserable de amplias zonas rurales- a su patria. Imaginénse la de fotos que se hará este siniestro personaje de la política española con los trenes-bala y los viaductos. Y todos las obras que quiere emprender este Gobierno, empeñado en ver en el New Deal de hace setenta años la solución para el siglo XXI. Lo vamos a ver más que ahora, cuando se dedicaba a azuzar a las masas con su verbo insultante y su absoluto desprecio a la inteligencia del elector, especialmente si no es de su partido. Lamentable. no tengo palabras.

Zapatero pone a un soldado al frente de un Ministerio que va a tener todavía más protagonismo. Un hombre fiel hasta el lametón, servil y extremadamente limitado, un hombre que no va a saber decir no -porque es un caladero de votos- a locuras ya emprendidas como Punta Llagosteira, el irracional puerto exterior de La Coruña, o fantasías como el AVE del Cantábrico, una estupidez que no tiene cabida. Y todo porque su objetivo es convertirse en caudillo de Galicia. ¡Qué mejor que el Ministerio de Fomento! ¡Si La Voz, como cariñosamente se llama a la hoja parroquial de los gallegos, parece el periódico de Fomento, siempre pidiendo subvecioes y axudas, y siguiendo al milímetro cualquier obra o avance!. Zapatero ha metido al PSOE (Chaves y Blanco, los máximos responsables, ahora se queda Pajín al frente operativo, otra radical) en el Gobierno, y encima ha metido a sus amigos. Quizás sea porque no hay nada mejor ahí fuera. Eso si es que es terrible, que quizás sea verdad.

lunes, 30 de marzo de 2009

Un queso manchego con agujeros

Lo ideal sería comenzar esta entrada recordando las frases de ese gran tahur -pesimamente asesorado- que es Zapatero, el de "tenemos el sistema financiero más sólido del mundo". Pero bueno, como la frase es autoexplicativa del personaje -¿conoce los demás? ¿sí?- vayamos a la noticia del domingo: Caja de Castilla-La Mancha (CCM) ha sido intervenida por el Banco de España ante el pésimo estado de todos sus balances, empezando por el del sentido común.

En los últimos días el Gobierno había intentado salvarla con una fusión con la andaluza Unicaja, pero el viernes esta entidad no quiso saber nada del asunto, y prefirió exponerse a las represalias políticas que asumir el pasivo desconocido -ahora se empezará a saber- de CCM. Imagínense como debieron ver la situación. La noticia de la mala salud de la caja más jóven -1992, fusión de las cajas locales manchegas menos la de Guadalajara- ya circulaba desde hace tiempo, y en la última semana el PP la sacó varias veces en el Parlamento: nada de preguntas formales, eso son rémoras del siglo XIX, sino con insidias y dentro de una batería de ataques que van desde Kosovo hasta el aborto, pasando rumores de dimisión. Lo que sea, prietas las filas.

Las primeras reacciones explicativas de los medios están en la línea de "la crisis internacional": no se las crean. En CCM no hay ni el más mínimo pelagatos que sepa quienes son Lehman Brothers, un swap default o la convertibilidad de bonos. La crisis de CCM es una crisis genuina española, y la crisis española es inmobiliaria. El ladrillo. Aquí la cosa está clara: Castilla-La Mancha, comunidad de una belleza increíble e inmensa para su escasa población -hay más hijos de manchegos en Madrid que en toda la Comunidad Autónoma- había apostado en los últimos años por una locura cementificadora auspiciada en su cercanía a la capital de España.

Se ideó -sin plasmarlo en ningún documento, porque eso de la planificación urbanística en grandes áreas no es de esta tierra- un llamado "tercer cinturón" metropolitano de Madrid, más allá de los límites de la región. No es casual que la famosa ciudad de El Pocero -Seseña- esté en Toledo, pero bien pegadita al límite provincial con Madrid, o que la famosa parada del AVE en Yebes -vendida como si fuese Guadalara, de la que dista 8 kms.-, donde se iba a edificar una barriada faraónica -dense una vuelta por Google Maps y después me cuentan- se situase en ese espantoso páramo, perdido de la mano de Dios, porque los terrenos pertenecían al ajuar familiar del esposo de Esperanza Aguirre, noble de rancia alcurnia, tierras baldías y escaso cash, como la mayoría de los de su estirpe.

Y bueno, esos son los ejemplos más notorios, pero dense una vuelta virtual -la tecnología lo permite- por Illescas, Numancia de la Sagra y tantos otros poblachones toledanos y pasa lo mismo: construir y construir, muchas veces sin una demanda real. Cuando los orondos y rellenos suplementos inmobiliarios de los periódicos (¡ay!) la mayor parte de la abundante publicidad era para promocionar fantasmagóricas promociones en pueblos citados en El Quijote bajo el gancho de "a 50 minutos de Móstoles". Y pisando bien el acelerador. Todo eso que se ha construido y se ha vendido -pero no habitado ni pagado- se acabará convirtiendo en nuestras banllieus: ghettos aislados, sin ningún tipo de servicios o comunicaciones pero con la sacrosanta propiedad barata -de saldo-, caldo de cultivo para el asentamiento del colectivo de trabajadores que más está notando la crisis y el paro. Y mira, por fin se cumplirá el sueño zapateriano de parecernos a Francia. En lo peor.

Otro hecho paradójico de estos años en Castilla-La Mancha ha sido la fantochada del aeropuerto. A pesar de que las zonas con densidad demográfica están relativamente cerca de los aeropuertos de Madrid y Valencia, hubo un golpe en la mesa de la clase política para dotarse de un aeropuerto, una infraestructura de altísimo coste y dudosa rentabilidad. También muy propagadística, por eso el esfuerzo de la clase política manchega, la de los 20 años de Bono y el cabeza de lista del PP cambiando cada cuatro años. En España la magnífica gestión central de AENA -hasta que el Gobierno de turno decida trocearla y dar competencias a las comunidades, creo que ya lo han hecho en Cataluña- compensa los aeropuertos deficitarios -la inmensa mayoría- con los rentables, conocidos por todos. Es un sistema público. Un monopolio estatal, pero de los necesarios.

En Castilla-La Mancha decidieron hacer el primer aeropuerto privado de España. Tardó mucho, pero ahí estaba su potencial para los inversores. Para el resto de la gente, de natural más escéptica, ese potencial nunca se vió. Ciudad Real. Lo colocaron al ladito del AVE, para después suplicar la parada correspondiente. No se cedió a esta reivindicación. Lo intentaron llamar "Madrid Sur" -y tan sur- pero tampoco coló. Después Don Quijote, y quijotesca fue la idea, por eso se llama así. Mientras tanto, se anunciaban esperpénticos planes de casinos, de inversores millonarios y todo para sacar adelante la idea de Sancho Panza. El aeropuerto despegó hace unos meses, saltándose el área de protección de aves, todo en aras del progreso. Opera Air Nostrum con sus aviones de hélices -todo un homenaje a los molinos de la Mancha- y Air Berlin, para llevarte a Mallorca, donde tiene su hub: vamos, que mejor vas a Madrid. ¿Cúanto apuestan a que esta ruinosa inversión acabará siendo asumida por el Estado?.

Al margen de si CCM está en estas operaciones o no, lo que me interesa es plasmar los 15 años de crecimiento económico en España, que en Castilla-La Mancha se han plasmado de esta manera: quiebra la caja. Y mejor no les hablo de la implantación que tenía Afinsa en el territorio. Pero bueno, pasemos a la traca final. Hace unos días salió esta noticia: "Castilla-La Mancha, primera autonomía en rondar la deflacción". Si, un -0´1% de precios en 2008. La explicación del Ministerio de Economía es increíble: el precio del petróleo. Vale, pero el petróleo en la comunidad es el mismo que en el resto de España, ya no están las arenas bituminosas de Puertollano para dar alegrías locales. Ah no, la explicación es esta: "es la comunidad en la que se destina más parte del presupuesto familiar a carburantes y combustibles (128 euros por persona, frente a los 38 de media nacional), lo que los expertos del INE relacionan con un mayor gasto en calefacción".

¡¡¡¡¡¡OHHHHHH!!!!! ¡Qué grandes cifras! ¡Unas decenas de euros! ¿Y no será que la deflacción es por culpa del peso del ladrillo en la región? ¿No? ¿Cuanto vale una de esas casuchas que se construyeron en el "tercer cinturón"? ¿200.000 euros por cuatro ladrillos? ¿ese producto no ha sufrido deflacción? ¿no costará ahora 120.000, y eso si encuentra comprador? ¿Es comparable a llenar un depósito menos de gasolina, a ahorrarse 50 euros en la factura de calefacción? ¡Qué verguenza de explicación cuando está bien claro la auténtica causa! Y lo peor de todo es que la explicación viene de los que manejan las estadísticas oficiales. Ya ni eso nos queda. Como en los regímenes comunistas, con las cifras de producción falseadas.

Castilla-La Mancha y su caja oficial y pública se embarcaron en un proceso contranatura de edificar y de vender su mayor patrimonio, en lo que realmente es abundante además de en buenas gentes: su territorio. Todo el mundo en chalet, todo el mundo cerca de Madrid, aunque cerca sea un concepto elástico e implique 100 kms. Ahora, de todo eso queda la hipoteca -por cierto: no se extinguen si desaparece la entidad que las concedió, la anarquía os vende mundos que no existen-, inmensos desatinos urbanísticos que no se van a arreglar en generaciones y un excelente caldo de cultivo para la marginalización y el pauperismo. Mientras el Emmenthal y el Gouda me dan confianza, y así también los sistemas bancarios suizo y holandés respectivamente, un queso manchego con agujeros produce desconfianza. Aquí falta algo.

Y mañana, atentos a las imágenes de la gente haciendo cola ante las oficinas de CCM. Darán la vuelta al mundo, para descrédito de "el mejor sistema bancario", el mismo donde existen esas entidades paternalistas y alcanforadas que son las Cajas de Ahorro.

lunes, 2 de marzo de 2009

Apagando llamas

¿A alguien le ha interesado las dos elecciones regionales de este domingo? Los gallegos parece que se empiezan a interesar por sus órganos de gobierno autonómicos, y ya son dos elecciones con participación cercana al 70%, todo un éxito en la CC.AA. Los vascos, lejos ya la infame campaña de 2001, han votado en el clima más tranquilo que se pueda recordar. Ahora, con los resultados a la vista, comienza el interés.

Galicia ha vuelto a su estado natural, lo que en una de las regiones más rurales de Europa dice mucho. El PP es Galicia, y Galicia es del PP. El fundador del partido es gallego. El actual dirigente del partido es gallego. En los difíciles años 80, Galicia y Castilla-León fueron la reserva espiritual y de votos de la derecha. De 700.000 militantes del PP en toda España, 100.000 están en Galicia, algo que no guarda relación con su tamaño poblacional, pero si con las prebendas y servicios que se obtienen con el carnet.

Basta ver a Baltar, el caudillo de Orense, o recordar al malogrado Cuiña -no llegó ni a los sesenta años- para notar el panorama. La campaña electoral, con Rajoy agasajado por sus paisanos en visitas a aldeas remotas con una edad media de 70 años, recordó mucho a las de Gamazo y el Partido Agrario. El nuevo líder no tiene nada que ver con ese ambiente: miren la foto de cuando, recién elegido para suceder a Fraga, se armó de ropa y pertrechos para combatir los incendios forestales con los que se saludó la llegada de os comunistas. Es muy divertida.

Lo tiene muy fácil para hacerlo bien. Hace poco nos decían que es pariente del erudito del siglo XVIII de mismo apellido. Sin embargo, no es necesario irse tan atrás en el tiempo. El gobierno del PSOE con el indolente Touriño, un hombre que solo puede provocar somnolencia y que se ha aferrado a algo tan fantasmagórico como el AVE, y el cromagnon de Anxo Quintana -espectacular el populismo de sus mítines "a pie", arengando a las masas de pensionistas agrarios- fue un contrasentido histórico en Galicia, una región que vota lo que vota porque vota. Y en esta frase está todo.

En cuanto al País Vasco, el PNV ha mejorado sus resultados de hace cuatro años, pero como el voto de la izquierda abertxale no ha podido concurrir a las elecciones, pierde un apoyo clave para gobernar, y es muy probable que Patxi López, el representante del PSE, sea el próximo lehendakari. Si es así, tendrá que contar con la abstención en la sesión de investidura del PP -que pierde un escaño- y del engendro de UPD, la hidra que crece por toda España y que en las próximas europeas va a quedar como tercera fuerza política. Por supuesto, huelga comentar que el escaño de UPD viene de Álava y es a costa del PP. No se si algún día habrá tiempo y lugar para hablar sobre Unión del Pueblo Alavés.

Patxi López podrá gobernar en solitario, pero con la sombra del PP y UPD, que son capaces de hacer marrar un gobierno a las primeras de cambio. No olviden que el partido de la gaviota permitió que los presupuestos del País Vasco para 2003 fueran aprobados porque su líder, el tizón Mayor Oreja, había decidido no ir ese día a la Cámara. Con la estrecha victoria del frente constitucionalista (¡hay que ver que etiquetas se acuñaron en la bazofia de 2001!) puede haber muchas de estas situaciones. Y bueno, en todo caso siempre estará Rosa Díez (y los que manejan su marioneta), que del País Vasco viene y al País Vasco tiene, por fin, en sus manos. Qué miedo.

miércoles, 18 de febrero de 2009

En la nada

Aquí en España hay elecciones provinciales por duplicado en pocos días, un escándalo de espionaje y otro de corrupción mayúsculos, pero yo les voy a hablar de Italia. Disculpen si me parece más importante explicar el proceso de autodestrucción de la izquierda en ese país, debido a dos fenómenos: su propia capacidad y el signo de los tiempos.

Hace dos días dimitió de su cargo el líder del Partito Democratico Walter Veltroni. Los análisis en la prensa española han sido extremadamente defientes. No voy a hacer el discurso argentino de vos jamás entederás el peronismo, con el que cualquier austral te descalifica para hablar de su país, pero sorprende la estupidez, mayor de la habitual, en los análisis. Además de reconocer que no entiende el berlusconismo, Miguel Mora -el muy limitado corresponsal de El País- ha dejado frases como esta: "Con una izquierda normal enfrente, la nueva victoria de Berlusconi resultaría imposible de entender". Ah ya, el mito de la izquierda unida, el no pasarán, tralará. Sigh...En la Cadena Ser, donde Àngels Barcelò da mucha relevancia a las bufonadas de Berlusconi, el muy capaz corresponsal Joan Solès confeciona piezas lacrimógenas y llenas de tópicos. Siempre acaban hablando en tertulia de Italia, que si plin, que si plan.

Veltroni es un político mediocre. Se metió en el Partido Comunista de joven -en Italia siempre hay las mismas caras- y obtuvo puestos de relevancia inmediatamente. Su aldabonazo vino en 1996, cuando entró de vicepresidente en el primer gobierno Prodi. Era la primera vez que la izquierda ganaba unas elecciones en Italia. Después pasó a la alcaldía de Roma, donde impuso el modello Roma: una mierda de gaitas y humo, como crear bibliotecas, hacer una Festa del Cinema -es lo que estudió el, ya ven como está el patio- o llevar a los escolares de excursión a Austwitz, gastos pagados. El desarrollo a través de la cultura, entendida laxamente. La "x" está bien puesta. Como su techo era más alto, y lo había probado en 1996, ideó un fantasmagórico Partito Democratico y convocó unas primarias para minar el segundo gabinete Prodi. Caído el practicante de la ouija -cualquier día les cuento la historia-, Veltroni fue el candidato indiscutido de la izquierda en las elecciones de 2008. La victoria de Berlusconi fue tremenda.

Desde entonces, Veltroni ha sufrido su misma medicina. Su amigo Rutelli perdió la alcaldía de Roma, que se consideraba un bastión infranqueable gracias al modello Veltroni, y lo hizo de una manera humillante: parece que los romanos no opinaban lo mismo que su iluminado alcalde; en todas las elecciones regionales salía derrotado; su propio partido sacaba nuevos rivales -el último, la pesadilla Bersani-; y la gota que colmó el vaso fueron las elecciones de Cerdeña. El fundador de Tiscali estaba en el poder y ha perdido por ¡10 puntos de diferencia!, a pesar de su discurso criptoautomista. O quizás por eso.

Berlusconi, del que opino lo mismo que ustedes, no es culpable de la imbecilidad de sus rivales. La explicación más fácil es que controla las televisiones: controla las suyas, que son un ejemplo de pluralidad comparadas con TeleMadrid o TeleAsturias. En la RAI, el Partido Comunista y sus diferentes encarnaciones siguen al frente del tercer canal, por poner un ejemplo. El Corriere della Sera, el periódico de la clase dirigente, es furibundamente antiberlusconiano. Es curioso que en el caso del Grupo Prisa, que siempre ha negado -y con razón- su influencia real en los tres días que siguieron al 11-M se limite a explicar el fenómeno del berlusconismo de una manera tan primaria como que controla los medios de comunicación. Es un resabio de izquierdas.

La gente vota a Berlusconi -que a pesar de todo sólo tiene el 30% de los votos y requiere pactar con otras fuerzas de derecha- porque LE DA LA GANA. Y porque no hay alternativa. Fíjense lo que ha dicho el fracasado de Veltroni en su despedida: ya que me voy del convento, me cago dentro. ¡Qué típico y previsible!. Pero la crisis va más allá de los nombres: a Berlusconi le tocará el hecho biológico -ya tiene 73 años- y no tiene sucesor ni nada que se le parezca. No lo necesita. Italia es de derechas. A diferencia de España, a mayor número de votantes más posibilidades de que gane la derecha, un espectro ideológico que ha arrasado en la batalla de las ideas. La que perdura. La izquierda, cuando ha estado en el poder, no ha llevado adelante nada. Y cuando ha estado fuera ha impedido cualquier cosa.

En Italia pervive una izquierda revolucionaria -en letra pequeña- que plasma su pensamiento caduco en revistas de supuestos altos vuelos donde se defienden cosas que se debió llevar el viento, allá por 1989. La comparación con sus contrapartidas en la derecha es demoledora: han ganado la batalla de las ideas, y lo han hecho con argumentos donde la izquierda ha titubeado, hecho piruetas en el aire o se ha abstenido. En el caso italiano, la seguridad, pero también la sociedad multiétnica, el progreso entendido como desarrollo e infraestructuras, o el sistema social. La gente, la sociedad italiana, vota a la derecha y sabe por qué lo hace. Porque en ese país no hay nada al otro lado. Nada, creánme.